Casualidades a la luz de la luna [Priv. Shiki]

por **Ikuto Tsukiyomi** Lun Feb 13, 2012 3:54 am

El ser pronunció su nombre con lentitud, delineando las vocales, casi saboreándolas. Ikuto se mordió los labios, una corriente eléctrica estremeció su cuerpo nuevamente, esta vez de placer… o algo similar. Escuchar su nombre entre esos –perfectos- labios era exquisito, se imagino saboreándolos…

‘Basta, detente’, se reprimió a sí mismo. Estaba cayendo justo en la trampa del bello ser.
Se enterró sus propias uñas sobre su pierna, necesitaba seguir lucido si deseaba salir vivo de allí.
El vampiro sonrío e Ikuto cerró los ojos por un instante.

‘Se inteligente, se cuidadoso, actúa con cautela’ repitió una y otra vez en su cabeza. ‘Mantente aquí, no caigas en su trampa’ y escuchó las palabras que a continuación el demonio pronunció.

Shiki acarició sus labios con perturbadora sensualidad, casi excitante. Ikuto se tragó un suspiro. El vampiro clavó sus ojos sobre él: eran hermosos, como él. Encantadores y cautivadores hasta el punto de ser peligrosos. El chico, con dificultad, soportó su heterogénea mirada, clavando aún más sus uñas sobre su carne.
Maldición, el simple hecho de respirar significaba una dificultad para él, hacia mucho ya que Shiki le había robado el aliento. El vampiro continuó hablando, canturreando las palabras con una gracia inhumana que Ikuto desconocía aún después de haber crecido rodeado de no humanos.

El demonio observó el lugar con detenimiento, el chico siguió la mirada de éste hasta encontrarse con el camino carmesí. El cuerpo inerte brillaba con un resplandor lúgubre bajo la luz de la luna. Ikuto sintió lastima por la chica. Vaya forma de encarar la muerte. Cuando volvió la mirada, los ojos del vampiro estaban sobre él, escrutando su figura. Casi se perdió en ellos, casi.

Para entonces, notó la cercanía del otro. Apretó los dientes y mantuvo la mirada en alto.

No tenía miedo y eso debería de saberlo el otro.

Shiki sonrió.

— No, la verdad es que nunca había visto alguien como tú— contestó con sinceridad— Nunca había tenido ese placer…— murmuró. Se sorprendió, su voz no había fallado en ningún momento. Se sintió valiente y continuó , caminando hacia el vampiro—… Más bien, ¿es un placer conocerte o es una maldición?— sin embargo, dicen que la valentía vienen de la mano con la estupidez. Se acercó demasiado a Shiki. Su fragancia golpeó sus sentidos con violencia. El perfume del vampiro sacudió su cuerpo entero…

Dulce, sensual, exquisita, fino, placentera… cruel, era la fragancia.

Ikuto enterró con fuerza las uñas sobre su piel. Tal vez demaciada fuerza.

Con algo de pánico sintió su vital liquido escurrir sobre su pierna. Exhaló con derrota. Era un idiota.

Pero un idiota que no perdería la vida ante un vampiro.

Miró a Shiki con firmeza. No, definitivamente no moriría.

por **Senri Shiki** Lun Feb 13, 2012 8:27 am

“No?, nunca?” se preguntó internamente, entonces por qué, por qué no tenía miedo?, ahora aquel que se presentó como Ikuto era más de su interés. Escuchó las siguientes palabras del peliazul, una pregunta en realidad y… una muy interesante a lo que sonrió nuevamente, sobre todo al notar como la distancia entre ambos era cada vez menor.

Los instintos de los vampiros eran casi animales por lo que no pudo evitar notar como su contrario se enterraba las garras en la piel, acto curioso, pero tranquilamente desesperado.

“Un placer o una maldición?” preguntó divertido acercándose un poco más casi burlándose de la firmeza en los ojos contrarios “Un poco de ambas, digamos que es una…” hizo una pausa cerca del oído de Ikuto a una peligrosa distancia, lo suficientemente cómplice para susurrar “Placentera maldición…” pronunció suavemente mientras deslizaba de forma invasiva su dedo índice por la pierna del semi-humano, untándolo con la sangre de éste.

En un ágil movimiento se hizo hacía atrás y admiró un momento falange, el cual estaba teñido de carmín, acercándolo a su boca con total elegancia y lamiéndolo con una delicadeza lasciva, degustando aquella pequeña muestra de lo que sería su banquete nocturno. Esperaba molestar un poco a su contrario con aquella acción, mas, esperaba más que simple molestia y sabía que Ikuto le daría alguna reacción interesante, seguramente algo de desdén, pero en él buscaba más que simple sangre, por alguna razón.

“No sólo eres maravilloso por fuera.. también lo eres por dentro” finalizó mirando su dedo con algo de decepción al ver que no quedaba gota alguna de aquel dulce y arrogante elixir. Los vampiros eran demonios con apariencia humana, de aquellos que matan por placer y con instintos totalmente animales, como aquellos que se dejan seducir por el aroma y cuerpo de la sangre, la diferencia recaía en su gracia, su elegancia y atrapante encanto, aptitudes que Shiki con orgullo poseía, al punto de una volver encantadora una acción tan grotesca como lo es el lamer aquello que brota de las heridas.

“Ikuto…” le dijo clavando nuevamente sus ojos en él “¿Qué crees que pasaría si decido que me ha gustado tu sangre?” finalizó con una lasciva sonrisa, relamiendo con encanto sus labios.

por **Ikuto Tsukiyomi** Lun Feb 27, 2012 1:27 pm

Su cuerpo tembló ante la cercanía del otro, sin embargo no se movió ni un centímetro. Siquiera cuando su espacio personal fue invadido por él, susurrante en su oído. “Placentera maldición”pronunció Shiki. Ikuto se mordió la lengua. Contrólate por el amor de…

Su mente se nubló al sentir la intima caricia contra su piel, tomando la sangre que el mismo había derramado. Aquel tacto lo mareó por unos instantes. La fragancia del vampiro lo impregnó por completo perdiéndose en la dulzura de ésta.

Shiki se alejó con rapidez de su lado. Ikuto exhaló finalmente.

Observó silenciosamente los movimientos del vampiro, escrutando cada gesto. Shiki lambió con lasciva su sangre en un gesto de total disfrute. Claramente estaba disfrutando su sangre, no ocultaba ese placer. Su cuerpo se llenó de descargas eléctricas ante semejante escena frente a él. Su mente se perdió por unos instantes en los ojos del vampiro. Su cautela seguía allí, pero sus sentidos se sumergían en el deleite de sus movimientos.

Aturdido, comenzó a caminar hacia el vampiro… Sabía lo qué hacía, aturdido sin embargo aún lucido para saber que iba directo a la boca del lobo. No obstante, no se detenía, no se quería detener. Mucho menos cuando Shiki lo elogió. Loando su sangre, alabando su sabor.
El gesto le encantó. El hecho de que elogiaran su sangre, le pareció bizarramente placentero. Pocas cosas captaban su atención, él mismo estaba consciente de eso. Era alguien precavido y sobre todo inteligente. Sin embargo estaba yendo directamente hacía él, hacia el acto que sabía era una trampa para tenerlo entre sus brazos, al igual que la doncella que yacía muerta no muy lejos de él, víctima del mismo vampiro al que sus pies lo llevaban.

Si sucedía algo, ya sabría qué hacer después. Se dijo a sí mismo con seguridad.

Shiki lo miró nuevamente cuando su distancia se había acortado más. Ikuto detuvo sus movimientos y sonrío ante las palabras del vampiro— ¿Qué pasaría?— repitió sus palabras. Su voz se escuchó suave y sin embargo firme, un tanto cantarina al final— No sé. Eso depende de ti, pero…— señaló a la fina doncella sobre su hombre— sería bastante inconveniente para mí terminar como la señorita. ¿No lo crees, Shiki?

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