Día en el lago -priv. Aloshka-

Había vuelto a escabullirme de la mansión, huir de mi padre y sus absurdos intentos de que yo fuera como él. En momentos así, ni los brazos de mi madre eran lo suficientemente fuertes como para evitar que me irritara. Justamente por eso, por ella, salí de ese lugar para poder venir a este otro que tanto me gustaba. Solo desde el día en que caí al lago me empezó a gustar ir a ese lugar. Tenía la ilusión de volver a ver a aquella extraña criatura. Además, se encontraba fuera del reino y era bastante bonito.
Al llegar lo miré con atención. Era un prado bastante amplio y verde. Distintas flores habían en él, sobre todo cerca del lago de aguas cristalinas que se encontraba en la parte noroeste del lugar. Lo rodeaba el verde bosque de Wonderland por todos lados excepto por una parte y esa era justo por la que yo había llegado.
Me dirigí hacia el lago y, unos metros antes de llegar a él, me senté en la hierba. No sabía cuanto tiempo iba a estar ahí, seguramente el que considerara necesario...

Este día era un día especial, bueno, no celebraba nada en especial, pero tenía algo que lo hacía especial, tanto así que quise hacer un día de picnic, pidiéndole permiso a Jazmín me fui a un lago cercano y seguro, tenía un sendero bien marcado para llegar, y no era peligroso, lleve una cesta con cosas para comer y una manta, me fui como a medio día aun era invierno por lo que n estaba el clima como para bañarse en las aguas del lago, pero ese día era perfecto para un picnic.

Llegue al lago y coloque a la orilla la manta para sentarme y deje la cesta justo en medio, la revise para ve que provisiones tenia, por ende que era lo que Jazmín me había puesto en la canasta. Algo extrañada vi que ella había exagerado todo –Habrá pensado que venía con alguien?- pensé mirando e contenido de la cesta, un kuchen de manzana, litros de jugo, frutas, algunos dulces más y unos emparedados –Llegare con la mitad de la canasta si es que no es más- pensé y mire el lago, quizá habría alguien que se viera simpático o gentil como para invitarlo a disfrutar de un picnic.

Mi mirada avanzaba por toda la orilla del lago, no era muy grande, pero aun así era amplio, y por el otro extremo casi frete a mi vi a alguien, me fije tanto como pude, parecía una chica, se veía simpática, me coloque de pie y le hice señas, estaba sola o eso parecía, quizá podríamos compartir la tarde y compartir mis provisiones.

Ahora solo faltaba que la chica viera mis señas y viniera hasta acá.

Seguí allí sentada sin esperar a nada. Tal vez habían pasado minutos o podía que hubiera alcanzado poco más de la hora, yo no era consiente del tiempo. Cuando quise volver a ser consiente de todo, pensé que tal vez ya había pasado tiempo suficiente. Tal vez mi padre, en casa, ya había sucumbido a la "derrota". Tal vez, en caso contrario, al volver, no me irritaría tanto por sus absurdos intentos. Tal vez.

Decidí seguir otro rato más, mirando aquellas preciosas aguas. No, no tenía ganas de volver en absoluto. Pero tampoco podía quedarme perdida por toda una eternidad, ¿o sí? En verdad... ¿qué diferencia habría entre eso y las personas que vienen de la superficie a Wonderland? Eso pensaba mi parte fantasiosa pero la racional quiso ganar otra vez.

Justo iba a levantarme cuando, al otro lado del lago, vi a una muchacha. Era rubia y de estatura normal. A simple vista desprendía cierto aire infantil. Me quedé quita observando como se acomodaba en el suelo, aparentemente sin aún percatar en mí. Por la cesta que llevaba pensé que tal vez vendría acompañada por lo que decidí no acercarme. Sin embargo, cuando vi que al fin me vio y me hizo señas, me lo replanteé e insegura me levante.
Supongo que no pasará nada por retrasar un poco más mi vuelta, pensé mostrándole a la muchacha una sonrisa y dirigiéndome hacia ella.

