Asalto a curiosidades (Priv. Colonello)

¿Ahora que se encontraba haciendo Lyra? Robaba, como siempre. Aunque no fuera por necesidad ella lo hacía. Pero su objetivo ahora era el Reino de Tréboles, aunque jamás había oído de la gente de ese reino perjudicar a los demás seres de Wonderland, aun así les iba aplicar el "castigo". Por el simple hecho de que un reino conformado por una minoría doblegando a la inmensa mayoría y abarcando varios de los territorios anteriores a otras razas no se los perdonaría. Ellos también tenían que ceder ante los semi-humanos y animales.

La noche era su aliada pues la mayoría dormía y sus aleteos eran suaves como el arrullo de una madre a su bebé para que nadie advirtiera su advertencia.
Cada que entraba a una casa que en apariencia tuviera lujos o curiosidades, ella escuchaba un poco las voces de la gente que se iba a acostar, memorizaba sus todos y ritmos para hablar para imitarles; por si cuando robaba alguien se levantaba y preguntaba, simplemente usaría la voz de sus seres queridos aprovechando que su cuerpo no se veía en la oscuridad.

Antes de terminar su jornada decidió visitar una casa más del cual entró por la chimenea quedando toda sucia.
Aun no tocaba el suelo, sus alas se movían con suavidad para no pisar cualquier cosa que pudiera tropezarla o que rechinaría. Abrió una puerta y vio un hombre acostado en su cama totalmente solo y decidió que no le fastidiaría.

- Esto va a ser pan comido - dijo con aquella voz prestada de hace mucho tiempo en un susurro.

Abría puertas y cajones buscando algo de valor pero o no cabía en su costal o no le era interesante. Aunque algo que hizo que sus ojos brillaran fue un estante lleno de libros. Tomó varios de ellos que tuvieran un titulo llamativo y los guardaba peor algo que le llamó aun más la atención después fue una cosa alargada que parecía un...

- ¿Es... es un arma? - pero no era como las que había visto generalmente, esa tenía un hoyo al final y algunas partes eran de madera y metal. Había una parte que se abría y al soplarle su cara se cubrió de algo negro como el hollín pero más rasposo en cierta manera - ¡P-pica! - exclamó mientras se llevaba las manos a los ojos para frotarlos por que le ardían los ojos y dejó caer aquella arma que la había lastimado.

OFF:

Vaya! al fin en casa... kora exclamaba el general de tréboles mientras ingresaba a su hogar, con los brazos extendidos al techo a forma de estirarse. Terminaba una jornada más de trabajo en el castillo real, a favor de sus majestades, esta vez regresaba a su casa ya entrada la noche, no le preocupaba en lo absoluto pues afortunadamente el reino verde se daba lujo de se pacifico; otra cosa que no le preocupaba es que si quería volvía a casa tarde, o solo no volvía, ya que vive  desde hace tiempo solo.

Mientras caminaba por dentro de su pequeño hogar, descolgó el rifle que traía a la espalda y lo acomodo cerca de la entrada a su habitación, a un lado de una estantería, pensaba darle mantenimiento al día siguiente por lo que no se molesto en guardarlo de forma adecuado justamente esa noche. Fue a darse un baño y al salir en ropas más cómodas y ligeras se limito a tomar una rebanada de pan y agua como "cena". Todavía después de eso tomo uno de sus libros y leyó un buen tiempo, para cuando sus ojos se sintieron cansados, apago las velas que le acompañaban otorgándole luz y por fin se fue a la cama, dejando la puerta de habitación abierta por culpa de la cálida noche. Estaba ya adormecido y aunado al cansancio, no tardó en quedarse dormido.

No supo cuánto tiempo durmió exactamente, pero un ruido en la noche le hizo despertarse sobresaltado, algo cayo muy cerca de la puerta que daba a su habitación, miró en el silencio de la noche por su casa, apenas iluminada por la suave luz de la luna y para cuándo sus ojos se acostumbraron pudo divisar una silueta extraña, salió con rapidez de las sabanas poniéndose las sandalias Hey! ¿quien esta ahí? preguntó porque aun con el sueño que se cargaba, seguía seguro de vivir solo. Avanzó fuera de la habitación rebuscando con las manos su rifle, que solo alcanzó a tantear al pisarlo en su andar, fue el arma lo que le despertó al caer. Responde aseveró mientras se agachaba a recoger el rifle, manteniendo fija la mirada en aquella silueta que aunque se movía poco, se mantenía oculta por las sombras de la noche; era acaso un ladrón?

off:

Sus ojos le dolían horrible y estaban llorosos, por mas que se frotaba no podía quitarse el ardor por aquel polvo extraño.
Abria de poco a poco sus ojos intentando ver algo pero se forzaba a cerrarlos de nuevo por el ardor. Con una mano tanteaba a buscar su bolsa llena de cosas robadas pero al intentar levantarse, oyó la voz de un hombre. Oh no, probablemente era el dueño.
Rápidamente buscó entre sus cosas y se puso la gabardina para cubrirse.

