Crees que somos madre e hijo ? [Priv: Charlotte]

Últimamente las cosas se han visto revueltas en muchos sentidos; principalmente que ahora el fino y denso hilo de la relación que tiene Corazón y Diamantes se hacia cada vez más pequeño, temía que lo peor pudiera pasara y que una guerra sin fin ocurriera, mi pueblo y los demás morirían de miedo y no solo de eso. Yo estaba seguro que un tratado de paz entre ambos reinos podría funcionar, pero aquellos ancianos del consejo real no querían que el reino amarillo perdiera su título de "Líderes de las armadas" ¡Que importaba ahora un titulo!

Por ahora, buscar la paz. Caminaba tranquilamente por los pasillos en dirección a la sala del trono real acompañado por una dama de compañía que me indicaba -O chismeaba- Lo último que ha pasado entre el castillo y el pueblo mismo. Con simples “Aja" y "Sí" era mi respuesta a lo que decía, de verdad tantos chistes abrumaba ahora entendía por qué Ky era tan recio con las sirvientas, por el pensamiento reí ligeramente desconcentrando a la chica quien simplemente se jactó en seguir hablando.

Un estruendoso sonido hizo que ambas nos miráramos sorprendidas y apresuradamente nos acercamos a la enrome puerta que daba con el trono real, humo salía por debajo de ella y la dama de compañía llevo su mano a su boca totalmente consternada, por mi parte simplemente hice un leve mohín con mis labios y suspiré pesadamente.

-Puedes retirarte, no tienes de que preocuparte que se quien causó todo esto -La muchacha no comprendía pero como todo los habitantes de acá cumplió mi petición reverenciándome levemente y después retirándose, no sin antes mirar atrás para asegurarse de que no ocurriera nada.

Voltee a ver nuevamente la puerta y respire hondo, tosiendo un poco por haberme llevado una cantidad de humo a mis pulmones, abrí la puerta de par en par y me adentré a la sala, no se veía nada más que la espesa capa de humo y una sombra a través de ellos. Fruncí el ceño y mis dos grandes alas se movieron extendiéndose a los lados, con un simple aleteo de ellos el humo se disperso y comenzaba a desaparecer dejando en claro la escena del "crimen".

Justo quien pensaba, ahí estaba él; Bleith. Con su cabello turquesa con motas de humo y con una mirada nerviosa, cuando levante la vista estaba ahí el trono real del rey totalmente desquebrajado. Simplemente vivía con dos chicos malcriados, pero Bleith era un poco más especial, el antiguo hijo de mi antecesora; Rachel Berlian quien desapareció hace mucho tiempo y simplemente quedó él para demostrar que antes si había realeza en Diamantes.

-No me sorprende realmente, querido -Mencioné en voz suave pero firme, pasando a un lado de él y luego encaminándome al trono destruido. Quedaba solo una parte levantada de este y cuando me atrevía a tomarlo... Se cayó y quedo ahora totalmente destruido- Debes aprender a controlar bien esos absortos poderes Bleith

Infantilismo y altanería, todo en la voz del joven príncipe de Diamantes, ¡Ah! La juventud de hoy en día. Veía una vez más el trono del Rey, Ky era compasivo, no se iba a molestar por algo como eso, como si simple y llanamente no se podría volver a rehacer el trono, no era un asunto tan grave pero; ¿Que pasaría por la cabeza del joven peliturquesa en este momento? Quizá esto era de una infantil rabieta por haber perdido su derecho al trono y que este pasará a manos de Arthur.

Cierto, debía tomar cartas en el asunto de la magia aunque yo no fuera una persona mágica, excluyendo mis dos grandes alas que no son más que una maldición que debo llevar a cuestas. ¿Expulsarlo del castillo? ¿Enojarme como es debido? ¿Traición?

¿Un simple súbdito?

-¡Bleith! -Exclamé mirándolo a los ojos y acercándome lenta pero firmemente hacia él, al estar frente a su cara debía alzar un poco el mentón porque aunque menor en edad y función, en estatura era ligeramente más alto que yo al igual que Arthur-Deja de decir esas cosas.

Mi tono de voz no era tan severo pero tampoco era tan calmado. Estaba consiente de que desde que desapareció mi antecesora; Rachel Berlian, el joven Bleith Diamond pasó de ser el heredero al trono a una simple persona más, y sin embargo bajo mis ordenes yo deje que conservará su puesto real, ¿El porqué lo hice? Era algo bastante complejo, al menos para que los del alto consejo me entendieran.

Bleith llamaba mi atención, esa forma de querer siempre huir del castillo, ese comportamiento tan rebelde e infantil que tenía, el peliturquesa simplemente parecía no sentirse como un verdadero príncipe de Diamantes y ahora mucho menos ha de sentirlo con su titulo revocado y su función.

-Eres uno de los príncipes de Diamantes -Quizá refutaría aquello que dije. Coloque ambas manos sobre sus hombros y sonreirle de una forma calmada- Ni Ky ni yo nos enojaremos por esto, un sermón tal vez pero no será nada grave.

Volví a ir hacia donde estaba el destruido trono del rey y miré hacia un lado, específicamente hacia el trono que me pertenecía, un paso más para llegar a este y tomar asiento moviendo mis alas hacia los lado para recargar la espalda en la silla.

-Un trono no es lo que hace a los reyes, reyes, ni las joyas ni la corona, sino la fuerza de voluntad y sus firmes creencias para liderar un pueblo entero