The Princess of the Night.

por **Aki Kikuchi** Sáb Feb 15, 2014 11:29 pm

En medio de un escenario ella estaba bailando. Bailaba y bailaba, y bailaba, hasta que su vestido amarillo se rasgó por el bajo. Escuchaba la música del piano sonar a lo lejos, pero ella lloraba.

Lloraba, y lloraba, y lloraba. Las luces se apagaban y veía el amanecer por una pequeña rendijita.
Igualmente cantaba una hermosa canción. Nunca en toda su vida se había decidido a cantar abiertamente, sin embargo eso era lo que estaba haciendo.

Había un extraño destello verde en sus exóticos orbes fucsias, mientras su corazón latía furioso. mientras el vestido continuaba rasgándose por el bajo sin que ella lo notara.

Bailaba maravillosamente, y su voz era sublime. Por desgracia, ella no lo hacía porque quisiera hacerlo. De hecho, no sabía que lo estaba haciendo.
La futura princesa amarilla, estaba en el bosque, bailando y cantando en medio de la nada, vestida solamente con su camisón sin saber que ella, estaba profundamente dormida. Suelen decirle sonambulismo a lo que le ocurre, pero ese tipo de cosas son muy comunes. Bastaba con convencerla de que debía dormir.

Un extraño encantamiento se había apoderado de su corazón. Extraño hechizo que ahora la ponía en riesgo.

por **Alice Lidell** Dom Feb 16, 2014 8:33 pm

Vagaba por el fin de la noche, la luna daba el adiós y el sol deseaba teñir el cielo con tonos naranjas y amarillos, las aves empezaban a deambular y el tenue sonido de su trinar se hacía presente, apenas perceptible, como un susurro del propio bosque que despertaba de su letargo. Muchos de los animales seguía en la seguridad de sus hogares, los cazadores nocturnos se retiraban con los primeros indicios de la mañana, ese era el momento exacto donde todo parecía muerto, donde se podía escuchar incluso a un ratón pasar, de haber alguno despierto, solo los pájaros madrugadores eran testigos de su caminata.

Avanzaba con cuidado, sus manos se aferraban al vestido azul para levantarlo y evitar las ramas que sobresalían y amenazaban con dañar la delicada tela, sus botas estaban sucias y contaban la historia de su andar durante toda la noche donde solo la luna la acompañó, su paso no había menguado desde el inicio, podría decirse que se paseó por todo el bosque, pero ni siquiera ella estaba segura de que aquello tuviera un final o un límite, o si fuera posible conocer cada rincón.

Se detuvo por unos segundos, su rostro implacable sin sentimiento alguno, su mirada perdida buscando algo que ni ella tenía conocimiento, antes de darse cuenta volvió a caminar, sabía cómo regresar a su reino, lo que no sabía es si quería regresar, no aún, había tiempo antes de que todo se pusiera en movimiento, solo un poco más. Saltó una raíz y casi se tropezó con el arbusto que le seguía, trastabillando hasta salir en un pequeño claro que alguien transformó en su propio escenario.

Observó a la chica girando, bailando y cantando, ignorando cualquier detalle a su alrededor y sin importar que su vestido se convirtiera en retazos que colgaban y se movían al compas de su andar. No avanzó, ni retrocedió, más bien se mantuvo completamente quieta en el mismo lugar, contemplándola en silencio sin comprender bien de qué se trataba todo aquello, por qué una chica estaría danzando en un lugar olvidado, sin público, una zona peligrosa. La miró de arriba abajo buscando algún arma o indicio de que poseyera un objeto en particular, así también contempló alrededor por el rastro de una mochila, una maleta, pero nada.

- … ¿D-Disculpe? - Habló con un hilo de voz, ladeando la cabeza con curiosidad. - L-Lo siento, estaba c-caminando… y justo la encontré… y… - Si bien, ella había vivido muchas situaciones extrañas y raras, pero aún no había aprendido a reaccionar bien ante todas ellas. Esperó con paciencia a ver si esa persona la escuchó o notó su presencia, aunque parecía demasiado ensimismada para siquiera darse cuenta que estaba acompañada.

por **Aki Kikuchi** Sáb Mar 15, 2014 10:35 pm

Estrellas, melaza, té rosado y luz verde. Eso era todo lo que ella podía ver y recordar con claridad. O eso era lo que ella pensaba. La visión ser repetía y se repetía, y se repetía. La morena, mientras tanto seguía bailando.

El creador solamente sabría cuántas horas llevaba bailando en ese claro, pero tenía sus pequeños y frágiles pies sucios de tierra y hierbas.

En la lejanía, escuchó una voz femenina que parecía llamarle misteriosamente, y entonces fue cuando por fin se detuvo, y la visión se detuvo.

Fue entonces cuando recobró el conocimiento: a su alrededor solamente veía árboles y pasto. Miró al suelo encontrándose con sus pies descalzos y peor aún: usaba vestido. Ella no salía del castillo a no ser que estuviera vestida como un muchacho.

Llevó rápidamente sus manos a su cabello, encontrándose con su cabello ébano sin recoger. Aquello significaba que estaba también desarmada y eso era muy peligroso.

Se volvió repentinamente encontrándose con una mujer de vestido azul, y cabello tan oscuro como el de la joven de ojos buganvilia, sólo que mucho más largo, además de unos bonitos ojos verdes.

-¿Quién es usted? ¿Dónde estoy? ¿Qué ha ocurrido?- preguntó intentando no alterarse.

