De regreso al reino

Despues de aquella aventura que salio de un simple trayecto, zero regreso con nero al reino de treboles, al sol se estaba ocultando por lo que las luces del pueblo empezaron a iluminarse. Un escenario sumamente hermoso, pues las estrellas brillaban en lo alto, las luces daban ese hambiente romantico, y las pocas personas que pasaban por el reino. Por un momento le proboco un poco de risa el ver un ambiente tan lindo, que pocas veces podia disfrutarse en ese reino. - Bien ya cumpliste tu parte - dijo sin dejar de admirar el lugar. Volteo a ver a nero, aun sin expresion camino adentrandose en el pueblo, pero se detuvo por un momento. Tenia que agradecerle todo lo que habia hecho nero por el, aunque ya se habian hecho muchos favores entre ellos. Suspiro y regreso con nero. - Si quieres podemos ver el reino - Dijo en tono bajo para que nadie mas lo escuchara y solo nero lo escuchara. Claro que no era algo seguro que el lo quisiera acompañar, de todas formas no hiba a regresar, no haria nada en el castillo, por lo que vagaria un poco por el pueblo. - Si no quieres puedo ir sin ti. -

Nero termino sentado junto a zero, algo que era de esperarse, ambos observaban el infinito cielo, Calma, paz era lo que sucedia en este. Pero acaso el reino de treboles fue pacifico, o realmente es pacifico. Sus memorias solo le traina tragedias, dolor y heridas que jamas podrian sanar. Realmente eso era paz. Bajo su cabeza al tratar de entender el porque la paz que todos querian alcanzar tenia un camino sumamente dificil. Elevo su mano, pues sabia que con estas habia matado o lastimado personas. Relamente esa es la paz que se debe tener.

- Solo es un espejismo, ningun reino sera realmente pacifico. Siempre habra algo que no nos deje tenerla. - Dijo viendo al horizonte, justamente habia una pareja pasando, hiban tranquilos abrazados pues el lugar empezaba a ser frio. Las personas empezaban a dejar el lugar puesto que ya empezaba a ser tarde. - Dime nero, ¿tu haz alcanzado la paz que buscas? - Dijo mientras volteo a verlo.

En este reino, la paz era lo que embargaba las calles de todo los días, casi nunca pasaba nada, y aún así la armada se mantenía firme por si llega a ocurrir algo, y la armada siempre estaba al tanto de todo, lo descubrí muy bien estando varias veces en el calabozo por nada. Miré a Zero sonriendo con sarcasmo, a la vez que doblaba una ceja. ¿Espejismo? ¿Ningun reino pacífico? ¿Nada para obtenerla?.

-Impresionate, que el mismisimo príncipe diga eso... -Y di unas cuantas palmaditas en su espalda- Este reino es pacífico porqué viven aislados como marmotas, siempre estan lejos de la guerra....

La tarde comenzaba a caer, para darle paso a la hermosa noche, el cielo se adornaba de brillantes luceros con sus constaleciones, las luces de las plaza comenzaban a encenderse, y las personas comenzaban a irse, para hacer sus quehaceres nocturno.

-¿Que es paz para un mundo de locos? -Murmuré, mirando al suelo- Le preguntas eso a alguien que vive en un reino debastado por la ambición.... ¿Crees que en algun momento estoy tratando de encontrar esa "paz" cuando solamente intentó alejarme de la armada de rojo?

Un reino alejado de las guerras, a eso habian llegado debido a las debastaciones, tal vez no habia nacido en esa epoca pero si logro leer las historias y todo tipo de cosas referente al pasado, o bueno lo que existia en la biblioteca del reino. Pero tenia razon, no tiene sentido buscar paz en un mundo donde realmente jamas existira. - Cierto... se me olbidaba que te buscaban - Miro a lo lejos habia un restaurante cerca de la fuente abierto, y llevaba mucho que no comia algo por lo que tenia hambre.

