La princesa y el perro

Aroma a té en el ambiente, alegrés tazas de multiples colores adornaban el fino mantel de color crema, pequeñas y graciosas ratas llevando elegantes bestidos eran quienes servían el té en esa larga mesa, y él anfitrión, ¡Jéh! Aquel llamado "Sombrerero loco" (Mad's Hatter) no se encontraba ahora mismo.

Wonderland era un lugar lleno de locuras y mágia, pero no era malo, cada reino tenía sus cosas positivas, no todo era caótico, los reinos tenían sus buenos momentos, momentos que pueden llegar a durar más, claro, si esto se los proponen.

Una pequeña rata se acercó a mi asientó, empujando y a su vez sosteniendo la tetéra para que esta no se derramará y pudiera hecharme a la taza color rosa que tenía en frente, inmediatamente el humo del té se hizo presenté, esperaría a que se enfriará un poco.

La sala de té era un lugar agradable, siempre se podrían encontrar criaturas mágicas en este sitio, con normalidad, había personas amable en este lugar, siempre mostrando un lado pacífico que no es muy visto del mismo wonderland.

Como bien dije antes, Wonderland era un mundo lleno de locura, lleno de mágia, y por supuesto, lleno de vida.

Un gracioso roedor que portaba un gracioso vestido, me observó largamente, pese a su reducido tamaño, cargaba una gran taza de azucarillos, finalmente comenzó a caminar por los manteles, esquibando tazas y teteras, sorteando cucharillas y restos de pasteles, sin tardar la seguí, con cuidado de no tropezar con ninguna de las sillas, como realmente iba muy rápido, decidí dejar de seguirlo, mire enrededor, era extraño, la sala del té solía estar llena habitualmente, ahora había pocos comensales. Era triste, pues adoraba una buena conversación, pero como siempre ocurría con los espíritus volubles de wonderland, podiamos amar algo y al poco tiempo odiarlo.

Esa tarde y sin ser vista había escapado por la enredadera que escalaba el muro dque llevaba a mi habitación y que daba al jardín, mis flores tan charlatanas y gritonas, comprendierón que debían guardar silencio, hundiénose en un mutismo del que no estaba acstumbrada,Si alguno de mis queridos familiares supiera sobre mi escapada, muy probablemente, me volverían a encerrar, esta intersección, era sin duda, el lugr más lejano de mi reino al que había ido, nada más conocía. Oculta entre las sombras había llegado, sin mostrar ostentosidad en mis bestimentas.

Tras unos momentos, me deje guiar por mi intuicióny me senté frente a un muchacho de aspecto agradable. Ya que me habría llevado mucho tiempo dar la vuelta completa a la mesa, para sentarme a su lado.-Buenas tardes-le saludé-¿le importa que le acompañé por ahora?-Muchas veces los asistentes esperaban a algún acompañante, por lo que no deseaba ser una molestía.

Alguna de esas tazas chocaban entre sí, los pequeños roedores se movían de un sitio a otro, cargando consigo cosas que personas comúnes no creerían ni anque eso estuviera frente a ellos, algunos se paraban para conversar algo entre sí, pero al momento volvían a su trabajo, a pesar de que no había casí gente, los roedores se movían velozmente llenando las tazas, sirviendo los pasteles, acomodando las servilletas y manteles, era maravilloso como criaturas mínimas son más cuidadosas que cualquier otra persona.

Mi té había enfriado un poco, pero aún se podía ver el humo salir de este, con cuidado lo tomé, justo cuando lo acercaba a mis labios, una chica, de aspecto frágil y amable, apareció justo frente a mí, pidiendome de forma educada si podía sentarse aqui, bajé la taza, a su vez que movía mis canidas orejas hacia atrás, y asentía con seguridad, un poco de compañia no estaría mal.

-Me da igual -dije, tomando un sorbo del té, y al poco tiempo me di cuenta, de que el aroma que emanaba la chica era el aroma de la realeza, ¿Una princesa, tal vez? - Me llamo Nero, del Reino del corazón, ¿tú?

