Cuarto de Yuki [PRIVADO]

Tan pronto había salido de la habitación unos fuertes dolores me habían hecho jadear en busca de aire, estaba claro que el tiempo que me quedaba era límite, ya saciada y tranquila mi consiencia no tenía razón de seguir activa, suspire, agarrándome a una de las paredes, ni si quiera había estado mucho tiempo en este cuerpo, en otras ocasiones podía durar días, siempre y cuando arrinconara a la consciencia de Yuki en alguna parte profunda de mis subcosciente, pero tantas emociones por mi parte la habían acabado por despertar. Me agarré las sienes y me deje caer por la pared del pasillo hasta acabar sentada sobre el suelo con la cabeza hundida entre las piernas. Suponía todo un esfuerzo hacerla retroceder y los medios qu usaba no eran muy buenos que digamos, cuando por fin la conseguí apagar o sería más fácil decir dormir de nuevo. Me recompuse y fui a buscar las bolsas de sangre que de seguro encontraría en las mazmorras.

Había como siempre guardias, más yo conseguí despistarlos y acceder a la sala de torturas donde guardaban tambien la sangre que yo solía tomar, llevaba allí bastante tiempo y a pesar que se conserbava como nueva, no estaba ni mucho menos fresca, rasgué el contenido de una de las bolsas y la olí, desagradándome el olor casi podrido que conserbava. Si se lo ofrecía lo más seguro es que vomitara,haciendo tripas corazónme bebí el contenido de varias bolsas pese ya estar satisfecha y que me repuganaran, no era un sabor digno de mi paladar, pero una vez dentro no habría diferencia.

Me llené de sangre hasta que creí que iba a explotar, ya que las bolsas eran muy asquerosas, me había bebido yo su contenido para ofrecerselo de mis venas a Zero, que de seguro tendría mucho mejor sabor que este y como además estaba llena, no me sentiría devilitada lo más mínimo. Regresé a la habitación, soportando mi propio peso y me desplomé sobre una de las sillas, mirando fascinada el sueño de Zero, hasta que yo me quede también dormida.

Me desperté cuando sentí que se levantaba, pestañée ante la intensidad de la luz y lo mire con fijeza y una sonrisa, levantándome y retirándome el cuello del bestido hacia abajo, estaba astraido en la ventana, tanto que no había caido ni en mi presencia. -Buenos días dormilon-dije con un matiz mordaz-¿Te apetece el desalluno?- mostré pícara el lado desnudo de mi cuello retirando insinuante el cabello.

Se giró mostrándome aun una expresión soñolienta que me divirtió de la misma forma que lo hizo su saludo, noté que mi invitación le había atraido, así como notaba que estaba falto de sangre. Me alegro de que sonriera. eso me demostraba que estaba realmente de buen humor, su pregunta no hizo más que confirmármelo.-Si no estuviera decidida no te lo habría ofrecido-le dije con altivez. aun mostrándome pícara. Ya no me agradó tanto que me hiciera recordar lo que yo le había dicho esa noche, sin embargo le dediqué una sonrisa, apesar de que comenzaba a dudar de que quisiera beber mi sangre. Su mano me tomó la cara, acercándome a él. Esperé que me diera un beso, deteniéndose en el último momento para acertar mi ofrecimieento, me entraron ganas de quejarme, pero ya sus labios estaban contra los míos, este beso no fue como los otros, puso más pasión y ardor que en los anteriores. Me deje llevar, ablandando mi boca y respondiéndole con el mismo fervor. Finalmente se apartó un poco y sentí la punzada de sus dientes en mis labios, dejando escapar sangre de ellos, que fueron a parar a su boca. Por alguna razón respiraba dificultosamente y estaba más alterada de lo que pensaba, cuando se separó y me miró, lamí mis labios degustando mi propia sangre.

Su boca bajó, afianzando mi cadera e inclinando mi cabeza para poder tomar más abiertamente, enfoqué los ojos en el techo, estremecida al sentir su respiración contra mi cuello. Tan pronto como clavó sus colmillos en mi cuello, cerré los ojos con fuerza, durante la punzada de dolor, para después abrirlos, al notar como de nuevo mi sangre era estraida, aunque esta vez sintiéndo más placer que cuando fue a Yuki de quien la absorvió. No pude evitar un gemido agudo cuando noté que bebía con un poco de más fuerza , durante un rato no paró ciñéndome con más intensidad la espalda y la cintura, cuando paró, volví de nuevo a mirarle con una sonrisa. Esos ojos rojos envadurnados de tanta ternura y esa aun los restos de mi sangre en su cara, le conferian cierta apariencia dde criatura terrible y a la vez encantadora. Reí ligeramente.-Bueno ¿Qué te pareció? Estoy segura que fue mejor que esa sangre que sueles tomar- le acaricié la mejilla tiernamente- Zero, tu eres igual que yo, por lo que me escondas nunca más tus instintos, ni a mí, ni a Yuki, no eres humano, eres algo mejor, así que comportate como tal-dejé caer mi mano, rasguñándole la mejilla con una de mi uñas y acercando mi lengua para lamer de arriba a abjo el ilo de sangre que había abierto-Y ni pienses que lo que hiciste estuvo mal...

