Tarde, otra vez

¡Wow! No, en serio… ¡Wow! De un momento a otro llegamos a su hogar y yo creía que nos íbamos a perder como muchas veces, hasta que esté se cansará y me preguntará la dirección de su propia casa. Intenté alzar la vista para ver el letrero pero al hacerlo una leve punzada se hizo presente en mi cabeza cosa que también hizo que bajará rápidamente la cabeza y llevará el dedo pulgar y el índice derecho al puente de mi nariz.

Y mientras procedía a hacer eso; al poco tiempo me di cuenta de que estaba a unos cuantos centímetros arriba del suelo y en los brazos del mayor. Como no entendía nada me quede callado –O lo que pude porqué entre toser, carraspear y sorber la nariz no es exactamente el silencio necesario- Y sentir mis mejillas arder fuertemente. Subimos –O bueno subió, yo ni siquiera me estaba moviendo- Hasta su habitación y me dejo acostado en esté.

-Ya, olvida eso –Mencionaba desviando la mirada. Sin fijarme comenzaba a sentirme cansado e irritado a la vez, indudablemente me había resfriado- Credo mataría a cualquiera que se me intente acercar –Medio broma medio verdad. Se había vuelta tan sobreprotector como a la vez tan molesto desde que nos reencontramos y más ahora que sabe que tengo pareja.

Cuando sentí la mano del mayor sobre mi frente un leve escalofrío recorrió todo mi cuerpo, tenía la mano fría y yo el cuerpo más frío aun, o creía tenerlo frío.

-¿Y bien? ¿Jugaremos a la enfermera y el enfermo por el resto de la noche?

¡Jajá! Muy gracioso él con sus típicas bromas, lo malo era que no me sentía con ganas de replicarle o de responderle la broma con otra, al parecer si estaba resfriado. Y lo comprobé cuando el mayor habló, ahora fui yo quien se llevó una mano a mi frente para tratar de comprobar pero nada, solo sentía el frió. Mientras me tapaba con las sabanas ladee la cabeza sin entender... ¿Cómo es que nunca se ha enfermado? Debe ser una broma de seguro, cualquiera se enferma para bien o para mal.

Con la mirada seguía al mayor hasta verlo como sacaba una camisa negra de mangas largas y la dejaba sobre la cama. ¿Qué me cambiará la ropa? ¿A poco esperaba que me pusiera la suya? Sinceramente una de las cosas que no compartíamos ambos era la talla, me va a quedar grande esa camisa. Cuando abandonó la habitación me saqué las sabanas de encima y me levanté y tuve que sostenerme de algo para no dar al suelo porqué me había mareado totalmente y gruñí por eso. Me saque ambas gabardinas de encima -La mía y la del mayor- al igual que ambas bufandas y las dejaba sobre la cama tomando ahora aquella camisa negra.

Suspiré mientras desabrochaba el chaleco rojo y lo dejaba igualmente sobre la cama, seguidamente me quité la franela negra y la deje en el mismo lugar. Por un minuto pensé en lo que me dijo el mayor y mi mirada bajó directamente hacia abajo. Sentía que de golpe mis mejillas se tornaron más roja de la que ya estaban.

¡NO! No me iba a quitar los pantalones, ¡No, no y no! Me coloque la camisa manga larga y comprobé lo que había pensado, si me quedaba grande. ¿Uhmmm? ¿Que fue a hacer Dante? Por sus pasos se escuchaba como apresurado. Salí de la habitación y baje la escalera para luego encaminarme hasta la cocina donde el mayor se encontraba y parecía estar en un pequeño aprieto.

-Que tierno, no sabes cocinar -Dije entrando en ella, mirando a Dante a los ojos- Para tu suerte yo si sé, puedo hacerme algo para bajarme la fiebre...

Era bastante gracioso ver como el mayor parecía estresarse, se le notaba que no sabía que hacer exactamente en estas situaciones, pero me sigue intrigando eso de que "Nunca se haya enfermado" ¡Nah! No creo que so sea posible, ¿O sí? En fin, me encaminé hacia los gabinetes a ver si tenía algo para bajarme la fiebre, pero al abrirla una mueca hice con solo torcer el labio inferior al ver que estaba casi en su totalidad vació.... Sigo preguntándome que come en este lugar ya que no existe lo que el llama "Pizza".

-No es tu culpa tampoco que yo me haya resfriado -Mencioné encarandoló y a su vez me abrazaba a mi mismo frotándome los brazos. Bueno, viendo la situaciones si era culpa del mayor que yo me haya resfriado, pero..... -Prefiero... Decir que es mi culpa a culparte a ti, esta vez....

"Esta vez" ¡Uff! ¿Como si no hubiera culpado a Dante por algo? Hasta que había momentos donde debía aceptar que si era mi culpa, pero ahora ver el mayor así por mi estado actual era algo que no me gustaba, así de simple.

-Y por Credo, neh.... No lo veré hasta que se me pase el resfriado -Preferiblemente así- Así que oficialmente, no tienes nada como para bajarme una fiebre... Tendré que simplemente esperar a que se me pase...

Cosa que no era difícil pero tratar de hacerlo cuando todo el cuerpo también te duele, además de la cabeza, la garganta y la nariz congestionada no era nada grato. Soné mi nariz mientras tiritaba un poco y frotándome con más rapidez los brazos.

-¿Está haciendo más frió o qué?