Entonces, ¿Es esta la idea de descansar?

Era un “perfecto” día, un caluroso pero “perfecto” día de verano. A unos pocos días del ataque de Joker, no fue de esperarse que los obreros comenzarán a tomar riendas sueltas en cuanto a la construcción de la parte frontal del castillo se refiere; qué bueno que no se perdió mucho ese día. Claro, materialmente hablando. Por ordenes de los médicos reales prefirieron que nosotros los reyes tomáramos un descanso y pues yo acepté, en ese momento estaba tan cansada que ni siquiera recuerdo si dije si, o si simplemente asentí respondiendo con un “Sssssshhhi” casi emulando el sonido entre un ronquido y un silbido. ¡Pero claro! Ahí estaba yo dentro de esa gran habitación, sola, acostada en esa gran cama, con mi dedo índice hacía pequeños círculos imaginarios detallando la suave tela que envolvía la almohada conjunta. Me situaba en medio de toda la cama acostada boca abajo; la mejilla contraría aplastada en medio de esas dos grandes almohadas y mis alas explayadas sobre esta misma sin dejar ni un solo espacio en ella (Aparentemente). Y se supone que la persona quien casi pasa al más allá debería estar aquí acostado a mi lado; de seguro se encontraba haciendo revisión de la obra u alguna otra cosa más que tiene que hacer un rey.

Quien sabe a qué hora se levanto, quien sabe a qué hora dejo esta habitación y quien sabe a qué hora regresará.

-Pfff –Bufé dejando sacar un poco de aire por mi boca y hundiendo totalmente la cara entre las almohadas. Aún sin tener que mirarme al espejo sabía que seguía teniendo varios cortes y los indicios de lo que fueron unos fuertes moretones en mi rostro y en el resto de mi cuerpo, aún sentía algo de dolor pero se irían curando solos.

… Que aburrido. Me arrodillé en la cama, solamente para darme vuelta en ella y ahora acostarme boca arriba, la alas ahora quedaban colgando en esta y las puntas tocaban a duras penas el suelo (Vamos, tampoco son tan grandes) y una vez más suspiré, moviendo ligeramente el cabello de mi rostro.

-Hmmm…. Pffff……..

Hasta ahora me detenía a ver el hermoso bordado que tenía el techo de la habitación real; no eran diamantes como cualquiera esperaría, eran los símbolos de los cuatro reinos puestos en una serie de secuencia: Corazones, Diamantes, Espadas, Tréboles, una luna menguante que de seguro significaría la Ciudad Blanca, y luego volvía a repetirse con el corazón. Este castillo tiene más historia que la misma historia, me pregunto si ese bordado ya estaba de antes o lo pusieron recién; pues se veían en un muy perfecto estado. Fruncí el ceño arrugando un poco la nariz, creo que aceptar descansar no fue tan buena idea sin embargo lo necesitaba desde el ataque hasta ahora no hemos cerrado los ojos ni bajado la guardia en ningún momento; así es “Hemos”. Soplé hacía arriba quitándome del rostro un mechón de cabello azul que interrumpía mi vista, estaba comenzando a sentirme culpable, el estar aquí recostada sin hacer nada mientas que los obreros reconstruían lo destruido, los soldados y la unidad de “Ángeles Blancos” patrullando el pueblo las 24/7 sin descanso alguno y para más; Ky supervisando todo cuando él debería estar en peor condición que yo.

Y lo está, al ciento un por ciento. Moví mis labios como si fuera a decir algo y ni un simple murmuró salió de este. Después simplemente pase saliva, cuando un nuevo pensamiento llegó a mi mente uno que desde que acepté este descanso me tenía algo intrigada. Si bien acepté esto, en realidad la decisión no fue total mía; el médico casi me exigió –Sin levantar la voz claro, sigo siendo la reina y quien ordena sobre él- Que tomará ese descanso. De ahora en adelante, voy a tener que cuidarme un poco más.

Mucho más.

-¿Uhm? –Mi rostro giró hacía la puerta donde previamente pequeños y suaves golpeteos se escuchaban. La magnífica puerta de roble se abrió dando paso a una bastante deteriorada imagen del rey de diamantes en persona, que honor que se decidiera ver a su propia mujer en sus aposentos reales.

Curvee los labios, como si estuviera molesta.

