Pequeño encuentro (Priv.Bleith)

La mañana habia seguido más rapido de lo que pensaba a la tarde, haciendo que el peliblanco tuviese que abandonar su casa con un pequeño intento de terminar algunas tareas que sus difuntos padres habian dejado aun por hacer.

Con una pequeña lista en la casa, Ichiru comenzo a adentrarse en dirección a uno de los reinos "cercanos" al de las Espadas, teniendo que valerse continuamente por las indicaciones que habia recibido años atras.
Entre otras cosas, sus fallecidos padres adoptivos debian de tener algun tipo de caso pendiente con los reyes del reino de diamantes pero... ¿Que podria ser?
La familia Ion siempre habia sido una familia de clase media, que disfrutaba de la vida como cualquier otra y teniendo en cuenta que los reinos estaban enfrentados entre ellos... Resultaba complicado imaginarse cosas que significasen relacionarse con ellos.

Tras algunas horas caminando, finalmente llego a la que seria la capital: Talis.
Era la primera vez que lo visitaba, asique no tenia muy claro que debia de hacer a continuación o como debia de actuar frente a la nobleza...

- Ahora que lo pienso... ¿Seran personas agradables? - Un pequeño murmuro salio de su boca, acercandose a paso lento a una pequeña plaza (o algo que simulaba serlo) y se revolvio con cierta pereza el cabello.- Solo espero que no se me lancen encima para intentar deborarme... Que solo soy una persona común...

Ahora que se detenia a pensarlo, sentia algun tipo de emocion melancolica con aquel lugar. O por lo menos con lo que a la palabra "diamantes" se referia... ¿Habia alguna posibilidad de que, antes de perder la memoria, hubiese tenido algun tipo de contacto con aquella ciudad?

“Y el asombroso Diamond lo hizo nuevamente” dijo asomándose entre un par de arbustos de la plaza “Un truco de escapismo totalmente brillante…” se dijo a si mismo vigilando con cautela los al rededores, ciertamente había logrado huir de sus fastidiosos guardaespaldas. Salió de su brillante escondite con el cabello lleno de pequeñas ramas y hojas –algo indigno de un príncipe- por lo que en un veloz movimiento volvió todo a su lugar, simple magia de dedos.

Sin darse cuenta estaba algo lejos del castillo, en Tails; la hermosa capital del reino de diamantes, deambular por ahí solo no era peligroso –nada en el reino lo era- por lo que con total calma comenzó a dar vueltas en los locales comerciales, tiendas de golosinas y cuando se vio algo cansado… en una tranquila y pequeña plaza cercana, aunque jamás podría haber imaginado lo que encontraría en aquel lugar.

Avanzó tranquilamente con total elegancia y gallardía digna de su título, aunque al ver el lugar casi desierto no pudo evitar llevarse las manos perezosamente tras la nuca “Si nadie puede verme, no hay nada que decir sobre mi actitud” murmuró como si estuviese cometiendo el crimen perfecto, adiós a la etiqueta. Junto a una fuente de ángeles pudo divisar algunos banquillos, se veían perfectos para tomar una siesta ¿Quién se lo impediría?, al acercarse el desconcierto se manifestó en su rostro, junto a una de las bancas del parque se encontraba un joven de cabellos plateados y perdidos ojos violetas, Bleith jamás podría olvidar aquella mirada, debía tratarse de aquel chico débil, inocente y molestable, un poco más joven que él y de una familia de situación inferior, pero más noble que ninguno en este mundo.

“I-Ichiru?” preguntó atónito acercándose de forma algo brusca producto de su impresión “Eres Ichiru …verdad?” volvió a preguntarle con cierta nostalgia y total seguridad, jamás podría confundirlo ni olvidar el día que le conoció en aquella inocente fuga al reino de espadas. Su nostálgica mirada de pronto cambió y frunció el entrecejo “Espera.. si eres Ichiru…” dijo sin que el otro le respondiese aun “Cómo demonios creciste tanto si eras un enano!?” reclamó mirándole de pies a cabeza “Cinco centímetros… que indignante! Y pensar que eres un año menor… aún así me alegro de verte. ” finalizó su queja inflando de forma infantil sus mejillas, como solía hacerlo cuando se reunían en el bosque, a pesar de las oberbia y ridícula actitud del peliverde.. de verdad le alegraba verle.

