¿Azul espada? Desconozco ese tono... -Priv/Saito-

Estaba haciendo su ronda como de costumbre vigilando los alrededores, había sido informado en la mañana que los reyes no estarían en el castillo, saldrían por negocios, así que la seguridad era lo principal en esos momentos aun que su cargo fuera solo de soldado se lo tomaba bien enserio.

Caminando por los pasillos del castillo escucho a unos soldados hablar del rey de Diamantes, al principio no entendió de que se trataba pero cuando se acerco a preguntar estos le dijeron que el Rey estaba en el castillo y nada menos que en la entrada, observo molesto a sus compañeros - como pueden ser tan poco inteligentes - les grito enojado sabia que eran unos cabezas huecas pero para dejar a un Rey solo en medio de la lluvia era lo pero de todo, miro por la ventana la torrencial lluvia que caía y camino o mas bien corrió rumbo a la salida, para encontrar al Rey y ahí lo encontró dándole la espalda bajo el poco techo que lo cubría.

Muchas veces lo había cuando venia o cuando a acompañaba a la guardia de seguridad al reino vecino, siempre lo observo desde lejos admirando esa extraña aura de majestuosidad que siempre lo acompañaba,cada vez que lo veía sentía envidia debido a la altura y poca edad que tenia para hacerse cargo del trono de diamantes, esperaba que sus celos no se notara en estos momentos.

Se detuvo cuando vio al Rey girar la cabeza, se cuadro y los saludo como se corresponde - Su majestad, me entere que vino a ver a los reyes y como sabe ellos no se encuentran, pero ya deberían estar por llegar, quisiera pedirle que entrara al castillo y disculpara a mis compañeros por no hacerlo pasar - dijo un poco nervioso era la primera vez que se dirija a un Rey, aunque la mayor parte del tiempo estuviera en el castillo pocas veces tenia la suerte de ver a sus reyes y menos la oportunidad de hablarles.

Spoiler:

Escucho atentamente las palabras del Rey, sin dejar de mirarlo, no sabia como hablarle pensaba que debían ser los nervios, pero a la vez era complicado por que no recaía en el hacer eso mas bien en alguien con un cargo mas importante, pero esas personas no se encontraban en el castillo en ese momento.
Sonrió cuando el Rey cerro los ojos eso lo hacia ver aun mas joven y esa actitud tan pasiva y tranquila le sorprendían, volvió a concentrase en el Rey cuando lo escucho hablar nuevamente - ah -quiso hablar pero dejo que el otro terminara lo suyo, no se había dado cuenta hasta que lo llamo "soldado" que no le había dicho su nombre, sintiéndose un poco mal se presento ante el rubio - Saito, Saito hajime su majestad - dijo colocándose la mano sobre la cabeza a modo de saludo.

- claro, que puedo mostrarle el castillo - dijo mirando hacia la estructura de cemento, quería correr y cubriese de la lluvia no era que le disgustara le agradaba mucho cuando llovía pero prefería estar bajo techo y no sentir como la ropa mojada se le pegaba a la piel y le pesaba mas de lo normal, tampoco le gustaban mucho los truenos prefería protegerse bajo techo a que uno de esos le diera directo en la cabeza, por eso su prisa en cubrirse y entrar al castillo.

Desvió la mirada hacia el cielo cuando este se ilumino, trago saliva nervioso y sorprendido por lo que vio por reflejo se cubrió los oídos , sabia que vendría después, no iba a salir corriendo con el Rey estando frente a el por lo que dio un pequeño salto cuando retumbo el cielo y los grandes ventanales del castillo vibraron. Se acerco muy rápido al rey y le tomo la mano tirándolo para que se pusieran bajo techo, cuando ya estuvieron cubiertos le soltó la mano - disculpe .... es peligroso estar a descubierto nunca se sabe donde pueden caer - dijo aun con las manos temblorosas como odiaba esos ruidos fuertes y mas los que causaba la madre naturaleza.
- ah.. ahora podemos entrara y así le muestro el castillo o prefiere comer algo? - pregunto aun sobresaltado por el trueno, se sobo los brazos tratando de calmarse todavía sentía los bellos de los brazos erizados, - que molesta sensación - dijo en vozbaja.

