Sanando los malos auguriós [Priv/Nero/Dante]

Lo pasado es pasado, lo pasado es pasado, lo pasado es pasado.

¡Agh! Si es pasado, ¿Un mísero pasado no se puede quedar atrás, en un rincón oscuro donde nadie lo vea, ni lo escuché, ni lo asimile? ¡Ah! Para Credo, Dante y otros era Nero y solamente ello, para los guardias era “Mascota real” o “Perro faldero” Es todo un caos revuelto entre algo que sucedió hace muchos años y algo que está sucediendo ahora.

¿Y qué hacer ahora? Los soldados de rojos estaban por ahí haciendo quien sabe que o lo que se le venga en gana, el capitán quien sabe donde estaba o que fue lo que Dante le hizo. Y Credo estaba en una camilla quejándose de que debería estar haciendo cosas con su nuevo rango y que no debería estar acostado ocupando una cama que no necesitaba. Y con semejantes heridas… ¿Se atrevió a golpear al capitán de la armada de corazón? ¿Qué pasa si Dante no hubiera aparecido y no lo hubiera detenido? ¿El capitán lo hubiera golpeado? ¿Lo hubiera arrestado?... ¿O… Lo hubiera matado?

Golpee fuertemente la pared a mi lado con toda la rabia que tenía. ¡Ya tenía suficiente de eso! Ya había visto muchas muertes, ya había visto mucha sangre, ya había sentido lo que es vivir una tortura día a día.

-Sigues aquí –Voltee hacía atrás para mirar al capitán de rojo que se encontraba vendando su muñeca y con una visible mancha roja en su cara, lo que sea que hizo el albino mayor, lo hizo bien- ¡No se qué les pasa a esas personas o que tengan que ver contigo! Mi cuestión es contigo y con nadie más…

-Ah sí –Di la vuelta para encararlo- Pues aquí estoy, ¿Qué pretendes hacer?

-No esperaba verte aquí de verdad, más que nada pensaba que te habían comido en el bosque el día que se nos ordenaron abandonarte en el bosque…

-Lamentó ser la prueba de que no paso –Ironicé cruzándome de brazos ladeando un poco la cabeza- Mientras que, tú ascendiste a un puesto bastante alto… ¿Sigues siendo la prostituta personal de la nueva reina?

-Habló el que se dejó al final –Gruñí entre dientes apretando las manos- Pero bueno, eso ya no es ahora –se inclinó un poco hacia delante para verme fijamente- Ahora las cosas cambiaron, pero lo que pasó hace tiempo se quedará grabado bueno…. En varias partes de tu cuerpo…

-¿Varias?... ¡¿Varias?! ¡Mi espalda parece un laberinto entero entre tantas cicatrices y quemaduras! ¡¿Y sabes qué más?! –Lo empujé más este no parecía inmutarse- ¡No solo me molesta eso; sino saber que fui violado por un ser miserable como tú, saber que todos los días solo debía verme obediente y esperar a que me dejarán inconsciente, para después despertar solo en medio de un bosque sin saber que hacer o como llegué ahí!

-¿Y eso fue malo acaso?

-No –Apretaba mis nudillos- Malo es notar que; ya no soy un niño; ya no soy una mascota y por ende…. ¡Ya no tengo porqué recibir órdenes!

Me abalancé sobre este, cayendo ambos al suelo y quedando yo sobre él, colocaba mis manos sobre su cuello ejerciendo mucha presión, tanta como para ahorcarlo, la rabia me había nublado, el odio y rencor ahora me dominaban y solo una cosa pasaba por mi mente: Hacerlo pagar por las cosas que hizo.

-¡Q-Quítate! –Tomaba mis muñecas tratando de liberarse, pero era más fuerte que él, mucho más fuerte.

-¿Qué pasa? ¿No te gusta que yo esté arriba de ti? ¿O prefieres que esté bajo de ti como antes? ¡Mientras me follabas y te reías! –Ejercía más presión, y este forcejeaba para liberarse.

¿Susto? ¿Era probable "asustar" a tan orgulloso hombre? Dante si que era ocurrente... Bueno aunque Credo no quisiera admitirlo, sus metodos eran bastante raros... Pero sin duda alguna efectivos. Igual, como si el albino fuera normal. Se llevo la diestra hasta el hombro contrario presionando ligeramente la zona, que por el enojo previo habia comenzado a sangrar, nuevamente.