Estaba ligeramente perdido entre sus pensamientos pero aun asi pudo escuchar perfectamente como alguien pronunciaba su nombre.
Al principio penso que aquello habia sido fruto de su imaginación pero de repente, frente a el aparecio un joven de cabello azul verdoso.
Ladeo la cabeza hacia un lado y finalmente hacia el otro antes de contestar a la simple pregunta que este le habia echo.

- Ichiru Ion exactamente - Mantuvo la mirada fija durante algunos segundos en los ojos ajenos, buscando una respuesta por su propia mano pero aun asi no obtuvo ninguna... Solo le quedaba preguntar.- No es por sonar maleducado pero... ¿Nos conocemos?

El aspecto del otro le sonaba familiar, bastante a ser exacto, pero aun asi no conseguia borrar la neblina de sus recuerdos y descubrir siquiera su nombre... Aquello le resultaba bastante molesto, ¿Y si realmente le habia conocido antes de todo aquello? ¿Como se tomaria su perdida de memoria?

- Lamento ser tan... Grosero - Dijo de repente, rompiendo el pequeño silencio que habia creado al volverse al centrar en sus pensamientos.- El caso es que hace algunos años perdi la memoria y yo... No recuerdo nada de mi infancia. Asique... ¿Podrias aclararme la situación? Quiero decir, tu nombre para empezar.
No podia evitar sentir como el pecho le comenzaba a doler al escucharle hablar, sintiendo aun más miedo de saber la reacción de este al saber su "secreto"... Sonaba tan... Feliz, como si hubiese estado esperando durante mucho tiempo volver a encontrarse con el y ahora iba a fallarle en cierto modo.

Se sintió totalmente ignorado al oír la pregunta del albino, ¿Acaso era una broma? no, Ichiru no hacía esa clase de jugarretas, pero no le había visto en años, quizá ahora era diferente… quizá.

“Vamos no te hagas el tonto, ya olvidaste todos los problemas en los que te met--- digo… nos metimos?” preguntó dejando salir una péqueña carcajada; la cual fue silenciada por las siguientes palabras del joven. ¿Perdido la memoria? Entonces ¿De verdad no sabía quién era?, había olvidado completamente que le conocía como persona, como mago y no como el príncipe, que le conocía tal y como era… como Bleith, no podía ser cierto.

”De verdad no me conoces?” preguntó en un suspiro con bastante decepción ”Y yo que esperaba que te alegraras al verme y me dejases golpearte por crecer cinco centímetros más que yo…” se quejó nuevamente por la altura ”Han pasado tantos años...¿Ya tienes dieciocho años, no?” le preguntó dejando un poco de lado el tema de la amnesia ”Pasaré por alto el hecho de que me has olvidado y comenzaré de nuevo…” hizo una pausa y retrocedió unos pasos.

“Mi nombre es Bleith, el mejor mago que wonderland ha concebido y tu eres mi leal sirviente!” le apunta con total seguridad y finalizó sus ademanes con una pose “En verdad ´solo soy Bleith, el mejor mago que wonderland ha concebido y somos amigos” le dijo acercándose nuevamente "Y aún espero que te vuelvas mi mano derecha y uses correctamente una espada le hablaba con total naturalidad y; no podía evitar hacerlo, ya que, aunque el menor no le recordara Bleith aun poseía los recuerdos de todo lo vivido cuando eran sólo unos niños y no dejaría que se perdiesen.

