En casa del enemigo. - Augusto-

Lo observé un rato con los ojos entrecerrados, acompañándome de una expresión entre aburrimiento e indignación; para luego concluir que me daba igual lo que hiciera: si él quería morir de sed era su problema, no el mío.

Resoplé cuando mi paciencia decidió tirarse por el borde de un barranco y yo me puse de pie con intenciones de irme. Desgraciadamente, a Matheus se le ocurrió que podríamos tener alguna especie de "conversación". O algo por el estilo.

-¿Hacer algo? -repliqué y en ese momento sentí como si una sábana invisible de flojera envolviera mi cuerpo con calidez y amor. Sarcásticamente hablando, obvio.

-Escúchame bien, Mathy, puedo ser un desconsiderado, un enfermo o un aprovechado, pero jamás seré una persona aburrida ¿Está claro? -dije con toda la seguridad del mundo.- Si ahora debo pasar una noche cero aporte es por ti, -continué, sin darme cuenta en lo que me estaba metiendo- no voy a salir y dejarte solo aquí en mi casa. -Pues claro, no sabía qué destrozos podría hacer el hijo mimado de un archiduque. -Así que me quedaré contigo toda la noche si es necesario.

Vi que se puso de pie , podía parecer que estaba tranquilo pero en verdad estaba tenso, después de lo que me hiso no era para menos , lamentablemente para mi , mi nombre o el de mi padre más bien me daba inmunidad , pero eso era lo que mas odiaba en el mundo automáticamente con eso la gente ya me trata diferente..

Lo escuchaba mientras bebía más agua.. - Sii eres todo eso que dijiste.. yu..pi.. -dije cruzándome de brazos.. -¿cero aporte?? tu empezaste tus cosas cero aporte desde que apareciste en la celda¡¡ - dije arqueando las cejas enojado.

Como quieras, no me importa con que no me toques.. todo estará bien.. - murmuré mirándolo con desconfianza , bajé de un saltito de la barra y me encaminé hacia e,l balcón , obviamente me aleje sin decirle nada , solo proseguí a caminar .

La noche ya había caído así que salí con toda la seguridad del mundo a recargarme en la orilla del mismo , soplaba un viento fresco que movía mi cabello.. - como las novelas..-dije sonriente recordando los paisajes dramáticos y muy al compás de las novelas de esos libros antiguos.

-¡Ay! Eres tan sarcástico que hasta te ves graciosito -me burlé, y cuando vi que salió al balcón fui caminando tras él con toda la mala intención de molestarlo un rato- Al principio me sorprendí de que el hijo de un archiduque haya terminado en nuestras celdas mohosas -reí a la vez que me recargaba sobre el barandal- Ahora veo porqué.

Me di la vuelta, de manera que apoyaba la espalda y ambos codos sobre la barra que evitaba que cayéramos a la calle.

-Esto es un tanto cliché, ¿no te parece? -mencioné echando la cabeza hacia atrás- ¡Este es el momento en que me cuentas lo trágica que ha sido tu vida y luego nos besamos! ¡Si lo sabe Botón, que lo sepa el mundo! -sonreí.

Pobre Matheus, de seguro no sabía de qué estaba hablando. Aunque igual pronto lo sabría...

Botoncito, el gato atigrado de mi vecina al que yo alimento de vez en cuando, parecía estar dando uno de sus paseos nocturnos. Y le había echado el ojo a Matheus. De pronto, dio un enorme salto desde el tejado hasta la rubia cabeza de mi "invitado".

"MEEEOOOOOWWW" se escuchó encima del honorable Lord. Mientras tanto, a mí sólo se me ocurrió una cosa: reír.

Lo escuchaba mientras venía tras de mi , suspiré y apoyé ambos codos en la orilla y mi barbilla en mis manos , una sobre la otra.. - Si bueno ya sabrás que no soy el hijo modelo.. - dije mirando hacia enfrente , las calles estaban ya medio vacías siendo que aún no había una obscuridad total.

Ja ¡¡ ¿contarte mi historia?? ¿ que me la sacaras a patadas y me obligaras a besarte?? , ni en tus más perversos sueños demente... - me crucé de brazos.. - Además ¿quien es botón ? .. - dije enojado.

Había olvidado el pequeño detalle de que el destino no me favorece casi nunca , o más bien a lado de Augusto, como si lo pidiera a gritos una cosa cayó del cielo sobre mi cabeza.. - Ahh ¡¡ . - cogí al gato, puesto que con su maullido infernal supe que cosa era , y lo lancé a aun lado , claro que él cayó de pie y yo se sentón y claro , por supuesto y obligarotariamente Augusto reía.

