Malas juntas. [Privado con Rukia, se aceptan invitados, SOLO con autorización.]

Fui a aquel bar a beber algo, tenía mucha sed y mis reservas de agua se habían acabado. Llegué a la entrada y me encontré frente a frente con un chico. Pelo largo y blanco, ojos esmeralda y pequeños... Aley Flowright. Me pidió que me apartara pero me negué rotundamente. Me divierte hacerlo enfadar. Solté una sonrisa pícara, diciéndole que no me iba a apartar por mucho que me lo pidiera. Él algo desesperado me agarró por el cuello levantándome unos centímetros del suelo y me tiró a las mesas del bar. Todos me miraban, a mí y a Aley. Por la mala calidad de aquellas mesas me hice un corte en el labio gracias a una astilla que empezó a sangrar un poco. Con la muñeca me limpié el labio mientras me incorporaba con una sonrisa. [Esto empieza a resultar divertido.]
-Cuánto tiempo... Aley. Dije ya en pie. -Espero que hayas mejorado desde la última vez que nos dimos un duelo... Dije mirándole fijamente. Me arranqué la ropa dejando en vista mi ropa de lucha que ocultaba debajo de mi ropa normal. Me crují los nudillos, el cuello y los brazos preparándome para mi ataque. Una vez lista, rápida como el rayo desaparecí de su vista para colocarme detrás suya, ahí le cogí de los pelos y tiré para abajo dejándolo en el suelo. Luego puse mi pie en su pecho y apreté haciendo que le duela.

Rol Off:

Cuando me di cuenta estaba encima de mi poniendo todo su peso en mi cuerpo, estaba acorralada, no podía escapar. Con su cola cogió mi muñeca y la apretó haciendo que no pudiera mover tampoco mi mano. Luego me miró mientras sonreía. ¿Se estaba vengando? Bueno eso no importaba ahora. Empezó a golpearme en la cara con su puño mientras yo pensaba cómo escaparía de ahí. Cuando al fin se me ocurrió una idea, él seguía golpeándome y eso hacía que de nuevo sangrara por el labio inferior. Me di cuenta de que solo me inmovilizaba de cintura para arriba, así que como pude, doblé las rodillas intentando levantar un par de centímetros mi espalda. Cuando lo conseguí, giré mi cuerpo hacia la izquierda haciendo que el chico cayera y dejara de estar encima mía. Ahora él estaba en el suelo y yo estaba de pie. Me fui a su lado y le di una patada para que se pusiera boca-abajo. Luego me senté encima, con mi cola le cogí de la mano izquierda inmovilizándola e hice lo mismo con su mano derecha (te sujeta mi mano derecha). De nuevo le cogí de las blanquecinas hebras con mi mano izquierda que estaba libre. Levanté su cabeza y la golpeé con fuerza al suelo. Hice ese movimiento repetidas veces viendo como una pequeña marca de sangre se formaba en su nariz.

Rol Off:

Seguía dándole golpes, quería ver como se destrozaba el rostro. Sin darme cuenta su cola se me enroscó en el cuello casi impidiéndome respirar. Ahora estaba de nuevo él encima mía y con la punta de su katana en mi cuello, cualquier movimiento en falso y moriría.
[¡Venga ya joder! ¡Te pusieron el apellido Shihöin por algo! Siempre hay alguna forma de escapar.]
Miré a mi alrededor buscando algo con lo que poder escapar... pero no, estaba acorralada esta vez de verdad. Le miré con un gesto de desprecio y como último movimiento, acumulé saliva y le escupí en la cara, casi todo lo que escupí era sangre. Mientras él se limpiaba aproveché para agarrar su katana con las dos manos haciendo que tuviera unos cortes en las palmas y empujé para fuera haciendo que dejara de estar en mi cuello y empujara no con demasiada fuerza a Aley. Tiré la katana al suelo lo suficientemente lejos para que no la pudiera alanzar si no se quitaba de encima. Saqué mi Suzumebachi y se la clavé en el cuello dejando en él un tatuaje en forma de mariposa negra.
-Jej... creo que no. Esta arma es como una aguja de avispa: en cada pinchazo inyecta tanto veneno como la mamba negra, si esto se clava dos veces en un mismo sitio de tu cuerpo... simplemente morirás.
Le dije con una sonrisa.
-Así que yo que tú... me quitaría de encima si no quieres que te de otra vez así de fácil.

Off Rol: