Extraña aparicion [Priv.Elizabeth]

Aquel día vagaba por Wonderland, vagaba y vagaba, bastante aburrida, quería algo con que entretenerme o enloquecería, si se podía enloquecer más; así llegue a algún lago de Wonderland, por ultimo congelar el agua y patina seria más entretenido que solo vagar.

Al acercarme a esa masa azul vi a alguien rubio parado a la orilla del lago, lo observe desde el aire, parecía concentrado, a l fijarme un poco más note que era un soldado rojo, sonreí complacida, un buen juguete, elegí entre el plan de asustar o el de ser una chica linda e indefensa, opte por mezclarlos, sabía perfectamente que estaba con la espada, y lo que haría sería arriesgado, pero si llegaba a tocarme su espada se congelaría, no me cabía duda que lo provocaría, así que estando como fantasma baje al suelo frente a el, a escasos centímetros de él y me materialice por completo de una sola vez.

-Bu- dije en un tono infantil, y sonreí mirando al rubio, parecía un típico soldado de corazón... loco y peligroso, eso me garantizaba diversión, solo debía esperar a ver qué hacia aquel peón.

OFF: perdóname la demora ^^U

Sintio durante algunos leves segundos una presencia que le comenzaba a incomodar ligeramente, aunque con cierta molestia prefirio dejarlo pasar por alto hasta que... En fin, no le quedo más alternativa.
Enarco una ceja y miro de arriba a abajo a aquella niña que ahora estaba junto a el.

- ¿Y tu quien eres? - Pregunto apuntando a Yukianesa en dirección a la peliazul, no apartando ni por casualidad la vista de ella, manteniendose alerta ante todo.- Identificate ahora mismo si no quieres que te corte por la mitad.
Era gracioso pero aunque no supiese describirlo con palabras exactas sentia una cierta melancolia estando frente a aquella niña de apariencia inofensiva... Su propia espada le decia que tenian algo en común aunque solo fuese un pequeño detalle que el resto de seres pasarian por alto.
En su rostro inexpresivo se formo una sonrisa de medio lado al notar aquello. Para demostrar que no era un soldado cualquiera se apresuro a rozar el filo de la espada por el suelo, congelando una pequeña superficie de este sin el más minimo esfuerzo.
- Debes de saber que te encuentras ante un soldado de corazones, asique más te vale tomarme en serio si no quieres convertirte en una nueva decoracion para nuestro reino.
¿Siempre tenia que ser tan extricto con aquello? Ya ni sabia hacia cuanto tiempo habia pasado desde la ultima vez que tuvo una charla tranquila y sin aparentar ser un soldado adicto a las peleas que disfrutaba de la sangre y cosas por el estilo. ¿Tanto le habia afectado llegar a ese mundo?

Lo mire en silencio, analizando cada reacción, cada respuesta, pero en completo silencio, se exasperaba con mi presencia, quería saber quién era, pero yo seguía en silencio.

Bajo su espada y la rozo con el suelo, observe sin mayor interés, congelo un poco el suelo, bah algo demasiado simple, y volvió a hablar, pretendía seguir en silencio pero inevitablemente me eche a reír ante su absurda amenaza

-Jajajaajajajajajajajajajajajajaja- reía descaradamente y luego lo mire burlona –Tocas el suelo con la espadita, lo congelas y ya por eso me debería asustar?- volví a reír a carcajadas doblándome un poco –Mira, me importa poco que seas un soldadito rojo, yo hago lo que quiera, cuando quiera y con quien quiera- lo mire desafiante, sin alejarme ni un poco de él, que me congelaría, yo era dueña del hielo y no me afectaba en absoluto.

Sonreí malévola y solo por lucirme un poco extendí mi brazo hacia el lago, tan solo ese pequeño movimiento y el lago completo estaba congelado, en su totalidad y realmente no había hasta que tanta profundidad lo había congelado, si se asustaba o no, si se impresionaba o no aquel rubio me daba igual, yo solo quería que notara que conmigo no se jugaba de esa forma... pero me interesaba su extraña habilidad con el hielo.