Métodos Alternativos

Todo fue muy rápido, tanto que no me dio ni tiempo de decir algo más que un grito. Pero sabía que en ese momento en que el rayo iluminó toda la habitación mis brazos me cubrían de quedarme enceguecida por ello, cuando quité mis brazos lo que vi primeramente fue al soldado quejándose en el suelo con algunas chispas azules saliendo de su cuerpo, y Ky liberándome de aquel inminente ataque. Cuando quitó las dagas, las dos grandes alas cayeron de plano al suelo como dos pesados sacos, en efecto estaban sodomizadas, espero que se les pase pronto. Seguía sin responder aun cuando Ky me estrecho entre sus brazos, y sin embargo fue grande mi sorpresa al ver su mano y antebrazo con algunas quemaduras, no tan graves pero tampoco tan leves.
Pues sí, estaba aterrada pero debía ser firme y fuerte, ¿Quién confiaría en una reina débil y cobarde?

-L-Lo s-sient-to –Ese murmuró provenía del soldado que apenas lograba alzar su cabeza para vernos- L-Lo s-sient-to –Desde que llegó decía eso, una y otra vez, aun hasta cuando me atacó no dejaba de repetir eso, y cuando quiso darle fin a mi vida titubeo y su mano misma temblaba de miedo.

Solté a Ky en ese instante encaminándome hacía el soldado, arrastraba las ahora pesadas alas con esfuerzo aun así podía caminar. A su lado me agaché –Quizá esto parecería arriesgado para el mayor, acaba de salvarme como para tener que hacerlo por una segunda ocasión- Pero el soldado ya no parecía tener nada encima y ahora en sus ojos se veía el dolor y arrepentimiento de lo que hizo y le acaba de pasar.

-¿Por qué lo sientes? –Me atreví a decir, a pesar de lo anterior mi voz seguía mostrándose seria y calmada, con algunos leves titubeos debido al miedo que aun poseía.

-Y-Yo… Y-Yo n-no q-quería h-hacer e-esto –Gimió. Su cuerpo seguía emanando chispas azules por la cantidad de energía eléctrica acumulada en él lo que le causaba más dolor que la misma descarga dada por el rubio.

-Entonces… ¿Por qué lo hiciste?

-E-Ellos… M-Me o-obligaron…

-¿Ellos? ¿Quiénes?

-L-Los q-que s-se h-hacen l-llamar “L-Los p-patriotas” –Fruncí el ceño a la vez que entornaba los ojos. El soldado respiraba algo agitado e intentaba moverse pero era en vano su esfuerzo- M-Me d-dijeron q-que s-si n-no a-atacaba a a-alguno d-de l-los r-reyes m-mi f-familia m-moriría…

¡Esos bastardos! ¿Qué tanto tienen planeado hacer en contra de nuestro reino y el de los demás? Un nuevo gemido me sacó de mis pensamientos y el soldado aún “chispeaba” por eso.

-¿Y cómo son ellos? –Si él dijo los patriotas debía conocerlos, ¿No?

-R-Realmente n-no l-los v-ví… -Dijo, bajando la mirada, no se atrevía a verme a los ojos en ese momento- M-Me l-lo d-dijo u-uno d-de s-sus e-espía… T-Tenía c-cabello rojizo y o-ojos c-color miel…

Bueno es algo, un poco de la identidad de uno de sus seguidores. Si lográbamos encontrar a ese ser podríamos sacarle más información pero sería muy arriesgado, ya nos dimos cuenta de que nos enfrentamos.

-¿M-Me c-cortaran l-la c-cabeza? -¡Oh Dios! Yo no podía ordenar eso, aunque reina se me hacía algunas cosas injustas. Fácilmente pude haber dicho que no y ver cómo ayudarlo con sus heridas. Y sin embargo, miré a Ky buscando la respuesta en él.

-¿Ky?