La chica se acerco y le sonreí, era pelirosada y parecía agradable; no se veía muy mayor a mi, realmente debía tener cerca de mi edad.. 16 o 17 tal vez, pero no era una adulta, estaba segura, una vez ya estuvo conmigo le sonreí para hablarle –Ehm... hola, sabes… vine para tener un día de picnic.. y ehm… traje mucho de todo y no quiero estar tan sola, no quieres compartir este día de picnic conmigo?- dije algo apenada y nerviosa, es extraño que un extraño te invite a tener un día de picnic, y aun más invitar a un extraño a compartir una tarde de picnic, por suerte era una chica y se veía confiable.

-Por cierto me llamo Aloshka, vivo en el pueblo neutral- me presente sonriendo y hice un ademán para que se sentara, claro si s que aceptaba. –¿Cómo te llamas?- pregunte suavemente mirando sus ojos azules. Y saque algunas cosas de la canasta de picnic, como el pastel, dos vasos, la botella de jugo, y otras cosas.

Al llegar donde se encontraba la chica me fijé más en ella. Tenía los ojos castaños y su piel era blanca y tersa. Me enseñó una sonrisa a la que respondí amigablemente. Parecía agradable y en sus ojos hasta se podía vislumbrar la ternura. Escuché atenta lo que me decía. Momentos antes hasta había llegado a sentirme somnolienta pero estaba más despierta ahora, acompañada. Por lo que decía supuse que en primera estancia me había equivocado y no vendría con nadie más.

-Emm... ¿por qué no? En verdad sí me gustaría. - mi voz apenas era audible y a causa de esto se notaba mi timidez hacia alguien que no conozco. Sin embargo, aquella chica se veía confiable. Decía llamarse Aloshka y vivir en el pueblo neutral. Yo nunca había estado por esos lugares, fuera de los reinos lo máximo que había visto era ese lago. Vi su gesto de invitación a sentarme y claramente no pude negarme, ni aunque hubiera querido.

-Yo... yo me llamo Hikari. Vivo en el Reino de Corazones. -dije esto último con un extraño sonido en la voz y apretando los puños. No me agradaba la forma de pensar de las personas de mi alrededor por lo que me era difícil aceptar que pertenecía al mismo lugar que ellas.

Me fijé en lo que hacía Aloshka. Sacaba varias cosas de la cesta, tal vez sí era demasiado para una sola persona. -Todo parece delicioso. Así que vives en el pueblo neutral – comenté-. Siempre me ha llamado la atención... se ve tan pacífico... Sin embargo, nunca he estado ahí. -mi voz iba perdiendo volumen a causa del anhelo así que cambié el tema hacia ella-. Y dime, ¿qué te hizo venir aquí este día?

-Es un gusto Hikari- le conteste sonriendo cuando se presento, realmente sonaba como alguien agradable, incluso rompiendo el esquema mental sobe la gente de corazón, pues pesaba que sería más antipáticos o algo así, ya sabía que no podía juzgar solo por el lugar.

Luego de haber sacado todo de la cesta corte el pastel y le sonreí –Gracias, lo hice yo con ayuda, sírvete lo que quieras- dije suavemente mientras terminaba de escucharla –Es un lindo lugar- agregue y luego pensé en que responderle –hm…. Quería tener un día de picnic… amanecí con ganas de eso, así que vine, aunque, llegue de casualidad a este lago.- dije sonriendo y serví un trozo de pastel que le ofrecí, y luego otro para mí.

Me quede observando el lago y luego mire a quien me acompañaba para hacerle la misma pregunta –Y tu, que hacías acá?- pregunte sin sonar tajante o ruda –Aunque, fue una buena coincidencia, así podremos disfrutar de un día de picnic- agregue sonriendo.

Cogí con una sonrisa el trozo de pastel que me ofrecía. – Gracias-. Me senté junto a ella teniendo cuidado de no tirar ni estropear nada mientras la escuchaba. Miré al cielo despejado. Sí, era un buen día para un picnic. Capté la mirada de mi acompañante cuando me miró. Aunque era consciente de que mi rostro se tornó un tanto serio a causa de su pregunta, intenté seguir con una sonrisa.

