Encuentro inesperado -libre-

¡ABURRIIIIIIIDO!

Deambular por el reino en busca de que hacer era simplemente aburrido; quizá debería buscar un trabajo ahora que ya estaba del todo recuperado de mis heridas –Todavía no me adaptaba a la nueva vista lineal que tenía pero al menos mi olfato servía de algo- Con un trabajo podría al menos ayudar al canido mayor en la casa aunque este se negará algunas veces de que eso no fuera necesario, ¡Ok! Todavía no comprendía cómo es que los soldados ganaban dinero si ellos sirven al pueblo, ¿En eso es que se van los impuestos? ¡UGH! Muchas preguntas y tan pocas respuestas, era no mejor pensar en eso por ahora.

Como sea, de estar caminando en solitario por el pueblo termine por ir hacía la fuente del Castillo de Diamantes, al menos dicha fuente era para el disfrute de todo; igualmente todo se había complicado desde lo obvio, ahora había guardias por todas partes y era fastidioso. Apenas caminar por ahí mis finas orejas canidas captaba cada sonido que había, desde el cantar de los pájaros hasta cómo caía el agua de la fuente.

Pero lo que me dejo en duda no fue un sonido, sino un aroma. Olía muy limpio a decir verdad (En comparación con otras personas) Pero lo importante era que ese aroma era uno no muy recurrente; el de un vampiro. Por curiosidad miré hacia el cielo, pues estaba anocheciendo, tendría algo de sentido.
Solamente al cruzar en aquella fuente me topé con la imagen de un chico de cabellera rubia que se notaba algo… ¿Nervioso? ¿En serio? Ni que fuera un soldado o hubiera hecho algo malo. Otra cosa es que se veía demasiado refinado, ¡Oh por el Creador mismo! Capaz y me tope con un noble intencionalmente.

-¡Hey! –Le llamé, alzando ambas manos a la altura de mi pecho- Quieres calmarte, de solo verte a ti haces que me ponga nervioso.

-¡Hey en serio, tranquilo!

... Ok, ¿Como lidiar con alguien así? No le había dicho nada y ya pareciera que yo fuera a golpearlo en cualquier momento, ¿Es que tengo una apariencia tan bravucona como dicen? Si, algunos habían admitido eso y yo no sabía ni que mueca poner aparte de solo curvar mis labios. ¿Molestarme? Pero si no me estaba molestando, solamente me dio curiosidad el saber que era lo que estaba haciendo, con paso tranquilo iba acercándome hasta donde él; es que parecía un animal indefenso y herido.

"Sufriste mucho"

¿Ah? ¿Y eso a que vino?

-¿Dibujar? -Me fije en su mano aquella hoja que tenia, y un ligero "Oh" escapo de mis murmullos- Pues, puedes seguir dibujando, no te voy a detener.

No dije más nada, solo me senté en la fuente a descansar un poco. Pero no podía dejar de mirar a aquel chico.

-¿Te vas a quedar ahí o al menos me acompañaras?

Bueno, al menos ya no se veía tan inquieto y accedió a sentarse a mi lado, una victoria al menos. Los movimientos de aquel vampiro me parecían extraño, en primera porque de algunos pocos vampiro con quien tuve la "gran suerte" de toparme todos ellos actuaban como si fueran los seres más sensuales y que nadie se le compara en belleza y elegancia, si no fuera porque estoy tuerto ya me hubiera quedado ciego con su propia codicia, bola de maricones. En cambio él, había un deje de inocencia que no se como explicarlo bien, solamente que no era normal en cuestiones vampiricas.

-¿Ah?

Ok, eso fue algo... No, fue completamente fuera de lugar, o sea; que de repente alguien venga y te diga que encuentra tus facciones fascinante y que te quiere dibujar te deja con muchas dudas y menos respuestas en la cabeza, en especial las dudas.

-No estaba pensando en ello -Tampoco era como si lo que él dibujara me lo fuera a vender, ¿No?- Oh, soy Nero.

Estreche su mano importándome poco que estuviera llena de grafito, luego de soltarla simplemente limpie mi mano con mi pantalón.

-No lo sé, pero creo que dibujar a pocas luz en la noche no es algo sencillo.

-Nah, esta bien; no es como si me hubiera ensuciado antes.