Al principio una mueca triste se dibujo en su rostro, agachando ligeramente la cabeza en señal de sumisión al continuar escuchando aquellas palabras, sintiendose como si realmente hubiese echo algo horrible. Pero no tardo en alzar la cabeza cuando el peliverde dijo que empezaria de nuevo, obligandole a esvozar una sonrisa de oreja a oreja.

- Te prometo que me esforzare en recordarte, Bleith, aunque eso suponga acabar con dolores de cabeza todos y cada uno de los días de la semana - Lo admitia, no queria fallarle al ver que estaba tan ilusionado con aquel "reencuentro". Queria sentir el tambien aquella felicidad y esa ilusión de ver una cara conocida que realmente tenias ganas de ver durante mucho tiempo y que finalmente sin esperartelo te la encontrabas.

Al principio enarco una ceja con la primera parte de la presentación pero tambien le hizo algo de gracia. Aquel chico tenia un aspecto muy peculiar pero... No le resultaba amenazante en absoluto.

- Aunque perdiese la memoria, se que hay un lazo entre nosotros dos - Diciendo aquello, dirigio una mano hacia su pecho. Se sentia calido y a la vez sentia una alegria que era incapaz de describir.- Por eso mismo, te ayudare en todo lo que me sea posible... Si tengo que ser tu mano derecha, ¡Lo sere! Pero, con la condición de que tu llegues a ser el mayor mago de este mundo. - Era una promesa un poco infantil pero aun asi el siempre cumpliria con lo que prometiese. Estaria siempre ahi para apoyar al peliverde, fuese lo que fuese que ocurriese.

- Si, por fin tengo 18 años aunque creo que me quede solo en este mundo demasiado rapido, ¡Hace apenas unas semanas mis padres fallecieron! Y yo sin recobrar la memoria aun... Soy patetico, ¿No crees? - Hizo una pequeña pausa para aprovechar la situacion para rodar la vista, escapando asi de la mirada del otro.- Quiero decir, ya ni se cuanto tiempo paso desde que perdi la memoria y aun no tengo nada claro. Pero, ¡dejemos de hablar de mi! Enseñame algo de tu magia, me muero de ganas de verlo.

No pudo evitar reír levemente ante las palabras del albino, simplemente… no había cambiado nada, pero así le gustaba, tal como era.

“No has cambiado nada Ichiru…” dijo sonriéndole con calidez, ciertamente aquellas palabras calaron en su pecho de la misma forma que lo habían hecho hace ocho años atrás, cuando comenzaron a ser amigos, el pasar del tiempo no logró enfriarlas ni un poco. La honesta promesa y la hermosa confianza que le seguía demostrando el menor le hacía estar cada vez más feliz con el curioso e inesperado reencuentro.

“N-no digas eso!” reclamó ante lo siguiente pronunciado por el de ojos violetas “Además no estás solo, me tienes a mí!” dijo apuntándose con ambas manos y sintiéndose mal por dentro, no estuvo ahí para Ichiru cuando necesitó un amigo, por más que le había prometido estarlo. De forma inconsciente se llevó una mano hasta el bolsillo y apretó el cascabel que guardaba en él.

Al oír lo siguiente se sorprendió, ¿Quería ver sus trucos de magia?, qué debía hacer ¿ antes era un hechicero talentosos en todo tipo de magia, pero luego.. se centró en la magia negra y no podía enseñarle sus hechizos peligrosos a Ichiru, qué pensaría? Y la magia que utilizaba para distraer a los demás de sus verdaderas habilidades era ridícula y jamás le resultaba como quería, estaba en una situación complicada.

“V-ver mi magia?” le preguntó riendo algo nervioso “La verdad aún no puedo hacer grandes cosas, aunque… ya sé!” exclamó retrocediendo un poco ¡Cómo no lo había pensado? Los pañuelos de colores eran uno de los trucos menos peligrosos que poseía, perfecto.

