{ P } Pequeña y dulce mascota

Había preparado todos los detalles, deseaba conocer a ese joven, deseaba conocer a la mascota de los reyes de antaño, aquellos que tuvieron al reino rojo en lo alto, él debía conocer sus secretos, él podría decirme algo útil, estaba segura de eso, claramente costaría que hablara, primero debía ganarme su confianza, como semi humano no estaba segura hasta donde llegaba sus poderes, o si los tenia, y como un semi perro no sabia si podría sentir magia, usaría mis poderes al final, como ultima carta, y como una casi profesional en poker tenia muchas cartas guardadas bajo la manga.

Lo prepare por varios días, actué con total cautela pues no deseaba que esto se supiera, le confié la tarea a unos pocos soldados, ya que quería asegurarme de que el can llegara a la cita, quedar plantada no era una opción para alguien de mi talante. Y por la razón o la fuerza aquella humillante opción no sucedería.

Llegue a una casona, no había estado habitada por un buen tiempo, sin embargo la mande a limpiar, bajo el pretexto que seria donada para caridad, cosa que no era mentira, después de esta reunión la casa seria donada para crear una biblioteca y guardería infantil, debía realizar este tipo de cosas, la imagen publica era importante, sobre todo en tiempos difíciles.

Mande a una mucama a que preparara dos habitaciones, una con luz tenue, muy simple, una mesa y unas sillas, y que estuviera aromatizada con sándalo, lavanda y un toque de rosa, fragancia que serviría para relajar al invitado, y una vez que estuviera relajado vería si íbamos a la otra habitación, dependería de cuanto cooperara, la segunda alcoba estaba mejor iluminada, tenia bocadillos, te y un piano, mi instrumentos preferido y final.

Finalmente el albino, llego, sonreí complaciente, los soldados habían sido un poco duros y eso me facilitaría las cosas, si me mostraba preocupada y suave. -Por dios, les pedí que lo escoltaran, no que lo trataran así- Dije en tono de reprimenda a los soldados, quienes estuvieron confusos unos instantes pero optaron por retirarse rápidamente, el joven estaba sentado en la silla frente a mi, lo mire y sonreí con sutileza.

-Soy Jane, la nueva reina roja.- Dije sin preámbulo, con una voz firme pero amable -Tu eres Nero, no?- Dije un poco más amable, dándole pie a que se presentara completamente, lo primero era entrar en confianza.

Me coloque de pie y tome la vela que estaba en la mesa, camine hacia unas paredes y prendí unas velas que estaban colocadas al rededor, de colores claros sobre altos pedestales, daba una luz cálida y dejaba ver mejor la habitación, estaba bastante vacía, salvo unos estantes con algunos libros. Luego de un silencio no muy cómodo retome la palabra. -Quiero pedirte disculpas por el exilio, mi prima Sarah tenía un carácter especial, podrías decirme que paso, por que te exiliaron?- Pregunte suavemente tanteando el terreno, esa pregunta era simple, ya que era algo de conocimiento popular, de hecho si quisiera conocer la versión de la antigua reina bastaría con pedir los papeles oficiales, pero pedirle su versión le haría sentir que me interesaba, y que creía en el lo suficiente como para escucharlo, debía en poco tiempo ganarme la confianza suficiente para que me revelara la información que deseaba.

Apoye las manos suavemente sobre la mesa, en medio tenia un florero con una rosa roja, una blanca y una amarilla, fue un detalle planeado, esperando su respuesta, analizando su comportamiento, estaba nervioso, realmente parecía incomodo, se notaba que había venido por obligación y no por gusto, claro, le intimidaba la realeza roja y ¿a quién no realmente?
Cuando escuche su sonrisa sonreí complacida, era directo, o los nervios lo empujaban a ser directo. Como fuera le seguiría el ritmo, mis planes tendrían que cambiar un poco, pero seguía teniendo todo bajo control, solo se adelantaban.
-¡Que es lo que quiero de ti?- dije suavemente haciendo una pausa, me tome unos segundos apra elegir las palabras correctas. -Quiero información. Tu sabes que hoy en día la información es poder, y en este reino hay alguien que sabe bastante, creo que no lo has planeado, pero las circunstancias de la vida te han llevado a estar en los momentos, en los lugares y en el tiempo preciso para ver, escuchar y saber cosas que otros desconocen. Solo quiero que conversemos, te tranquilices y hablemos.- dije tranquilamente.
-Dime querido, te apetece una taza de te y panecillos?- dije amablemente sonriendo mientras me colocaba de pie, le ofrecí mi apoyo para que se pusiera de pie y mi brazo para acompañarlo hasta el otro salón, sabía que aun no se recuperaba por completo de sus lesiones. Lesiones que se decía fueron provocadas por el misterioso grupo llamado "JOKER", quería saber también quería saber sobre eso, pero todo a su vez, lo primero era saber sobre los reyes de antaño, los primeros y míticos reyes rojos.