-No lo sé, dímelo tú –Me levanté, quedando sentada en la cama y con los brazos haciendo de almohada sobre mis rodillas, donde recargué mi mejilla contraria en ellos mirando al mayor- He estado aquí casi todo el día, cariño.

Levanté los hombros, restándole verdadera importancia a ello. Estiré un brazo hacía el mayor, con la yema de los dedos tocaba ligeramente el demacrado rostro del soberano, pasando con suavidad estos por sus pronunciadas ojeras.

-A veces me pregunto quién de los dos necesita más descanso –Sonreí ligeramente- ¿Cómo va la reconstrucción?

¿Pero que ha sido eso? ¡Ok! Hasta yo misma me asuste con ese cambio tan repentino de humor de mi parte, cosa que al hacerlo abrí los ojos de par en par y tragué abruptamente saliva, asustada por ello. En realidad no estaba asustada por “eso” sino porque el mayor se encontraba aquí y bueno… No tenía aún palabras para explicárselo. Intente lo más que podía mostrarme serena aunque por dentro estaba a punto de querer agarrar uno de los muebles de la habitación y lanzarlo contra el ventanal; y sigo sin tener idea del porqué me dio de repente las ganas de hacer eso. Escuchando las palabras de Ky suspiré con total alivio, al menos me agradaba escuchar una buena noticia acerca de las reconstrucciones, lo menos que quería era más incidentes de los que ya ocurrieron. Sin embargo, seguimos sin tener algún indicio acerca de Joker y de donde se están escondiendo, aquella base militar donde me tenían apresada fue totalmente destruida u al menos eso dijo las palabras de uno de los ángeles quienes recorrían nuevamente el perímetro.

Son como ratas escondiéndose entre los matorrales.

Y… ¡UNGH! Nuevamente salió el comentario del médico; si lo sé había aceptado el descanso por buenas razones y esperaba que el mayor también, lo necio no se quita con los años al parecer. Mordí mi labio inferior mientras llevaba una mano a mi rostro y giraba este como evitando contacto visual con Ky. Bueno, en cualquier momento tenía que decírselo ¿No? Es decir, esto también le corresponde a él ¿No? Vamos, que él lo aceptará como sea, con una sonrisa incluso. No había nada de qué preocuparse, nada de nada; absolutamente nada.

…. ¡¿Entonces por qué estoy preocupada?!

Levemente chasqueé con la lengua y me levanté de la cama saliendo del otro lado de esta; cruzándome de brazos comencé a caminar por la habitación pensativamente, mi codo diestro se recargo en mi mano siniestra y mi mano diestra se posó en mi barbilla. ¡Ya estaba, ya no podía con esto! Rápidamente me senté frente a este.

-Ky, yo… -Mordí mi labio, mirando hacia otro lado- Yo… Tengo algo que decirte, algo muy importante y tiene que ver en parte con lo del médico.

Ok, ok, ¡Vamos Charlotte! No tienes que estar nerviosa, es un gran paso pero para mejor y lo sabes, mejor que nadie. No estés nerviosa, piensa en lo bueno y mejor que podrán estar las cosas.

-Yo… Creo….

¡No, no crees! Esta segura de ello, ¡Totalmente segura de ello!

-¿Se lo dices tú o… -Y ahí iba la ala blanca preguntando por ello, sin siquiera tener chance de que terminará la pregunta la frené levantando la mano y sacudiendo la cabeza negativamente. Entendió y regreso a su puesto, no sin antes “fruncir” los labios y suspirar, o eso pareció.

-Ky, yo… Es decir tu y yo… Quiero decir nosotros… -Inhalé hondo, conteniendo el aire en mis pulmones lo más que podía, hasta que…- Estoy embarazada. S-Serás padre.

Entonces, silencio.