Pensé durante un segundo largo la respuesta, cierto que este era un de los pocos lugares en los que realmente no era nadie, sin hacer ruido me acomodé en mi asiento y sonreí al roedor que me sirvió tan amablemente la taza. Mientras se llenaba sonreí dulzona a mi acompañante.-Mi nombre es Yuki-le dije convencida-claro que... si me preguntas de donde soy no sabría que decirte pues soy de donde estoy y si de donde estoy soy significa que soy de esta sala del té, aunque supongo que a eso no te refieres, sino a donde nací, umm-un poco confusa- así que nací en el Reino de Tréboles. Por lo que soy del Reino de Tréboles, perdona si te relié, pero es que cuando salgo de casa. tiendo a perder la noción del tiempo y del lugar. Es algo que sucede mucho.

Callé tomando la taza que me había servido y hechando dos terrones de ázucar que se disolvierón en él, estaba muy caliente, aunque solía preferIr el té frío, soplando ligeramente, quité el humo y dí un trago, sonriendo por su agradable sabor. -Realmente adoro el té -suspiré, en ese momento pasó un roedor a gran velocidad que hizo que me hechara hacía atrás y que un poco de té calienta se me derramara sobre el brazo, solté sin poderlo evitar un ligero agudo grito de dolor.

"Es de donde es pero a la vez nó lo és" Ok, me lié, ¿A que vino todo eso? Solo le pregunté de donde era, no donde exactamente estaba, la chica se perdía facilmente con una sola pregunta, y no solo ella, yo tambien terminé perdido cuando dijo esa respuesta. ¿Con que del Reino del Trebol, eh? Y si tiene el aroma real, significa que es de la realeza, ¿Será pariente de aquel príncipe Zero que conocí en el bosqué? Creo que no puedo lanzarlé esa pregunta, puesto que se confundiría más y terminaremos perdidos de nuevo.

volví a darle un sorbo a mi té, mirando que Yuki tomaba tambien, pero una rata que pasó velozmente sobre ella, produjo que está se hechará hacia atrás, derramará té caliente sobre su brazo, gritando del dolor, el roedor se acercó a ella pidiendolé disculpa, luego me miró a mí, le gruñí e hice un ademán de que se fuera, lo hizo, luego miré a Yuki, y sin pedir permiso tomé su brazo, para ver la quemadura que se había formado.

-No es tan grave -Con mi mano suelta, lleve mi pulgar a mi boca y ligeramente mordí este, sacando un poco de mi sangre y luego esparciendola sobre la quemadura de está, la sangre rápidamente penetró la piel de Yuki y la quemadura se desvaneció, como por arte de magia- ¿Mejor ahora?

Se me habían saltado un par de lágrimas debido al dolor, se sentía tan caliente que incluso llegaba a escocer. Repentinamente sentí que tironeaban de mi brazo y lo apartaban de debajo de mi pecho, donde lo había puesto. Alcé los ojos, acuosos para encontrarme con que Nero me lo había cojido y lo examinaba, por alguna razón me tranquilicé nada más dijo que no era una herida importante. La verdad es que podía curarmela si ponía empeño, por eso me sorprendí cuando se mordió el pulgar y una perlada y brillante gota salió de él,el color rojo de su sangre estendiéndose por la herida me causó cierta fascinación, casi como si pintara sonre mi brazo, hay donde tocaba su sangre el calor se apagaba y se iba llendo el dolor, tras unos segundos con su sangre huntada el dolor y la quemadura se desvanecían hasta desaparecer, moví incrédula mi brazo, aun sin poder creer que se hubiera curado tan facil.-Muchas gracias-digo incredula-ya no me duele, es maravilloso-lo miro con un brillo en los ojos -en serio gracias, deviste usar magia para acerlo, es realmente útil- miro el dedo que se había herido por mí y le tomo yo esta vez la mano, lamiendole la herisa para limpiarla y poniéndole una tirita que llevaba por si las moscas-perfecta.

La herida fue curada, y como se esperaba, Yuki sorprendida pero maravillada de que yo pueda hacer algo así, bueno no sabría si llamarlo mágia, yo lo llamaba "maldición", antes me usaron para salvar a personas que realmente no merecían ser salvadas, oh bueno, ya era historia antigua eso.

