un suceso nuevo priv(raymond) (R+18)

Había pasado bastante tiempo desde que no visita el Reino de Trébol, le gustaba estar en ese lugar todo muy calmado y alejado de conflictos, solo por esta vez no iría de trabajo se tomaría un descanso y bien merecido que lo tenía, aunque si algo aparecía lo aceptaría ya que una misión traía dinero consigo.

También estaba pensando en ir a visitar a su hermana, pero eso lo haría después ahora estaba un poco cansado por no decir mucho no le gustaba andar a caballo asi que prefería caminar y venia caminando ya varios días sin detenerse. Llego al centro de la ciudad mirándolo todo a su alrededor, el día parecía haber llegado a su fin por lo que no encontraría algún restaurante abierto a esas horas, mientras caminaba dio con un bar de poca monta pero era mejor que nada si tenia suerte  tendrían algo para comer y beber, aparte de encontrar un montón de tipos algo borrachos y apestosos.

Abrio la puerta encontrándose con un bonito lugar dentro al parecer lo había juzgado mal, por fuera se veía desastroso pero el interior era completamente diferente – que suerte – suspiro caminando hacia la barra donde sentó  y llamo al barman – hey! Quiero algo para comer y beber y que sea rápido…. porfavor – agrego al final siempre se le olvidan sus modales cuando salía a comer.                                  
                                                                                                                                         

Apoyo sus brazos en la barra y se dedico a esperar tranquilamente el lugar no había tanta gente como él creía encontrar la mayoría hombres que venían a ver a las hermosas chicas se atendían, fijo la mirada en una que movía sus caderas a la para que caminaba llamando la atención no solo del mismo Taiyo si no de los demás hombres que se encontraban ahí, vio como un tipo coqueteaba con la chica pero a ella no parecía importarle, sonrió divertido pensando en que hubiese pasado si el fuera el hombre a quien rechazador pero eso jamás ocurriría nadie lo rechazaba ni hombre ni mujeres se resistían y eso lo empezaba a aburrir un poco.

“Negra estaba la noche y yo me deslizaba por la calle con la estrella robada en el bolsillo.” –Recitó en volumen moderado mientras caminaba por las calles, cansado y sin nada que hacer. Había estado ya en dos lugares y como si fuera algo rutinario, se había aburrido de ambos. Le gustaba recorrer cada noche el reino, simplemente no podía evitar pasearse por él cada noche. No se aburría de su belleza tan singular, era agradable pasearse por esos lugares y parar en algún sitio fresco para poder leer tranquilo aquel libro nuevo de poemas que había conseguido después de su “última cena”. Una humana de no más de 18 años, que había estado desamparada en medio de la noche. Al parecer no era del reino, pero poco le había importado en ese momento.  La manía que tenía   de esperar hasta el último para alimentarse, lo había puesto en más de un aprieto. Pero, ya se había acostumbrado.  
Pasando una de sus manos por el flequillo que llevaba desgreñado, arregló sus gafas y se detuvo en la mitad del camino pensando qué hacer o donde ir.  Su vista se fijó en un pequeño bar. Por más que amara la noche y los lugares abiertos, le gustaba entrar a ese tipo de lugares nocturnos y observan con curiosidad a la gente que se adentraba en ese tipo de lugares.  A pesar de no poder comer ni beber nada de lo que servían en ese lugar, encontró correcto entrar y pasar un poco de tiempo ahí. Simular tomar vino, quizás hasta encontrar una amena conversación, se le antojaron mucho. Decidido, suspiró y sonrió divertido mientras se adentraba al susodicho lugar.
El ambiente le pareció peculiar, recordándolo un poco. Sabía que ya antes había estado ahí, pero al pasar de los años, las cosas siempre cambiaban demasiado y le sorprendía bastante ser testigo de esos cambios.  Entrando, observó con atención y decidió ir hasta la barra, la verdad le tentaba jugar con el alcohol y oler ese singular aroma que no detestaba en absoluto.  Se dispuso a colocarse a un costado, y le pidió al barman el vino que había deseado desde hace unos minutos atrás. Apoyando su codo en la barra, comenzó a mirar el alrededor bastante curioso.  De un momento a otro, le llamó la atención un hombre que no había visto nunca en la ciudad. Tenía el cabello azulado y  emanaba cierta rudeza de su físico. Lo observó por varios segundos y notó enseguida como miraba a los demás y su forma bastante peculiar de ordenar, le causó cierta gracias. Algo en él era diferente, pudiendo percibir algo fuera de común, frunció el ceño. No sabiendo exactamente por qué, su presencia en sí, le inquietaba. ¿Era humano? … No. ¿Qué era? Bastante curioso, se sentó en un banquillo frente a la barra.  