¿Qué será lo que pasaba por la mente del mayor en ese instante? No lo sabía, de hecho ni siquiera estaba mirándole a los ojos. Había cerrado los míos con anticipación justamente antes de decirle todo lo que debía decirle –Que no fue mucho, realmente; pero si tuvo gran relevancia- Y luego exhalar el resto del aire contenido en mis pulmones. Lo positivo de todo es que lo dije yo y no el ala blanca que casi se adelantaba a ello, y como dije desde un principio solamente quedó el silencio. Con lentitud abrí un ojo solamente para mirar al mayor a la cara, quien la tenía ladeada en ese instante y parecía tan metido en su propio pensamiento, volví a tragar saliva abruptamente y apretar la tela de mi bata; oh creador… ¿Qué estará pasando por su mente? Sé que esto fue demasiado abrupto, y cuando lo supe en un principio me pues verdaderamente feliz, sabiendo que pronto traería a la vida a una persona más de mi familia, hasta que los pensamientos acerca de ese lugar de Joker y ese afamado grupo; todo lo que habían logrado hacer en tan solo una noche con esas terroríficas armas y ese tenebroso capitán que tenían.

Sobre todo lo que vi esa noche, con mi esposo tendido en el suelo casi al borde de la muerte y rodeado de soldados caídos en batalla bajo el manto de la mismísima sangre. Si Joker se llegará a enterar o poner una mano sobre el futuro heredero; ¡No! ¡No lo permitiría! No permitiría que nadie saliera lastimado una vez más.

No parecía el momento indicado, sin embargo no podía –Ni quería- Impedir que la criatura dentro de mí dejara de existir solo en este momento, eso sería más inhumano.

-Ky, en verdad yo… -Salté ligeramente por nerviosismo al ver cuando el mayor se levantaba abruptamente de la cama y exclamaba con muy notable felicidad mi nombre. Antes de que pudiera notarlo, ya me encontraba cargada sobre sus brazos, la sorpresa y confusión en mi rostro no sé hizo de esperar, además de que solamente me centraba en esa brillante sonrisa que el mayor tenía y como hacía que el rostro cansado que tenía se esfumará.

Después, un beso; al cual correspondí cerrando los ojos y colocando ambas manos sobre su pecho. Después de unas –Bastante largos- Segundos me separé de este y le miré, intentando sonreírle de la misma manera que estaba él.

-Creó que le toca nacer en unos nueve u ocho meses y medios –Si no estaba tan mal…- Pero si te refieres a desde “Cuando”, pues… Hace unas cuantas semanas que me enteré, no estaba segura en un principio pero ahora, lo estoy al ciento por ciento.

Unos pocos días más bien, tan siquiera aún no pisaba la palabra “Mes” como tal. Mi sonrisa se esfumó, y mi vista nuevamente fue a dar en el piso.

-Creó que fue un mal momento para esto… Quiero decir, con todo lo de Joker y eso… -No supe que más decir, solamente coloqué mi cabeza bajo su cuello.

Si, tanto tiempo para que el pequeño o pequeña naciera; y a su vez tanto tiempo para que Joker se diera cuenta de ello. No sabía en qué pensar, tenía muchas cosas en la cabeza; como el de que iba a hacer ahora y a su vez el de “¿Qué será? ¿Niño o niña?” así de simple como parece.

Pero así como sentí la calidez de la persona a quien amaba cerca de mí, también lo sentí alejándose; cuando en ese momento me atreví a mirarle con desconcierto y ver simplemente como su rostro mostraba sorpresa y quizá, solo quizá, molestia. Así es, según el médico llevaba un par de semanas, o sea un poco antes tan siquiera de que el ataque de Joker hubiera comenzado. Y sí, me había atrevido a ir a la batalla dudando de ello, y hasta ahora puedo notar lo increíblemente peligroso que fue eso, más sin embargo mi única reacción fue simplemente tragar en seco, mirar hacía el suelo como si este tuviera algo de interesante y asentir hacía las palabras del mayor; aún si casi no le estaba prestando atención.

Aún sentía que era un mal momento para caer embarazada; sobre todo en medio de una crisis como esta pero las cosas pasan por que pasan ¿No? De seguro el Creador me quería decir algo positivo con ello, y no podía juzgar nada del máximo Creador; ¡Haha! Si me escuchará hablar, estoy casi casi en convertirme en una fiel creyente del Dios de Wonderland, justo como Ky lo era –Por exagerado que se escuchará- Incluso sonreí, con todas esas preocupaciones encima.

Me atreví a sonreír con verdadera alegría en ese momento. ¡Oh! La promesa nueva, cierto; de tan solo recordarla me hacía enternecer.