Mantenia sus manos aun en sus brazos tratando de quitar la sensación que le producían los truenos - a si claro podemos tomar un té - dijo mirando hacia ambos lados del pasillo, porque en ese momento dudaba en donde quedaba la cocina si pasaba seguido por ahí - ah vamos por acá - indico con la mano hacia la derecha, se dio media vuelta y comenzó a caminar mirando de vez en cuando hacia atrás para ver si el Rey le seguían aún, cada vez que lo miraba sonreía y seguía caminando, todavía estaba un poco nervioso por la tormenta, pero agradecía poder estar bajo techo en esos momentos.
Se detuvo frente a una puerta la cual dejaba paso a una sala pequeña de no más de 5 x 5 metros era una sala muy bien arreglada con sofás cómodos y grandes cortinas que tapan los ventanales, está conectada a la cocina y al salón comedor que se usa a diario – puede quedarse y tomar asiento donde guste iré a la cocina a pedir su té – dijo haciendo una pequeña reverencia se giro y entro a la cocina.

Dentro estaban los sirvientes hombres y mujeres que se encargaban de las cosas del castillo, se acero a una de las jóvenes que se encontraban en el fogón – disculpa necesito una taza de té para el rey de Diamantes que se encuentra en la sala de espera – dijo sonriéndole a la chica, sabía que era posible que no le dieran nada porque la mayoría de los soldados no se comportaban de una manera educada con las chicas, pero también estaba consciente de que era bastante apuesto y educado como para que no le tomaran en cuenta.

- Amh bien, yo te lo preparo… - dijo dudosa la chica, se giró para dirigirse a la alacena y buscar el té – estas seguro que el Rey no quiere algo para comer como algunas galletas o frutas? – pregunto sacando una bandeja donde fue dejando todo en pocillos separados.
- En realidad solo digo que quería un té pero no estaría de mas llevarle lo que tu dijiste – dijo tratando de no reírse. – bien aquí esta, te acompaño Saito - dijo la chica abriendo la puerta para entrar a la sala de espera.
- Su majestad aquí esta su Té, le trajimos algunas galletas y trozos de frutas por si quiere comer algo mientras espera a los reyes. – dije acercándome a donde él se encontraba.

Un leve sonrojo apareció en sus mejillas cuando escucho las palabras del rey de diamantes, asintió con la cabeza y tomo asiento frente al rubio, vio como la criada se retiraba y volvio la vista al suelo, no sabia que decir ni que hacer, al ser un simple soldado rara vez se le permitía entablar conversación con algún superior, en cierto modo también le molestaba su actitud tan sumisa ya que no podía dejar de repetirse mental mente que el era el mayor y no el rey, solo por simple respeto no hacia alarde de su edad, frente al rubio.

Desvió la mirada hacia uno de los grandes ventanales que adornaban la sala, desde ahí se podía ver claramente como la lluvia continuaba sin intenciones de parar.
- al parecer no va a dejar de llover en un buen rato - dijo sin darse cuenta de que hablo en voz alta,un poco avergonzado siguio hablando - si sigue lloviendo así puede ser que no logre ver a los reyes, esto ya parece tormenta eléctrica...- dijo lo ultimo en un tono casi de desesperación, la lluvia le gustaba mucho pero los truenos y los relámpagos lo asustaban al punto de quedar paralizado sin saber que hacer, su padre siempre le dijo que mantuviera cuidado con esas cosas la naturaleza es demasiado fuerte como para evitar combatirla.

- le gustan bastante las tormentas no? a ya afuera parecía disfrutar de los truenos, no a muchas personas les gustan y yo soy una de ellas - dijo sonriendole, con un leve rubor en las mejillas, parecía una niña enamorada y estaba claro que si fuese mujer ya estaría a sus pies pero como no lo era debía aparentar ser un hombre y no dejar salir esa faceta suya que solo conocían algunos.