 Observó junto peli-azul como aquel hombre había sido rechazado. Sonrió para sí entrelazando sus manos, mientras volvía la vista hasta el barman  que preparaba sus pedidos. –Hay gente que simplemente no sabe conquistar. – Dijo en tono alto, esperando que el otro haya escuchado sus palabras. Sabía que el contrario se había fijado en eso, es por eso que se había dado cuenta que ese sería un buen tema de conversación. ¿No que había decidido hacer algo nuevo hoy? Nunca se iba a cansar de terciarse y jugar con las personas que le parecían de cierta forma interesante.  

No se había percatado para nada de la presencia del joven que estaba sentado a un lado suyo, pero sus palabras le causaron algo de gracia por lo que no se inmuto en responderle - y más si eres tan feo como ese tipo - dijo apuntando al hombre y sonriéndole, ahora que lo miraba bien era bastante lindo su piel suave y blanca, instintivamente como si fuera un animal se pasó  la lengua por los labios, podía sentir el aroma extraño que envolvía al chico, pero algo en su cabeza lo hizo entrar en razón, dejo de mirarlo y cerró los ojos molesto.
- hey! Barman tráeme algo para tomar y que sea fuerte – dijo, volviendo la vista a la chica que servía a otro sujeto, aunque en realidad no pensaba en ella si no en el chico a su lado no lo había visto ya que rara vez venia al reino de tréboles  y como no era de aquí  no había tenido la oportunidad de topárselo antes, pero su extraña aura le llamaba la atención  no la había sentido antes, no tenía idea que era este chico humano estaba claro que no.

-  ¿Eres de por aquí?  – decido preguntarle al chico, al cual ahora miraba directo a los ojos, sus ojos viajaban se su cabello hasta sus rostro buscando la respuesta a su pregunta ¿Qué eres?, fue interrumpido por el barman quien le trajo su trago y su comida un trozo de carne  y algunas cosas verdes las cuales corrió a  la orilla del plato –  un hombre de verdad no come verduritas – dijo cortando un trozo de su carne la cual no estaba tan bien cocida, dejaba ver en el centro lo roja que estaba  y algo de sangre de la misma que se escurría, a ojos de cualquier persona eso se veía totalmente incomible pero para el carnívoro de Taiyo era un manjar de primera.

Se hecho un pedazo a la boca y bebió un sorbo de su trago - quieres un poco ?- pregunto al chico ofreciéndole algo de carne que ya había cortado, sin plantearselo ya estaba siendo amable con el tipo quizas por que toda su vida habia vivido  con personas para nada normales aun tenia vagos recuerdos de esos tiempos para nada tranquilos.

- mm – miro al chico a su lado, se tragó el pedazo de carne que tenía en la boca y le respondió –  no soy de ningún reino  y no me interesa serlo estoy bien así – dijo cortando más carne, era increíble como la comida lo llevaba a otro mundo no se daba cuenta de su entorno cuando comía era como su punto débil.

No pudo evitar reír frente al comentario del chico – verduras, eso es para mujeres prefiero la carne, aunque de vez en cuando algo de verdura  esta bien tambien– dijo sonriéndole, era una faceta diferente la que mostraba cuando se dedicaba a alimentarse más despreocupada, miro de reojo al chico cuando este se negó a comer cuando le ofreció un trozo de carne, entrecerró los ojos un poco curioso ahora que lo pensaba no se había percatado de la extraña esencia alrededor del chico, sin duda antes se había dado cuenta de que no era humano para nada, pero era muy diferente de los semi-humanos e híbridos que conocía, alguna otra raza quizás habían muchas en wonderland que todavia no conocía.

- Oh – dijo un poco sorprendido – es cierto no te eh dicho mi nombre, soy Taiyo Kazama – dijo extendiendo su mano, sus modales seguían intactos algo que le habían enseñado desde pequeño, - y cuál es tu nombre si se puede saber?- pregunto sonriéndole.