Después de lo que hice, iba a llevarme mi pulgar a la boca, pero Yuki tomó mi mano, lamió mi herida para limpiarla y luego colocó una bandita encima de este, ¿Traía una bandita? Increíble, ha de ser que sabe de los peligros que espera.

-Gracias, supongo....-No sabía muy bien que decir, no me importaba lastimarme a mi mismo, pero que ella me haya ayudado con mi herida, era realmente extraño- No es magia, es un..."Don"

Aun esaba maravillada por que no había ni rastro de quemadura en mi brazo, cuando el me dió las gracias, noté que una enorme sonrisa deformaba mis labios, y con la voz más dulce que tenía le dije -Comparado con lo que tu has hecho no es nada- mi sonrija bajó algo ruborizada, la verdad es que no estaba acostumbrada a que alguien ajeno a mi familia se preocupara por mí, me sonrojé un poco y finlmente ví nuestra mesa, donde se había derramado un poco de té y el suyo ya estaba frío.-Los dones que ayudan a los demás, son magníficos. Si mi sangre pudiera hacer eso creo que me desangraría todos los días- recordé que podía hacer algo parecido con mi magia, pero sendo tan dévil tampoco servía de mucho... era frutrante.

-Anda ven- repentinamente lo cogí del brazo, conduciéndolo hasta un nuevo asiento, donde retiré la silla para que se sentara, tomando yo después asiento a su lado-como se te ha enfriado el té, te compensaré sirviéndote yo uno- tomé la tetera antes de que la alcanzara alguno de los roedres que por la mesa polulaban, pesaba más de lo que esperaba, debía estar llena desde hacia poco, con cuidado le serví una taza y luego a mi otra-cuentame más de tí, Nero-dije dando un sorbo de mi té.

Yuki me sonreía, una sonrisa bastante amable y amigable, realmente estaba impresionada con lo que hacía, no era la gran cosa, es solo sangre que, pues, curaba, solo eso, y tambien era una gran maldición, ya que muchos al enterarse de esto, quieren "tomarme" de alguna forma, ¿Y que hay de mí? Si toman de mi sangre, eso me afecta a mí tambien, podría morir cuando está acabe, pero a nadie eso le importa.

-Si tu sangre hace esos, debes tener cuidado, todos querrán apoderarte de tí -Ni me habia dado cuenta que mi té enfrió, hasta que Yuki lo mencionó y tomando mi mano me "arrastró" a otra mesa, tomando la tetera antes que los roedores y sirviendome más té, sentandose justo a mi lado, pidiendome que le contará más sobre mí, ¿Pero que....?

-¿Acerca de mí...? ¿Como qué...?

Dí un sorbo a mi té, tenía un sabor suave y caliente,, se notaba que estaba reciém hecho, sonreí en su dirección con una expresión que decía comprenderle o al menos que podía enterderle-Creo...-le dije soltando la taza en su platillo-que puedo comprenderte, cuando era pequeña mucha gente intentaba matarme por el simple hecho de ser yo la más dévil de todos y aun hoy se aprobechan de mí, sin embargo posees un don que puede ayudar a los demás, eso es magnifico por ello, a pesar de lo que te hallan hecho-sacudí la cabeza ya que incluso había perdido la snrisa, para calmarme di tomé un poco más de té.-Puedes contarme lo que quieras-asentí-Has dicho que eres del reino de corazón, realmente tengo curiosidad puesto que yo nunca llegué tan lejos, ¿cómo son las personas allí y cómo es?-pregunté intentando iniciar una conversación que se saliera de temas tan escabrosos.

Creía que no iba a entablar una conversación aqui en la sala de té, puesto que desde que llegué ha estado vacio, solamente han estado los ratones moviendose de aqui para haya sirviendo té a quien sabe, ó sino estan limpiando las mesas de sus propios desastres, claro que era así al principio, hasta la llegada de Yuki, y ahora ella quería saber más de mi, y del reino del corazón.

