Buscando respuestas.

Cuando Alpha llegó al comedor, el Teniente y el General se encontraban discutiendo la forma correcta de comer alcachofas. Claro estaba que ambos tenían pésimos argumentos.

-¡Ah! -exclamó con desagrado al ver al soldado acercarse a ellos- ¿Ahora qué quieres?

Y bufó al escuchar la proposición. Si bien apostar cosas le resultaba algo interesante, el sólo volver a oír de la mocosa le hacía sentir molesto. Puso los ojos en blanco y luego miró al soldado.

-Número uno, -advirtió, alzando su dedo índice a la vez- no me gusta cocinar. -Puso otro dedo- Dos, estoy harto de oír de esa niña. Yo le di una oportunidad y la desperdició, así que no quiero que andes otra vez revoloteando con el cuento de que...

Pero fue interrumpido por la aguardentosa voz de un Teniente Coronel.

-¿Qué? ¿Huyes de una apuesta, Augusto?

-No seas estúpido, -contestó, todavía muy sonriente- el problema aquí es darle el gusto a este soldado que al parecer no tiene nada mejor que hacer.

-Vamos, Aristides, el chico dijo que haría lo que tu quisieras si él perdía. Y pues ya sabes, siempre pierden.

-Bien, bien, -dijo rodando los ojos, para luego mirar a Alpha de soslayo. ¿Lo que él quisiera? Sonaba verdaderamente tentador, sobre todo para un hombre que se dejaba llevar por la pereza y la lujuria...

Entonces Augusto volteó a ver a los otros y dirigiéndose a ellos, añadió:

-Alguno de ustedes mande a algún mensajero a traer a la hija de Lord Johan.

Niké estaba tan nerviosa, no sabía que estaba haciendo en ese lugar, mucha gente se estaba congregando y no encontraba a Alpha por ninguna parte.

Ingrid la soltó cerca del general, enfrente estaba un Teniente Coronel.

- Yo decidiré quien gana. - dijo mientras preparaban la mesa

¿Ganar? ¿Sobre? ¿Acaso quiere que nos batamos a duelo? La verdad no creo que pueda hacer lo que hizo mi esclavo... ganarle a el sería imposible en este momento...
- Ni siquiera sé usar mis habilidades... por eso quiero estar aquí para perfeccionarlas y ser útil- sin darse cuenta, la aspirante a soldado había hablado en voz alta.

- Creo que estamos listos... Ingrid, explíquele a la niña esta - Decía el Coronel - en qué consiste su tarea....

+OFF TOPIC (*Con voz de Bowser en Evil Rebelion 2* Maldita sea no esperaba esa respuesta) Bueno te debo una disculpa >_<, no se me ocurría nada (la verdad sigue sin ocurrirme) pero siento una falta de responsabilidad, así que a ver que sale.+

Niké sabía tanto de cocina como de modales, sin embargo el estofado era uno de sus platillos favoritos (O tal vez el único que come sin dejar algo en el plato) así que recordó cada sabor de ese estofado que cocinaban en casa.

- Así que puedo pedir lo que sea para mi estofado verdada? - Exclamaba mientras veía que ingredientes le habían colocado.

- Practicamente sí, sólo no puede ser algo fuera de lo común o algo que normalmente no se encuentra en el reino, como esas especias raras traídas de Trebol +OFF(Ni idea si hay algo así XD) TOPIC+ - Le respondía amablemente el teniente coronel.

Mmm pensó por unos instantes... apuntó todo lo que necesitaba en una hoja y se la dio a Ingrid, que a su vez se la dio a un mozo para que trajera todo en orden ex profeso.

Cortaba lentamente cada verdura que estaba en la mesa, Niké sabía que el estofado era algo que se hacía con tiempo, "las prisas en la cocina siempre son malas" recordaba a su cocinera decirle eso cuando ella le ordenaba que tuviera su comida en ese instante.

Veía de reojo a Arístides, él se encontraba peleandose con la carne, le habían dado una pierna y quitarle el hueso sin masacrar la pobre carne era todo un logro.

