Esperando la lluvia... [Libre~]

Esa mañana hacía algo de frío y el cielo estaba tapado por una gruesa capa de nubes grises. El suave ruido de los árboles movidos por el viento era tranquilizador, pero para quién no lo escuchara atentamente, parecía el sonido de un fantasma que susurra dentro de las más horribles pesadillas. El lao mostraba su aspecto tormentoso: el agua grisácea estaba pertubada por las olas. El paisaje mostraba todos los signos de que avecinaba la tormenta. Solo había que esperar la lluvia...

Sentada sola, en la orilla de la playa de piedras, con el agua acariciándole los pies, Nea miraba hacia el lado opuesto del enorme lago. Parecía serena, perdida en sus pensamientos. Tarareaba lentamente una canción que si se escuchaba atentamente era una nana, de esas tan antiguas, que hasta las madres las han olvidado. No recordaba dónde la había oído, así como no recordaba tantas otras cosas... Cada tanto su oos enfocaban el cielo, como atentos, espectantes. Allí no había un alma. Además del mal tiempo, esa playita era difícil de alcanzar, ya que había que atravesar un bosque sin camino. Pero Nea había llegado, y todo gracias a su pésimo sentido de la orientación, que la había hecho perderse.

La soledad del lugar no afectaba a la chica. Podía disfrutar de la naturaleza con tranquilidad, apreciando cada detalle del paisaje. Siguió tarareando, por más que hubiera comenzado a lloviznar...

La reina de espadas habia tomado la costumbre de salir mas seguido del castillo, un ligero trauma la habia obligado a ello, a buscar un lugar para serenarse, buscando un lugar asi un dia encontro el sitio perfecto, a las orillas de el lago, una linda playa perdida en el bosque, habia estado ahi un par de veces y le habia conmovido el lugar.
Estando en el jardin del castillo, cortando algunas flores, observo al cielo, nublado, el cambiante clima de wonderland al fin le habia conceido una lluvia y no la desperdiciaria, iria por lo menos un rato a la playa. Regreso al castillo para dejar la canasta con flores, tomo una capa y se dirigio al establo por un caballo, tomo uno para montarse ne el y salir a todo galope, siquiera se molesto en avisar, asi que tendria que darse prisa antes de que los soldados del castillo salieran en su busqueda.
Ya casi llegaba a su lugar destinado cuando escucho el tararear de una cancion, detuvo al caballo para acercarse aun moontada pero mas silenciosa, observo la figura de una mujer sentada en la orilla y se detuvo justo detras de ella para verle de cerca y escucharla mejor, estaba aun sobre el animal y con la capucha de la capa puesta cosa que no dejaba ver su rostro, no se molesto en hablar, su curiosidad se lo impidio, queria observar la reaccion de su "compañia".

La lluvia caía ahora en más cantidad, aunque las gotas seguían siendo pequeñas y finas. El sonido del chapoteo del agua se había vuelto constante, produciendo un eco en aquella pequeña playa. Los árboles seguían meciéndose tranquilamente.

Nea hoyó los pasos, aunque fueran apagados y lentos. Reconoció el sonido de las pezuñas de un caballo sobre las piedras. No se imaginaba quién podía ser, pero interiormente maldecía la interrupción de la paz de ese lugar. Siguió tarareando, sin parecer perturbada por su nuevo acompañante. A lo lejos, el estruendo de un trueno se hizo oír, pero ni rastro de los rayos. Aún estaba claro, pero el cielo encapotado de nubes amenazaba con oscurecerse y dejar paso a una tormenta más violenta.

Los pensamientos de la joven vagaron unos instantes, repasando mentalmente distintos detalles de lo que estaba ocurriendo. Sus ojos centellaron por un instante, al darse cuenta de que algo le había faltado comprender. ¿Quién podía llegar a esa playa perdida a caballo? Debía de ser alguien que tuviera el suficiente entrenamiento para poder andar cómodamente sobre el animal en el medio del bosque. Quizás fuera alguien importante…

Se levantó solo cuando oyó que la persona se detenía detrás de ella. Encaró al desconocido, y su rostro no cambió cuando se dio cuenta de que quién tenía delante era la reina de su Reino. Hacía ya unos meses que había llegado, y ya la había visto en algunas reuniones importantes. Aún no había tenido ninguna misión como espía oficial, por lo que ignoraba si la reina la conocía. Decidió hacer como si no conociera a nadie y le fuera imposible comunicarse. Su tono de voz sonaba perfectamente arrepentido cuando, luego de hacer una reverencia, hablo en una lengua que no era la más común en ese lugar. -Veuillez excusez mon ignorance Madame mais… a qui ai-je l´honneur?-

[Off: La traducción de esta última frase es: "Disculpe mi ignorancia señora pero... ¿con quién tengo el honor?"]

No habia causado mucha impresion con su presencia tan repentina, cosa que a Alice la causo un poco de gracia ya que normalmente cuando esto le sucedia uno o otro terminaba por asustarse. La joven que alli estaba le hizo una pregunta que de alguna forma Alice entendio, pero le habia parecido muy extraño el idioma, pocas veces lo habia oido y ahbai sido de extranjeros en wonderland.
Con alice...
contesto sin mas, mientras sonreia, se inclino hacia un lado y bajo del animal tomando la correa y llevandolo a un tronco que yacia en el lugar, donde acostumbraba dejar descansar al animal, despues de haberlo amarrado le acaricio un poco al tiempo que miraba a la joven que compartia su lugar, al menos asi le habia designado.
Porfavor perdone que le haya interrumpido, pero nunca crei que me encontraria con alguien aqui, supongo sabra porque.
era lo que la joven hablaba mientras se alejaba de su caballo y se acercaba a la desconocida quitandose la capucha para apreciar las gotas de agua que del cielo caian tan precipitadas y chocaban contra su rostro. Cuando se acerco lo suficiente; Aun se quedo de pie detras de la chica mientras esta le miraba, y de alguna formasu rostro se le hizo conocido, pero no sabia porque, o de donde.
Disculpe, pero parece ser que le he visto antes, nos hemos conocido?
Esto podria molestar a la otra persona, pero queria recordar o al menos quitarse la duda de si en verdad ya la habia visto. Seguia de pie, con las manos tomadas en un gesto de timidez mientras a la miraba de frente a la chica, tambien su mirada se perdia de vez en cuando en el agua cristalina de la playa, que se turbeaba con cada gota que chocaba contra ella, un paisaje tanto nostalgico como admirable para la reina.