El blanco es un buen color -Priv Emily-

Era un buen día , no hacia mucho sol y estaba algo fresco , digno de la estación y sobre todo por que como me encanta vestir el negro los días muy soleados no eran de mi parecer.

Mis pasos sin rumbos de nuevo me llevaron a  "la madriguera" el origen de Wonderland..  muchos especulaban cosas sobre su inicio.. pero pocos sabían las verdades de este mundo tan mágico.

Me senté en la sombra de un viejo árbol  y me puse a canturrear una canción que inventaba en el momento , también saqué de mi bolsillo una pera amarilla a la cual le encaje los dientes gustoso.

Un fresco y limpio viento merodeaba de vez en vez , lo que hacía que algunos mechones de mi cabello cambiaran de lugar constantemente , con dos dedos quité algunos de mi rostro , con una sonrisa serena.

Estos parajes eran desolados en estos tiempos ya todos andaban en sus cosas de reinos y de guerras... era una lastima que se perdieran las bondades que Wonderland puede tener para todos.. y una que otra jugarreta

Antes de salir de aquella habitación se colocó la capucha, pero después de sentir el clima neutral sobre su rostro decidió que ese día no tenía por qué llevar la capucha, hace mucho que no sentía la brisa del viento pasar sobre su cuello, le hacia leves y agradables cosquillas que sólo lograban colocar una sonrisa en su rostro.

Ese día había decidido ir con calma a la madriguera, ese lugar que siempre le había llamado la atención, a veces creía que debía salir de ese mundo, que su hermano había salido y por eso ya no se encontraba ahí, el sólo pensarlo le hacía temblar. ¿Qué sucedería si ella lo intentara? Es más. ¿Habría alguna forma de salir? ¿Y si desaparecía?  Ella no quería eso. No quería desaparecer si no miraba antes a su hermano y sabía que estaba bien.

El lugar era solitario, le gustaba el sonido de las hojas secas rompiéndose a su paso, esa vez no había olvidado colocarse las zapatillas, aunque hubiera preferido que fuera así, pero ya no era una chiquilla como antes, podía enfermar o lastimarse con alguna piedra afilada.

A la distancia distinguió a una persona sentada bajo la sombra de uno de los tantos árboles de ahí. Su reacción fue caminar más sutilmente, con cuidado, tratando de no hacer ruido. Tal vez al final seguía siendo la misma chica infantil de siempre, pues cuando alcanzó a uno de los árboles que más tenía cerca se escondió tras él sin dejar de mirar a ese desconocido.

 Sus cabellos eran grises, pero no parecía encorvado como un señor anciano.  Por unos momentos la imagen de su hermano le vino a la mente, pero no era posible, su hermano a diferencia de ella había tenido el cabello rubio claro, pero no blanco como ella, mucho menos gris.

Una pregunta pasó por su mente al verlo comer tranquilamente. ¿Y si ese hombre conocía la forma de salir de ese mundo? Se mordió el labio inferior.  No podía confiar, no podía confiar de todo aquel que se encontraba. Pero aun así quería hacerlo. Con algo de inseguridad se fue acercando a él, sólo un poco.

Termine la fruta , estaba deliciosa , acomodé mis manos tras mi nuca y cerré los ojos .

Que tranquilo se podía estar en la naturaleza y sobre todo en la sombra sin que el sol nos queme la piel.

No entendía por que muchos le tenían miedo a la madriguera , debe ser por que no quieren saber muchas cosas , cosas que muevan su realidad , he estado en Wonderland hace demasiado tiempo y se como se siente no querer saber cosas.

Me quité el sombrero , dejando al descubierto mi largo y plateado cabello , suspiré feliz.

En todo esa calma de pronto a lo lejos escuché unos pasos tímidos , no volteé esperando a ver que pasaba , los pasos se detuvieron unos momentos y luego siguieron , sonreí de medio lado.

Cuando estuvieron muy cerca de mi , giré la mitad de mi cuerpo apoyando las manos en el suelo y mirando a quien fuera que se acercara.

-¡¡¡ Hola ¡¡¡ .. - dije con una gran sonrisa mientras los mechones de mi cabello se deslizaban por mi cara .

Ya había visto venir que iba a moverse bruscamente, pero no se esperaba tampoco aquella reacción, le había tomado completamente por sorpresa, sin embargo aunque por dentro hubiera saltado y corrido de un lado a otro buscando un escondite que no la salvaría de aquel hombre con sombrero. Físicamente sólo había detenido por unos momentos la respiración, escasos segundos que le bastaron para reaccionar a tiempo y reverenciarse con educación, tratando de ser tan amable como parecía ser aquel hombre de enorme sonrisa.

-Mi nombre es Emily, disculpe la molestia – no sabía si la había tomado como tal, ahora que lo pensaba el hombre lo más probable es que quisiera estar tranquilo y por eso había ido a ese solitario lugar, donde ella ya estaba interrumpiendo su tranquilidad. Se sintió por unos momentos una mala persona. Que egoísta sería de su parte si se quedara ahí para andar husmeando más en lo que no le correspondía. Pero aun así moría de curiosidad por saber si ese hombre, como había pensado momento antes sabía algo más sobre todo este mundo que era su hogar.

Estaba algo indecisa entre seguir o esperar a que él dijera algo para poder saber que era lo que ocurría, tal vez al final podía resultar ser amable y darle alguna esperanza de poder acercarse a preguntar, o para irse inmediatamente de ahí por donde vino, o tal vez por el otro lado, aunque si la largaba de ahí, ella no querría pasar al lado de aquel señor de sombrero para seguir su camino. Así que sólo le quedaría rodear, pero sería muy estúpido por que él la vería y la tacharía tan rápidamente de una chica asustadiza. Lo que era en verdad, pero no podía dejar que lo supiera, así que trató por unos momentos se parecer seria y valiente.