Se acomodó junto a la fuente y con un chasquido de dedos hizo aparecer un sombrero de copa el cual cayó en el suelo, luego con otro chasquido obtuvo una flauta traversa y comenzó a hacer música con ella. Lo que parecía un simple concierto de pronto comenzó a volverse diferente; del sombrero comenzaron a salir pañuelos de colores que se arrastraban como si fuesen serpiente y se unían en cadena, rodeando al albino por completo. Bleith estaba tan concentrado en su melodía que olvidó por completo que al llegar a la tercera estrofa los pañuelos atraparían a quien estuviese cerca, en este caso Ichiru por lo que se detuvo de golpe.

“P-pensándolo mejor es un truco muy básico” dijo riendo y tratando de dejar algo de lado el asunto “Aún no soy un mago experto y sólo puedo hacer cosas de bufones con ayuda de mis hechizos y magia de manos” le comentó, suspirando aliviado pro haberse detenido a tiempo.

Se tuvo que contener las ganas de abrazar al peliverde cuando este dijo que no habia cambiado en absoluto, que seguia siendo el mismo Ichiru que el habia conocido. Le alegraba aquello y aunque no quisiese le entraron unas ganas tremendas de abrazarle y transmitirle lo que ahora mismo sentia.

- Ya se que ahora te tengo a ti, por eso tengo cada vez más ganas de recobrar la memoria. Seguro que cuando eramos niños debimos de pasar muchos momentos felices juntos - La sonrisa de su rostro no se borraba en ningun momento. Estaba feliz de haberse encontrado con aquel amigo suyo y por eso queria saber mucho más de aquello que estuviese relacionado con el.
Le llevo la mano derecha al cabello del peliverde y le acaricio la cabeza como si se hubiese dado cuenta de que este se sentia mal por no haber estado ahi a su lado.
- No debes de preocuparte Bleith. Si algo e aprendido despues de perder la memoria es, que ante todo, me tiene que importar lo que suceda ahora... Y ahora estas aqui, con migo ¿No? No sabias lo que me habia pasado asique no guardo ningun tipo de rencor... Los amigos estan para que ese tipo de detalles resulten insisgnificantes!

Al principio le parecio extraño que Bleith sintiese tanto... ¿Miedo tal vez? de mostrar sus trucos de magia, pero aun asi no le importo.

Se mantuvo quiero mirando con curiosidad y detenimiento el truco que este hacia de los pañuelos, aplaudiendo rapidamente cuando finalizo este.

- No importa que ahora no seas bueno, estoy seguro de que algun día seras el mejor de todos. No habra hechizero que se te iguale. Y por lo de magia de bufón... Yo creo que por algo se debe de empezar no? Si es tu sueño, lucha por el.

Ahora que lo pensaba, ¿Que habria echo el peliverde durante todo aquel tiempo? Con algo de pereza se acerco a una de las bancas y se sento sobre ella, procurando no elegir un sitio demasiado lejano para continuar con la conversación.

- ¿Y a que te has estado dedicando todo este tiempo? No creo que solamente le allas prestado interes a la magia, ¿No? - Ladeo la cabeza, mostrando una sonrisa ligeramente infantil. Sentia mucha curiosidad hacia la persona que ahora estaba ahi, junto a el.- Me gustaria saber tantas cosas sobre ti... ¡Estoy seguro que de esta forma podria recordar todo antes! Y ademas, asi seria como si no hubiese pasado tanto tiempo sin vernos, ¿No crees?

No pudo evitar sonreír ante las palabras de Ichiru, cuando eran niños… como deseaba que el menor recordase aquella época, aunque por un lado tenía una ventaja a su favor, ya que el otro no sabía la cantidad de veces que estuvieron el peligro por culpa de Bleith y ¡Vaya que fueron muchas!.