-¿Lo que me han hecho? -Me dejó algo confundido esa frase, bueno, si que me han hecho cosas, pero realmente no me interesabe hablar de eso- Jodidas -Sí, lo dije- El reino de corazón es el reino más ruin que puede existir, todos se mueven por su propia ambición, aunque hay algunas personas "buenas" -Moví mis dedos al mencionar buenas, como si estuvieran entre comillas, como si casi esa palabra no tuviera significado alguno- Un reino al que todos odian, de seguro

Pensé durante unos instantes en ello, el propio reino de tréboles no era el reino perfecto, viviamos demasiado aislados de los otros reinos, pero llegar a odiarlos,eso era algo incomprensible para mí, en parte porque un reino era un lugar de paz y armonía, que las gentes del reino de corazones fuera así me extrañaba. Sonreí tristemente, pensando que si las personas que allí vivian eran tan malas, se debía a algo, claro que lo que sucedía en wonderland era todo extraño y raro, de hay que fuera más bien un pais de las locuras que de las maravillas.

Tu no pareces malo-comenté- Y vienes del país dee corazones, assí que quizás no todos son assí y los que lo son tendran una buena razón para serlo, al menos es eso lo que creo ¿no? Realmente Nero e muy agradable.

Bueno, no era normal que una persona como Yuki pensará eso del reino de corazón, y recordé que viene del reino del trebol, el reino más aislado de todos, por algo era tan amable con alguien quien no tiene mucho tiempo de conocer, le di otro sorbo a mi té sin dejar de mirarla con una ceja ligeramente levantada, Yuki llamaba mi atención en cierta forma.

-Pensé que dírias lo contrario -Solté, dejando la taza en la mesa- Pues ha de haber gente buena en ese reino, pero la ambición los cambiará, si es que no caen en eso.

[Off: ¡Ushcalé! Perdon si quedo corto @_@]

Estoy segura de que tu no cambiaras-dije con convicción-sé que apenas te conozco Nero, pero siento aquí-me palmee el pecho-que tu eres un chico bueno, además, en verdad adoro tus orejas... -cambie completamente de tema- alguien que tiene orejas no puede ser malo, las orejas de animales en verdad son máss útiles que estas-señalé las mías con los ojos fruncidos-así que no pienses eso, mientras halla un sentimiento agradable en los corazones de tu gente, de seguro que no se vuelven corruptos.

Me sonroje nada más decir eso y de la impresión me terminé de golpe la taza de té como si fuera alguna clase de licor, era una estúpida pensando así, en cierta forma, no tenía derecho a opinar, y menos si era erroneamente, no todos pensarían de la misma forma que yo, ni verían el mundo de la misma manera. Mire algo tímida a Nero, dedicándole una avergonzada sonrisa por lo que acababa de decir.

En verdad lo lamento, quizás hable de más, es que simplemente no puedo concivir un mundo tan malo como el que me explicas.

OFF/u: no pasa nada... A mi tambien me queda corto)

Esbozé una sonrisa tanto burlona como sincera, ya que tenía razón, yo no cambiaría por nada en el mundo, y eso a veces me trae consecuencias, pero hayá los demás, soy lo que soy y punto, así me vean como un "chico malo" siempre. ¿Como que le gusta mis orejas? Instintivamente llevé mis manos a ellas, las cuales habia doblado en diferentes direcciones, bueno ser semi-humano ayudaba en cierto modo, pero algunas personas nos temían, nos llamaban aberraciones y cosas de la índole, pero era impresionante ver una persona que no pensaba de esa forma, que era diferente, pero en el buen sentido.

Reí por lo bajo al ver como se tomaba el té de golpe y se disculpaba varias veces, bastante tímida la pobre, pero no importaba, el punto es que tengo una conversación con alguien.

-Creemé, a veces esto -Apunte a mis orejas- Como esté -Luego a mi cola- Me traen problemas, y no te disculpes, me agrada saber que alguién piensa diferente, no eres como los cabezahuecas que conozco

Me alegraba tanto que no se hubiera molestado de mi comentario, es más parecía haberle agradado puesto que se había reido de él, le miré encantada, resultaba agradable conversar con él, después de fallar tanto y decir cosas sin sentido a cada rato, como mínimo a estas alturas ya debería pensar que estaba loca como mínimo, pero ya estaba acostumbrada a que pensaran algo mal de mí. Le miré las orejas y la cola cuando se las señaló, me puse nerviosa ya que tenía ganas de tocárselas, pero sabía que estaría mal e incluso le molestaría.