Me alegraba de que nunca más fuera a esconderme ese yo suyo, era su verdadera naturaleza, la criatura qe se afanaba en esconder, pero en verdad no era nadie más que él, ese ser. Sonreí de medio labial, al ver como se apuraba la sangre que le quedaba en los labios, resultaba curioso ver como había olvidado que aun tenía allí esa sangre, más yo no le había prestado casi ninguna atención, incoscientemente me relamí, seguía estando llena de sangre, aun assí no quitaba de que fuera un placer beberla, incluso sabiendo que si tomaba una gota más, expltaría del mismo modo que una sanguijuela cuando la quemas. Noté repentinamente su cercanía, sus boca casi rozo mi oido cuando sususrro mi nombre de aquella forma, enviando casi una corriente electrica por mis venas, ¿A qué quería referirse con que el era mío? No lo tenía muy claro, pues nunca había tenido precedentes de nada igual hasta ahora, sin embargo, mis instintos ante esas palabras eran diferentes a lo que debían ser, como no me tocaba, ni si quiera me había abrazado me confundía, suspiré, estaba claro que me estaba dando a elegir. Sonreí sin que apenas se notara y acaricié con mi mano su brazo, con lentitud, rozándole apenas.

Con que eres mío-paladee las palabras junto a su oido. Mi otra mano ascendió y con cuidado y dulzura, la enterré en su cabello. uidé de morderle la oreja sin herirle, más suave de lo que estaba acostumbrada, lo abracé, besándo su cuello para luego ascender hasta sus labios, besándoselos con más pasion y fuerza que la vez anterior, forzándo su boca que se ablandara a la mía y tanteando con mi lengua su interior. Agitada, por las sensaciones, le empujé con delicadeza, para que acabara encima de la cama y yo encima de él, besándolo con intensidad, mientras mi mano le tanteaba por debajo de la camisa y le acariciaba el pecho-Curiosamente-dije separándome un segundo y con la respiración algo agitada-yo tambien soy tuya.

Zero sabia bien lo que iba a pasar, o bueno eso esperaba de ella. Afirmo lo que sentia con eso, dejo que tirs hisiera lo que queria, besarlo de manera apasinada, dejarlo por debajo de ella, era algo que el mismo dejaba que tirs hisiera. Sentia como la mano de tirs acariciaba su pecho y auntomaticamente levanto su mano para acariciar su espalda, le estorbaba el vestido, pero no lo quiso quitar, era cosa de tirs, no de el. - Demuestralo - Fue lo ultimo que dijo antes de seguir besandola apacionadamante. En un momento se detuvo para poder respirar, su respiracion era acelerada, pero aun no podia dejarse llevar como el quisiera. -No puedo, no asi - dijo mientras abrazo a tirs -no si tu no me dejas - susurro esperando que ella escuchara.

[ahh no me inspire esta ves T_T]

No dudaba d que deseaba en ese momento a Zero más que a nada, mis manos lo acariciaban avidas de él y mi boca, buscaba la suya como si le faltara el mismo aire, esa petición, me arrancó una sonrisa durante un segundo, podía demostrárselo, no era algo tan dificil de hacer, aunque no negaba que era la primera vez que hacía algo así. Su abrazo me pilló completamente desprevenida, durante un instante me quedé quita, con las manos y el pecho pegados contra el suyo mientras sus brazos me rodeaban con fuerza, noté que mi pecho se aligeraba y que al intentar moverme, el bestido supuso todo un impedimento, que me dificultaba los movimientos. Suspire ante lo que me acababa de decir, se suponía que yo debía darle permiso, cuando claramente ya se lo había dado, aunque no con palabras. Acerque mis labios a su oido,-Te dejo Zero, te doy mi permiso - le susurre, levantándome un poco y tomando apoyo con ambos brazos apoyados en ambos lados de su cabeza, mi peclo cayó creando una cortena castaña a mi alrededor, le observé a los ojos con los míos escarlata. -Y tú, ¿me dejas?-pregunté pícara, deslizando una mano por mi espalda y desaciendo los lazos que mantenían sujetos el vestido hasta que me desací de él, dejándolo amontonado a mis pies y apenas cubierta con la ropa interior, aun mirándole, esta vez sin ser yo la que le tocase, aun sobre él.

Spoiler:

En verdad esta noche te ame Zero-dije sentándome en sus rosillas y acariciándole la mejilla-Desgracidamente ya no me queda mucho tiempo en este cuerpo-reí de manera musical.