Fue sacado de sus pensamientos ante la caricia de su amigo y de cierta forma se sentía avergonzado, siempre le dijo a Ichiru que no crecería, que había nacido para ser pequeño y se reía mucho de su altura, eso y le aprisionaba al ser más grande sólo para ponerlo nervioso, qué incómodo era el cambio de papeles y todo por cinco centímetros, pero dentro de toda la incomodidad de aquellos roles invertidos, era agradable, dulce y sin duda nostálgico, el albino siempre acarició sus cabellos para calmarlo y aunque no lo recordaba aun lo hacía.

“Ichiru…”murmuró ante sus palabras, había aceptado tan rápido su amistad, igual que el día que le conoció, no sabía nada de Bleith, pero el menor al igual que antes le estaba aceptando, por eso eran amigos, porque el peliverde se sentía atraído por aquella frágil e incondicional bondad, porque simplemente así era su amigo. ”Ahora estaré siempre que lo necesites y te ayudaré a recordar muchas cosas, te llevaré por todos los lugares que recorrimos juntos y hasta te meteré en los mismos problemas! Quiero decir…” se silencio al hablar de más para luego reír ”Digamos que si es posible no me importaría revivir todo lo que hicimos de pequeños” concluyó.

Luego de realizar su acto notó los aplausos de Ichiru y por un momento tuvo un flashback, recordó la primera vez que le enseñó su magia, todo fue un desastre, pero aún así su amigo, aplaudió y sonrió fascinado, cada vez se sentía más un niño. Notó que su acompañante se sentó en una banca junto frente a él y se acercó un poco más con total y habitual pereza.

“A qué me he dedicado?” repitió la pregunta parpadeando un par de veces, qué debía responder?, “Me he dedicado a aprender magia negra y planear una revolución para que todos dejen de menospreciar al humilde reino de diamantes como unos débiles, además de demostrar que pese a lo que todos pensaron de mi logré ser un mago”, pésima idea.

“Pues… en su mayoría me he dedicado a la magia a espaldas de mi madre, ella quiere que sea un señorito y que asista a bailes, busque una prometida y sea un hombre de bien con modales digno de un príncipe” bufó dejándose caer en la banca junto al albino ”Pero no es lo que yo quiero hacer…” murmuró oyendo las siguientes palabras de su amigo de la infancia ”Así que quieres saber más de mí, qué podría contarte… ¡Ah! quizá que soy un prófugo y en este momento están buscándome” finalizó, esperando asustar un poco al inocente Ichiru, en parte era cierto; sus guardaespaldas debían estar buscándole por todo el reino de forma incansable, pero la palabra prófugo daba a entender que había cometido un crimen o algo.

"De hecho fue en una de mis fugas que nos conocimos" hizo una pausa y le miró con una sonrisa "Quieres oír la historia?" finalizó.

Nunca hubiese sido capaz de describir aquel sentimiento que inundo su pecho al escuchar aquellas palabras del peliverde... Se hubiese contentado igualmente escuchando cualquier otra respuesta pero, saber que este iba a quedarse a su lado y no le iba a fallar de ahora en adelante era algo que llevaba añorando durante todo aquel tiempo.
Una sonrisa melancolica se dibujo en su rostro, no pudiendo despegar la vista de su acompañante. Le daba igual meterse en problemas siempre y cuando pudiese disfrutar de momentos como los que estaba viviendo en ese preciso instante.

- Eres un gran amigo - Dijo rompiendo el silencio que habia causado para escuchar a Bleith.- Se que sonara un poco extraño decir esto tan de repente pero... Estoy dispuesto a pasar todos esos problemas si con ello puedo quedarme a tu lado.
Por unos segundos llego a pensar que aquello no sonaba exactamente como si fuesen amigos, sino que podia llegar a sonar como una... ¿Declaración? Bueno, el lo veia de aquella manera pues le estaba diciendo ese tipo de cosas a un chico que, a vista de otros, acababa de "conocer" a pesar de sentir un gran apego hacia el desde el principio.
Una pequeña carcajada salio de su boca al pensar en eso, tapandose ligeramente el rostro.
- Estoy sonando como si fuese tu novia o algo por el estilo, ¿No crees? Pero aun asi tengo ganas de hacer todas esas cosas, de revivir los momentos pasados... Asi no importa que no llegue a recordarlos por completo, los habría vivido igualmente.