Más siendo lo que soy, un perro claro; alguien de mi especie de un 100% el 89% nos ensuciamos tal como él dice "Gajes del oficio". Excepto Credo, el es la excepción a la regla. Miraba con cierta curiosidad como aquel chico se colocaba en una posición rara de cualquier artista de más alto calibre, no pude evitar tildar un poco mi cabeza hacía un lado por ello y luego descender mi mirada hacía lo que estaba dibujando, aunque no veía muy bien; parte por tener un parche en la cara (Y sin un ojo, claro) y la otra por que movía su mano muy rápidamente siendo algo difícil seguir el ritmo con el que dibujaba.

-Yo vivo aquí -Alce una de mis cánidas orejas pero luego estas volvieron a descender- Antes vivía en el Reino de Corazón... Ya no.

Mejor no seguir hablando de ello.

-Por tu apariencia y tu aroma a cosas finas y elegantes diría que no eres un ser común y corriente, ¿Me equivoco?

Por unos segundos tuve la necesidad de decirle algo como: "No me digas, ¿Como fue que no pude notar el olor a un residente de talis a la primera? ¡Mi olfato debe estar fallando!" Pero me abstuve mordiéndome el labio inferior, sentía que cualquier cosa que le dijera a tal chico podría hacer que se rompiera o se ofendiera, al menos esa era la impresión inicial. Mientras el chico hablaba había arrancado la hoja de ese cuaderno que tenía y me lo paso, tomé aquel trozo de papel pero no vi aun el dibujo estaba algo entretenido con escucharlo hablar, hablaba de una manera tan serena y algo baja que si no fuera por ser un perro no tendría idea de lo que dice. ¿No hay lugar como el hogar? ¡Si claro! Prefería más Diamantes a Corazones.

-No es necesario que me digas que eres un vampiro, -Le señale con la mano contraria- Lo supe también con tu aroma.

¡Ok! No iba a admitir que si tenía mis dudas pero esta bien, al menos ya todo esta confirmado. ¿Hacer una gran enciclopedia recopilando información de todo Wonderland? Una visión muy ambiciosa aunque de un final algo inesperado, eso de viajar para hacer un libro es muy... Cerebral, por así decirlo.

-Bueno, mientras no te metas en tantos problemas por ello -Algo me decía que lo iba a hacer. Ahora si me digne a ver la hoja de papel; ¡Oh! Si era un retrato de mi pero no lo veía tan bien, incluso di vueltas en varias direcciones a la hoja como buscando la forma- ¡Ah!

Miré al chico en ese momento.

-No creas, esta bien el dibujo, pero no me acostumbro a esta vista de mierda que tengo ahora -Y señale el parche sobre mi lado izquierdo del rostro- Oye dime, ¿Que edad tienes?

-Mi olfato también me ha llevado a meterme en problemas

No por algo era conocido como el señor problemático (Solo por Credo y Seth y en algunas veces, Aloshka) pero de todos mis sentidos mi olfato era el que más podía confiar, existen cientos de aromas que he aprendido a diferenciar con los pasos de los años así como otros aromas que aún desconozco pero que pronto conoceré, no era una ambición como la de él pero esta bien con eso se puede sobrevivir ¿No? Sonreí ladino cuando respondió a mi pregunta, típico de los vampiros en no dar esa respuesta como si ocultándola fueran a ser menos antiguos de lo que ya son.

-¿Es acaso alguna regla sagrada entre los vampiros o alguna de esas cosas raras religiosas que dicen los humanos? ¿Como se le llaman? -Lleve un dedo a mi mentón pensando- Tablón... Tabe... Tab... ¡TABÚ! ¡Eso mismo!

Chasquee los dedos señalandolé con el índice después de mi gran descubrimiento.

-Es como decir que los semi-humanos no hablamos una lengua extraña -Y lo hacemos, que era lo peor.

La noche comenzaba a caer con más fuerza pero serenidad, ahora el cielo pintándose de varios colores oscuros antes de ponerse todo negro y que las miles de estrellas se vislumbren en el firmamento, no sin que antes aparecieran unas cuantas personas a prender las lamparas de aceite alrededor de la fuente.

-Lycaon, ¿Que has recolectado hasta ahora en tus viajes por el mundo? -Le miré con algo de curiosidad- Si solo has recolectado información de noche pues no muchas cosas debes tener.