Ahh tu y tu cochino gato ¡¡ . - gruñí pasando una mano por mi cabello enmarañado , en la caida , me lastime la muñeca de mi mano izquierda , había olvidado que las tenia enrojecidas y me imagino que sin piel de tanto que las froté para salir, pero la venda cubría todo eso, menos el hecho de que ahí estaba el dolor maldito.

Me la froté suavemente sobre la venda y suspiré , decidí quedarme sentado , pensaba en lo que pasaba , en el maldito gato volador , en que tal vez Augusto tenía poderes sobre los gatos y de que estaba solo con él y sus proposiciones cliché

¿ En tu cliché salia que me atacara botón?? ..- dije sin verlo y prosiguiendo a sobar mi muñeca despacio ...

Me doblé dramáticamente sobre el barandal, botándome a carcajadas. ¡No pude evitarlo! ¡La cara de Matheus! ¡Y el gato! ……¡Y Matheus!

Por otro lado, rubio se quejaba de la divertida situación, mientras que yo intenté calmarme para poder responderle. Miré al gato sentado en el suelo, lamiéndose las patas delanteras con elegancia, sin ningún pleito.

-Botoncito –le llamé, pero él me ignoró, de manera que tuve que volver la vista hacia mi adorable invitado.- No, Mathy, Botón es un plus ¿Alguna vez oíste hablar de la improvisación? Este gato es un genio –dije a modo de burla. El felino miró al rubio y caminó hasta él. Se pegó a sus pantorrillas y comenzó a sobarse contra suyo.

-No te acaricia, nene, se acaricia contigo –aclaré mientras volvía a apoyarme en el pasamanos.

Me costaba aceptarlo, pero Matheus Amsel estaba dejando de parecer desagradable -seguramente producto de la resignación que suponía tener que dejarlo estar en casa hasta que se recuperara-. El chico era lo suficientemente rebelde, sin duda, pero a fin de cuentas divertido y simpático figuraban entre los adjetivos que podría utilizar para describirlo. Era casi casi como Botón, el gato. Sorprendente que ahora lo pensara sin burlas ni sarcasmos.

Improvisación? , yo diría que tienes una maldita suerte, o poderes mentales para controlar a los gatos.. - dije mirando como el gato se frotaba despacio contra mi , perdí toda esperanza de "amistad" con Botoncito , cuando Augusto me aclaró lo que hacía el gato.

Mientras el gato me usaba para complacer su necesidad o capricho de restregar su pelaje , yo con la punta del dedo indice le acaricié entre las orejas .. - Botoncito.. -murmuré mirándole, todo fue casi en automático..

El gato después de dejarse acariciar por unos minutos se fue de repente de seguro vio o escuchó algo más interesante , suspiré y miré como se alejaba agilmente , me "acomodé" el cabello , una brisa llegaba a nosotros muy fresca , entrecerré los ojos , me costaba aceptarlo que dentro de lo que cabía , estaba agusto.

Me puse despacio de pie sin usar las manos y me recargué alado de Augusto , mis manos colgaban fuera del barandal desde el antebrazo , dándole descanso a mis muñecas heridas. No miraba a ningún lugar en especial..

- ¿Conoces en persona a mi padre?.. - dije curioso tal vez aun que no quería llegaría al cliché de contarle mi vida..

Justo había inhibido mis enormes ganas de seguir riendo cuando Matheus me respondió.

-¡Controlar gatos! -exclamé- ¿Alguna vez has tenido un gato de mascota? -hice la pregunta, pero no le dejé oportunidad de responder- ¡Es más fácil organizar el ejército de este reino que controlar a un gato! -no estaba bromeando.

Y tal como lo dije, en ese momento al maldito animal le dieron ganas de largarse y lo hizo sin ningún lío.

Miré al cielo, pero no por cursi, sino porque eché la cabeza hacia atrás con la intención de coger mayor comodidad. Luego abrí la boca en un largo bostezo que me sacó un par de lágrimas de los ojos. No era por presumir, pero me atrevería a asegurar que las lágrimas de cuando bostezo es lo más cerca que he estado de llorar en los últimos 17 años.

-Su excelencia Ferdinando Amsel -sonreí, sintiendo el aire fresco despeinarme más de lo que ya estaba- Sólo le conozco de vista, nos hemos topado en bailes, fiestas, ceremonias... -era la verdad. Yo no socializaba mucho en ese tipo de eventos porque me la pasaba deambulando entre las barras de vinos y de bocadillos.- Pero a ti no te recuerdo y yo tengo buena memoria para las caras de las personas -volteé a verlo- ¿Tus papis no te sacan de paseo? -comenté sin ningún interés particular en saberlo.