Se destapo la cara y volvio a mirar fijamente a su amigo, escuchando con todo detalle como si de no ser asi fuese a perderse algun detalle importante que más tarde se arrepentiria de no saber.

- Asique practicas la magia a espaldas de tu madre... Eso es injusto, yo creo que eres una persona libre de hacer lo que quieras y, si no te gusta tener que actuar como un principe... ¡Pues simplemente no lo hagas! Deberias de hacer las cosas que te gusten, no las que te manden... - De repente una idea descabellada cruzo por su cabeza por la simple idea de que Bleith fuese un profugo, ¿Acaso se lo estaba creyendo? Sacudio la cabeza rapidamente, ciertamente le daba igual si lo era o no aunque debia de admitir que le costaba imaginarse a aquel chico de aquella manera.
- Si estas huyendo entonces... Entonces vente a mi casa. Estoy seguro de que no te buscarian alla "y asi tambien dejare de sentirme como un fantasma en esa casa" - Aquellas ultimas palabras que cruzaron su mente le dejaron sorprendido.
Tenia un ligero debate interior entre si ser o no egoista, hacer que el peliverde centrase toda su atención en el y que dejase toda aquella vida en el reino de diamantes de lado. Queria que se fuese con el aunque eso significase convertirse el mismo en un profugo de verdad.- No, olvidalo. Son desvarios mios ademas, estoy seguro de que la vida que tienes aqui es mucho mejor de la que podrias llevar alli.

Una sonrisa burlona se dibujo en su rostro pero no por Bleith, sino por si mismo. Era como si se estuviese burlando de su propia persona por sonar de aquella manera. Desesperado quizas.
Pero era mejor dejar aquello de lado, no era una gran cosa su vida asique tampoco podia ofrecerle grandes lujos a su amigo.
Alzo levemente la cabeza para dirigir la vista hacia arriba, con aire ausente. Durante unos segundos cerro los ojos y dejo que el viento moviese su pelo.
No podia negar que todo aquello le dolia, que le hacia sentirse aun más solo de lo que ya estaba pues se daba cuenta de que habia fallado a mucha gente... Gente que seguramente le estaria esperando, gente que confiaba en el.
Al volver a escuchar a Bleith se apresuro a recobrar la compostura, abriendo los ojos y esvozando la sonrisa de siempre con el unico proposito de no preocupar a su amigo.

- ¿Enserio nos conocimos gracias a una de tus escapadas? Cuentame esa historia, quiero saber más sobre ello... Cualquier cosa que tenga que ver con tigo me encantara saberla.

“Eh?”dejó salir de pronto ante las palabras del albino “Dispuesto a pasar todos esos problemas si con ello puedo quedarme a tu lado” repitió en su mente y sintiéndose feliz por ello, al punto de denotar algo de carmín en sus mejillas, algo ligero, pero notorio en su pálida tez.

No pudo evitar reír levemente ante las siguientes palabras de su amigo de la infancia, ¿Novia? En algún momento de su niñez Bleith le dijo algo parecido, nuevamente los papeles se habían invertido de una forma curiosa “Así que mi novia, curiosamente cuando te lo mencioné en el pasado te pusiste rojo y me reclamaste alrededor de una hora justificando que éramos chicos” le comentó divertido, recordando aquel tierno y pequeño Ichiru al borde del colapso nervioso.