Alpha estaba tranquilamente sentado, era raro, pensaba Niké, puesto que desde el desafío no la ha apoyado moralmente, ¿Le dejó de interesar una dama de palacio? o simplemente sabía que ganaría... o se está resignado a ser el esclavo... sexoso del capitán...
- Me recuerda eso todos los chismes que hay sobre él - Diciendolo en voz alta y señalando a Augusto... era demaciado tarde cuando se dio cuenta de su error.

EL mozo trajo el resto de las cosas... ella ya tenía el cazo listo para agregar las mescolanzas... primero fue la carne, tardó más de 15 minutos en cocinarla, pero al final soltó jugo, que es lo que le importaba, después le puso un poco de vino y agua, seguida de un poco de miel... se le estaba olvidando que las papas y la zanahoria tenía que estar antes, para ello las cortó un poco más finas para poder lograr que se cocieran en menos tiempo.... terminó poniendo un poco de tomate (Jitomante) y al final poniendole un poco de sal y hierbas de olor.

Aristides ya habia acabado... el jurado lo estaba probando, Alpha se acercó, lo olió...
Este va a ganar - exclamó y se alejó.....

Obviamente el general había terminado primero. No pasó mucho tiempo cuando el hombre se desesperó y terminó echando las verduras casi enteras al estofado... todas al mismo tiempo. Pero en el cuartel solían decir que él tenía "buena mano" y él esperaba que eso también aplicara para la comida.

Mientras tanto Augusto, quien ya sólo esperaba a que los jueces probaran su "fantástico" estofado, encontró entretenimiento mirando a Niké. Curiosamente, por más que se esforzó observando, no halló algo que criticar.

Pero se le tenía que ocurrir alguna cosa, sólo tenía que darle tiempo al tiempo.

-¡Ajá! -gritó apuntando a la jovencita- ¡JITOMANTE! ¡BRUJERÍA! -la acusó. Claro, ironía era que un mago negro la acusara de ser bruja, pero él no iba a admitirlo si nadie se lo preguntaba.

-¡Augusto, por Dios! -le reclamó Ingrid con indignación.- ¡Eso es un tomate ordinario!

-¡Es un jitomante, Ingrid! ¡¿Crees que no puedo reconocer magia negra cuando la veo?! ¡Si yo...........! -Y entonces recordó que la magia negra seguía prohibida en Wonderland y que la Reina Alice partiría en dos partes a cualquiera que la practicase. Además, el rey Alfred era un mandilón de primera, de manera que si Alice se enojaba con él, Alfred no iba a defenderlo.- Digo, nada.

De mala gana volvió a sentarse, cruzado de brazos.

-¿Y bien? ¿Cómo está mi exquisito estofado magistral? -le preguntó a los que lo probaron. Pero después de reunirse a cuchichear, sólo el teniente coronel habló:

-Es preciso, General. Me recuerda esos días terrosos y duros de la guerra, en la batalla contra los molinetes.

Augusto alzó una ceja, no tenía idea sobre qué hablaba el otro.

-Espero que eso sea bueno.

-¡Ah, sí que lo es! ¡Pero aún falta probar el estofado de la señorita Niké!

Alpha estaba preocupado... estaba nervioso de que sus superiores votaran a favor de Aristides, claro, era el mejor en lo que hacía, pero Niké dio su mayor esfuerzo y no quería ver ese empeño echado a la basura, sabía que tenía a un buen soldado enfrente suyo, sólo tenía que pulir bien ese "diamante embruto" (si, acabo de ver Aladín de Disney apenas XD).

El teniente coronel se acercó poco a poco... cada segundo parecían horas, nadie podía saber si en verdad Augusto sería el ganador, o tal vez sería Niké, todos los soldados congregados estaban apostando...
El Teniente tomó la cuchara y comió...

- Ingrid, necesito que venga inmediatamente y pruebe esto...