Lo unico que hiso fue ponerse de pie y empezar a caminar en direccion al restaurante, no hiba a esperar a nero por lo que le hiso una señal con la mano para que lo siguiera. No tardo mucho para llegar al interior de este, no era muy grande pero tenia un aire acojedor. Las meseras lo reconocieron por lo que le hisieron una reverencia, el no reacciono ante esa accion. - Pueden mostrarme una mesa con vista a la fuente. - Las meseras cruzaron miradas porque no sabian quien lo atenderia por lo que empujaron a una jovencita que se puso totalmente roja ante la precencia de zero y termino por agachar la cabeza.

Mesera: Sigame porfavor

La mesera cumplio la peticion dandole una mesa con vista a la fuente. - Gracias - Dijo aun serio mientras tomaba asiento y volteando a ver la fuente. Realmente era un lugar acojedor por lo que si tenia clientela a pesar de la hora que era.

Esos malditos guardias siempre me buscaban para divertirse en vez de hacer sus deberes , y otra veces yo me atrevía a jugar con ellos, comparando la fuerza de un humano con la de un semi-humano, podría ser mucho más superiores a ellos, pero como esos malditos tienen más alto rango que mi persona, debo rebajarme. ¡Como los odio! En fin, Zero comenzo a caminar haciendo un ademan con su mano para que lo siguiera, y eso mis hize, lo seguí hasta un pequeño restaurante cerca de la fuente, donde las meseras, al ver a Zero se inclinaron ante él, típico de la realeza.

Una de ellas nos condujo -O condujo a Zero hasta una mesa, porque creo que me estaban ignorando- Hasta tomar asiento del otro lado, apoyar mi mentón sobre mi mano y mirar tambien a la fuente. Luego, vi como las meseras susurraban entre sí, con sus mejillas sonrojadas, y algunos clientes miraban exactamente a nuestra mesa. Chasqueé y luego sonreí sarcasticamente.

-Parece que eres muy famoso.... -Mencioné mirandoló de reojo- Mira, tienes a las chicas a tus pies y muchas miradas encima de tí... ¿No te cansa?

Si no hubiera hablado nero, no abria notado la precencia de este. Al parecer el hecho de que lo siguiera realmente afirmaba que era mitad perro porque seguia a quien lo tratara bien, o simplemente por que el le dijo. En fin ambos estaban sentados con las miradas encima y sussurros el cual su tema principal era justamente su aparicion en el pequeño restaurante. A decir verdad el nunca estuvo acostumbrado a esa clase de tratos, razon por la cual no salia en publico. - Creeme ni siquiera me he acostumbrado, a pesar del tiempo que he tenido conviviendo con la familia real - Se mostraba serio pues tenia una reputacion que mantener. Realmente podria decirse que jamas salia del castillo, y si llegaba a salir era siempre al bosque por un camino que no era frecuente por el pueblo.

Antes de que pudiera seguir con la conversacion, la misma mesera de antes se coloco a un lado de la mesa tratando de verse sonrriente, pero se podia ver que tenia muchos nervios. - Sera un cafe para mi y para mi acompañante un vaso de leche - Dijo antes de que nero o la mesera pudieran hablar. La mesera solo asintio con la cabeza y se fue sin mas que decir. - Saben quien soy por eso se preocupan - dijo solo dirigiendo su vista a nero para ver si le prestaba atencion.

¡Jum! De seguro en este pueblo, no todos los días ven al mismisimo príncipe cenar en un lugar como este, es muy probable que ni siquiera saliera del castillo, pero él tenia un aire que me decía que se escapaba, no por algo terminó perdido en el bosque. La misma persona que nos atendió apareció, se le notaba más nerviosa que antes, y antes de decir algo siquiera, Zero había dado las ordenes.

¿Que carajo...? ¡¿Leche?! No tomó café, ¿Pero un vaso de leche? Hice un pequeño puchero mientras lo veía. Lástima, la mesera ya se habia largado para poder cambiar la orden.

Mi felpuda oreja izquierda se movio a un lado, sin dejar de mirar a Zero.

-Supongo que eso es lo malo de ser príncipe -Recargue mi espalda en el respaldo de la silla- No importas a donde vayas todos te reconoceran...

