Tanto en que pensar, tan poco que compartir

¡Exiliado! ¡¿Es enserio?! No puede ser lo INCREIBLEMENTE tonto que haya sido para que me sacaran de un reino; y lo peor no era eso sino que aún hoy en día seguía sin arrepentirme de las palabras sarnosas que había dicho hacía la reina de rojo.

Ni una de ellas. ¡Ah! Y se supone que ahora debía estar viviendo con Credo no solo por ser mi hermano mayor sino también por “vigilancia”, como no podía ni debía tan siquiera pronunciar el nombre del Reino de Corazón sin que me cortaran la cabeza; ahora tenía el ojo vigilante del mayor casi 24/7… Casi. Cuando tenía que ir a su “trabajo” como general me dejaba solo en su casa y es cuando aprovechaba para salir aunque sea un rato a caminar por Talis; era eso hasta que logré tomar el tren mientras el cuidador de este se descuidaba, le pasé a hurtadillas por detrás y bueno…

Todo se resume en un viaje gratos hacía Palladium, la capital del Reino de Espadas.
En realidad, solamente quería estar solo un rato; alejado del mayor y su vigilancia (Si tuviera que comparar esta con la de un criminal verdadero, no era tan fuerte a como lo esperaba). Solamente quería estar solo y pensar en algunas cosas. ¿Dónde me encontraba ahora? Pues, sonaría extraño decir que estoy en un bar; ¿Un bar donde admitían menores de edad? Hay que ver para creer, claro está que no estaba bebiendo.

Solamente tenía la cabeza recostada sobre la mesa usando mi brazo izquierdo como almohada y con la mano derecha jugueteaba con un vaso que estaba ahí desde que pise este lugar, este bar no estaba tan alejado al de Rubine, tenía unas cosas iguales como que algunas veces se pasaban de listo y comenzaban a lanzarse cosas al aire.

Borrachos son borrachos, nada los cambia.

Regresar a Corazones… Lo pensé, lo he estado pensado mucho aún cuando tanto Credo como en el juicio indicaron que no podía volver al reino y si lo llegaba a pisar; adiós cabeza. ¡Agh! ¿Cómo es que llego a ser tan complicada mi vida?

¡A veces pienso que es un castigo del creador! O un reto del mismo… Cual sea la verdadera razón; apesta y mucho.

-¡AGH! ¡Maldito hijo de la...

¡PAFF!

Una silla cayó encima de esa persona quien no pudo terminar su frase, y debo mencionar que al estar prestando poca no me fije que la silla pasó por encima de mí. Como típico preferí ignorarlos aunque algunos estuvieran tan cerca de mí que ya casi podía sentir su olorosa baba sobre mis orejas por lo tanto que gritaban/discutían/reían. Entre todo el bullicio escuchaba una estruendosa risa, una risa que se me hacía tan escalofriantemente familiar; deje el vaso de lado y alcé una oreja en dirección hacía donde venía ese sonido. Después de esa risa también escuchaba otras personas quejándose estruendosamente, luego más objetos volando por los aires, un ligero "Crack" y.......

¡PAAAAFF!

Un golpe directo a toda mi barbilla. Sin idea de como fue que la mesa logró moverse hasta darme con la barbilla, automáticamente mi cabeza fue a dar hacía atrás y de nuevo, no tenía idea de como no me caí de la silla. En vez de eso lo único que hice fue pararme en seco y gruñir mostrando todos los dientes, en especial los colmillos echando las orejas hacía atrás. Acaricie mi barbilla y solamente vi la silueta de la persona que me daba la espalda limpiándose como si nada; no me fije para nada en cualquier clase de detalles que pudiera tener (Aún si estas misma se me hacían más familiares) E hice lo primero que se me vino a la mente.

Lanzarme en contra de la persona, y casi ahorcarlo con los brazos y rodear su cintura con mis piernas (Realmente fue lo primero que se me vino a la mente).

-¡Maldito hijo de la... -Y ahora fue que noté a quien estaba casi ahorcando- ¡¿Dante?! ¿Pero que carajo... ?

Ignoraba todas aquellas miradas que ahora tenían sobre ambos; y claro que también estaba obviando la posición en la que estaba.

¡OH SI! ¡Al idiota que estaba ahorcando era nada más y nada menos que el supuesto "mejor cazador de todo Wonderland" (Nombre auto-impuesto por la misma persona) llamado Dante! No, aún ni siquiera notaba en la "rara" posición y eso de que lo estuviera ahorcando... Bueno, no es la primera vez que llegamos a este tipo de situación extrema; sin embargo fácilmente afloje el agarre a su cuello y al menos si pretendía en bajarme, al menos ESA era la idea hasta que lo ultimo que supe fue que ahora mi cuerpo -Preferentemente, mi espalda- Pegaba contra el frió y duró suelo; ambos brazos quedaron tendidos a mis lados sobre mi cabeza y un pie quedo sobre una silla. Luego y ultimo de mi parte fue bajar la mirada y levantar un poco el mentón solo para ver los pies del mayor.

-¿Qué, que hago aquí? -Moví los hombros, como si le restará importancia. Luego me levanté, quedando sentado en el suelo y mi mano diestra pasaba por sobre la parte baja de mi columna- Nada, solamente vine a que me arrojaran cosas, y que a un idiota se le ocurriera golpearme en la mandíbula y demáses.

No era necesario decir nombres cuando era obvio de quien estaba hablando. Ahora si, me levante completamente sacudiendo mi ropa; y así como empezó la tormenta todo se calmo cuando los borrachos decidieron seguir con lo suyo... En los próximos cinco minutos hasta que siguieron arrojándose cosas. Lo pero y relevante de todo el caso es que estaba buscando estar un momento a solas (Aún en un andrajoso lugar como este, ¡Te odio nostalgia!) y ahora me encontraba con el albino mayor... ¡Demonios! Por estar pensando en tantas cosas a la vez no caí en cuenta de algo importante.

¡Este es el Reino de Espadas, el reino donde vive Él! ¡BIEN HECHO; CACHORRO!

-... -¡AH QUE BIEN, ahora no tenía NADA que decirle! ¡¿Verdad?! En vez de eso simplemente tragué saliva y me encogí de hombros- Yo... Mejor me voy...

No dije nada más, sino que pretendí darme media vuelta y seguir caminando, no si antes esquivar proyectiles tras proyectiles.