Placeres Mundanos ´´-Augusto-

Durante todo el juego observé con atención -con la que me era posible mantener, al menos- los movimientos de Matheus Amsel. Cada gesto, la manera en que jugaba con las cartas... Todo era importante en un juego que decidiría el destino de mi majestuoso corcel. Pero el problema no era ese, sino que yo ya estaba totalmente ebrio.

-Tsk... -chisté cuando obtuve mis barajas: no tenía nada. Noté que Mathy me miraba, decidí que era el momento de bluffear y eso fue exactamente lo que hice... O, mínimamente, lo que traté de hacer.- Estás perdido, pequeño rubio... -sonreí tan falso como la tortuga falsa.

Miré interesado la forma en que el Lord bajaba cada uno de los naipes de su mano. Se trataba del palo de espadas y yo, a duras penas, logré identificar los borrosos números y las letritas en ellas.

...10, J, Q, K y A.

Era una escalera real... contra mi insignificante trío de dieces.

Cogí mi copa y di un largo sorbo a la bebida. Tardé unos segundos en analizar el resultado del juego, pero cuando lo hube hecho, furioso, lancé mis cartas a la mesa.

-¡NO! -grité al mismo tiempo que le pegaba una salvaje mordida a la copa de vidrio.- ¡No es posible! ¡Has hecho trampa! -berreé.

Lo miré sorprendió al verle hacer ese puchero ... - ¿trampa?? te dije que era bueno , tu te quisiste arriesgar.. - dije mirando como algunas copas se habia caido al suelo y oras solo volteado sobre la mesa, ante el golpe de Augusto.

No me saldrás ahora con que eres un mal perdedor.. - dije juntando algunos naipes y lanzandolos lejos de ahí .. - tu pediste mazo nuevo , no pude hacer trampa, estaba cerrado... - sonreía feliz y victorioso

Admito que su táctica de cambiar de mazo fue buena pero la suerte ahora estaba de mi lado, al menos por una vez , pero ahora no sabría como reaccionaria él y yo, ambos ebrios y con problemas entre nosotros..

Me tallé los ojos un par de veces... y trate de enfocar a Augusto , pero en realidad no quería con esa cara que tenia... parecía que la sangre.. no.. más bien la sangre le hervía..

El mesero interrumpió el "ambiente" y me dijo la cuenta total al oído , asentí levemente y solo dije.. - a mi padre, todo..- cada palabra que salia de mis labios eran puro veneno hacía él..

Vamos, quiero salir al aire fresco .. al menos claro que no quieras venir y te vayas a pie a tu propia casa...- dije riendo un poco y poniéndome de pie como pude , me apoyé de espaldas a la pared y me pase una mano por el cabello y me queje suavemente cerrando los ojos.

Después de morder la copa, sentí la sangre lentamente humedecerme los labios. Era una sensación exquisita y caliente, pero eso era lo último que iba a pensar en aquél turbio instante.

Arrojé la copa a la mesa y ésta se estrelló con el puro impacto, derramando el líquido y esparciendo pequeños vidrios por toda la superficie.

-Puedes largarte de una vez, Matheus -amenacé rechinando los dientes. Limpié mi sangre con el dorso de la mano y me erguí, digno, colocando ambas manos sobre los lados de la cadera.- El animal es tuyo, -dije con más dolor del que fui capaz de demostrar- ve por él.

Y aún en esa situación fui tan cínico como para sonreír. ¡A saber dónde andaría la yegua pinta! Normalmente le daba oportunidad de que paseara y la llamaba con un silbido sólo cuando la necesitaba.

Me pregunté si el honorable Lord lo sabría...

-Anda, -escupí sangre al suelo y le di la espalda- yo volveré caminando a casa.

Miraba como hacía todo aquello , demonios.. no sabía si era el nivel de alcohol o que en verdad pensaba que Augusto se veía jodidamente atrayente , quería conocer es lado salvaje que tiene.. si saben a lo que me refiero..

Sonreí levemente y me acerqué un poco.. - vamos puedo darte un aventón , más bien quiero que tu manejes a la yegua... - murmuré alado de él , me había gustado cabalgar así , yo disfrutando el paisaje..

Al verlo de perfil volví a regresar un poco a mis casillas , era un general y además me había dado tal paliza como.. como .. nadie lo había hecho.... no se por que demonios me sonrojé y lo empujé levemente, claro que a él ni lo inmuto.

Salí rápidamente afuera buscando con la mirada a la yegua , en uno de mis momentos de lucidez recordé que el tonto la dejo irse .. debería tener una forma de llamarla..

Hiedra ¡¡¡ yeguaaa ¡¡¡ .. - grité a todo pulmón mientras alzaba los brazos.. - ven aqui ¡¡¡ nena nena ¡¡¡ .. - suspiré y me acomodé el cabello , según yo..

