Encuentro inesperado {Privado. Narodni+Iskandar}

por **Narodni Price** Lun Ago 05, 2013 6:24 pm

Realmente ¡No era necesario! De nuevo rodeada de soldaditos verdes. Al menos esta vez no era un simple paseo por el jardín...
Esa clase de imposiciones eran siempre reglamentadas por el Sir. Consejero real, que ya bastante cansada me tenía... Tarde o temprano me las arreglaré para perderlos de vista. Acepto que pertenecer a la realeza implica ciertos peligros a ser cubiertos, pero una necesita estar sola a veces, y por poco me escoltan hasta al baño.
En esta particular ocasión, me había abstenido de hacer demasiada objeción ante el tema, no quería discutir con mi hermana ni perderme de mi viaje. Tampoco era un viaje escandalosamente especial, pero desfallecía por alejarme del recontraconocido reino de trébol. Ya me sabía el mapa de memoria.
Llegamos a ciudad blanca. La había visitado antes... pero era algo. Me seguían 3 hombres en brillantes armaduras negras y verdes, cargando estandartes de Trébol, siempre a la defensiva. Miraban feo a quienes me reconocían y se acercaban para saludarme o hacerme algún regalo. Yo respondía con la mayor amabilidad posible e intentaba no rechazar ningún ofrecimiento aunque me parecieran innecesarios. Aunque en Ciudad Blanca nadie perteneciera a un reino en específico conocían algunas caras de la realeza y siempre podías encontrarte, también, con un visitante de Trébol que no dudaría al reconocerte.
Tras recorrer el lugar durante algo de una hora, visitar la plaza, las áreas comerciales y puestos artesanales, decidí que era momento. Eché a correr por la calle principal y, no relataré toda la persecuta, pero he de decir que estos soldados no son realmente difíciles de despistar. Internamente creo que Corett me envía con aprendices a propósito, de modo que yo pueda salirme un poco con la mía y el Consejero no se queje tanto.
Iba yo caminando de espaldas, riendo y un poco cansada, con los pies descalzos como era costumbre, cuando choqué contra un hombre corpulento. Al instante me dí la vuelta para pedirle disculpas, pero su cara me pareció familiar, y en vez de decir nada, me quedé mirándole como una tonta, intentando recordar... graciosa situación. Entonces un pequeño niño se acercó corriendo y creí que vendría a saludarme... pero mi ademán de correspondencia quedó en el aire cuando el pequeño se dirigió al barbudo grandote diciendo:
—¡Rey Iskandar! ¿Me permite estrechar su mano? —con algo de pudor.
Entonces vi los corazoncitos rojos en las rodillas del pantalón del niño... y tuvo sentido.
Aún con todo pasando por mi mente no fui capaz de gesticular un saludo coherente y me quedé petrificada como estaba, sin poder saludar como correspondía al Sir. Rey de Corazones, Iskandar.

por **Iskandar** Miér Ago 07, 2013 1:19 am

El rey de corazones decidió salir de su tan amado reino y dirigirse rumbo a la ciudad blanca con tan solo una meta:

Pronto seria el cumpleaños de su querido hermano Richter y debía asegurarse de comprar un obsequio para el mismo. También, no perdería oportunidad para llevarle algo a su esposa Sarah. Pudo mandar a algún sirviente a semejante labor, sin embargo, el de cabello rojo sintió que sería mejor ir en persona para escoger semejantes presentes y sobre todo para distraerse un momento de tantos deberes reales.

Y fue al doblar una esquina que el de barba rojiza pudo sentir como alguien chocaba con él y al parecer se trataba de una jovencita. Se llevo la siniestra hasta la nuca para rascarse un poco al tiempo que alzaba una de sus pobladas ceja. En sus duras facciones una mueca de desconcierto se mostró ¡La chica se le hacía conocida! Pero ¿De dónde?

No obstante no tuvo tiempo como para pensar más a fondo en ese detalle. Cuando el pequeño se acerco a su majestad el mismo no pudo evitar sonreír con la sencillez que tanto le caracterizaba. Mas estrechar su mano no fue lo que precisamente hizo el pelirrojo, pues haciendo gala de su fuerza le tomo en un brazo para elevarlo y sentarle en su hombro.

