¿Paz? ¡Pfff...!

El militar sonrio ladinamente al sentir como el joven frente suyo retrocedia para evitar el contacto fisico, tal como habia esperado, no habia nada que hacer frente a eso, al menos de momento, pues la confianza es algo que debe ganarse paso a paso, sumado, que no tuvieron un buen inicio durante su encuentro, o reencuentro.

Lentamente, esa sonrisa que apenas comenzaba a formarse en sus gruesos labios se desvanecio. ¿La mascota de la familia real? Ahora todo quedaba en claro. Seriamente de nuevo le miro. ¿Cuantos rumores falsos no habia escuchado en torno de la "pobrecita mascota perdida" de los reyes?. Si, el rumor se extendio como el fuego por todo wonderland, e inclusive a el le habia llegado, pero en un principio no le dio importancia, en ocasiones, la caprichosa realeza hace barullo por nada...

Que estupido fue. Tenso la quijada conteniendose para no gruñir por la ira interna que comenzaba a invadirle. ¡Esos malditos de Rojo! En primera, eran unos haraganes, la armada dorada era mejor, y los primeros no sabian por que. Claro, seguro para ellos pasar a molestar a un pobre chico es mas importante que los deberes.

Credo sabe, y esta consciente que los soldados (como el) solamente siguen ordenes, pero cuando actuan de manera que contradice "el codigo" o al menos hacen algo deshonroso como eso, ya es otro asunto, algo que realmente le molesta. El nunca penso siquiera en abusar de su poderio y autoridad (lo poco que tiene claro) para hacer cosas similares, y aunque, guardaba rencor para contra los reyes de carmin, nunca lo manifestaria de manera similar...

Ahora, sentia ganas de desquitarse con algun soldado de por alli, tuviera, o no, que ver en el asunto. Exhalo aire lentamente para calmarse. De nada servia hacer corajes si no tiene al culpable enfrente, no vaya ser tambien que se le ocurra hacer algo por lo que luego se arrepentiria

-¿Eso es lo que se la pasan haciendo cuando no estan envidiandonos?-

Musito con algo de burla en la voz, nego para palmearle levemente el hombro.

-Eso explica porque eres tan rapido corriendo y eludiendo a los guardias ¡Mira nada mas! Tuvieron que pedirle al capitan en persona que atrapara al "fugitivo"-

Bromea, aunque estaba mal pero ambientes tan tensos no son lo suyo.

-Ya no te preocupes, me encargare de eso-

Ya veria como, al menos como capitan supone que tendra un poco mas de autoridad. Si no, bueno, hablar de manera cordial con el otro capitan deberia bastar, claro, si es que aun quieren ser mejor armada que la suya.

Aunque no lo miraba, podía sentir algún que otro estilo de “sentimiento” brotar de él. Hable de más, no tendría que haberle contado eso, o sea, podía defenderme de los guardias de rojo, claro no todo el tiempo, igual caía preso de sus burlas, pero al menos sabía contrarrestarlos, pero ahora que el sabia eso, ¿Qué hará cuando llegué a toparme con uno y el esté ahí?

Aunque de algo estaba seguro, me burlaría y con ganas de la desgracia de aquel hombre a manos de mi hermano. ¿En serio haría eso? ¡Qué patético me vería frente a quienes antes temía, dejando que Credo los apaleará fuertemente! Por ahora, esperaba que él no estuviera en el mismo lugar que algún guardia de rojo.

A vagos momentos, alzaba la mirada, para ver exactamente sus gestos, pues si que había cambiado en muchos años, la forma en que pasaba de estar sumamente serio a más calmado era casi… Aterrador, por no decir que asustaba, el Credo que antes conocía no era nada comparado con este, pero de seguro seguía siendo un maniático por la limpieza como cuando éramos niños.

Y sus bromas, tan malas como siempre, eso si no lo había cambiado, algo tuvo que habérsele quedado de nuestra infancia. Tan malas eran, que me sacaban una sonrisa, por más estúpida que sonará aquel simple acto. ¡Jáh! Me gustaría saber cómo se las apañaría para estar al margen de la armada de… Acaba de decir “Capitán”… Capitán….

-¡¿Capitán?! –Exclamé, erizando la cola e irguiendo las orejas.

Mierda, mierda, mierda, mierda. ¿En QUÉ verdadero LIÓ me METÍ?

Y era llamado “fugitivo” por la armada de diamantes, de las cosas que se enteran en un momento a otro. Bien que no sabía qué hacer con mi vida, este ya se había hecho capitán… ¡Aaargh! ¿Y si me preguntaba que hacía, que debía responder? No Credo, solamente huyo y me escondo de los de rojos durante casi las 24 horas del día. ¡Tan increíble como creíble!

Sin darnos cuenta, la noche por fin cayó, ya tendría que irme. La ruta de este reino al de rojo era sumamente peligrosa, pero era la única ruta, y sabía perfectamente como entrar y salir del bosque sin problemas.

-Será mejor que me vaya… Antes de que los guardias decidan volver a buscarme…

Trece años bastan para cambiar por completo a una persona...