El hecho de pedir leche por nero era como asi decirlo venganza por haberse burlado de el por todo el dia. Por dentro se reia por la reaccion de nero. Pero se calmo cuando siguio hablando nero. Cierto, fuera a donde fuese, todos lo reconocian, ya no podia pasar inadvertido en ningun lugar. En sierta forma, el ser principe implicaba que no tuvieras esa tranquilidad de que nadie lo viera, de que lo trataran como una persona normal. Vio denuevo la fuente para perderse en sus pensamientos, no sabia que decir ante eso, por lo que prefirio quedar callado.

El silencio y la calma fueron interrumpidos por la mesera que ya venia con la anterior orden. Cuando zero volteo, pudo ver que la mesea que ahora les atendia era diferente a la anterior. Ella era un poco mas fria, pero aun se podia observar su nerviosismo.

Mesera: Aqui esta sus ordenes señores, gustan de algo mas

- Por mi sera un pastel de moras, y para mi acompañante unas galletas - Otra vez venganza, no dejo a nero pedir por si mismo. La mesera se fue casi volando por la pena que tenia, a pesar de ser un poco mas seria, pero el hecho de ser serio no implicaba control total. Ya con el cafe en la mesa, preparo su cafe. Coloco 2 terrones de azucar, leche y lo revolvio ligeramente. Al probarlo este estaba frio, pero no habia ningun problema con eso, estaba acostumbrado al cafe frio. - Espero te guste tu leche y las galletas vendran bien - tomo otro sorbo de su cafe que ahora, por extrañas razones, se encontraba caliente.

Al fin pudo relajarse porque ya no se sentian las miradas de otros, asi mismo no se escuchaban los susurros de la clientela del restaurante, todo se habia clamado. - Nadamas por ser tu pagare la cuenta yo, asi que no dudes en pedir lo que quieras - Tomo otro sorbo de su cafe, esta vez se encontro al tiempo. - Pero no te exedas - Dijo sin bajar la taza y verlo a los ojos. Otra vez la mesera no tardo mucho en llegar con las ordenes que zero habia pedido. Dejando un pastel hecho de moras, y las galletas eran de animalitos.

Mesera: espero que sea de su agrado

Contuvo su risa ante el hecho de que siguieran muy literal su orden, "Un pastel de moras". La mesera una vez mas se fue sin tomar en cuenta a nero lo que desato una ligera risa de zero. La clientela levanto oidos y vio directamente a la mesa donde estaban ellos dos, no era normal escuchar reir a el, por lo que queria ver que era lo que le ocacionara risa.

[off: me imagine a una tipa tomando foto con su celular en ese momento xD]

.... ¡Me estaba jodiendo y bastante! ¿Ahora galletas? ¡Peor! ¿Que creía? ¿Que era un niñito? ¡Por favor! Pude contra un soldado de rojo, ¿Es que eso no se toma en cuenta? ¡Jum! Sabía perfectamente que ese maldito se estaba regocijando triunfantemente dentro de él mismo con atreverse a burlarse de mí. Bufé, rodando los ojos, ahora las miradas pasaban a ser simplemente susurros, acerca del principito este y no sé qué otra cosa más.

¡¿Qué demonios….?! ¡¿Animalitos?! ¡HORROR! Miré a Zero nuevamente, como bien diciéndole si le estaba gustando que me jodiera, mientras tomaba su cafecito con su suma frialdad. ¡Oh! Por mi pagará la cuenta, que alivio, pensé que tendría que salir corriendo para no pagar. ¿Lo que quiera, eh? Una leve sonrisa cínica apareció, pero justamente cuando apareció la mesera para dejarle el pastel, esta otra vez no me tomo en cuenta, ¡Ash! ¡Pero qué inutilidad!

-¡Oh! El príncipe se está riendo de mí, ¡Que graaan halago! –Y ha de ser sumamente raro escucharlo reír, porque algunas personas se sorprendieron y se acercaron cada vez más solamente para ver a Zero. -¿Les importaría? ¡Lárguense!

Y las personas dieron un pequeño salto ante tal orden, y cada quien se fue a sus lugares, a tropezones claro, porque todavía no se creían lo que veían y de vez en cuando miraba hacia atrás solo para comprobarlo.

