Una re-bienvenida? [Priv//Dante]

Ya había pasado mucho tiempo desde la ultima vez que había visto al albino. Demasiado. Realmente, ¿Que demonios le había pasado? Incluso el semi-humano llevaba tiempo sin verle.... Y además por algún motivo aquel tipo extraño me pregunto por el...

Al pensar en aquello mi mirada se ensombecio por unos instantes, peor luego solo sonreí estaba ante la puerta del "hogar" del mayor, una oficina con un cartelito que decía "Devil my cry" colgaba en medio de la puerta, me volví corpórea y di unos pequeños golpes, aunque dado que no escuche ruido algún -y que realmente por lo desaparecido que andaba dudaba que estuviera ahí- me volví fantasmal y atravesé la puerta dejándola escarchada.

-Dante?- susurre en forma fantasmal, claro que sabia que el albino igual me veáa y escucharía, no por nada era un semidemonio.

Observe el lugar, se veía un poco descuidado, pero conociendo al mayor aquello seguro era normal. Empece a caminar por ahí, si el albino se encontraba en algún momento me toparía con él ¿No?, y si llegaba la escarcha de la puerta y el frió de la habitación le darían una linda bienvenida.

-Dante, me aburro de jugar a las escondidas... sal ya-.. decía en voz baja; ese día andaba bastante tranquila, probablemente por que ya era casi de noche y aun no iba a ningún bar, en mi "cuerpo" no había ni media gota de alcohol, lo cual era tan inusual como que los soldados carmines tuvieran algo de cordura.

OFF: cualquier cosa que quieres que cambie me avisas y ya ^w^

Al llamar a la puerta, Dante no escucha los toquidos que Elizabeth dio. El Devil May Cry parece estar vacio ese día. En el piso hay toda clase de papeles los que sobresalen mas, son carteles de se busca. Algunos en la aburrición que tuvo el albino tenian dibujados ya sea bigotes o barba, o tachados dando por entendido con eso que ya ha cobrado el dinero por la presa. Y en el escritorio otro montón por revisar estaba.

La gabardina del cazador descansa sobre la silla frente al escritorio, y sus botas a un lado del sofá, que en veces usa como cama. No es que haya escuchado el llamado de la fantasma, pero tras abrirse la puerta de golpe, al ser pateada por el albino la figura de vergil de dejo ver; se muestra algo hostigado, bajo sus ojos lleva unas pronunciadas ojeras. Lo extraño del asunto, aparte de verle en la residencia de Dante es que solo lleve pantalón y solamente una toalla a los hombros. Y observa a la menor... -¡He! ¡Elizabeth!- Sacudió la cabeza haciendo con eso que su cabellera se viniera hacia abajo. Su cuerpo se estremece, sintió el frio de la habitación.

-No oí cuando entraste ¿Tienes mucho acá? estaba en la ducha-- Comodinamente se aplasto en el sillón donde estaban sus botas. Definitivamente, era Dante solo que con un aspecto un tanto cansado y sin su característica barba de vago.

Al cabo de un rato alguien aparece tras un violento abrir de una puerta, un poco de vapor y. . . Vergil? Lleve mis manos a mis caderas y alce las cejas –Para que sepas yo ando buscando a….- pero me calle al reconocer esas actitud, esa forma de hablar, ese algo que hacia al albino tan reconocible. –No te ves muy bien- dije algo preocupada, perdiendo mi tono común, sustituyéndolo por uno más serio.

Me senté a un lado del albino, manteniendo distancia para no congelarlo, dado que estaba solo con pantalón era más susceptible al frio y congelamiento. –No llevo mucho, entre hace poco realmente, curioseaba y luego pateaste la puerta y te confundí con tu hermanito por unos instantes.- Dije sin mucho interés, como si fuera un “hola como estas” para otros.

Por un segundo recordé el interés de aquel tipo en Dante, y toda su ausencia –Donde estuviste Dante?- Nuevamente tomaba el tono serio –Estuviste desaparecido largo tiempo, y no tienes buen aspecto, no quiero parecer una novia controladora. . . ni siquiera quiero parecer tu novia, pero dónde estabas? Te perdiste de nuevo?- Lo miraba detenidamente, sus ojeras, su rostro, se notaba cansado. Pero estaba vivo, y parecía medianamente normal, ¿Ellos no podían haberle hecho nada, no?

Se lleva una mano al rostro para intentar despabilarse. Aunque no logra evitar un bostezo descarado. Echó una risa divertida ¿Ella su novia psicópata? -Para eso tengo a Nero, Eliza~- Arquea su cuerpo para tomar una posición mas despreocupada. –No, no me perdí, ya comienzo a acostumbrarme a los cambios bruscos en los caminos. He estado trabajando, no solo para Espadas- Pasa la toalla sobre su cabello alborotándolo, pero secándolo. –Note que transformarme en este mundo es mas cansado, he evitado hacerlo, igual las desveladas me están pesando- Le sonríe con despreocupación. El problema que no haya demonios en wonderland es eso, que tiene que trabajar de espía, no solo en espadas, sino en otros reinos también. Siempre y cuando no involucre o tenga que ver algo contra su amigo Credo.
Estira la mano para alborotarle el cabello actuando como si fuera su hermano mayor [b]–Gracias por preocuparte Elicilla. Solo te falto preguntar: ¿Con quien estabas, donde andabas, a que hora llegaste? Y cosas asi como para parecer realmente la novia celosa y psicópata-- Aunque, hay algo que no le deja tranquilo y es [b]¡Te noto seria!- Y eso es raro [b]-Venga ¿Quieres algo de tomar? Aun tengo una botella de Vodka por ahí, sirve que me cuentas que te tiene asi

Sonreí de medio labio cuando menciono al albino semi humano que era su novio, y sonreí más tranquila cuando explico el motivo de su ausencia. -Si. . . ser espía no siempre era fácil- musité muy bajo mientras el explicaba. Así que anda cansado por desvelarse y transformarse en su forma de demonio.

-Debes descansar también, de nada te sirve el dinero si no puedes disfrutarlo.- Recordé que en un principio, cuando también trabajaba como espía, también había sido exagerada, trabajar mucho y descansar poco, claro que yo ya no ejercía como espía, había logrado juntar suficiente dinero como para vivir una eternidad sin mayor problema, y si se me acababa, volvía a vender información o algo así.

De cierta forma disfrute que alborotara mi cabello, y lo mire con cariño y algo de miedo, aunque fue cuando insinuó lo de novia celosa y psicópata. -bueno dejare que el cachorro te haga todas esas preguntas.- Dije ligeramente mal humorada.

Algo para tomar, por algún motivo ya no deseaba tomar, evitaba el alcohol, quizá por que ellos me secuestraron, o algo, después de haber bebido mucho, o quizá algo le echaron a mi bebida, no estaba segura, pero mi cuerpo rechazaba toda bebida alcohólica, y realmente toda cosa externa que ingresara a mi cuerpo. -Pero como rechazar vodka sin que acabe exagerando y preocupándose aun más, y nota que algo me pasa y es que no lo puedo ocultar. . . pero no puedo decirle nada. . . - pensé mirando el suelo. -Enserio consertiras que siga tomando? realmente... no tengo muchas ganas de vodka- dije intentando parecer tranquila y luego solo me quede en silencio.