"... Y la reina de Diamantes dijo"

por **Charlotte** Vie Sep 28, 2012 12:42 pm

Una noticia tras otras llegaban y con ellas más y más pensamientos surcan en mi cabeza; uno de ellos era acerca de los llamados “Patriotas” y su plan que conjugaba a todas las familias reales –A lo que entendí- Y ahora; la aparición de la princesa Irisviel Von Einzbern. Cuando me llegó la noticia en verdad ni me impresione o algo; es decir, ya tenía en mente que mis predecesoras no iban a aparecer y con lo de Arya no estime mucho. Que re-apareciera la albina no captaba tanto mi atención. Políticamente somos reina y princesa, consanguíneamente somos primas o al menos eso era lo que escatimaban los ancianos del consejo cuando casis le daban un infarto cuando vieron a la albina sana y salva y más que nada… Viva en todo su esplendor.

Así pues, me encontraba ahora sentada en el trono real. Aunque en parte estaba libre en algunos asuntos reales, todavía tenía en mente tantas cosas que comenzaba a darme dolor de cabeza; así que lo primero que ordene fue que le dijeran a la princesa que necesitaba hablar con ella un rato a solas. En la sala de trono no se escuchaba más que mi propia respiración y mi taconeo cada vez que golpeaba al suelo con este.

-Esto es raro –Murmuraba- La realeza de Diamantes ha vivido un engaño hasta que ascendiera al trono, luego está que Bleith ya no es más un príncipe aunque yo quiero que lo vean así, luego está lo de Arya, lo de los patriotas y ahora Irisviel.

Todo eso estresaba, lo suficiente como para crearme un conflicto interno, pero debía ser recia y neutra para no causar malos estragos con mi gente y mi reino. Me levanté del trono y comencé a caminar con un brazo cruzado bajo mi pecho, mi codo apoyándose en la mano de este mismo y mi mano bajo mi barbilla. Caminaba de un lado a otro absorta en mis propios pensamientos.

-Bueno, de ella no es tan malo… Lo que me preocupa son “Los patriotas” ¿Qué demonios querrán?

Paré en seco al escuchar la puerta de la sala de trono abrirse y ver la sombra de alguien acercándose, esperaba que fuera ella; de igual manera la había recibido con los brazos abiertos… Como a Arya Cawley.

por **Irisviel Von Einzbern** Sáb Sep 29, 2012 11:32 am

Su respiración estaba algo agitada, su pecho subía y bajaba producto de la propia inquietud. Tras largos días de mantenerse prácticamente encerrada bajo las cuatro paredes de su dormitorio, el consejo había estimado que ya era tiempo suficiente como para meditar y acostumbrarse nuevamente a su entorno, pero que ahora debía ser capaz de enfrentar cara a cara a la otra pieza imponente del reino, mujer que había visto de manera parcial a través de la ventana de su habitación y el día en el que se atrevió a poner pie sobre el palacio frente la estupefacción de varios de los miembros de la casa.

Nunca habían cruzado palabras, pero ahora con la presión de los más sabios, sabía que ya no podía mantenerse en un estado de mudez y tendría que presentarse y explicar de buena forma las razones de su ausencia para que fuesen comprensibles a oídos de... ¿su prima?
No sabía si podía decirle así, el engaño de Rachel la había sorprendido y quizás una parte de sí en lo más profundo mantenía esa duda de que al ver a la reina frente a sus ojos encontrase en ellos un algo que le indicara que, en efecto, algo de la misma sangre corría por sus venas.

Un par de guardias golpeó a su puerta y la escoltó hasta la puerta de la sala del trono. Con una reverencia los uniformados se retiraron y ella convertida en una especie de manojo de nervios, dio un gran resoplido y se puso una mano sobre el pecho para calmarlo.

Segundos pasaron antes de que sus dedos se posaran por las grandes puertas y abriese... dejando entrever su blanca silueta entre tanto esplendor del sitio. Automáticamente cerró con cuidado la puerta tras de sí y caminó con lentitud y la cabeza firme hasta el encuentro de la otra dama que efectivamente tenía clavada la mirada en su persona.

Aquí estamos... todo saldrá bien.

Cuando estuvo a una distancia prudente de la reina, se detuvo e hizo una pequeña reverencia tomándose las puntas de su amplio vestido. Aclaró su garganta con sutileza y dirigió su mirada carmín junto con una cálida sonrisa a su reina.

"Realmente... estuve esperando por que éste momento llegase, Majestad." Soltó pausadamente. "Es un honor poder conocerla de frente."

por **Charlotte** Miér Oct 03, 2012 7:02 pm

Su cabellera tan blanca como la nieve y sus ojos rojos tan llenos de bondad me impresionaban; si no fuera por el tono en sus ojos creería que realmente no somos parientes y que los grandes sabios otra vez estaban manipulando los asuntos de la realeza de Diamantes. Ante su reverencia yo respondí con una, únicamente bajando un poco la cabeza y dirigiéndole una sonrisa amable a ella para que viera que no tenía nada que temer y pudiera quitarse los miedos de encima. Tenía pensado preguntarles tantas cosas pero abarrotarla con todas ellas solamente haría que se pusiera más nerviosa de lo habitual.

-Yo también le he estado esperando, Lady Irisviel -A pesar de ser mi prima debía mostrar mis respetos- Quisiera que conversáramos a gusto y sin interrupciones, por eso la cité aquí

Me acerque a ella y coloque suavemente una mano sobre su hombro sin dejar de sonreírle.

-Relájese, no pasará nada malo –Dije- Quisiera que me cuente algunas cosas…

Le solté el hombro dándole la espalda para encaminarme hacía el lado izquierdo del trono. Pasé con delicadeza mi mano por la bracera de esta detallando la fina madera adornada con varias joyas. Miré a Irisviel nuevamente antes de hacerle un pequeño ademán con las manos para que se acerque.

-Podrá pensar que de seguro le preguntaría por su ausencia –Negué con la cabeza- Dejemos eso para el final, tengo otra cosa más importante que decirle.

Y no necesitaba que algún anciano del consejo real me detuviera para ello.

-En el tiempo que estuvo con mi antecesora; Rachel Berlian, ¿Tenía usted alguna idea de lo que realmente pasaba?

Por mi mente pasaba que quizá ella no sabía nada de lo que me estaba refiriendo, fue otra de las marionetas de los reyes para ocultar la verdad de que en Diamantes pasó un corto período sin reyes.

-Si no lo sabía, Rachel Berlian no era más que una niña encerrada en el cuerpo de una adulta cuando la anunciaron como reina; un hechizo bastante poderoso pero una mentira bastante riesgosa.

Que irónico que mi antecesora haya sido una niña cuando a mí tuvieron que esconderme por un largo período hasta cumplir la edad para ascender al trono. Se nota que los ancianos del alto consejo tenían todo planeado… Algo no andaba bien en eso.

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