Y jamás obtuve esa respuesta. El mayor caminó y salió de la habitación cerrando la puerta tras de sí, bajé la mirada con algo de culpa –Como si verdaderamente fue la mía- Tanto que no quería estresarlo más y terminó todo en un lio aun mucho más grande. El soldado en el suelo miraba hacia la puerta con un gran temor en los ojos, mientras yo me levantaba y sentaba en una silla cerrando los ojos por unos minutos hasta volverlos a posicionar en el joven. Aquel hombre ya no soltaba chispas debido a la descarga eléctrica pero seguía herido, trataba de levantarse como podía pero lo único que logro fue sentarse en el suelo y agarrar su costado derecho.

-¿Hay… Alguna otra cosa que debería saber? –Pregunte algo intrigada colocando mis manos sobre mi regazo, arrugando la tela de mi vestido por la impotencia de ese momento.

-Sí, hay algunas cosas –Mencionó. Con solo eso basto para ponerle más atención, incluso parándome apresurada y agachándome frente a él para estar más atenta. No importaba que tanto pesaran mis alas ahora, solo quería escucharlo.

-Bueno… -El soldado se sonrojo. Creo que se sentía intimidado con mi presencia ahora, así que aclaro como pudo su garganta para seguir hablando- … Me dijeron que en caso de que logrará mi misión, tomará al príncipe y al otro y los llevará directo a los bosques…

-¿Para que ellos quieren los príncipes? –Pregunté con algo de irritación en mi voz, cosa que notó el soldado y se arrimó un poco hacía atrás. Negué con la cabeza para tranquilizarme y con un ademán le invite a que continuará- Perdona, prosigue por favor…

-Dijeron que con la ausencia de los reyes, el nuevo sucesor, Arthur Kiske podría ser un problema, o un excelente aliado si sabían cómo controlarlo -¿Controlarlo?- También dijeron que Bleith Diamond, al no tener ninguna línea directa al trono, podrían usarlo como otra cosa…

-¿Cómo qué?

-El espía solo lo menciono como “Un peón con magia negra” -¡Ahí esta! Eso era lo que querían con él; bien sabía que Bleith usaba magia negra y la ocultaba, pero más que nada solamente la mostraba para jugarles bromas a los soldados. ¿Cómo no verlo? Si tuvieran a su merced al futuro rey de diamantes y a un mago negro como viles títeres, tendrían todo al Reino de Diamantes para ellos.

Pero…

-¿Qué hay de la princesa Arya Cawley? –Algo tenía que haber pasado para que ella no estuviera en su plan.

-Solamente me dijo que ella jamás debió haber aparecido, distorsionaban todo su plan así que lo más simple y lógico fue sacarla de en medio…

Claro, eso era lo más obvio. Me levanté cruzando mi brazo izquierdo bajo mi pecho y mi mano derecha bajo la barbilla. Con que lo principal era tener a su poder a las familias reales, pero primero debían sacar del camino a quienes lo negaran; en este caso a nosotros: Los reyes de Diamantes. Miré al soldado, dedicándole una sonrisa amable.

-No te preocupes más, tu familia estará a salvo, te lo prometo –Pude distinguir un brillo de esperanza en los ojos del hombre- ¿Cuánto tiempo durará este….

Sin embargo mis palabras acabaron ahí, de un momento a otro, ambas alas se levantaron estirándose como si hubieran estado durmiendo por un día entero.

-Me dijeron que el efecto solo duraría lo suficiente para matar a su majestad…

Iba a responderle también a eso y otra vez me interrumpieron cuando la puerta se abrió y entraron el médico real y una sirvienta la cual calló un casi gritó llevándose las manos a la boca al ver al soldado en el suelo. El médico se acerco a este y empezó con lo suyo, pero antes me miró a mí en pos de inspeccionarme y negué con la cabeza. Caminé hasta quedar a un lado de la sirvienta.

-Cualquier cosa que suceda, por favor dímelo, estaré por aquí cerca.

La sirvienta asintió y se fue a auxiliar al médico. Cerré la puerta y me dirigí a una de las mesas vacías de la biblioteca, si ese era su plan con Diamantes. ¿Con el resto de los reinos también lo eran? Si es así, lo mejor sería actuar.

