Rojo carmin [priv/Alicia Lidell]

-Y vuelta y vuelta y vuelta y haycuidaoquememato.-

Llevaba horas entrenando ese movimiento circular con Atreyu, el nombre del su mazo y no parecía que fuera a ir a mejor. Aunque era muy diestra con éste, aún se movía con lentitud debido a su enorme tamaño, por lo que pocas veces podía usarlo, cosa que no le gustaba en absoluto. Le encantaba ese maldito caballo y tenerlo guardado no era de su gusto.

Había amanecido soleado, y Alicia se había propuesto aprovechar el día. AUnque el campo de entrenamiento estaba muy bien, no deseaba que los soldados la vieran entrenar hasta que no dominara mejor a semejante bicho. Aún trastabilla al acelerar el movimiento del ataque y aunque la situación era cómica (ella misma lo reconocía), las bromitas después no se las iba a quitar nadie.

Así que en un acto de iluminación inesperado, decidió ir a entrenar al jardín trasero de palacio, lugar poco frecuentado, ya que sólo tenían acceso los cargos importantes.

Suspiró cansada y dejó caer la maza al suelo. La miró acusadora, cómo si esta tubiera la culpa, pero rápidamente se reprendió por su comportamiento mentalmente y la dejó a su lado con mucho cuidado.

- Bf.... cuánto sol hace hoy.- suspiró para si misma. Mirando a su alrededor, visualizó la preciada fuente que tenia en mente y se dirigió a lavarse la cara en ella.
Se secó con el delantal que llevaba puesto, ya que como no había combate oficial se había pusto su típico vestido azul. Entonces, escuchó una voz detrás, a la que rápidamente se giró a responder.

- Muy buenos días Su Majestad.- le devolvió el saludo Alicia haciendo una sencilla reverencia. - ¿Cómo se encuentra esta mañana? Sé que no es asunto mío.. pero tras lo ocurrido, ¿no tenía usted que guardar reposo? - le preguntó acercandose a él.
Lucía cansado, cosa que le preocupaba. Era un buen hombre, fuerte.
Y un buen rey, y ella había fallado en protegerle... por lo que ahora prestaba a ambos monarcas más atención.

La chica escuchó atentamente. Un gran trasfondo se escondía bajo las sencillas palabras de su rey. Pero eso era algo habitual en él. NO hacía alardes, pero aquel que sabía entenderle podía apreciar la fortaleza de sus palabras. Le miró tranquila.

-Aün así, tenga cuidado mi señor. Nadie quiere que vuelva a sufrir ningún daño.- le señaló con cuidado- Todo ha estado algo revuelto desde que os hirieron. No vale la pena volver al principio por salir dos días antes del lecho- añadió con una sonrisa antes de que el rey reparara en la bonita maza a mi lado.

Alicia se llevó una mano a la nuca y sonrió a media tinta.

-Eso intentamos, señor. Dar lo mejor de nosotros mismos día tras día. No sólo tenemos batallas que librar, sino un orgullo própio que mantener.- le respondió. - Sin embargo, una interrupción me ha venido divinamente, la verdad. Así que no os disculpéis Su Majestad, poder tener una charla con vos siempre es agradable. Y un buen soldado no sólo ejercita su físico, ¿no? También se necesita algo aquí arriba. - añadió con una sonrisa ahora mientras que con el dedo índice se señalaba la sien.

Off Lamento “la demora” me salieron unos pendientes en la tarde antes de ir al trabajo :T

Estaba decidida a apoyarle. No todos los días se tenía un rey que estubiera a la altura de su cargo.... además, no fuera a ser que cayera el reino en manos del tontaina de su hermano.

-Sigh, eso ni en broma.-Pensó Alicia para si misma reprimiendo una mueca de horror. Dejar las manos de ese casanovas irresponsable no era opción alguna. Miró al hombre que tenía frente a ella y negó con la cabeza. La verdad es que ni se le había pasado por la mente la idea de ingerir alimento alguno, y eso empezaba a pasarle factura.

-La verdad es que no; aún no he desayunado.- Respondió Alicia mientras se levantaba del reposo de la fuente.- Será un placer ser su acompañante esta mañana, son duda. - añadió con una sonrisa tras cargarse la maza al hombro.