”Libre…” repitió, como único heredero al trono Bleith no conocía la libertad más que cuando se fugaba para hacer travesuras o vivir un poco la vida fuera de las cuatro paredes del castillo, la vigilancia de los guardaespaldas y aquellos falsos amigos que eran los codiciosos nobles comunes. De pronto aquel impulsivo comentario de Ichiru lo descolocó ¿Vivir juntos en el reino de espadas? La idea le agradaba, pero era una utopía imposible, el peliverde era el príncipe del Reino de diamantes y no podía elegir como vivir aunque quisiese. ”Gracias… ojalá aquello fuese posible” le contestó en un suspiro sabía que si hacía algo así Ichiru sería ejecutado por la guardia, había oído que ahora tenían un general más que tirano y no podía arriesgarlo a eso.

”Aunque en una cosa te equivocas… yo viviría mejor en cualquier lugar, sé que no eres rico y que tu vida es difícil, peor créeme que el estilo de vida de las personas comunes es mejor que el de aquellos que están rodeados de lujos…” murmuró llevándose una mano al cabello y despeinándoselo levemente ”No sabría explicarte muy bien, pero… tu eres alguien libre por vivir como vives, escoges lo que podrías ser y no deciden los demás por ti acorde a tu estatus continuó y luego le miró con ternura ”Te envidio…” finalizó, observando como el otro parecía algo ausente en el viento y el cielo.

De pronto su acompañante volvió a la realidad y se mostró interesado en aquella olvidada historia, Bleith no se la negaría por lo que prosiguió a narrarla.

“SI?” preguntó divertido mirándole con gracia “Todo comenzó en una mañana de primavera.. aquel día había tomado la decisión de dejar mi hogar y mi puesto en la familia, no quería ser el heredero, quería ser un mago y vivir de la magia para lograr mis sueños, pero mis tutores no estaban de acuerdo, mucho menos mi madre. Así que escapé al lugar más lejano que se me ocurrió… el reino de las espadas”hizo una pausa con una nostálgica sonrisa ”Al llegar no sentí hambre por el largo viaje en uno de los corceles de mi madre y no se me ocurrió nada mejor que robar comida en la casa más cercana” dijo con total honestidad ya que ne aquel momento no llevaba dinero consigo ”Dí con la casa de un chico de cabellos platinados y ojos violeta, era delgado, enano y miedoso… dijo de forma despectiva para luego reír ”Pero muy bondadoso…” intervino guardando silencio un instante.

"Debería continuar la historia?" preguntó llevándose el dedo índice hasta los labios y creando suspenso para hacer crecer la curiosidad en Ichiru, realmente le gustaba molestarle. En eso recordó que había olvidado mencionar que se había fugado porque no quería ser príncipe de su reino, aunque bueno eran detalles mínimos, pero Ichiru no recordaba nada, quizá la historia no le calzaría del todo, ¿debería explicarlo?, tal vez luego.

Sus ojos se abrieron en señal de sorpresa y su rostro lentamente se fue tiñiendo de un ligero sonrojo, apresurandose a voltear el rostro.
¿En serio cuando habia sido un niño el peliverde le habia dicho aquello? Ademas... ¿Porque se habia sonrojado tan de repente?

- Qu-que detalle más curioso... - No conseguia comprender exactamente que era lo que le estaba pasando, sentia unas tremendas ganas de meter la cabeza bajo la tierra por el simple echo de haber dicho algo como aquello.- No seria la primera vez que veo una pareja formada por hombres... Los tiempos han cambiado mucho.

Se esperaba saber que el otro no iba a poder irse con el, al reino de espadas, pero aun asi no pudo evitar sentirse ligeramente decepciónado... Si el peliverde estaba tan seguro de que iba a ser más feliz en una vida sin lujos, ¿Porque no renunciaba a ellos? No le importaba correr peligros, solamente queria estar junto a su amigo. Aunque tuviese que pagar un alto precio por ello, solo queria eso.