-¡Hmf! ¿Y bien? –Tomé una galleta con forma de gato- ¿Te estás divirtiendo tratándome como un simple criajo? –Y de un apretón la partí en miles y miles de migajas que cayeron sobre la mesa.

Solo muy pocas veces se le lograba escuchar a zero reir, ya que ssiempre se mantenia cerrado al mundo. La clientela empezo a alejarse justo cuando nero les habia ordenado, al final el habia logrado irritarlo mas de lo que penso. Una vez en calma tomo otro sorbo del cafe, esta vez el sorbo fue perfecto, no tan frio, no tan caliente. Pudo ver que nero realmente se encontraba ya de mal humor, algo que realmente lo hacia sentirse mas que bien. - Para serte sincero si - Dijo usando su taza como una extension mas de su cuerpo. Movio su cabeza de lado a lado, lastima que ya habia tocado las galletas, ahora tendria que pagarlas. Suspiro antes de hacer una seña a la mesera.

- Calma cachorrito, orita dejo que pidas lo que quieras - La mesera no habia notado que la llamaban, por estar haciendo chismes sobre lo sucedido. - Como dicen, venganza es venganza - levanto su taza ligeramente, en forma de brindis. No pasaron unos segundo mas que la mesera ya se encontraba junto a la mesa, esta seguia viendo a zero extrañada, no tenia ese aura frio de siempre, o bueno eso se podia percibir.

Mesera: Necesitan algo mas.

Dijo ahora si viendo a nero pues justo cuando el hablo se dio cuenta de que venia con un acompañante. - Yo quisiera que me sirvieras mas cafe, y mi acompañante..... - guardo silencio pues ya hiba a dejar que nero decidiera.

Genial, ¿No se que tiene de gracioso hacerme enojar? Ni entendia ni queria entender el porque, al menos las personas se habian esfumado cuando les grité, pero se escuchaban los murmullos o mejor dicho chismes que se echaban ellos nuevamente, esta vez más fuerte, o era que simplemente los escuchaba como si estuvieran cerca por tener orejas de perro, como sea. No me atrevia ni ha tomar la leche y ha comer una galleta, a pesar de que ya rompí una, y miré a Zero anarqueando una ceja.

-Lo és, hasta que alguien te patee el trasero -Y levante el vaso de leche como si de una copa tambien tratasé. Nuevamente una mesera se nos acercó, Zero la había llamado desde hace rato pero parecía estar en su propio mundo. Miré nuevamente al príncipe un tanto incrédulo, ¿Ahora tenia derecho a escojer?- ¡Oooh! Ya puedo escojer yo... ¿O que? ¿No tienen baberos aqui?

Y la mesera parecía aun estar en su propio mundo, porque en ningun momento quitó la vista del otro mientras tenía las mejillas sonrosadas, y estaba seguro que casi babeaba.

-¿Hooooooolaaaa~~? -Por eso, automáticamente la chica volteó a donde estaba, apenada a mi parecer- Tienes algo aqui... -Mencioné bromeando, llevando mi dedo índice a un lado de la comisura de mi boca como si de verdad tuviera baba en su boca, y peor fue que la chica se lo tomó en serio y limpio su boca con una servilleta. Suspire y rodé los ojos, a veces los humanos parecían simples idiotas.

-Solo llevaté esto -Y le entrege el vaso de leche, ella se esfumó tropezandose a medio camino porque aun estaba embelecida por el otro- Eres un jodido suertudo... ¿Lo sabias?

Zero seguia riendo por dentro, nero estaba muy enojado y era de esperarse, lo trato como un niño todo el tiempo. Era lo mas divertido de toda la noche. La mesera aun parecia ignorar a nero, pues se la pasaba viendo a zero. Lo hiso senrtir incomodo, pero no lo demostro. Nero le llamo la atencion lo cual lo hiso reir mas, por la accion que habia hecho la mesera. Al final se fue con el vaso de leche a tropezones.

Un suertudo segun nero, solo hacia que se riera mas, pero debia contener su risa, no era de el rei mas de una vez en publico. - Digamos que solo es coincidencia - No era su culpa que la mayoria se le quedara viendo cada vez que salia del palacio.