-Espero que el pequeño sea igual como tú –Dije, dándome media vuelta para ir a sentarme al borde de la gran cama. Crucé mis piernas colocando las rodillas una sobre otra y las manos juntas sobre esta- Pero si es niña quiero que sea como yo, aunque me encantaría que tuviera el cabello rubio… ¡Ah! Y si cuando llora produce estática, tú y yo tendremos una seria conversación.

Y volví a reír, inconscientemente llevando una mano a mi vientre y acariciándolo con suavidad. Aún podría disfrutar de mi “esbelta figura” hasta pasado los primeros dos meses, ya de ahí en adelante con suerte alcanzaría a ver mis pies. Miré a Ky, ladeando un poco la cabeza y con la mano palmee a mi lado, para que se siente.

-Podría estar aquí y hablando horas y horas de lo mucho que me gustaría tener ya a nuestro niño o niña en mis manos –Si cualquiera me escuchará, sonaría como a una adolescente a punto de conocer a alguien importante- Pero ya es mucho hablar de mí, ¿Qué me dices de ti? Solamente te veo por acá un poco tiempo, después te vas muy temprano hacía la reconstrucción.

No podía jurar en lo más mínimo de que estaba escuchando las palabras del mayor; a duras penas si escuché algo sobre descansar y eso cuando mi miraba parecía estar perdida entre las nubes. Aunque esta, dirigida a la del mayor estaba no lo veía directamente, mi mente se encontraba divagando en otra cosa. Esa simple cosa me hacía sonreír, puesto que estaba pensando –O más bien soñando despierta- Con el futuro pequeño príncipe de Diamantes. Me lo imaginaba como una pequeña criaturita de cabellera rubia, muy parecida a la de su padre al igual que unos ojos azules u rojos; azules sonaban mejor. Me imaginaba a mí y Ky desvelándonos para dormir al pequeño niño, levantándonos una y otra vez por las noches; turnándonos para hacer el trabajo, es eso lo que los padres hacen ¿O no? Para nada dejaría que mi hijo fuera criado por otra persona que no fuéramos nosotros, sus respectivos padres. Me lo imaginaba dando sus primeros pasos, diciendo sus primeras palabras (La cual esperaba que fuera “Mamá” antes que “Papá”) Correteando por los pasillos del castillo, huyendo de sus clases y que yo le regañará por ello.

Corriendo tras los momeranths, algún castor, caballitos libélulas y muchas otras criaturas más del jardín así como ensuciando todo su atuendo y otra vez siendo regañado y luego mimado por mí. Entre muchas otras cosas más, hasta me imaginaba como se le ocurría gastarle una broma a su “Tío Arthur” electrocutándolo. Inclusive, cuando nos toque el arduo deber de buscarle prometida de alguna de las casas nobles de Talis; no permitiré que ninguna chica tonta o superficial de alguna casa noble se vuelva su futura esposa por mero capricho de los padres.

Siento que ese día habrá una larga lista de candidatas así como una larga lista de rechazadas, todas por mí que por mí propio hijo.

Mi mano se poso sobre su pierna acariciándola un poco sin despejar esa sonrisa soñadora y alegré de mi rostro. Cierto era, me preocupaba todo lo que pasaba y pasará en cuanto al tema de Joker. Sin embargo, no podía quitarme esa felicidad de encima.

¿Son las hormonas, no? Sí, creo que son las hormonas.

-¿Crees que ya es muy temprano para decidir un nombre? –Sí, sí lo era. Negué con la cabeza, restándole importancia a eso- Esta bien, espero que pronto terminara todo y pueda verte descansar más a gusto.

Entonces, se me ocurrió algo. Antes de poder si quiera darle tiempo al mayor a maquinar lo que pasaba; me levanté y posicioné frente a él tomándole de las muñecas y con un estirón obligándole a levantarse.

-¿Qué tal si vamos a dar un paseo al jardín? Estuve mucho tiempo encerrada en la habitación, necesito aire fresco.

Y sin esperar respuesta pretendía irme; si con todo y piyama puesta.

-¡Y también me provoca un helado! ¿No quieres uno tu también?

-¿Cambiarme? ¡No! Ya estoy vestida, es lo que importa ¿No?