- Pues en ese caso... Si algun dia quieres escaparte aunque sea un rato, no dudes en venir. Yo te recibire encantado en casa y te mostrare una vida sin lujos, una vida común. - Volvio a llevar la mano al cabello de Bleith y se lo comenzo a acariciar de forma lenta, como si estuviese intentando consolar a un niño pequeño que acababa de sufrir una pataleta.- No tienes nada que envidiar. Lo cierto es que el unico que siente envidia de verdad soy yo, tu lo tienes todo...
Y aun para colmo sonaba como si tuviesen unas vidas tan opuestas. Bleith tenia toda la pinta de ser alguien importante en aquel reino, mientras que el no llegaba a nada en el suyo.- Ojala hubiese una forma de que pudiesemos estar más tiempo juntos... ¿No seria fantastico? Aunque creo que siendo chico eso no es algo demasiado probable.- Solto un pequeño suspiro, ¿Porque no hacerle una pregunta indiscreta a Bleith?.- Tengo una pregunta... Uhm... ¿Que ocurriria si yo ahora... dijese que estoy enamorado de ti? No es que realmente lo este! L-lo pregunto porque... Bueno, creo que... resultaria curioso que tu... formases pareja con un chico...
Ah... Que cosas se le ocurrian a el tambien, seguro que ahora iba a meterse en problemas por decir aquello ademas, tambien era consciente de que a Bleith le debian de gustar las chicas, despues de todo el mismo habia dicho que su madre le intentaba educar de aquella manera.
Aprovecho la oportunidad para olvidar aquel asunto aunque fuese unos segundos, escuchando la historia que el peliverde le contaba.
Cuando termino aquella parte inflo los mofletes en una actitud infantil, no queria quedarse con la intriga.
- ¡Claro que debes de continuarla! No me puedes dejar a medias, malo!

De pronto sintió como las palabras de su acompañante golpeaban de sorpresa sus sentidos “¿Enamorado?” cuestionó en su mente, ¿Estaba hablando enserio? No sabía si explotar de emoción o llorar de rabia, ¿Por qué ahora?, por qué después de antos años y aún peor… ¿Por qué ahora que eran desconocidos?.

Si Ichiru hubiese dicho eso hace unos años, todos los deseos del peliverde estarían cumplidos, pero ahora… ¿Qué sentido tenía? Acaso el otro no le amaba cuando sabía todo de él?, tuvo que esperar a no recordar nada para amarle?, no, Ichiru no era así…

Se movió instintivamente sobre el albino, acomodando su rodilla entre las piernas contrarias y aprisionándole contra la banca, invadiendo de forma abusiva el espacio personal del ojivioleta. “Si ahora dijeses que me amas, estaría feliz, pero levemente ofendido” contestó sujetándole por la barbilla.

“Estuve esperando mucho tiempo esas palabras, pero a estas alturas carecen de significado…” hizo una pausa acortando cada vez más la distancia entre sus rostros “Porque si vas a amarme… quiero que te enamores de la persona que soy, no de la impresión que tienes de mí…” finalizó, permitiendo que un incomodo silencio invadiese al escena, acompañado de una fría brisa para luego sonreír y alejar la seriedad del ambiente.

“Por otra parte no me vendrían mal esos sentimientos de tu parte” murmuró de forma infantil inflando levemente las mejillas y dando un salto hacia atrás, abandonando aquella invasividad y retomando su actitud bromista de siempre. “Y sobre lo de formar pareja con un chico.. no es como si el género me importase mucho en realidad” contestó con una sonrisa y despeinando sus verdes cabellos “Aunque en mi casa son algo complicados, pero yo nunca acato las reglas de todas formas” Bleith era alguien despreocupado y cada vez que hablaba o se movía lo daba a entender.

“Por cierto Ichiru, te parece si en vez de continuar hablando del día en que nos conocimos te platico de algo más interesante?” preguntó y sin darle tiempo de responder hizo otra interrogatoria “Algo así como… tu primer beso?” hizo una pausa mirando a su contrario con una maliciosa sonrisa “Quieres saber como fue? Porque yo estuve ahí” volvió a acercarse de forma invasiva, pero esta vez de forma traviesa buscando despertar la curiosidad en el ahora más alto.

[Sorry por la demora, pero ya he vuelto]