Si continuaba moviendose sin duda terminaria perdiendo una buena cantidad de sangre, no se diga las complicaciones para sanar y el mal humor que el dolor le iba a ocasionar, como el buen animal que era.

-Curioso, por lo general, soy YO quien te sermonea- Bromeo, sabe que Dante esta en l correcto.

Pero sinceramente, fue imposible para Credo contenerse y golpear al Capitan de rojo a sabiendas de todo el daño que sufrio su hermano menor en ese maldito castillo de rojo y lo que ese hombre habia hecho, obviamente. Quien sabe con cuantas atroces acciones mas se haya ganado semejante puesto... Puesto que no merecia.

-No estaria mal...- Es el unico que puede hacer entrar en razon a Nero, muy a su pesar -¡Deja de llamarme Fido, tengo un nombre y es Credo. Grabatelo en esa cabezota dura que tienes.-

Miro hacia otro lado, al hacerlo, se percato de algo: No habia soldados de Corazones... Extraño ¿Se habrian retirado al haber visto semejante humillacion en su capitan? No era posible. Para su buena suerte uno de sus colegas paso en ese momento por un lado de la camilla, no habia querido acercarse pues era bien conocida la forma de ser del canido cuando este, estaba molesto.

Con indice y medio, le hizo una seña al soldado para que se acercara, luego miro al vago, es decir a Dante

-Mueve tu holgazan trasero y trae a Nero de vuelta. Lo que me recuerda, tengo que hablar muy seriamente contigo, se bien lo que ocultas-

Por que ocultarle a tu mejor amigo que eras mitad demonio no era algo facil de olvidar ¿Cierto? Miro a su soldado.

-Acompañale. No me puedo mover, sino con gusto iria-

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Off: Maldeta D:

¿Ahorcarlo o romperle el cuello? ¿Que lo haría sufrir más?Aunque, romperle el cuello casi lo mataría al instante al menos que resista y así pueda agonizar... Uhmmm, creo que romperle el cuello estaría bien, de todas formas estaba tan cerca de poder hacerlo solo necesitaba un poco más de presión y listo, problema resuelto. Relamí mis labios pensando en aquello.... ¿Que ganaría yo con esto? ¡Satisfacción! Quizá....

Me vengaría de los años que pase siendo torturado por estos idiotas de rojo y la patética familia real, a pesar de que quien ahora tengo debajo de mí sea solo el mísero capitán de la armada roja.

Aunque sea solo él, con eso me bastaba.

¡Y al final todo se fue a la misma mierda! Me tomaron por debajo de los brazos y me jalaron hasta separarme del de rojo. Fue Dante quien hizo eso, me tenía totalmente aprisionado, ahora lo único que podía hacer era forcejear para que me soltará.

-¡SUÉLTAME IMBÉCIL! -Forcejeaba, pataleaba e incluso rasguñaba al mayor para que me soltará pero nada, agh..... A veces me estrasaba su inminente fuerza. Otra cosa que no me había fijado era que un soldado de amarillo vino con él -Ordenes de Credo, de seguro- y fue hasta donde ahora estaba un inconsciente -A saber como quedó inconsciente- Capitán de rojo, que lo tomó por los brazos y simplemente comenzó a arrastrarlo, ¿Para que ser bueno con la armada enemiga?

-¡Te digo que me sueltes ahora! -Seguía forcejeando y gruñendo, pero ya para cuando sentí el peso del mayor sobre mi cabeza deje de moverme y jactarme solo en gruñir. ¿Innecesario?- Innecesario fue haberle dejado vivo -Resoplé- Puede haberlo acabado rápido...

OFF: Dudes xD me dejan sin poder hacer mucho, el can esta todo jodido!!!

Mientras tanto, lo único que podía ser el recién nombrado general, era tragarse todas y cada una de sus sospechas, por más amargas que fueran. Y es que, bien podía tratar de levantarse, una vez más, pero en su condición no aguantaría mucho...

Claro, la adrenalina ocasionada por el enojo había sido un buen analgésico, haciéndole olvidar por unos instantes todo el dolor que le recorría el cuerpo. Se llevó la mano contraria hasta el vendaje del hombro, para presionarlo ligeramente... Un poco más, y de no haberse movido, seguramente no estaría ahí renegando por no poder moverse.