Así, como si fuera una adolescente malcriada rebelándose contra sus padres, salí rápidamente de la habitación en camino hacía los jardines. Ok, quizá se podría ver como cambios radicales de humor en el instante, pero el médico dijo que eso era normal; además como todo en Wonderland es normal. Ir caminando por ahí con la pijama puesta se sentía cómodo, pero no era normal para algunas personas… Por no decir todas, algunos soldados que cargaban cosas se me quedaban viendo con la boca abierta de par en par, exactamente pude ver como a uno de estos quienes pintaban los muros nuevamente por andar embelecido no se fijo que pinto todo el rostro de su compañero que a su vez regaba el bote de pintura amarilla al suelo ocasionando que otro soldado quien llevaba madera en sus manos resbalará y esta saliera volando. La madera voladora pasó por unos de los ventanales en plena construcción, rompiendo así los pocos vitrales que tenía en ese momento. Luego estaban las mucamas, que al verme corrieron en varias direcciones buscando ropa más “decente”; exageraban, si lo que cargaba puesto era una bata larga que casi se arrastraba en el suelo.

-¡Majestad! –Se adelantó una de ellas deteniéndome a medio camino. En ese momento su mirada circulo de verme de arriba hacia abajo, y luego se disculpo para mirar sobre mi hombro y regañar con la mirada a algunos soldados que seguían viéndome –Casi babeando- Voltearon rápidamente a seguir con lo suyo- ¡Majestad, creo que en serio debería…!

-Quisiera que pusieran una mesa de té en el jardín y lleven el desayuno allá.

-¡Ah, pero… Su majestad! Es pasado el mediodía y…

-Bueno, entonces el almuerzo –Dije, juntando ambas manos y llevándolas bajo mi barbilla.

-Ah… Eh… ¿Qué le apetece almorzar, mi reina?

-¡Helado! –La impresión de la sirvienta no era de esperarse- Y galletas, pan, mermelada… ¡Un pastel de fresa con mucha crema encima!

-Mi reina…

-¿Pueden poner pétalos de rosas y jazmines sobre el pastel? –Decía con una sonrisa en los labios como si fuera cosa de todos los días. La sirvienta primero estaba dudosa, pero al cabo de un poco tiempo se encogió de hombro e hizo una reverencia antes de desaparecer cruzando el pasillo. Luego, yo continúe mi caminata hacía al jardín –Y para hacerlo perfecto tomé el camino más largo-

-Me pregunto dónde estará nuestro querido invitado –Dije mirando a ambos lados antes de cruzar en el siguiente pasillo.

¿Estaría por aquí? U ¿Estaría por allá? No importa, si no le encontraba podría dejarle solamente una carta a una de las sirvientas y se la llevarían hacía su habitación. Había ya alentado mis pasos para caminar como solía hacerlo, con tranquilidad y las manos juntadas bajo mi pecho, de vez en cuando una de esta bajaba para acariciar mi vientre divertida aún por el hecho de lo que está creciendo allí y durante todo ese tiempo no se me había quitado la pequeña sonrisa de mis labios. Sin duda más y más soldados se quedaban perplejos al ver a su reina en semejantes fachas y más y más sirvientas corrían de aquí para allá gritándose cosas como: “¡Consíganle algo decente a la reina!” Hasta que una de ella, más joven que la anterior cuyas mejillas estaban llenas de pecas y grandes ojos ocultos tras unos pequeños lentes se apareció frente a mí deteniendo el paso.

-¡Mi lady! –Su voz era chillona, pero adorable- Tenga, póngase esto por favor.

Y en sus manos cargaba una capa grande y frondosa, los bordes eran de ese material que parecía peluche de color blanco mientras que el resto era de tono celeste. Yo solo mire la capa durante unos instantes ladeando la cabeza hacia los lados como tratando de entender, luego miré hacia abajo, hacía mi vestimenta y regrese la mirada a ella sonriéndole con amabilidad.

-Muchas gracias –Tome aquella capa con ambas manos, aun así la jovencita me ayudo a terminar de colocármela sobre los hombros –Con grandes alas atrás era difícil eso- Mientras que por mi parte la tomaba con ambas manos hacia los lados para cubrir el resto; y mencionando las alas, ellas tuvieron que contraerse para que la capa pudiera cubrir todo mi cuerpo. A Necro y Undine no le importa eso, de todas formas no sienten la incomodidad.