Tu tambien eres diferente, eres encantador y muy amable, por ejemplo si dices que te utilizaron por el don que tenias y lo usas conmigo para curarme, eso muestra que eres una bellisima persona-además dije poniéndome colorada y me medio incoporé para tocarle las orejas sin resisstirlo mas-eres increiblemete lindo y perdona-digo riendo ya que me parecían muy suaves.

¿Encantador y amable? ¡Oh por dios! ¿En serio pensaba eso de mí? ¿A donde demonios se fue mi faceta de chico rudo? Como que todo se fue al diablo cuando Yuki comenzó a hablarme, supongo que su amabilidad y sensibilidad provocaba qué fuera más tranquilo, o era el ambiente del lugar, ¡Que más da! No me iba a gastar la mente buscandolé las mil vueltas a esto, en vez de eso debo estar al tanto de que Yuki me esté tocando las orejas.

-¿Bellísima? -Me impresionó, pero más que nada fue el hecho de que me estuviera tocando las orejas, eso es lo primero que quiere hacer una persona con mi raza- Sabes que no eres la primera persona que intentá hacer esto...

Seguí tocando sus orejass sin poderme contener, eran tan suaves y bonitas, que me sorprendía a mí misma, me daban cierta envidia, debía ser maravilloso tener unas orejas como aquellas, imaginarme a mí con unas me arrancó una risa, resultaba abrumadoramente divertida, por alguna razón suponía que unas de conejo me hirian bien. Me apollé sobre la silla para tener ambas manos disponibles en cada oreja, feliz de poder tocarlas. -Si, no me extraña, si yo pudiera no dejaría de tocarlas nunca -rio de buen humor- ¿Y quién se supone que te las toco antes? lo dices como si ya estuvieras muy acotumbrado -reí divertida y baje los ojos para mirar su exxpresión, esperándo que no estuviera enfadado-y si, son bellisimas.

Lindo, bellas, adorables, ya se me estaba hacieno raro que me llamará así, pero Yuki es demasiado amable, y solamente con alguien quien casi ni conoce, pero tanta amabilidad me decía que podía confiar en ella, bueno así era mejor, ella me estaba demostrando que no debía "temerle" y cerrarme tanto cuando vuelva a estar con ella. No, en nada me molestaba que estuviera tocando mis orejas, la verdad era una reacción normal cuando un humano ve a alguien de mi raza, pero su preguntá hizo que desviará los ojos unos minutos pensando en eso, de forma amable como ella pocas personas, pero de otra forma, una muy cruel, pues...

-Acostumbrado -Repetí, mirandola a los ojos- No exactamente, es normal que alguien quiera tocarlas

Le solte repentinamente las orejas, recordando que no era para nada decoroso por mi parte y pensando que no me haría gracia del todo que aguien me tocara las mías, más que nada porque me resultaría extraño, volví a sentarme y rapidamente uno de los roedores llenó eficiente mi taza, sonreí ya que aunque no eran muy grandes podían llevar realmente peso y esa era una de las cosas que más apreciaba, el esfuerzo y el trabajo duro, me llevé la taza a los labios y dí un sorbo, sin haberle soplado antes y qemándome la lengua, hice una expresión de desagrrado devido al escozor, en verdad estaba muy recién hecho, volví de nuevo a Nero, esta vez más calmada y sabiendo que ya me sentía satisfecha, una vez despues de tocarle las orejas me había quedado mucho más tranquila y creía que incluso podía sostener una conversación más formal... no eso sería imposible soporté las ganas de reirme de mis propios pensamientos.

Dime, Nero... ¿a ti te gusta el té? -era unapregunta estúpida, pero deseaba cambiar de tema- mi me gusta en especial el té rojo, aunque raramente lo sirvén, el sabor que tiene me encanta, aunque taambién adoro los tés de sabores frutales ¿y tu?