Uno de sus soldados se encamino hasta la camilla donde yacía el moreno, pero Credo simplemente le ignoro, ya estaba un poco más tranquilo (claro no podía estarlo del todo a sabiendas como se encontraba Nero) quizá lo mejor sería dormir aunque sea un poco, estaba cansado aparte.

Con cuidado se deslizo ligeramente para obtener una posición mas cómoda, mientras cerraba los ojos y echaba las felposas orejas hacia atrás intentando dormir aunque sea por cinco míseros minutos. Todo estaba bien ¿No? Despues de todo el albino menor estaba con su hermano, no debería haber problemas...

O eso creería... Ojala que ese maldito capitán no se apareciera por ahí, al menos en ese momento… Y pensar que aun le faltaba la reprenda de las enfermeras por armar semejante escándalo.

-"Malditos soldados de corazones ¿Por qué tienen que ser tan problematicos?-"

Hasta no ver que el soldado de amarillo terminará de llevarse a aquel infame hombre, no fue que me tranquilice. Apretaba los brazos del mayor inconscientemente clavandoles las garras en su piel dejandole pequeñas heridas sobre esta. ¿Pensar en lo que después pasaría? ¡Hmf! Realmente no, solamente quería acabar con la vida de aquel miserable y sentir una gran satisfacción dentro de mí aunque solo fuera momentánea. Pero, tenía razón... ¿Que pasaría después? ¿Hubiera terminado en el calabozo de Corazones o me hubieran cortado la cabeza?

"¿Crees que tu hermano se recuperara mas rápido estando preocupado por las tonterías que puedes hacer por el enojo?" ¡Credo! ¿Que pensaría él después de esto? ¡Maldición! No quería preocuparle, con todas las cosas que tiene ahora como nuevo General más sus heridas... Suspiré hondo bajando la cabeza a su vez que mis orejas se echaban hacia atrás. Con unas simples palabras Dante logro ponerme en plan de "Ver mis errores".

-Bien... -Crucé los brazos desviando la mirada. Ahora solo restaba que me soltará- Pero si lo vuelvo a ver no aguantaré querer matarlo... Otra vez.

¿Rencoroso yo? Eso no era nada.

-Vamos con Credo -Dije sin mirarlo comenzando a caminar hasta la entrada del sanatorio- Y quiero que me expliques... -Lo miré sobre mi hombro con el ceño fruncido- ... ¿Como es eso de que estabas frente a la demonio?

Entramos al sanatorio pero en ningún momento volvía a erguir mis orejas o quitar aquel ceño fruncido, hasta murmuraba malas palabras en mi idioma natal; el de los semi-humanos.

-Y esta dormido... -Para más colmo. El cánido mayor estaba bastante cómodo durmiendo en aquella camilla, bien al menos así no tendría que preocuparlo con nada, no ahora.

OFF: digo si quieren hago que vergil se levante molesto y a correr todos (?) xDDDD

¿Cuánto tiempo había pasado? No habría forma de saberlo, o al menos para el can mayor, pues este permanecía ajeno a todo su entorno, siendo que hacía unos instantes estaba atento a todo lo que aconteciera, claro está, todo era culpa de aquel osado capitán de corazones.

Su expresión mostraba una simple cosa: Cansancio. En sí de no ser por tal cosa, estaría ahí despierto y esperando a ver en que había terminado todo el problema. No obstante, las heridas, el casi no haber dormido ese día y el hambre terminaron venciéndolo. Dormido, no parecía ser el -ahora- General austero y estricto de Diamantes que todos conocían. Las ojeras se le remarcaban más, y sus orejas permanecían hacia abajo. También, cruzo los brazos para evitar el lastimarse el hombro y la costilla, por segunda ocasión, la primera fue cuando en un arranque impulsivo al ver al general, se levantó.

Las enfermeras de vez en cuando –una que otra- miraban en dirección de dicha camilla, ya había sido demasiada problemática mostrada por los tres hombres como para que otro acontecimiento hostil se llevara a cabo en ese lugar. Especialmente, la castaña que hasta hace poco estuvo charlando amenamente con el par de hermanos, se debatía si acercarse o no. El soldado que Credo, mandó junto con Dante, permanecía de pie al otro lado de la camilla, este simplemente miro a Nero con una sonrisa en labios, a decir verdad se alegraba de la paliza que el menor le había aplicado a tan orgulloso hombre…