Pensaba en el gato que había escapado de mi caricia , cuando Augusto comentó aquello de que es más fácil controlar al ejercito, solo asentí de acuerdo con aquello. El viento seguía corriendo despacio y fresco , era una buena noche , calmada y fresca como me gustaban .

Sonreí cuando dijo el nombre de mi padre, por alguna razón siempre se escuchaba gracioso cundo alguien lo decía y más cuando le agregaban el "excelencia" , mientras Augusto hablaba y yo le escuchaba , posé me mejilla derecha en mi mano izquierda para verle mientras hablaba.

Cuando el volteó lo mire a los ojos unos segundos... -¿Tú me sacarías a pasear?.. - dije arqueando una ceja sin mover mi vista , un pequeño silencio se iso entre ambos mientras nos mirábamos , esperaba paciente su respuesta , pero de momento comencé a alejarme mentalmente del asunto , pensaba en esas reuniones donde mis padres asistían y yo bueno estaba también pero..

Sin darme cuenta lo "estaba viendo fijamente" pero en realidad recordaba muchas cosas a la vez ..

Matheus volteó a verme de vuelta con sus enormes ojos color morado y yo en ese momento me desconecté de la conversación sólo para redundar en que era un color muy extraño. Si quería ser más exacto, podría decir que eran unos ojos color entre amatista y granate. Desde luego que si alguien me preguntaba, para salvar mi masculinidad debería afirmar que, a secas, se trataba de "morado".

-Te lo pondré así, Mathy, yo saco a pasear a mi yegua cuando me lleva a algún lugar. Esa es la verdad y el mismo motivo por el cual no tengo un perro -confesé. Me gustaban los perros por lamebotas, pero siempre pensé que necesitaban muchos cuidados y como yo nunca fui bueno cuidando cosas, pues...

-De hecho, en este momento debería estar dando mi paseo -suspiré agotado- ¡Hay muchos bares, prostíbulos y casinos en esta ciudad esperando que despilfarre mi dinero en ellos! -me quejé- ¡Pero no! Tengo que quedarme aquí porque se te ocurrió chantajearme con eso -le apunté a la cara, más concretamente donde tenía la marca que yo mismo le hice.

Di unos cuantos pasos hacia el interior de la casa y antes de entrar me detuve.

-¿Y si vienes de paseo conmigo? -sugerí- Así me aseguro que no hagas destrozos aquí.

Cuando me contestó , regresé a la platica ya en cuerpo y alma,, . ¿por que no me sorprende? ... - dije suspirando y acomodándome en la misma posición que él.

Arqueé una ceja cuando comenzó a narrarme su "desdicha" , reí un poco .. - Huuuy las mujeres deben estar sufriendo por tu ausencia - dije chasqueando un poco la lengua con una sonrisa burlona en el rostro.

Nunca te dije que tenías que estar en tu casa mientras este yo... mejor para mi si me dejas solo.. -dije entrecerrando los ojos , creí que me había hecho caso cuando comenzó a entrar a la casa , pero volteó y me propuso ¿salir?


Lo miré con los ojos bien abiertos... -¿es enserio¿ digo hace unas horas me tenían amordazado y bueno... - señalé mis golpes , era increible como cuando.. como cuando ¡¡¡ ... decidí quedarme en su casa...

Suspiré.. - Pero tu pagas todo... -dije pasando a un lado de él , me dirigí al baño y sacudí mi ropa un poco para ponérmela no saldría en pijama por todos esos lugares, además la verdad me sentaría bien salir..

Rodé los ojos cuando escuché como el honorable Lord Matheus seguía con su desconsiderado "bla, bla, bla". ¡¿Es que no podía mantenerse callado ni un minuto?! ¡Ganas no me faltaban de agarrar a Botón y lanzárselo a la cara para que se la hiciera pedazos!

-¡Pagarte! -exclamé incrédulo- ¡Por favor! Yo sólo pago mis propios placeres mundanos -volví a acercarme a él y le apunté con el dedo índice- ¿Eres un placer mundano? No.

Volví a darme la vuelta y entré a la casa. Cogí dinero de una cómoda que tenía mal ubicada en el pasillo y lo guardé en la bolsa trasera de mi pantalón. Luego me llevé la mano a los labios para dar un silbido fuerte. Entonces los cascos de mi caballo se escucharon fuera de la casa.

-Camina, Mathy, no soy de andar esperando -dije al abrir la puerta. ¡Era hora de largarnos!

Si bien al comienzo me pareció una excelente idea llevarme a Matheus, lo que ocurriría aquella noche me dejaría picado. No lo pensé en ese momento, de hecho, era raro cuando realmente pensaba en las posibles consecuencias de mis actos...