-Bueno, yo vengo aquí con frecuencia… -miré el lago por un momento y me quedé así aunque todavía prestando atención a Aloshka-. Desde que era muy pequeña este lugar me ha gustado, hasta tranquilizado. Suelo venir para… despejar mi cabeza un poco. –mi mirada volvió a mi acompañante y sonreí en respuesta a lo último que dijo -. Si, desde luego fue una buena coincidencia. –partí con los cubiertos un poco del trozo de pastel que me había dado y me lo llevé a la boca.- ¡Mmm! Sabe mejor de lo que esperaba.

Miré a Aloshka y busqué en un de los bolsillos de mi falda. Rocé suavemente la gema e instintivamente miré al lago pero ahí no había nada. Al fin saqué una pinza con una flor naranja. Se la pasé a Aloshka. -Opino que en tu cabello rubio quedará mejor.-comenté con una sonrisa.

Spoiler:

Una suave brisa meció las guas mansas del lago, una vez que la pelirosa recibió el trozo de pastel que le ofrecí deje el mío apoyado sobre mis piernas y lo partí con un tenedor, me lo lleve a la boca, había quedado bastante bien, estaba mejorando definitivamente.

Cuando la joven empezó a hablar la escuche atentamente, escuche todo lo que dijo para luego comentar –Sí, es un lugar agradable y tranquilizador- dije sonriendo y comí otro poco del pastel –Disculpa si esta muy dulce, suelo excederme con el azúcar o la miel… o cualquier cosa dulce- dije apenada.

Con curiosidad vi que hacia la chica, parecía buscar algo, luego vi un bello prendedor de flor color naranja, me pareció bastante lindo –Para mí? Esta segura?- dije mientras dejaba el plato con lo que me quedaba del pastel a un lado y lo tomaba con sumo cuidado, parecía muy frágil y seguía siendo muy lindo –Muchas gracias- dije sonriendo animosamente y con cuidado lo coloque en mi cabello para que ver que tal quedaba –Como queda?- dije alegremente, ya que no tenia espejo necesitaba de la opinión de ella.

Luego volví a tomar el plato del pastel para comer un poco más de este.

OFF: ahora perdona tu la demora y lo corto n.nUU

Negué con la cabeza en cuanto mencionó lo dulce que podría estar cualquier cosa de lo que había hecho.

-Oh, no, tranquila, de verdad que está delicioso. – Miré con tranquilidad como se ponía el prendedor y sonreí al ver cómo le quedaba. Dejé a un lado mi plato y me incliné un poco hacia Aloshka, extendiendo mis brazos hacia su pelo. Finísimos mechones se habían quedado fuera y quedarían más bonitos si se sujetaban con el prendedor.

-Te queda perfecto. Tu cabello rubio ya es bonito de por sí, y ese prendedor luce más en él que en el mío. - Y era cierto. No recordaba dónde lo había conseguido pero siempre que encontraba la ocasión de ponérmelo no me convencía cómo me quedaba. Volví a coger mi plato, con el pastel en él, y seguí disfrutando del dulce saber de este. - Bueno, Aloshka, hablame de ti. ¿Qué te gusta?

Volvió a soplar una suave brisa, agradable. Cerré los ojos ante ella y los volví a abrir cuando pasó. Dirigí mi mirada al lago de nuevo y se me ocurrió una cosa.

-¿Quieres acercarte al lago un poco más? Si te fijas puedes ver preciosos peces, de distintos colores. Es precioso cuando pasan varios juntos.

-gracias- dije sonriendo ante su alago y comí un poco más de mi trozo de pastel, escuche su pregunta y pensé que responderle -pues.. me gustan los conejos blancos... me gustan los gatos... las fresas....- me interrumpí con la brisa pues sujete mi cabello para que no se moviera y luego la joven volvió a hablar.

-Claro- dije animosamente y me coloque de pie -Acerquemos las cosas también?- dije sonriendo y una vez que acercamos las cosas me acerque a la orilla viendo si habían peces, para mi suerte justo había pasado un cardumen muy colorido -Mira! que lindos- exclamé mirándolos -Hikari y a ti que te gusta?- pregunte mientras me sentaba tomando el plato con mi trozo de pastel y mirando a los pesecitos.