Así que estos llamados “Patriotas” tenían todo un plan bajo sus manos, y no un plan sencillo y hecho en un mismo día, más bien era un plan totalmente elaborado como si hubieran llevado años y años en hacerlo. Mi mano derecha pasaba a estar bajo mi barbilla frotando con los nudillos esta misma en un auto reflejo de pensamiento; entonces había posibilidades de darle fin a todo ello pero aún quedaba la duda de quién de nuestros hombres es fiel y quien no lo era. Hoy mismo había sido un día con muchas sorpresas y demasés, no era algo del cual simplemente sentirse orgulloso pero estar angustiada tampoco ayudaría mucho, ahora mismo debía velar por mi pueblo y la seguridad de mi familia.

Absorta en mis pensamientos, no me fije cuando nuevamente aparecía el mayor preguntándome si estaba bien. Y tan siquiera respondí acaso, mi propia mirada se mantenía sobre algún punto en blanco de la mesa mientras aun sentía firmemente los nudillos frotándose bajo mi barbilla. Como reina yo debería tener un plan de respaldo para cualquier caso; salvó este mismo que no vi venir así que ya era tiempo de que dejará de sentirme culpable por lo que pasaba ahora y fuera momento de tomarles rienda sueltas al asunto.

-¡La reina no debe sentarse a hacer nada! –Aquello más que un simple comentario fue un pensamiento en voz alta. Con la misma mano había golpeado la mesa haciendo que algunos de los pocos libros que se encontraban encima de ella saltaran y se abrieran; hasta me levanté de mi asiento con un aire decidido- ¿Uhm?

Y ahí fue cuando me fije en el mayor, quien sabe cuánto tiempo tendría él allí –O cuánto tiempo duré yo en aquella posición hasta mi repentino cambio- Por su mirada diría que estaba preocupado -Quizá, la mayor parte de esa preocupación era por lo que había dicho- Asentí antes de que me preguntaran por…. Cuarta o quinta vez si estaba bien.

-Sabes, -Crucé los brazos- El soldado me dijo un poco acerca del plan de esos hombres… Parecen querer usar a Arthur y a Bleith como marionetas para ello, pero primero debían deshacerse de nosotros, y de Arya que no estaba en sus planes…

Torcí mi boca en una muestra clara del enojo que me embargaba; podría explotar en cualquier momento pero me abstenía. Iba a decir algo más pero en ese momento, un sirviente con pecas sobre su tez clara apareció, algo consternado por lo que parecía.

-Su majestad Ky, hay alguien que desea verlo… Algunos guardias no iban a dejarle pasar pero él insistió y…

Hubiera terminado el pobre si no lo hubieran hecho a un lado y quien decía haber entrado al castillo ahora se encontraba frente a frente con ambos. Por mi parte solamente hacía una mueca confusa sin entender aquello, ¿Sería amigo u enemigo esa persona?

Ok…. Creo que a partir de ahora en adelante íbamos a tener visitas muy rutinarias y con la poca educación de anunciar su llegada. Un hombre tosco, alto y de hebras castañas había aparecido ahora frente a ambos y empujado al pobre sirviente para hacerse notar –O eso es lo que creía al menos- Estuve a punto de reclamarle que quería pero al ver la reacción de Ky, era un conocido para él. Respire hondo y recobre la compostura cruzando mis manos bajo mi pecho, siguiendo con la mirada cada movimiento de nuestro nuevo interlocutor. ¿Sol Badguy? Así que ese era el hombre del que tanto mencionaba el mayor, sin duda tiene un carácter muy inusual de comportarse. Su mirada hacía mí comenzaba a intimidarme, pero todo aquello se alejo hasta que mencionó algo que me dejo aun mas confundida que antes.

¿Organización post guerra? ¿Pero qué demonios...? ¿Cuántos nombres ya teníamos? ¿Cinco?