Spoiler:

por **Alice Lidell** Jue Abr 03, 2014 7:05 am

- Alice, bosque de Wonderland, no sé.- Respondió pregunta por pregunta, en el mismo orden, aunque la última quizá quedó un poco ambigua pues sí sabía lo que ocurría hasta cierto punto, solo lo que vio, pero no tenía noción de qué había pasado antes. Por las reacciones de la muchacha, la preocupación que mostraba al mirar su alrededor, su ropaje, incluso acariciarse el cabello, sin duda estaba completamente perdida, muy diferente a su estado danzarín de hacia minutos, donde no parecía importarle que su vestido se rasgara a causa de las malas hierbas del bosque.

- Usted estaba danzando, aunque no es un lugar muy adecuado para hacerlo, si me permite decirle. - Sonrió tenuemente, algo completamente fuera de lo común era encontrarse una dama girando en pleno claro de luna, hermosa era la escena, sí, pero no dejaba de resultar extraño. - ¿No es consciente de cómo llegó hasta aquí? - Volvió a preguntar mientras salía de entre la oscura espesura en la que se encontraba, dejaba que la luz la bañara para enseñar las manitos casi indicando que no tenía armas ni malas intenciones.

- ¿Se encuentra bien? ¿Recuerda quién es? - Cuestionó con tono de duda, podía ser que la chica hubiera perdido la memoria temporalmente o se encontrara hipnotizada, en realidad tenía sus precauciones pues el vorpal se encontraba escondido bajo la tela del listón que rodeaba su cintura, pero no pensaba utilizarlo a menos que fuera en legítima defensa, la chica en sí no se veía en lo absoluto peligrosa, tenía la seguridad de que estaba desarmada, pero con la cantidad de magia existente y habilidades extrañas que existían, no podía fiarse de una apariencia vulnerable.

- Me encontraba paseando, entonces escuché un canto y di con usted, danzando en medio de la nada. - Movió los hombros como restando importancia al tema, tenía muchas preguntas al respecto, pero no deseaba atosigarla ni presionarla, menos aún si existía la posibilidad de que realmente hubiera perdido la memoria y recién se estuviera recuperando de eso. - Es un lugar peligroso, y más de noche… ¿Tiene dónde ir? -

por **Aki Kikuchi** Mar Abr 15, 2014 11:25 pm

La respuesta a todas sus preguntas no de golpe y no sabía muy bien si podía confiar en la joven Alice, aunque el nombre sonara familiar... MUY familiar...

Al parecer ella no tenía malas intenciones pero no sabía muy bien si podía confiar en ella, sin importar que la hubiera sacado de su macabro ensimismamiento. ¡En el nombre del Creador! ¿Bailando? ¿Ella? ¿Ahí? ¿En qué momento ocurrió semejante barbaridad?

-A decir verdad, no recuerdo qué me ocurrió ni cómo llegué aquí. De hecho, no sé que se supone que estaba haciendo antes. Sólo recuerdo haberme ido a dormir- explicó- Me siento bien, pero usted tiene razón, no puedo estar así aquí y menos a esta hora ni vestida como estoy... sé quién soy...- Aki no sabía qué responderle, si decirle la verdad- Mi nombre es Aki y debo volver a Diamantes... ¿Cree poder ayudarme a regresar?- Verdad a medias. No podía arriesgarse a revelar completamente su identidad. Era toda una ventaja no ser presentada abiertamente en sociedad.

por **Alice Lidell** Miér Abr 16, 2014 4:32 pm

Mientras pensaba bien, ladeó la cabeza hacia un costado y luego hacia el otro, provocando que su cabello se moviera inevitablemente al compás. La situación era bastante extraña, pero aparentemente por las reacciones de la mujer no parecía estar hipnotizada y tampoco daba la impresión de que hubiera perdido la memoria, eso sí, al menos demostraba estar sorprendida por haber acabado allí y no sentía que pudieran estar mintiéndole. - Quizá eres sonámbula, y te levantaste… Pero llegaste demasiado lejos si vienes desde el reino de Diamantes. - No sé imaginaba como una simple chica podría llegar desde tan lejos caminando, tomar el tren debía de ser complicado para alguien que ni abría los ojos, demasiado sospechoso.

Desgraciadamente, para bien o para mal, no podría dejar a alguien en esa situación. Si hubiera tenido el corazón un poco más duro, menos benevolente, la habría abandonado allí a su suerte, pero cierta parte de ella le intentaba hacer entender lo perdida que podía sentirse una chica en pleno bosque de Wonderland, reprochándose el solo hecho de que la idea de abandonarla pasase por su mente. Sonrió con suavidad y avanzó entre las ramas con cuidado para acercarse a ella, mirándola de pies a cabeza, examinándola sin disimulo y de manera cuidadosa. - No pareces estar herida, ¿te sientes bien, no? No tienes ningún rasguño o herida. - Repentinamente se colocó en cuclillas y observó las piernas ajenas con mayor ahínco, en especial los pies. - Tienes suerte, parece que no has pisado nada… - Con todo lo que había en el bosque, ramas con espinas, piedras afiladas, irregularidades en el terreno, cualquier cosa podría dañar si caminabas sin calzado, peor aún si bailabas.

- Pero primero lo primero, tendríamos que limpiarte un poco para asegurarnos que no te pasó nada. - Era increíble la familiaridad que demostraba a los segundos de conocer a las personas, una mala costumbre de la que no había logrado, ni buscado, deshacerle. Giró un poquito aún en su posición agachada, enseñándole la espalda a la dama, incluso llevaba sus manitos hacia atrás esperando que ella se subiera. - Ven, sube, te llevo hasta un pequeño lago cercano, mejor es si no caminas descalzas. - La contempló por encima de su hombro, realmente tenía intención de alzarla en su espalda y cargarla.

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