Cuando termino de comer dejo os cubiertos sobre el plato y lo aparto con la mano, ladeo el cuerpo para poder mirar mejor al pelipurpura y tomo su vaso con licor  llevándoselo a la boca tomo un sorbo y lo dejo a un lado, mientras miraba al chico tratando de buscar una respuesta a su pregunta, no se dio cuenta de que había estirado su mano rozando la mejilla del chico hasta llegar a tocar su cabello – el color de tu pelo es muy lindo – comento moviendo algunas mechas de este.

Entre cerro los ojos tratando de descifrar las palabras del chico y por qué había sacado su mano de esa forma hasta que lo escucho hablar y sonrio, no le gustaba que lo rechazaran pero escucharlo decir eso era un avance ya logrado. Mantuvo su sonrisa se paso la lengua por los labios cuando el muchacho no supo que decir – nerviosos eh?- pensó victorioso.

- Ah estoy solo de pasada no vengo por nada importante – lo mira de forma seductora – aunque podría pensar en quedarme unos días si me haces compañía  - tomo la mano del pelipurpura y la apretó para que no la sacara, en definitiva no se iba a ir de ese lugar sin  tener alguna aventura con alguien y ya había elegido a ese alguien. Soltó la mano del chico saco unas monedas las puso sobre el mesón – aquí tiene espero sea suficiente, lo mío y lo del – dicho esto tomo el brazo del chico y lo jalo para que lo siguiera  no lo iba a dejar escapar.

Ya a fuera del bar miro hacia todas las direcciones hasta dar con el lugar que quería, comenzó a caminar hasta el letrero que decía “posada”   no se detuvo en ningun momento para mirar al chico – no te eh preguntado tu nombre o si? – dijo deteniéndose a poco metros de entrar al lugar, por un momento pensó que preguntarle si quería ir con el pero nunca lo hacía.  Qué demonios le pasaba últimamente teniendo piedad con todos, miro el suelo molesto consigo mismo  y solto al chico – si no quieres ir esta bien buscare a alguien más – dijo sin más y se dio la vuelta para caminar hacia la posada.

Dejo de caminar cuando escucho hablar al chico, por un momento dudo en girarse pero al final solo lo hizo,  lo miro extrañado  ladeando un poco la cabeza, nunca había esperado una respuesta así  de parte  de una personas, por lo que se quedó en completo silencio escuchando lo que el otro decía sin poder evitar sonreír  - con que extraño espécimen me encontré hoy – pensó cruzando sus brazos sobre su pecho, ahora que lo pensaba si le había dicho el nombre pero porque lo había olvidado, ni idea así que siguió poniendo atención a lo que le decía  - que!! –  Soltó de repente al escuchar lo de la chica – ni loco me hubiese acostado en esa mujer  - negó con la cabeza.                    

Podía ser bonita tener buen cuerpo  pero solo se había entretenido mirándola,  no había tendido intenciones de tener sexo con ella en ningún momento, Por lo que no le dio importancia.
Entrecerró los ojos mirando divertido al pelipúrpura estaba claro que entendía muy bien sus intenciones,  si no se habría parado de esa forma ya estaría sobre el haciéndolo gemir como a él le gustaba, pero su maldita compasión lo había hecho detenerse para saber lo que el otro pensaba. Sonrió ante las palabras subidas de tono que uso el chico y camino hasta el, lo tomo por la cintura para tenerlo más cerca de su  cuerpo,  - si eso quieres – dijo en un tono completamente lujuriosos.

Tomo con una de sus manos la cabeza del chico, lo miro por unos segundos y lo beso de forma apasionada, introduciendo su lengua para jugar con la ajena,  hace ya tiempo que había perdido el pudor de ser visto en las calles pero tener fisgones no era lo suyo por lo que detuvo el beso cuando la temperatura de su cuerpo aumento,- será mejor buscar un lugar más privado – sentencio tomando la mano de Ray.

Abrió la puerta de la posada sorprendiendo a la mujer que estaba atendiendo – quiero una habitación - dijo sin más, la mujer  lo observo sonrojándose  y le  paso una lleva – pieza 13, tercer piso – murmuro nerviosa – gracias aquí tiene  - dejo unas monedas y arrastro al chico hasta la pieza, haciéndolo entrar primero. – no vas a escapar de aquí- susurro ladino sin dejar de mirarlo, cerró  la puerta a su espalda.