Ella intentó gatear para escapar pero solo chocaba con muebles pues no podía ver del todo.
El tipo apremiaba por que hablara pero que podía hacer. Si estuviera escondida tal vez podía fingir que en realidad había una pandilla en la casa y que era mejor volver a la cama para que no lo linchara, en vez de aquella semi-humana ave.

- L-lo siento... lo siento - usó la voz de un niño. Su menuda altura ayudaría un poco que probablemente lo haría pensar que era un puberto - N-no quería despertarlo... perdón por entrar sin su permiso, pero yo y mi familia tenemos hambre. - luego buscó que mas cosas decir para hacerle sentir lástima. Probablemente después mentiría que devolvería las cosas pero por ahora ella intentaría hacerse la víctima de esta sociedad injusta y sobre todo por el arma - Aquella cosa le salió polvo y me lastimó... no veo señor, por favor ayudeme.

Lo único real en esa actuación eran los gimoteos, aun no podía abrir los ojos y solo poco a poco pestañeaba para ver a la persona que ya la había acorralado.

- Gracias, muchas gracias señor - siguió con los gimoteos que en parte eran verdaderos hasta que pudo percibir la iluminación ayudar a a disipar las sombras pero eso le ardía así que se tapó mas la cara con la capucha, tanto para evitar que le lastimara la vista como que le descubriera.

Sin oponer mucha resistencia, Lyra se dejó tomar la mano hasta donde él decidiera llevarla.
Algo le hacía pensar que su teatro no le ayudaría lo suficiente cuando tuviera que descubrir su cara. Debía actuar pronto antes de que tuviera que retirarse la única cosa que le permitía seguir con la mentira.

- Aun estoy en problemas ¿Verdad? - dijo con aquella voz prestada en lo que seguía pensando como timar al dueño de la casa para que al menos en algún momento fuera a soltarlo, lo que sea podía servir. - N-no quiero estar en la cárcel, ¿quien ayudará a mi mamá con la casa? Desde que mi papá toma no tenemos mucho dinero... - Claro, un niño sin la fuerza ni la experiencia de un adulto como ayudaría en lo oficial.

"Vamos Lyra, añade un poco de drama a la situación... Siempre tienes un as bajo la manga." - se dijo así misma un tanto desesperada de no poder salir de este lío en que se metió.
Bueno, necesitaba ahora mencionar quien era el causante de los problemas para evitar ser la víctima de este asunto. Al fin y al cabo, todo mal tiene un origen.

- S-se que me equivoqué, mis hermanos no estarán orgullosos de verme así, como ven a mi papá siempre echándole la culpa al reino de Tréboles... Señor ¿Es cierto que mi papá lo sacaron de la milicia por no servir bien? - Lyra se frotó con la mano libre sus ojos intentando aliviarlos, aun le dolía abrirlos por completo pero era algo - Siempre anda diciendo que el Coronel tiene la culpa y que era un... ¿cual era la palabra que usa?, cuando bebe la dice mas seguido... creo que era "cabrón", mi madre dice que está mal decir eso ¿Qué significa? - un poco de inocencia ayudaría en estos momentos.

No hubo resistencia de parte del chiquillo, que se dejo tomar del brazo y ser casi arrastrado por el general, que no parecía querer tratarlo de la mejor manera, no se ablandaría a esa situación, pues él pensaba, que dejarle pasar a un niño una travesura de estas, lo convertiría en un criminal seguro en el futuro.
hey! Por supuesto que estas en problemas! le respondió mientras continuaba jalándolo hacia el baño, para disponerle agua que le limpiara los ojos; el pequeño llevaba la capucha puesta, cubriéndose el rostro y se negaba a dejarla escapar para mostrar el rostro, pero eso justo ahora no importaba, no podría continuar oculto mucho tiempo más; eso se decía el rubio mientras el ladronzuelo comenzaba a contar la triste historia de su vida. Entendía, más no comprendía, pero no era la primera vez que se le presentaba una historia de ese tipo, ¿cuántos no se albergaban en las cárceles debido a historias similares? sería una pena que este jovencito corriera con la misma suerte...
Ni tus hermanos, ni tu madre, ni ese padre que mencionas, estarán orgullosos de tus acciones, eso te lo aseguró contestaba al drama del joven mientras con la mano libre, abría la puerta del baño y lo obligaba a entrar; de un contenedor tomó un recipiente con agua y lo colocó sobre una mesita, misma en la que de frente dejo al chiquillo para que al fin se lavase la cara, mientras, el general se colocó al marco de la puerta con la curva de sus labios mirando hacia abajo, claramente disgustado por estar lidiando con tal molestia a mitad de la noche.
No deberías repetir las malas palabras, si así lo marca tu madre, y este no es momento para que sepas el significado de ello, kora eso, y que le desagradaba saber que algún ex-militar le llamaba cabrón en alguna parte estando ebrio... solo por su inconformidad. Pero esto también le hacia pensar, sabía este niño en casa de quien había mal-obrado? Si de verdad tu padre hacía mal su trabajo, el coronel fue sensato al echarlo de la armada; en la milicia no se necesitan militares de nombre, así como en las calles no se requieren ladrones que falten a la moral del pueblo, kora Se cruzó de brazos, con gesto imponente hey! Date prisa, no tengo tu tiempo, debo arreglar tu situación y volver a la cama...