-No debes sentir pena hablar con quien compartes el mismo reino, pequeño- resultaba gracioso el hecho que el mismo emplease la palabra pequeño debido a su altura, mas se dirigió a él de esa forma por el hecho de ser un niño. –Ni tampoco negar ser amable con las personas de otros lugares. ¿Se encuentra usted bien milady? Perdón ¡simplemente iba distraído! Mwhahaha- Y ahí estaba otra de sus estridentes y características risotadas.

por **Narodni Price** Jue Ago 08, 2013 12:27 pm

La manera en que actuó el Rey de Corazones no era propia de las calamidades que se comentaban respecto a su reino. Su calidez y sencillez, incluso el cariño con que tomó al pequeño en brazos me hizo dudar por un instante si verdaderamente se trataba de quien yo creía.
¿Se disculpó conmigo? Había oído hablar que era un Rey altivo y maquiavélico. Verdaderamente no lo conocían las malas lenguas. Pero claro... malas lenguas las hay en todas partes y es casi imposible detenerlas.
─Pero por favor, Sir. Iskandar the Great. Acepte mis disculpas, he venido distraída y de espaldas. Mis saludos, por parte del pueblo de Trébol. Narodni Price ─hago una pequeña reverencia, descubriendo un poco mis pies al levantar el vestido por los lados─, a vuestro llamado.
Hago crecer de entre los adoquines una pequeña flor y se la doy a niño con una sonrisa. Tuve que estirarme un poco para llegar a él.
─¿Me permite preguntar qué asuntos le traen por aquí?
Realmente el hombre me caía bien. Sí, era el tipo de personas que me caían bien. Un hombre rechoncho y bonachón, o eso parecía. La demagogia siempre puede ser una gran fachada.
De repente, escuché las voces y pasos atropellados de mis caballeros, y no tuve mejor idea que esconderme tras el Rey, que bien podía cubrirme.
─Me están buscando... ─le dije medio en voz baja─ estoy cansada de que me sigan a todos lados, cúbrame un momento por favor...
Los hombres se acercaron, y evidentemente también reconocieron al Rey. Duros, con expresión seca, todos le dedicaron una reverencia, apoyados en una rodilla sobre el suelo. El jefe se mantuvo de pie y, tras saludar cordialmente con mucho respeto, preguntó:
─¿Ha visto usted a la Srita. Princesa Narodni? La estamos buscando pues no puede andar desprotegida.
Yo, tras las espaldas de Iskandar, apreté los labios y crucé los dedos, rogando que no me delatara.

por **Iskandar** Sáb Ago 10, 2013 2:27 am

Típico, seguro al percatarse de quien era él el miedo le había invadido y ahora era por eso que se disculpaba de semejante manera.

O eso fue lo que intuyo en un principio el pelirrojo, no obstante fue en ese justo momento que la de verde se presento a sí misma como la princesa de verde.

-¡Ah! ¡La hermana de Chocoretto!- Y sus gruesos labios esbozaron una sonrisa (o bueno tal vez lo difícil no era aquello sino verle serio o molesto)

A punto estuvo de responder la pregunta de la albina cuando los pasos de los militares no se hicieron de esperar. Con curiosidad notable el moreno observo como la maga se escondía tras suyo, que, vamos era algo fácil además la larga y carmín capa que yacía sobre sus hombros ayudaba también a aquello.

Al ser reverenciado de semejante manera, el pelirrojo solamente alzo ligeramente el mentón recibiendo los "elogios" si bien no será como dicen los rumores mas gusta que tengan en claro que él es el futuro gobernante de todo wonderland. Miro al niño en su hombro y ambos rieron como chiquillos traviesos, el pequeño comprendió la situación por la que Narodni pasaba de forma que también se guardo aquello.

-johh, es cierto, son tiempos difíciles- Y uno nunca sabe donde le van a atacar. Aunque...

Se llevó la tosca mano hasta la rojiza barba en un gesto pensante.

-Me pareció haberla visto rumbo al mercado en donde se perdió entre la gente. Quizá si no se dan prisa llegue hasta la estación del tren ¡Y entonces si se meterán en problemas!-

Los hombres se levantaron y tras dar una reverencia al rey se alejaron a toda la velocidad que sus piernas les permitían.

-Princesa, ya puede salir- Mencionó el niño al cual, por cierto Iskandar aun no bajaba.

-Eso estuvo cerca- ¿Pero porque les rehúye princesa del reino verde?-

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