Cazador de Serpientes

Invierno en la capital de corazones, la nieve cae constantemente y adorna el panorama con el color de la pureza, es de noche y aparentemente la ciudad esta en calma, no existen signos de que algo valla a ocurrir pronto, sin embargo de un momento a otro la calma que se respiraba en el aire es interrumpida por un misterioso jinete.
Este hombre cruza a toda velocidad las calles de la capital montado en corcel del mismo color que la nieve que cae incesante.


Esta siendo perseguido por una cuadrilla de guardias del reino, que gritan con desesperación que se detenga, pero el misterioso jinete no acata la orden, sigue corriendo a toda velocidad por las estrechas calles de la capital, esperando que con eso logre perder á sus perseguidores.

Uno delos guardias desenfunda algo, no se logra percibir que objeto es, sin embargo se puede escuchar un estridente y aparatoso mecanismo, el cual arroja una flecha justo en una de las patas delanteras del caballo de nuestro misterioso hombre, haciendo que pierda el equilibrio y caiga aparatosamente en un callejón sin salida.


El jinete logra levantarse algo aturdido, va ataviado con una capucha negra y unas placas en los antebrazos bastante peculiares; es rodeado por los guardias casi de inmediato, claramente es superado en número y mientras se acercan el desenfundado sus espadas balbucean algunas palabras.


Mira lo que trajo el gato, nada mas y nada menos que a la sombra en persona…quien se imaginaria que seria tan fácil de atrapar


Dijo uno de los guardias mientras sonreía de lado maliciosamente, entonces otro a completó su dialogo dando a entender lo siguiente.


Debemos llevárselo a la reina vivo…pero podríamos decir que se opuso al arresto así
tenemos una escusa para destazarlo a nuestro antojo...


Mientras seguían dando pasos a manera de colocarse en formación y rodearlo el encapuchado sonrío burlonamente, lo que hizo enfadar a sus perseguidores así que el tercer guardia li grito diciendo:


¿¡DE QUE TE BURLAS IMBECIL, QUE ACASO NO SABES QUE ESTE ES TU FIN!?


Altair siguió conservando su sonrisa y alzo algo la cabeza para dejar ver un poco sus ojos dentro de la capucha.


Altair: Hum… ¿pues que es lo que están esperando?, o es que mi sonrisa les rompió el corazón estúpidos

Este ultimo comentario dio como resultado la furia total de los enclenques guardias, que no dudaron en abalanzarse sobre nuestro encapuchado al mismo tiempo, un acto imprudente que le costó la vida a uno de ellos, pues antes que lograra siquiera a acercarse casi con la velocidad de un rayo Altair lazo un cuchillo exactamente a la garganta de este mientras esperaba a los otros dos. Sabia que
no podía perder y que alguno de ellos le diría algo, tendría que, después e todo por eso emprendió ese peligroso viaje a la capital del reino de corazones.

La joven capitán pelirosa avanzaba con su caballo a trote, haciendo una revisión, cuando notó las orejas de su lanudo equino torcerse en dirección a un callejón. Se acercó para averiguar de qué diablos se trataba y entonces escuchó decir una tontería tras otra. Gruñó.

"¡Hombres! " pensó irritada y bajó de su caballo con un salto, decidida a arreglar el problema.

-Nadie va a llevarle nada a la reina, no necesitamos en el castillo más porquerías -habló desde atrás del grupo de hombres quienes comenzaron a moverse para permitirle pasar, pero eso sólo fue antes de que el perseguido provocara al resto de los soldados, que se lanzaron a pelear como animales salvajes. Mientras tanto, y en medio de la pelea, la capitán Vainilla se acercó al que parecía ser el guardia de corazón líder del alboroto y le detuvo, alzándole el rostro al colocar su enrollado látigo bajo el mentón del joven caballero.

-¿Dónde está su líder de escuadrón, oficial? -cuestionó seriamente, sin embargo los movimientos bruscos del combate le obligaron a dejar en paz -relativamente hablando- al suboficial para ponerse en guardia. Miró fríamente al hombre de la capucha, adivinando que todo el jodido desastre debía ser su culpa.

-¿Romper corazones? -preguntó a modo retórico, al mismo tiempo que estrechaba la mirada- En este reino ningún corazón se rompe, ser extraño -respondió evidenciando su gran capacidad para tomarse de forma literal casi todo lo que oía.