-Ok, ya me confundí –Hablé un tanto hastiada de todo esto y cruzándome los brazos con una clara señal de molestia- ¿Post guerra? ¿Patriotas? ¿Boltock? ¿Qué son en realidad?

Todo se volvía hasta ahora un mar de nombres sin ningún sentido. Pero la situación fue interrumpida cuando el soldado herido previamente por Ky salió de la sala con algunas partes de su cuerpo vendadas, seguido de la sirvienta y el médico real. Al notar la presencia de ese nuevo hombre se sorprendieron, negué con la cabeza y después hice un ademán para que se fueran. Asintieron y siguieron su camino al igual que el general.

-Necesito que nos digas, lo que sabes acerca de esto… Por favor.

Ya veo.

Así que técnicamente lo han tenido todo planeado desde entonces; desde el ataque al castillo al momento de la desaparición de Rachel Berlian hasta lo de ahora. “Joker” con que así se llaman en realidad, ya al menos teníamos algo con lo cual empezar a dialogar hasta buscarle la solución; y más que nada por el hecho de que son exiliados de los reinos. Bien sabía que quizá con anterioridad que quizá nuestros antecesores habían expulsado a personas de los reinos por motivos como calumnias en contra la corona u hasta motivos errados y con el tiempo se iban generando odio en ellos hasta llegar al punto de buscar venganza. Joker es bastante peligroso entonces; si han logrado hacer que unos soldados nos puedan traicionar de esa manera e inclusive de amenazarlos entonces muchas medidas debíamos tomar. En silencio estudiaba alguna de las posibilidades de lo que pudiéramos hacer hasta que noté la mirada del invitado sobre mí y su pregunta, oh eso… ¿Qué era lo que habían usado?

-Usaron alguna especie de somnífero, pero no duró mucho a duras penas unos 15 minutos cuanto mucho –Fueron los quince minutos más aterradores de toda mi vida- Y sin embargo no se ven afectados en cuanto a magia se refieren…

¿Recompensa por sus cabezas? Eso sí que no se me hacia raro viniendo de algún exiliado, normalmente se volvían criminales y terminaban siendo perseguidos hasta el punto dado de dar dinero por ello. Aunque, ahora que lo mencionó se me ocurrió una idea bastante descabellada, tanto que puede que Ky no lo aprobará sin embargo ante las probabilidades de detener un próximo ataque de esa organización.

Solo espero que fuera aceptada por él castaño.

-Le propongo algo –Pronuncié dando unos pasos hasta estar unos cuantos centímetros frente a Sol- Si en verdad dice que algunos de ellos tienen una buena recompensa por sus cabezas, yo prometo duplicar esa recompensa…

Parecía toda una ganga…

-Pero… -Nada es gratis como se parece- … Si promete darnos la información de esos hombres, al menos de los que sabe que tienen un buen premio por capturarlos… Si mis soldados, -O los que pueda llegar a confiar- Los atrapan antes que usted, el dinero se lo puede quedar, no tengo problema alguno por ello… ¿Le parece un trato entonces?

¿Solo quince minutos? y sin embargo, habían sido suficientes como para tener que haber interferido, de no haberlo hecho, quizá estaría lamentándome al lado del cuerpo inerte de Charlotte en la biblioteca. Si Necro y Undine no se ven afectados en magia como ella dice, entonces si a manera física, si es que, podían tomárseles por sorpresa, como lo hizo el soldado. Todas esas cavilaciones me las guardia por momento, para comentarlas a mi esposa cuando fuese mas prudente, aun no me acostumbro a hablar con total seguridad al lado del moreno que hacia unos cuantos años me parecía completa y totalmente molesto.

Conforme Charlotte hablaba, el tosco rostro de Sol mostraba satisfacción ante sus palabras, tal vez no le había parecido mala idea su propuesta, si por el fuese, no estaría ayudándonos, pero como menciono, el conflicto ya comenzaba a entrometerse en sus propias cacerías. Típico de él. Por mi parte fruncí el cejo y mire con sorpresa a mi mujer... En parte me parecía demasiado arriesgada su propuesta, Sol bien es capaz de crear un conflicto entre nuestras tropas con afán de adelantarse y ganarles.