Hasta que al fin Yuki soltó mis orejas, ya pensaba que me las iba a estar tocando durante todo el momento que estemos tomando el té, y cuando me las soltó, automaticamente estás se hecharon hacia atrás, al igual que mi cola comenzó a menearse un poco, instintos caninos a fin de cuentas. Uno de los roedores se acercó para llenar nuestras taza de más té y otro para dejarnos un platón de galletas, olian exquisitas, así que tomé una y comencé a desgustarlas.

-¿El té? -Extraña pregunta para comenzar un tema nuevo- Me da igual, solo lo tomó porqué me gusta

Off: ¡God dammit! Dx Perdona que me haya quedado super corto, no ando muy inspirada u_u

Tomé una de las galletitas, recordando por alguna razón los cuentos que de niña me contaban mis padres sobre Alicia, esa humana que había sido la primera en llegar a este mundo y que había muerto en el altar que había cercano al bosque. Ella había tomado uno de los postres de este mundo y se había hecho gigante, más sabía que era imposible que a mi me sucediera tal cosa, puesto que era autóctona de Wonderland y el mundo real del que hablaban los que llegaban me parecía realmente irreal. Sonreí a Nero, tomando una galleta entre mis dientes y como siempre sin que sucediera nada. Lo miré, era más serio de lo que había pensado al principio, aunque suponía a que se debía a que le habia tocado sus orejas sin su permiso, le dediqué una sonrisa dulce-A mi me gusta el té porque me relaja y mientras lo tomo, siento que puedo hacer cualquier cosa que desee-contemplo mi reflejo en la taza- Claro que sería más divertido si llevara una etiqueta donde pusiera "Drink Me"

Desde que Yuki llegó am la sala, y más que se sentó junto a mí, solo hemos tenido conversaciones muy extraña, primero sobre mi pequeño "don" para curar, después del reino del corazón, y por la forma en que ella hablaba del reino es obvio que jamás ha ido a ese lugar, después de mis orejas, que terminaron jalandolas, y por ultímo....¿Del té? ¡Wow! Se notá que nos quedamos sin temas. Tomé otro pequeño sorbo de mi té escuchando atentamente a lo que dijo Yuki, y más aún cuandp dijo lo de "Drink Me" que me hacía recordar una vieja historia.

-Patrañas -Mencioné, lanzando un bufido- ¿Quien sería tan tonto para tomar algo que dice "Drink Me"? Sin ofender -Dije bromenando sonriendo entre dientes.

Reí ante la contestación al estraño tema que yo había sacado, sonreí encantadora a Nero, no me molestaba lo que había dicho, es más me divertía enormemente-Yo me lo bebería-comenté-Si hubiera una botellita o una taza con la etiqueta de "Drink me" no dudaría en beberlo, puesto que de seguro pasaría algo interesante-aparté mi cabello de mi frente ya que me estorvaba para hablar y pensé en esa vieja historia y en la sitaución en a que podría encontrarme, suponía que el veneno tendría en vez de esa etiqueta una de "poison" por lo que no tendría problema en beber la de "Drink me", miré a Nero a los ojos-Lo que ya no sé, es si sucedería de verdad algo conmigo, ya que en el cuento, la niña no era de Wonderland, por lo que yo que si lo soy tal vez no me pasaría nada ¿tu no te lo tomarías?

La conversación más extraña y divertida que he tenido hasta ahora, hace tiempo que no tenía una así, ya estaba comenzando a pensar que me iba a volver un asocial o algo así, pero es muy fácil sacarle una conversación a la chica que tenía en frente. El cuento de la niña en wonderland, ese cuento me lo sabía muy bien, todas esas aventuras que pasó la joven en un lugar lleno de locura y desastres, pero lo que más deja confundido es el hecho que segun dice el cuento que la joven murió aqui, en este mundo.

-¿Te has dado cuenta de que soy una criatura mágica? -Ironicé mientras levantaba una ceja- Si me tomará esa cosa podría tener otro efecto en mí -Y sonaba lógico, en parte yo ya era "magia"- Pero quien sabe...Tal vez la curiosidad me maté y termine por tragarme eso