Ambos eran el mas claro ejemplo. No obstante, hay unas cuantas cosas que permanecen intactas. El can menor si que se llevo una sorpresa al conocer el rango que poseia en la armada, era normal, despues de todo ¿Quien iba a creer que un cachorro asustadizo podria llegar a convertirse en un buen lider? Credo solamente sonrio ladino ante la expresion de Nero.

Sinceramente, aun habia muchos puntos que aclarar, o al menos en su opinion. Podia soltar todo de golpe, no obstante no pretende incomodar al de ojos azules, mas, de lo que parecia estar ya.

Miro hacia un lado. ¿Tan tarde se habia hecho ya? ¿Cuanto tiempo habia pasado? Se llevo la enguantada diestra hasta la cabeza, acomodando uno que otro mechon de cabello caobe que amenazaba con pasar hacia adelante. La voz de su hermano atrajo nuevamente su atencion ¿Irse? ¿A esta hora? ¿Guardias? La idea no le agrado en lo absoluto. Nego, mientras le miraba seriamente.

-Ah no, ¡Tu no dejas este lugar, al menos durante la noche!.-

El invierno estaba cerca, por la noche el frio aire se hacia presente y en la madrugada mas calador. Sumado a todo lo que hay en el bosque, habia escuchado que ni el mismo Cheshire sabia que es lo que habita en ese lugar, mejor ni arriesgarse, Credo no se perdonaria si algo llegase a pasarle al menor por haber permitido su marcha.

-Y no voy a aceptar una negativa por tu parte-

Claro, lo mas normal era que Nero se negase o argumentara algo en contra. Ademas aun tiene que hablar con la guardia del lugar para aclarar las cosas, y tambien, recibir el castigo merecido por no haber puesto tras las reglas a aquel canido revoltoso que habia llegado con el afan de molestar a los soldados de Diamantes.

Pero, primero lo primero, abandonar el jardín… Dio media vuelta, para asi observar al albino sobre su hombro.

-Andando-

Fue lo ultimo que menciono, ante sde emprender la marcha, y había sido muy directo. No iba a dudar ni un segundo en atrapar de nuevo al joven, si es que este se negaba a seguirle.

¿Capitán? En trece años hizo algo que yo ni de chistes quisiera hacer. Productivo fue, pero algo así logra cambiar mucho a la gente, como ahora, que es diez veces más estricto que antes, y se le nota a leguas. Y aun así me sonreía, de seguro no lo hacía con muchas personas, ¿He de sentirme afortunado que mi propio hermano me sonría? Y eso, que tan siquiera lo estaba viendo.

Pues sí, como un rayo la noche había caído, las luces de la plaza que estaba cerca comenzaban a encenderse, al igual que el sonido de los grillos y la aparición de las luciérnagas sobre el jardín le daba un tono pacífico. Si tanta paz se viera en el Reino de Corazón seguro que muchas personas no les temerían a sus habitantes.

Ah, la ruta de llegada al reino. Como mencioné, era sumamente peligroso, sin contamos con: Alguno que otro ser maligno dispuesto a comerme, alguno que otro animal dispuesto a comerme, alguna que otra flor dispuesta a comerme, y así seguía la lista. Pero viendo las opciones que tenía en el bosque, esa era remotamente la ruta más “fiable” que había.

Si ignoraba, claro, los letreros cambiantes o alguna voz del más allá dispuesto a llevarme a un acantilado.

-¡¿Ah?!

¿Disculpa….? De que me iba, me iba, CON o SIN su supervisión.

-Te dije que puedo cuidarme solo Credo, no soy un niño.

Y el otro tan siquiera se inmuto, dio media vuelta y comenzó a andar. La vaga idea de escapar se pasó por mi mente, pero… Ya conocía mi “aroma” y si me disponía a escapar, de seguro me perseguiría, y se preocuparía mucho más.

Y mi orgullo ya estaba por los suelos. Que más, un chasquido emergió, cruzando los brazos y a regañadientes me dispuse a seguirlo.

-¿A dónde vamos? –Lancé esa pregunta como si fuera un niño pequeño que no sabía nada-

El moreno rio levemente de una manera agradable al escuchar el reproche de su hermano menor. Tipico, quiza Nero pudiese defenderse solo y el no tenia que estarle cuidando, esta consciente de eso, no obstante, no va a permitir que se marche, pues seguro la culpa le carcomeria si algo llegase a pasarle.

-Se que no eres un niño, pero haces berrinches como uno-

Bromea, mientras espera a que el otro estuviese a un lado de él.

-Supongo que una noche en mi casa no sera tan sofocante como estar en prision ¿No crees?-

Al menos claro que no se pusiese de exigente, cosa que no haria, al menos por ese dia, seguro ya era demasiado con el "susto" que le dio al atraparle y despues lo que le habia seguido. Sumado, a que alla tendrian mas "privacidad" para hablar en dado caso que se requiriera.
El viento helado comenzaba a soplar... El invierno estaba cerca...