-¡Charl-lotte!- De la sorpresa, y parte de la molestia, por poco y le llamo por ese sobrenombre que le molesta. Afortunadamente me corregí a tiempo.

Suspire intentando calmarme, analizando todos los pros y contra, aunque realmente no había mucho por analizar, tener a Sol de nuestro lado sin duda, era mucho mejor que tenerle de enemigo...

-Trato- Mencionó él, con la gruesa y ríspida voz que le caracteriza. Se puso de pie, era mucho más alto que yo. –En cuanto tenga más información disponible, hablare con su perro- Oh si, seguramente ya había encontrado divertido mofarse de Credo, cosa que se a el no le va a agradar la presencia de Sol cerca de las tropas y...

-Y por lo mientras, me quedare aquí- Y no lo estaba sugiriendo, ni pidiendo permiso, lo estaba confirmando. Antes de poder siquiera reprocharle yo, el campantemente comenzó a caminar hasta salir de la biblioteca

-¡Antes que te vayas he de decirte que cualquier cosa que destroces se te descontara de tu recompensa!- No me molestó levantar la voz, pese a que se que puedo confiar en él y considerarle un amigo, en ocasiones no me son muy gratas sus acciones o manera de comportarse.

-Como si no fuese suficiente con tener que aguantar las malas bromas de Bleith. Ahora también tengo que liderar con su pésimo carácter.- Mencione manteniendo mi diestra sobre el codo de mi brazo izquierdo, con la misma mano señale hacia donde el moreno había caminado aunque con la palma de la mano.

-Tengo la impresión que será un largo día- Mencione con fastidio, sin dejar la postura realizada anteriormente.

Que, sin percatarme, dejaba ver las quemaduras ocasionadas por mi propia corriente eléctrica...[/color]

¡Jum! Al menos era una satisfacción ver como aceptaba sin muchos prejuicios la propuesta e ignoraba casi del todo los comentarios negativos de mi propio esposo. Asentí como bien diciendo “Entonces tenemos un trato” y me quedé en silencio mirando la manera en como el rubio y el castaño parecían tener una “No muy directa” disputa, al menos por parte de Sol no lo era. ¿Un… Largo… Día? ¿En que parte se le convirtió en largo? Para mí no es un largo día, es un día aterrador. Hice con un ademán de mis dedos índice y medio derecho para que se calmara mientras le daba la espalda ye iba directamente a una de las sillas vacío del lugar donde también me sentaba dándole la espalda y agachando la cabeza a la vez que colocaba las manos sobre mi regazo.

Suspiré cerrando los ojos y mordiendo mi labio inferior; los abrí lentamente para ver mis propias manos. Temblaban levemente, había estado ocultando el temor durante todo el momento desde que supe la noticia acerca de la princesa Arya y ahora… Con esto nuevo que me traen me traía totalmente confundida y hastiada, mi cabeza estaba tan llena de pensamientos que sin dudarlo me estaba comenzando a doler y estaba comenzando a marearme; pero ignoraba aquel dolor diciendo que era el efecto del somnífero; quizá no solo atacaba únicamente a mi par de compañero, igualmente ellos dos y yo estábamos conectados por algo… ¿No?

En verdad… Tenía muchísimo miedo… Y muchas dudas… Y muchas confusiones.

Un ligero pero sonoro sollozo escapó sin mi permiso de mis labios agachando más la cabeza, mis hombros temblaban mientras mordía con más fuerza mis labios; aquello ya no podía evitarlo. Comencé a llorar, en un llanto ahogado intentando que no fuera sonoro a la vez que llevaba mis manos a mi rostro dejando que las lágrimas enjugarán mis ojos y que estas aperladas gotas se deslizarán hasta mi barbilla.

Que frustrante era estar en esta posición.