Al parecer ya se me estaba pasando la euforia del momento, ¿Cómo se me ocurría salir en bata con tantos soldados alrededor? Sin embargo no estaba inmutada ni avergonzada, solamente me sentía… Algo tonta en ese momento; quizá era por el helado el cual dichosamente aun quería.

-Majestad, todo lo que ordeno se encuentra ahora en el jardín –Dicho esto extendió las manos a su lado como si me invitase a este. Poco después hizo una ligera reverencia agarrando los lados de su falda y fue a seguir con lo suyo.

Escuche nuevamente murmullos de los soldados, y solo basto a que volteará y les mirará con la más seria y demandantes de las miradas que pude hacer. Los cuales rápidamente entendieron que algo…

-Creo que el espectáculo ya se acabo, señores –Demandé. Todos ellos se quedaron quietos, como si su general fuera… Oh, era algo peor. ¡Soy SU reina!- Si alguien dice una palabra acerca de mi vestimenta en este día o algo acerca de esto mismo, personalmente tendremos una larga y prospera charla, ¿Entendieron, soldados?

Y con eso, todos ellos solamente asintieron llevando sus brazos de forma diagonal a su pecho y luego una reverencia. Así, ellos siguieron con los suyos y yo, pues con lo mío. Seguí caminando aun en dirección a los jardines cuando escuche gritos y demasés, los cuales me hicieron girar velozmente en el siguiente pasillo; arrastrar esa gruesa capa era un poco complicado, aparte de gruesa pesada pero cómoda.

Y lo siguiente que vi, fue a dos hombres tirados en el suelo quejándose del uno con el otro.

-Oh, ¿Estan bien? –Me les acerque a ambos y ligeramente me incliné- ¿Se lastimaron?

Mi mirada se mantenía primero en el hombre de cabello rubio; luego se dirigió hacía el de cabello castaño.

-Señor Badguy, lo estaba buscando –Sonreí.- Me gustaría que nos acompañara en el almuerzo, si no es mucha molestia.

Otro soldado que iba bajando las escaleras se quedó a medio escalón, pretendía ayudar al rey y al invitado real; pero algo tuvo que haberlo distraído porque se quedó petrificado y… ¿Acaso todo su rostro estaba rojo?

¿Cómo podía darme cuenta que por ese momento pues…? La capa se me corrió de los hombros y…. Bueno, usualmente toda mi ropa es escotada por razones obvias… Incluyendo esta bata.

- Ungh- Y el rubio se llevo una mano a la frente.

Cayo de espaldas podía ver claramente por donde habían descendido, un trayecto un tanto largo a decir verdad, seguro por la mañana sentiría los golpes y los moretones aparecerían... o algo así al menos llevaba la armadura puesta.

Y típico, Sol con su fluido léxico. Ky estaba a un lado suyo, aunque una de sus piernas quedo sobre el moreno, a la altura de su pecho.

-Estoy consciente que una disculpa no te será suficiente- El castaño estuvo a punto de responderle

Pero la voz de Charlotte irrumpió a ambos.  El rubio no pudo evitar el hecho de fruncir el cejo al escuchar que se dirigía al hombre junto a él y no hacia su persona.

-¿He?- Al alzar la mirada, sus blancas facciones se tornaron rojas debido a la "vista" que obtuvo. Con rapidez pretendió moverse pero la posición en la que se encontraba no permitió lo mismo.

-Que buena vi...- ¡Paff! El oji azules lo calló al poner la suela de su zapato sobre la quijada de Sol.

Y haciendo gala de su agilidad, se puso en pie. Tomó la gruesa capa que le habían proporcionado a Charlotte, para así, abrigarle lo mejor que pudo, aun sin que ese carmín abandonase sus mejillas.

-¡cúbrete, mujer!- Si, ya estaba perdiendo la calma o mejor dicho era un hecho ya que la ha perdido.

...épico, no todos los días se ve al rey de diamantes de esa manera. Quizá seria por la falta de sueño y el cansancio además del estrés con el que viene lidiando desde el ataque de joker. Sol sonrió de medio labio aunque internamente contaba hasta donde podía para no lanzársele a los golpes al rubio.

-es celoso, eso es nuevo- Se llevo la tosca diestra hasta el cuello, para mover el rostro un poco y hacerse tronar el mismo.