Maldita sea .. yeguaaaaa ¡¡¡¡ .. - me apoyé en un árbol que estaba a las afueras del bar .. la gente pasaba y me miraba extraño.. -¿ que nunca vieron a un tipo exageradamente guapo?? .. - dije enojado

Intenté chistarle de varias maneras posibles mas no logré que el "Sssht" sonara tan ofensivo como yo deseaba; pero lo más triste era que todo eso se debía a que ya había perdido la coordinación perfecta que solía tener en ciertas partes de mi cuerpo: en este caso mi lengua.

Me pregunté si podría comer fideos en ese estado.

Oh, Augusto, cállate.

-¡Joder! ¡Mathy! ¡¡No grites!! ¡Te van a oír! -le grité sin ningún tipo de consideración.

De haber estado sobrio me hubiera dado cuenta de que aquello era una entera estupidez y que gritarle "No grites" no sólo era tonto, sino también irónico. Pero no era el caso.

-¡No le digas yegua! ¡Llámale por su nombre, es una dama! -hablé fuerte y exagerado -sin ser intencional, podría jurarlo-, mientras algunas personas que pasaban por ahí se nos quedaban mirando. Yo les miré de vuelta y caí en la cuenta de mi ebriedad cuando no pude decidir si querían reírse de nosotros, llorar o vomitar. O si el que quería vomitar era yo.

O todo junto.

-¡Está bien! ¡La llamaré pero ya cállate! -le grité a la par que me acercaba por detrás suyo para taparle la boca con una mano; mientras que, con la otra, le hacía una graciosa forma a mis labios para intentar silbar. Por casualidad lo logré al sexto intento y se escucharon los cascos de mi corcel a lo lejos.

Llegó a los pocos segundos, con las orejas erguidas y moviéndolas hacia todos lados. Estaba tan condenadamente feliz que me hizo sonreír a mí como un inepto.

-Hiedrwa -le llamé con una terrible pronunciación y luego intenté subirme a ella.

Al parecer salir al aire libre no había sido benéfico pues las frescas ráfagas de viento nocturno eran de esas que hacían que el alcohol se subiera hasta el cielo...

Pensaba en otra forma de llamar a la yegua cuando escuché a alguien más gritando a mi absurdo nivel, volteé y claro era Augusto , creo que hice una cara extraña cuando lo vi, ni de felicidad ni de enojo o fastidio, solo fue una mueca además que de lejos lo veía doble no me percaté de nada más..

Le grito a quien quiera y como quiera .. - dije mientras volvía a voltearme para gritar algo como "yeguita de augustito" si algo que le hiciera enojar, pero el me tapó la boca y me empezó a decir algo de que ¿él era una dama? aah no no su yegua..

Mientras me sujetaba alcé la vista y lo vi tratando de silbar , sonreí levemente se veía sumamente gracioso creo que no carcajeé por que vomitaría en eso noté esa sonrisa en él , si no es por que estaba totalmente ebrio le hubiera ayudado esa sonrisa a verse guapo

El galopeo de Hiedra me hiso voltear a verla, él me soltó e intentaba montar - Jajaja deberías verte ,ridículo¡¡. - dije acercándome y apoyándome en el animal , no Augusto no , Hiedra .

-Aprende novato¡¡¡. - solté mientras intentaba montara sin mucho éxito , rodeé a la yegua y volví a usar a Augusto de escalera para subir a Hiedra cuando pude subir , jalé a Augusto de los hombros.. - Sube tonto... sube¡¡¡ .. - cuando le pude jalar y quedo boca abajo sobre la silla de montar le di unas palmaditas en la espalda.

A casa ¡¡¡¡ vamoooos quiero irme yaaa.. - dije mientras le empujaba para que se sentara bien , la verdad me empezaba a sentir realmente mareado y mal , ocupaba algún café o algo por que no podría con la resaca en la mañana

Después de unos instantes, Matheus y yo logramos montar al caballo que, por cierto, estaba comenzando a irritarse. Hiedra nunca fue de mucha paciencia... Y no tengo idea de donde lo sacó. El rubio se subió primero a la montura y, no recuerdo cómo, pero me ayudó a subir a mí también.

-Vamos -le dije a mi corcel, sin embargo, cuando traté de coger sus riendas no las alcancé. Me pregunté porqué y entonces me di cuenta de algo completamente absurdo: Matheus se había subido frente a mí. Eso significaba que él tenía que guiar al corcel o...

-A ver, inclínate hacia adelante -le dije con mi mejor pronunciación de borracho y estiré las manos para alcanzar las riendas de la Hiedra. No me di cuenta en ese momento, pero el Lord y yo nos encontrábamos demasiado cerca.- No veo, -le dije- quítate.

Pero, pensándolo bien ¿hacia dónde se podía quitar?

Escuché que me dijo algo pero no le hice caso y seguí -según yo- guiando al animal. La verdad era que Hiedra sabía cómo llegar a casa y fue por eso que logramos llegar a salvo, porque ella ignoró todas mis indicaciones para regresar...