**OFF TOPIC Sé que es poco, pero espero que la resolución no venga de mi parte XD **

Ingrid se acercó al plato y, compartiendo la cuchara del teniente coronel, probó el estofado. Después de eso, la ruda mujer se quedó quieta durante unos segundos, analizándolo. Abrió la boca para hablar, mostrando un rostro similar al de los peces dorados, pero entonces el viejo militar habló:

-Deberíamos descalificar a la jovencita por haber preparado algo que dista mucho de lo que acordamos -aclaró- ¡Esto no es un estofado!

Y se hizo el silencio... por lo menos hasta que un "Uuuuuh~" generalizado llenó el comedor. Augusto sonrió con satisfacción y alzó el mentón, orgulloso. Pero entonces, Ingrid se giró hacia el teniente y lo abofeteó.

-No sea idiota, -le dijo, casual.- este plato sabe a lo que debe saber un estofado. -declaró.

El rostro del teniente coronel se había enrojecido por la vergüenza, la cachetada y la indignación.

-¿Me está diciendo que lo que creíamos que era estofado en verdad no lo era? ¡¿Acaso me está diciendo que he vivido engañado toda mi vida?!

Ingrid se alzó de hombros.

-Pues sí.

-¡Pero mi estofado es el mejor, maldita sea! -berreó el general del ejército.

-Augusto, lo que tú hiciste no es un estofado, tú preparaste un estofado falso que sólo existe para los soldados que no saben cocinar y que nunca han probado un estofado de verdad. Me parece que desde que te enlistaste al ejército has sido engañado.

El militar puso cara de joker y con dolor se dejó caer al suelo de rodillas.

-¡¡NOOOOOOOOOOOOO!!!

Alpha tomó a Niké y le dijo que se fuera a sus aposentos, él tendría que dar la cara en el asunto. Mientras Arístides estaba comiendo el verdadero estofado Ingrid estaba regañando severamente al Teniente Coronel.

- Alpha, esa mujer que grado tiene, se ve que es muy influyente - Preguntaba Niké negándose a retirarse de ese lugar.
- Ingrid es... mmm digamos que es la mujer con más carácter en todas las barracas. - respondió mientras le se acercó al estofado. - Como lo hacía mi madre...

El cuartel comenzaba a volver a su normalidad, los que esperaban algo más se empezaron a retirar, las apuestas fueron pagadas una por una, muchos esperaban probar el estofado, pero Arísitdes estaba aferrado al cazón.

- General, ¿me permitiría tomar un poco del estofado?

Entonces el silencio se hizo.

-No -masculló enfadado, como un niño pequeño al que acababan de castigar.

Entonces Ingrid se acercó a ellos.

-Deja que lo pruebe, ¿qué daño puede hacerte eso? -dijo a manera de sermón, a lo que el General le miró de reojo con indignación.

-¿Ha sido cosa tuya, cierto? -cuestionó. La mujer alzó una ceja.- Lo del invento del estofado falso y demás.

Ingrid sonrió.

-Te odio -añadió Augusto al confirmar en la reacción de la otra que, efectivamente, ella había estado detrás de todo.- ¡Y ahora haré que te saquen del honorable ejército Azul! -amenazó.

-Bueno, bien sabes que morirás de hambre sin mí -dijo con satisfacción.

-Ah, no, yo ya tengo pareja y él cocinará para mí.

Ingrid se rió.

-Me temo que tu pareja es un aristócrata que jamás ha puesto un pie en la cocina, mi General Aristides. En el mejor de los casos, tú terminarías cocinando para él.

Augusto arrugó el entrecejo y luego su rostro enojado comenzó a tornarse en una expresión de pánico.

-Bien, tú ganas. Tú y tu adorado Alpha. -Y se giró hacia él, señalándolo- Pero no fue mi culpa haber perdido, -dijo decidido, listo para retirarse y olvidar que todo aquello había pasado alguna vez- No fue mi culpa, yo odio cocinar y… ¡Y todo lo demás!

Entonces Augusto se dio la vuelta y pasó a retirarse de mala gana. Finalmente Ingrid sonrió con complicidad al joven soldado, para después irse tras el General del Ejército que ¡a saber lo que se pondría a hacer estando tan enojado!


( ¿Fin? )