Siendo la reina debía mostrarme con un ser autoritario y que sea digno de dar respeto a la vez de ser respetada por los demás; y solamente había una parte de mí que nadie más a excepción de Ky conocía y justamente esa parte estaba saliendo a flote en ese tan efímero instante. A pesar de nada mis sollozos seguían siendo ahogados, intentaba lo más posible de que no se volvieran tan sonoros y llamará la atención de cualquier guardia o sirviente que pasará por así en ese instante. Algunas de esas lágrimas surcaban hasta mis labios denotando ese sabor salado que tienen y mi pobre labio inferior ya tenía las marcas de mis dientes de tanto que lo apretaba. Unos segundos después sentí las manos de mi esposo agarrando las mías, este se había postrado frente a mí con la intención de hacerme reconfortar pero no podía no verlo a los ojos, si el odiaba verme llorar yo odiaba que él me viera en esta manera. Al tener tomado mis manos vi la suya propia, aquellas quemaduras solo me daban otro amargo sabor en la boca al recordar bien porqué fue que se originó.

Esos miserables minutos en donde la vida de ambos parecía tener un giro de trescientos sesenta grados.

Esta vez, decidí darme el valor para mirarlo a sus finos orbes celestes y a su sonrisa compasiva. Intenté decirle algo pero simplemente las palabras no salían más que los sollozos y titubeos, mis labios temblaban al igual que mis manos y era muy obvio que eso él ya lo había sentido desde antes. Y por impulso, terminé por echarme sobre él quedando los dos abrazados y agachados en el suelo; que más daba ahora un impulso o que ambos reyes estuvieran en una situación como esta.

Después de todos, somos humanos.

-K-Ky… Y-Yo… -Intenté hablar mientras escondía mi rostro bajo su cuello- T-Tengo m-miedo… N-No q-quiero q-que esto se a-agravie m-más…

Como desde hace un tiempo; únicamente sentía el frió de aquella armadura que llevaba puesta más la leve respiración del mayor. Este día no iba a ser largo, este día iba a quedarse grabado en la memoria de ambos pero no cabría duda que haría cualquier cosa para que no quede grabada en la historia del Reino de Diamantes.

Costará lo que costará.

Las lágrimas, comenzaban a cesar para ser únicamente unos pequeños sollozos callados. Aunque es medianamente imposible se que a este paso podría oxidarle la armadura a Ky; me separé un poco de él llevando ambas muñecas a mis ojos restregándolos un poco eliminando el exceso de lágrimas una vez regadas. Inhalé hondo y luego exhalé sacando lo último de miedo que quedaba en mí. Ser el guardián de mi felicidad; "Ya te lo había dicho antes ¿Recuerdas?" ¿Como olvidarlo? El día en que se anunció que nuestro compromiso, era una niña en ese entonces y para sorpresa de algunos el que haya aceptado sin ningún reproche o algo les facilitó más las cosas.

Y después de muchos años seguía sin arrepentirme por ello.

-Sí, -Asentí con la cabeza gacha y los ojos cerrados. Después de unos segundos alcé mi cabeza y lo miré a los ojos, logrando sonreirle un poco entre todo eso- Yo... No hago mucho por cuidar la tuya, lo lamento.

Reí un poco; pegando mi frente con la de él sintiendo la respiración misma sobre mis labios. En verdad el mayor hacía mucho por mí de lo que yo podía hacer por él, y eso a veces me hacía sentir como una tonta por solamente asentir por ello. La próxima vez... La próxima vez no seré yo la que deba ser defendida; para la próxima yo juro protegerlo a él.

Yo juro ser la guardiana de su vida.

-¿Que tal si nos vamos a otra parte? No quiero estar acá por un momento -Dije antes de depositar un suave beso sobre sus labios. Tomaba los brazos de Ky para que se levantará conmigo y no se separará, ahora lo que más quería era tener a mi esposo cerca para reconfortarme.

Joker... Sean quienes fuesen... Esto, es la guerra.