La mesera no tardo mucho en regresar con una tetera llena de cafe. Con habilidad sirvio rapido tratanto de no enbobarse viendo a zero, pero era inevitable, lo vio de reojo y se perdio en el haciendo que el cafe se botara de la taza. Zero ya no pudo contenerse, y rio ligeramente, lo que proboco que la chica se tornara toda roja. Otra vez todos escucharon su ligera risa y esta ves se acercaron mas, haciendo que zero se sintiera incomodo.

- Porfavor dirijanse a sus mesas, para asi nosotros poder comer agusto - No tuvo que repetirlo dos veces para que los chismosos se fueran corriendo a sus mesas sin poderse escuchar un solo murmullo sobre el. La mesera en el alboroto habia tomado la taza, para asi poderla cambiar, y limpiado la mesa. - Si pides las cosas amablemente te haran caso - Dijo con sarcasmo pues sabia que solo hacian caso por ser uno de los principes.

¿Coincidencia? No lo creo, simplemente era inevitable que toda la atención cayerá sobre el Príncipe, siendo que la familia real casí no salía de su escondrijo llamado lindamente como "Palacio Real". Una segunda vez que Zero rió y otra vez llegarón las personas de chismosas a averiguar, y justo ahi fue donde Zero habló y todo se retiraron, claro, yo les gritó y se van pero a tientas y él se los dice calmadamente y todos se van sin hacer ni un ruido. Una vez más la mesera apareció para servir café, sin fijarse derramó casi todo el café por andar de tonta babeando por el otro. Simplemente ladee la cabeza mientas llevaba mi palma de la mano a mi rostro.

-Pues en eso fallamos -Dije sacásticamente. Tomando una galleta de gatito, la cual mordí a partir de la cabeza- ¿Te parece que soy alguien que pide las cosas amablemente a la primera?

Era de pensarse, por lo que le habia dicho nero no llego a ser educado para vivir entre tantas personas, como a el se le habia obligado. - O si ya recorde con quien hablo - Dijo con sarcasmo. Miro a la fuente una vez mas, todo era tan tranquilo, que le hacia sentirse un poco aburrido. Suspiro largamente, hasta que la chica volvio a traer otra taza con cafe. Zero le molesto un poco que esta no fuera servida frente a el, pero ya daba igual, no tenia mas ganas de tomar cafe.

- La unica diferencia es que a mi me obligaron a aprender modales - Dijo con un pesar, pues realmente no culpaba a los reyes a que zero aprendiera lo necesario para lucir como principe, pero si fuera por el preferiria vivir con su familia como un chico normal. Pero realmente si nada pasara, el mundo en el que viven lo volveria mas que loco, asi al menos mantenia un control de si mismo.

- Dime que harias si encontraras a alguien de tu familia - Tenia curiosidad por saber como actuaria Nero, el hecho de encontrarse con un familiar al cual has buscado o ya diste por muerto, era algo que jamas se podria imaginar.

Nada como un abiente agradable impregnado de sarcasmo y burla para pasar un buen rato. Voltee la vista tambien a la fuente, se veía tan tranquila, más con los tonos naranjos de la tarde, la noche se hacia próxima en cualquier momento. Minutos después aparecio la chica con una nueva taza de café, y se fue rápidamente mirando hacia atrás haciendo que se tropiece con otra.

-A mo me enseñaron una que otra modales... -Y no era broma- Pero, de verdad no creo que me sirva de mucho...

Se leer y escribir ¿Con eso no basta? Tambien debia verme como un chico refinado con una sonrisa falsa en sus labios y una actitud pesada, ¡Por favor! Prefiero ser mil veces como soy ahora que de esa manera. Aquella pregunta me tomó desprevenido, ¿Como me comportaría si volviera a ver alguno de mis hermanos?

-Pues sinceramente sería el mismo inútil de siempre -Burla. Tome otra galleta deborandola en un instante- Pero no creo eso posible, mis hermanos estan muertos

El inutil de siempre, no habia duda que el no sabria que hacer. Ciertamente se encontraba en la misma situacion que nero, por lo que no sabia ya que decir. Muerte, una palabra que habia manchado su vida, si su hermano habia muerto quisa, y solo quisa tranquilizaria su alma.

