Explorar nunca esta de mas ~

Los trenes pasaban, cada uno con una direccion distina, solo era cosa de desidir y tomar un tren para ir a un destino diferente. Viajar por el mundo resultaba mas facil en tren pero no era lo mismo, afuera conocias personas, aprenders como sobrevivir pero era mas tardado. El tren solo lo hace mas rapido y sencillo, dejando atras lo que realmente interesaba en el viaje. Una chica en particulas se encontraba sentada en una banca de la estacion, todos los que pasaban tenian la idea de que esperaba un tren, pero siempre que llegaban no hacia nada, ni moverse siquiera. El que estaba cuidando la estacion le veia siempre preocupado, acaso seria alguien que habia olvidado su camino.

Amu estaba tranquila sentada, recordando los primeros viajes con su familia en tren, a pesar de no hablar, ella estaba feliz pues su madre le decia que era cada cosa. Las hadas - o almenos asi les llamaba - tambien se divertian maravilladas, ya que salian. Esos eran momentos felices para ella. Despues todo callo, pero ya no importaba, era cosa del pasado. En ese momento su broche cambio a espadas, haciendola levantar y sacudirse la falda. Se habia olbidado limpiar la banca y empezo a irritarse un poco. Suspiro para tranquilizarse un poco, no debia alterarse despues de todo, le habian dejado estar hay por mas de una hora.

- Como las estraño chicas - Susurro y volvio a sentarse, como si esperara a que algo pasara.

Mas personas empezaban a llegar, a su parecer ese dia era uno de los mas atareados ya que llegaban muchas personas de diferentes lugares al reino de espadas. Claro era obvio que muchas personas llegaran ya que era de las mas bonitas, o bueno eso decian. Suspiro ya que jamas habia pasado de las puertas de la estacion, siempre llegaba a otro lugar y se quedaba horas viendo como las personas pasaban.

Suspiro una vez mas hasta que cambio su broche una vez mas a un corazon. Se levanto con una sonrisa y se subio rapido a la banca para que todos le vieran. Saco un silbato, lo soplo para llamar la atencion de todos, y solo algunos que no tenian prisa voltearon a ver que pasada. Guardo el silbato cuando alfin le prestaron atencion.

- Todos en una fila, para que pasen mas rapido- Bajo del asiento, y se dirigio a la puerta del tren que habia llegado. - Equipáje de un lado y pasajeros de otro. -

Tenia una sonrisa en alto mientras algunos le veian raro, el cuidador se acerco para ver bien que pasaba. Paso por el asiento donde estaba la chica que habia visto antes y ya no se encontraba. Al llegar la vio feliz organizando a todos los que entraban y salian para evitar rebuerlas o algo por el estilo. Cuando al fin el tren partio el cuidador se quedo con la boca abierta, ni el podia haber hecho que todo fuera tranquilo. Antes de poderle hablar ella empezo la marcha para volver al asiento donde esperaria el siguiente tren.

-Ir en tren es una forma más fácil que un carruaje.

Además es más seguro y los viajes en trenes me relajaban. Una invitación llego a mis manos este mismo día, se trataba de una reunión de nobles en el majestuoso Reino de Tréboles y era de esperarse que la líder de la familia Silverwolf se presentará. Pero; como siempre quería que fuera hacia el reino en carruaje siendo que el viaje sería más cansador y el camino no está en condiciones para que un caballo pase por ellos. Sugerí la idea del tren y de una vez mi propia hermana me reprocho en un rotundo "No" Que era muy peligroso, que podría herirme, que podrían asaltarme, bla bla bla.... Al final logré convencerla de que me dejará ir, girando los ojos con un profundo suspiro me dijo que sí.

Me escoltaron hasta la estación de trenes y ya a a partir de ahí yo podría caminar por mi misma. Con una leve reverencia fue como me despedí de los guardias; ahora bien solo me quedaba esperar al tren. Muchas personas pasaban frente a mí y me miraban si poder creérselo y es que; ¿Quien imaginaría que una persona tan bien arreglada, usando un vestido muy fino y de gala se sentará en una de las bancas de la estación? Se las imaginaban más dentro de un carruaje pero no así. Sin embargo aquello no me molestaba yo me sentía feliz estando aquí pudiendo saludar a algunas personas de vez en cuando. Un silbido me hizo saltar un momento, comencé a seguir aquel sonido más una voz que ahora parecía llamar a las personas, al otro lado de la estación una jovencita acomodaba a las personas hasta que el tren partió la chica simplemente fue y se sentó en una banca como si nada, creía que también iba a viajar en tren.

-Que extraño -Me acerque hasta donde ella y me senté a su lado. La chica se veía feliz con lo que hacía, no parecía esperar algo solamente estaba ahí en su pequeño mundo. Mi mirada surcó hasta el broche que tenía en su pelo, algo de eso llamaba mi atención no sabía bien lo que era pero... Algo en ese broche parecía mágico- ¡A-Ah! Disculpa -Sonreí nerviosamente mientras mis mejillas se tornaban de rosa bermellón- ¿Estas esperando el tren?

Escuché otro silbido y esta vez era del cuidador. Había llegado otro tren pero con dirección hacía el Reino de Diamantes, el mio llegaría un poco más tarde... Sí, yo vine muy temprano. Volví a mirar a la chica o mejor dicho hacía el broche con forma de corazón que tenía en su cabeza.

-Es un bonito broche -Le sonreí con dulzura y le extendí mi diestra- Soy Yoru, ¿Y tu?