- Mmmmm....- Suspiró- Creo que mejor la dejo aquí. No creo que nadie está tan loco cómo para intentar llevarsela... y al Sombrerero sé dónde vive así que en el caso que desaparezca, sé dónde irlo a buscar.- comentó la chica en una especie de broma personal. Tenía muchísimo cariño a ese hombre. Y sabia de sobras que sería el único que se atreviera a coger sus armas por el mero placer de tocarle las narices.

- ¿Dónde quiere desayunar hoy Su Majestad?- Preguntó una vez dispuso la maza discretamente a un lado de la fuente. Hacía un día espléndido para desayunar en el Jardín, aun que quizá para una persona convaleciente el sol era demasiado y convenía más recurrir a la sombra de la terraza, por dónde solía correr una brisa muy agradable. Otra opción sería que les trajeran el desayuno aquí mismo, pero a la chica le sabía mal marear de esta manera a los criados.... Bah, que decidiera el rey, total, iba a estar muerta de hambre de todas maneras.

El gran iskandar asintió con la gruesa diestra sobre la frondosa barba. ¿Así que no había desayunado? eso no era bueno, si algo piensa el pelirrojo es que para que sus soldados puedan brindar un buen servicio deben saciar previamente el hambre, solo así se piensa y actúa mejor, según el, claro.

Aunque su gruesa sonrisa se amplió al escuchar semejante comentario del sombrerero* Sin embargo, a la pregunta de la general, el más alto solamente atino a arquear una ceja con curiosidad enorme. Lo cierto es que no se le había pasado la idea del lugar donde podrían desayunar tranquilamente y sin que alguien les irrumpiese con cosas que carecían de importancia alguna.

-Hace un poco de calor y como mencione no quiero estar encerrado de vuelta- y su un tanto ripia -pero alegre- risa, se escucho en el lugar -Podría ser entonces en la terraza, así estaríamos mas cómodos- y comenzó a caminar en espera que ella le siguiese.

En el camino al lugar, el moreno detuvo a un par de criadas para indicarles que de favor llevasen a cabo todos los preparativos para el desayuno. Aunque sería extraño, por primera vez en mucho tiempo el rey no desayunaría en compañía de la reina, ni de su tan mujeriego hermano. Pero supuso le disculparían dada la situación y que tampoco ellos se encontraban en muy buen estado.

-Aun hay mucho que preparar luego del ataque Menciono, casual, aunque no pararía a pensar en semejante cosa, no quería que el apetito le abandonase por la ligera molestia que le embargaba al recordar semejantes perdidas y derrota...

Cuando llegaron al lugar seleccionado los criados ya habían comenzado con los preparativos, solo faltaba que les llevasen el desayuno, mientras podrían aprovechar para comentar uno que otro detalle, en lo que les servían.


OFF* No sé si el comentario fue pensamiento o si realmente lo externo, en caso de ser lo primero avisadme para editar el post ^^

Alicia echó la cabeza hacia atrás y extendió los brazos hacia atrás, absorviendo toda la luz solar de la que fué capaz. Aunque no era una persona que le gustara tumbarse a tomar el sol y dejar que este tostara su piel; si que le gustaba notar cómo este la calentaba por dentro.

-Ciertamente, hay mucho que planear majestad.- le concedió con un gesto afirmativo tras recobrar la postura y tomar asiento.- Las cosas no pueden quedar así. Permitir que esta situación se mantenga mucho tiempo puede ser un agravante importante para la humillación sufrida.

El tema le ponñia de mal humor. Mucho. Aün así, intento dejarlo para el próximo consejo de guerra. No era conveniente comer enfadada... la comida le podía sentar mal. Una criada acabo de poner los platos frente a ellos y los ojos de Alicia vagaron entre dulces y café caliente mientras estrellitas brotaban de ellos.

¡Pero que hambre!

Intentó comportarse mientras servía el café.
- ¿Tomará usted café Su Majestad?- Alicia esperó su respuesta y después preguntó nuevamente.- Por cierto, sé que no es de mi incumbencia... pero ¿cómo se encuentra la reina? Hace días que no puedo hablar con ella y me preocupa.