Se mantuvo en silencio, realmente ya no sabia que decir, sus pensamientos daban vueltas sin parar en algun momento. Las meseras no paraban de vigilar la mesa, pues era obio que querian dejar una buena impresion ante el principe. Por ultimo levanto su mano para llamar de nueva cuenta la atencion de la mesera que corriendo llego junto a ellos.

- Podria pasarme la cuenta - Dijo zero sin solo dirigirle la mirada. Ya en ese momento ya no queria decir nada ni ver a ninguna persona, el tipico principe que todos conocian. La mesera asintio y se fue algo desespcionada. Se mantuvo con los ojos cerrados esperando a que la mesera llegara. Tan pronto como pudo regreso con un papel en una bandeja.

Asi como llego se retiro de la vista dejandolos otravez tranquilos en la mesa. En ese momento sintio un olor peculiar pero muy conosido, era la sangre de algunos de los soldados que habian atacado. Abrio los ojos al momento para ver una vez mas la plaza buscando exactamente de donde venian.

- No se que quieren aqui, pero es seguro que nos busquen - Dijo bajo para que no cualquiera lo escuchara y esperando a que nero se hubiera percatado de la presencia de ellos.

Siguio buscandolos con la vista hasta que alfin pudo ver que algunos de los soldados del reino empezaban a juntarse, sabia que una pelea se desataria, y todo por su culpa. Tenia que esperar a que los soldados de su reino les detuvieran, aun que por el estado en el que los atacantes se encontraban era casi imposible que les ganara.

[Perdona me tarde muchisisisisisisisimo y todo porque no se me ocurrio nada para poner, que se puede notar que aun seguia sin ocurrirseme algo]

Esta vez solo jugaba con las galletas o las destrozaba apretándolas solamente dejando que las migajas caigan sobre la bandeja y mi rostro se apoyaba de mi mano a su vez que mi codo de la mesa. Todo volvió a quedar en silencio, salvó por las miradas indiscretas de las meseras que solamente se fijaban en Zero esperando que hablará o algo, y para cuando lo hizo con su típica voz indiferente ellas suspiraron decepcionadas y se largaron del lugar. Ligeramente reí burlándome de esa situación como si tuvieran oportunidad con él príncipe de tréboles.

Un aroma. Un nuevo aroma se impregnaba en el lugar, y ese aroma era sumamente familiar; el de la sangre. Giré hacia la ventana mirando a la plaza donde estábamos antes y vi la pequeña aglomeración de soldados de rojo frente a la fuente. Gruñí inaudiblemente llevando una mano a mi hombro donde anteriormente había sido apuñalado, ahora solo un gran manchón de sangre era lo que quedaba de ella.

-No creo que te busquen a ti, tal vez a mí pero quizás solo quieran guerra –Y como estaban, aun con heridas eso no le quitaba el orgullo, ahora solo es cuestión de tiempo para que los soldados de verde aparezcan y se comience con la batalla campal.

Solo era cuestion de tiempo, para que les encontraran. Claro sabia que si los de rojo atacaban al principe los soldados de treboles reaccionarian y defenderian al principe sin aun si debian dar su vida. Los de rojo buscaban pero los soldados les impedian la entrada a zonas publicas. La gente empezo a retirarse a sus hogares o a buscar refujio pues sabian que si enemigos se encontraban en el reino significaba una cosa, muerte.

Una mesera llego a la mesa de ambos, haciendo una reverencia y muy apurada. Al parecer empezaron a desplazar a todos los clientes a una zona segura del restaurante y el principe no debia ser la excepcion.

-Lamento molestale pero necesitamos que se dirijan a una zona segura - La mesera le veia a zero seria, queria cumplir su palabra y cuidar del noble que se encontraba frente a ella y asi mismo a su acompañante.

Zero observo por ultima vez las acciones del enemigo, para ver como empezaban a forzar su entrada al reino. Vio a nero, se encontraba irritado, pues significaba problemas. Suspiro y decidio tomar una decision.

