Una noche para olvidar, o tal vez no. Priv. Drake Lowell

Vagaba en un pueblo del reino amarillo, los pueblos son pequeños y no dan tanto problema para el ingreso, en el reino azul me tenían temporalmente vetada en todos los bares, TODOS.
Suspire mientras caminaba tranquilamente por una de las calles del pueblo, en cada paso se marcaba mi huella con escarcha, algunos lo miraban curiosos y otros no prestaban atención.

-Que día más aburrido- dije pateando una piedrita, y entre en un bar que apareció por ahí. -Wonderland, por estas cosas te adoro~~- dije casi cantando mientras entraba y me sentaba en la barra del bar. El cantero me miro suspicaz, pero por ser de aun de día supongo que pensó que no estaba mal. -La nena quiere un jugo?- dijo acercándose hasta a mi, lo mire divertida y saque un fajo de dinero que le mostré. -Si, la nena quiere jugo de naranja, con mucho vodka.- Dije sonriendo de lado. -O si el hombre prefiere me da wisky, así si entran y preguntan, la nena estará tomando jugo de manzana, pero nada de intentar engañarme, lo sabre y lo lamentaras. Queda claro?- Dije divertida y con una mirada casi asesina.

El cantero se quedo mirándome un instante, estaba indeciso sobre como actuar, pero finalmente accedió a mis peticiones, algo temeroso debo aclarar, y me trajo wisky. -No quiero problemas niña- Dijo mientras me lo entregaba. -Deje de llamarme niña y no los tendrá- Ni si quiera lo mire al responderle y empece a beber pausadamente.

El bar estaba casi vació, no me extrañaba ya que aun no oscurecía, no tardaría mucho en empezar a llenarse o por lo menos a que entraran más personas, ansiaba poder causar algunos problemas menores, o que alguien interesante me entretuviera por un rato.

Hora? puff importaba acaso la maldita hora para ir a un bar? en el caso del capitán del reino amarillo no , tras haber cumplido con sus labores pertinenetes la noche anterior decide que se merece un descanso traducción se merece un montón de licor en compensación por tan abrumador esfuerzo ; Esta vez no fue a la taberna donde estaba Mary Redwood la sensual dueña del local por la que el capitán sentía cierto afecto...quien sabe a como iban las cosas tal vez terminaría casándose con la voluptuosa mujer , una sonrisa burlona se dibuja en sus labios....mira que disparate ha pensado y eso que esta sobrio!!! el casado? ja! era una especie de broma que se auto juega el rubio , como habría de casarse el en plena flor de su juventud? como habría de enlazar su vida a la de alguien hasta que la muerte los separe? nah! eso aun esta lejos de pasar tal vez en un par de años quizás cinco eso si, siempre y cuando la "señorita" Redwood este dispuesta a esperar a que el descarriado capitán de su brazo a torcer y le proponga matrimonio , algo que se veía bastante lejano.

Camina con paso seguro por las calles del pueblo , su cabello rubio y largo esta un tanto desordenado , tenia una barba descuidada de varios días ,y en sus labios persiste esa sonrisa burlona y de autosuficiencia que le caracteriza ; portaba el uniforme militar como siempre las espadas que usaba guardadas en su funda , la cerbatana en la espalda en un carcaj hecho a medida del armajunto con los dardos impregnados con veneno , en cada brazo una hidden blade disfrazada de muñequeras de cuero que le cubría el antebrazo , por fin dio con su objetivo un bar-por fin! los dioses me hacen sufrir hoy-de un fuerte empujón abre la puerta del bar , no estaba muy concurrido a esa hora no le parece extraño eso, se adentra al lugar y se sienta en la barra, el hombre al reconocerle sonrie casi todos los taberneros del reino amarillo sabían quien era el rubio .

Capitán Lowell ! un gusto como siempre tenerlo aquí, lo de siempre?

-si ya sabes Pietro para que preguntas estoy sobrio y esa no es buena señal nunca-ambos hombres ríen , el cantinero va por lo que ha solicitado el rucio le pone la botella enfrente-oh dioses...creo que me he enamorado-mira con cierto cariño la botella, Pietro el cantinero solo niega un par de veces antes de colocar un vaso sobre la barra por si el excentrico capitán quiere usarlo, Drake voltea y nota junto a si a una chiquilla-hey Pietro ahora las escoges mas jóvenes,no?-mira de arriba abajo a la "niña"-agradece que no estoy en servicio o tendría que arrestarte por andar de caliente con una mocosa-el hombre se pone hasta pálido por lo que ha dicho el rubio.

-no señor, no es lo que cree yo jamas haría una cosa así-

- te creo hombre , y tu renacuajo no deberías estar jugando a las muñecas o algo por el estilo?-dice en tono burlón mientras toma la botella de ron y le da el primer trago gozando del sabor del licor pasar por su garganta, se escucha que la puerta de la taberna se abre y entran dos chicas riendo tontamente, Lowell voltea y al verlas sonríe-señoritas, pensé que no vendrían me sentía solo- oh si Drake podría sentir afecto por Mary pero eso no le quita lo ojo alegre había invitado unos tragos a dos mucamas del palacio , nadie notaría su ausencia, las dos chicas aun riendo tontamente se sientan junto al capitán-Pietro tragos para las damas-una de las chicas, que era de cabello negro un tanto rizado se aferra un poco al brazo izquierdo del capitán, todo apuntaba a ser una velada interesante no había duda.

Perdon:

Recién llevaba mi segundo sorbo, cuando la puerta se abrió de un fuerte golpe, ladee la cabeza lentamente y vi entrar a quien creía era el capitán de la armada amarilla, no estaba muy segura, no era de ese reino como para conocer a cada uno de los miembros de la armada. Tampoco me importaba mucho.... Tome otro sorbo de mi "jugo de manzana". Cuando escuche la salameria con que lo saludaba el cantinero, rodee los ojos y seguí en lo mio. Realmente era el capitán, me resultaba interesante molestar a una figura de autoridad, pero estaba feliz bebiendo, por ahora estaría tranquila.

"y tu renacuajo no deberías estar jugando a las muñecas o algo por el estilo?" ... Fueron las palabras que salieron de los labios del rubio y bastaron para hacerme cambiar de parecer, de no haber estado tan entusiasmado con el par de "señoritas" que ingresaron al bar en ese momento hubiera notado la escarcha que rodeo mi puesto y cubrió el mesón.

Mire al rubio detenidamente, de forma casi asesina, nadie me llamaba renacuajo, ni chiquilla, ni niña, ni nada similar. El cantinero si lo noto, y un escalofrió recorrió su espalda, presentía que algo pasaría, y no algo bueno, sonreí de forma algo siniestra y cuando las damas se sentaron empece con mi jugada, mi dulce venganza.

En un movimiento rápido me deje caer sobre las piernas del rubio y lo abrace por el cuello. -PApi!! pensé que me habías abandonado!!!- Dije en un tono meloso mientras lo abrazaba. Rápidamente y antes de que pudiera decir algo mire a las damas. -Son primas tuyas? Quizá son mis tías!! Por que tardaste? Te estamos esperando con mami- Rogaba que las damas no conocieran tanto al caballero, y haría que lamentara llamarme renacuajo.