- Nero ve con los demas yo ire a confrontar a los de rojo - Se levanto de su asiento, y emepzo su marcha a la puerta del local.

Lamentablemente, antes de que pudiera hacer una tonteria, todas las meseras le impidieron el camino pidiendo exactamente lo mismo. Sabia porque habia llegado al reino, pero le impedian tratar de remediarlo. Vio seriamente a las meseras, queria que le dieran permiso para pasar pero ellas se oponian firmemente por lo que mejor tomo a nero para que no hisiera tonterias y se lo llevo al lugar seguro de las meseras.

Les llevaron a un pasillo que bajaba, hasta llegar a una puerta lo bastante amplia para que mas de 5 personas entraran a la vez. Las meseras abrieron de par en par la puerta dendole el espacio para pasar a ambos. Al entrar llegaron a un lugar parecido a una bodega, pero mas a un lugar donde se pudiera estar. En ese momento supo que el lugar habia sido construido durante la guerra de los 4 reinos.

Las voces de los clientes sonaban por el lugar, todos sonaban preocupados, pues no sabian que pasaba. Las meseras no sabian que hacer pero intentaban calmar a las personas.

- Hay que buscar una salida, no me quiero quedar con los brazos cruzadas - Cierto, se sentia como un completo inutil al no poder ayudar a dar solucion al problema que habia aparecido en el reino.

Se adentro a la multitud para poder dirigirse a las orillas. Si habia leido bien en un libro siempre en los fuertes que habian construido durante esa epoca, crearon 2 entradas diferentes, por si una era descubierta pudieran salir por la otra y sobrevivir. Busco la otra puerta como pudo pues el hambiente del lugar era sofocante.

Finamente dio con la puerta que buscaba, era antigua y era facil de abrir, claro que necesitaria de una distraccion para que no notaran que salia. Busco con la vista a Nero pero debido a que se habia enfocado en buscar la puerta su acompañante se habia desaparecido.

Ni un solo momento de paz se pueden tomar aquellos miserables seres de armadura roja. Con las orejas hacía atrás miraba seriamente a esas personas a través de la ventana, si estaban aquí solo puede significar una cosa: Problemas. Hoy la voz de una mesera acercándosenos y pidiéndonos que fuéramos con ella a quien sabe dónde; supuestamente era una zona segura.

Y después Zero habló, diciendo que iba a confrontar a los soldados. ¿Qué se cree? Si apenas pudo con un grupo pequeño, pero las meseras las detuvieron mientras yo me levantaba y caminaba unos pasos hacia él. Ahora era jalado por el príncipe hacía una escalera oculta que nos dirigía a un tipo de bodega donde se refugiaban los clientes. ¿De cuándo acá lugares como esto tiene bunkers de defensa?

Supongo que ahora solo nos quedaba esperar, pero viendo la insistencia de Zero al querer tratar de confrontar a los soldados. Yo también quería confrontarlos, de todos modos yo ya vivía en el reino de rojo así que era algo de todo los días. Hasta por los momentos seguí al príncipe para buscar una salida.

Pero…

A medio camino me detuve a la vez que giraba el rostro hacía la entrada de la bodega. Zero parecía buena persona bajo esa capa de frialdad que tenía, creo que no sería justo dejar que se peleará con los soldados cuando visiblemente no era su problema sino los de ellos. Lentamente comencé a alejarme de este y encaminarme hasta la salida.

Así que termine fuera del refugio, camine hasta la salida de la cafetería y me quede bajo el umbral de esté. En la fuente se apreciaba a los soldados de rojo, algunos más heridos que otros y sonreí de forma sarcástica por ello. Ahora; más guardia des rojo comenzaban a llegar, creo que ese era el escuadrón para buscarlos a ellos y largarse.

Suponía… Erradamente.

Cuando los soldados de verde comenzaron a aparecer, los de rojo no se quedaron atrás y tomaron con más fuerzas sus armas como si de verdad una pelea fuera a comenzar. Lento pero seguro, camine hasta la fuente y ocultarme tras de ella. Los soldados hasta ahora solo discutían más no se iban a los golpes.

Aun nó.