–No soy de jugar a la fiesta de té como si fuera un oso de felpa, como el aniñado que tienes por esposo, pero acepto tengo información que puede sernos de utilidad- Y clavo el rojizo mirar en los reyes de diamantes.

Para mis ojos, todo aquello era simplemente gracioso; las reacciones de ambos hombres en especial la de Ky se me hacía muy graciosa. Quizá era por esos cambios extremos de hormonas pero mejor así que ponerme a llorar de la nada –Cosa que probablemente pase pero más adelante- Yo me había erguido nuevamente cuando el mayor rubio se acercó a mí re-cubriéndome una vez más con la gruesa y acogedora capa, no, para nada noté el escoté y eso que era yo quien lo cargaba, solamente me digne a abrazar más esa capa porque es bastante suave aunque no lo aparente. Si no hacía algo, posiblemente estos dos se maten a golpes aquí y ya tenía suficiente con ver a soldados babeando y ahogándose en ella.

-Ky y yo no jugamos a tomar té –Pronuncié, entrecerrando los ojos y arqueando una ceja- Y esto no es té, es el almuerzo.

Solamente me faltaba decir un inmenso “¡DUH!” Pero tenía que controlarme, o al menos estar lo suficientemente rígida para que Ky no explotara donde estaba parado Literalmente, explote en rayos que destruya el techo recién pintado del castillo.

-Igual, me gustaría escuchar esa información.

Sacando la mano de la capa le invite a que siguiera el camino hacía los jardines principales donde se supone que debe estar todo preparado. Mientras que, suavemente tomé la mano contraria de Ky y le miré a los ojos frunciendo un poco los labios.

-¿Estás bien? -Fue una caída de unas escaleras, ¿Creen que no estaría preocupada? Desde lo del infarto si algo así le vuelve a ocurrir al rubio… mejor espero que algo así NO vuelva a pasar.- Y prometo comportarme

O al menos el intento, veamos como sobrellevo el embarazo. Tal como había previsto, estaba todo exactamente como lo propuesto por mí para este supuesto almuerzo, sin embargo no había comida encima de la mesa. Habían postres, puros postres y un pastel con tanta crema que probablemente sea solamente crema suspendida.

Ah, y con petalos de flores encima.

-¿No les parece encantador?

Y si, todo eso se me antojaba. Y… ¡OH ES POSIBLE! ¡Hasta el helado que pedí estaba ahí! En una taza, helado de vainilla con sirope y chispas de chocolate con una fresa encima.

Los dos mayores parecían argumentarse en su contra –Cosa que he aprendido con el corto pero considerable tiempo del castaño en el castillo real- Bueno, pueden seguir argumentando todo lo que quieran y más –Oh si, de seguro habrá mucho más que simple peleas verbales y visuales- Mientras no destruyeran la mesa y ni se le ocurran destruir alguno de los dulces de esta, por el resto me daba igual. Y mientras discutían, yo me concentraba en comerme el helado lo más calmadamente posible; si tenía ese antojo por los dulces aún así sabía moderarme para ello, solamente levantaba mi vista cada vez que alguien pronunciaba mi nombre.

¿Gastarnos los impuestos en dulces? Rodé los ojos jugueteando con la cuchara en mi boca, luego de haber tomado otro poco de ese cremoso postre. Los impuestos van bien, además en esto no se gasta el dinero del pueblo, el dinero del pueblo se gasta EN el pueblo, todos los reyes deben saber que es una ley que jamás debe ser eliminada. Con paciencia seguía disfrutando el helado que parecía infinito, divertida pasaba mi mirada de Ky a Sol cada vez que ellos hablaban. Podría jurar que había una especie de llama o centella en medio de sus ojos cada vez que se ven, lo que me causaba risa y lo trataba de disimular volviendo a meter la cuchara a mi boca.

Otra vez vi nombre, y esta vez vino del soberano de Diamantes. Alcé mi vista a él, fruncí ligeramente el ceño y volví a girar los ojos.

-En mi opinión no es suficiente azúcar –Con la cuchara, pasé suavemente por la crema que adornaba el pastel y luego lo lleve a unos muy escasos centímetros de mis labios. Sin embargo, en vez de meter la cuchara de lleno a mi boca, lentamente la había lamido para probar el betún del pastel.

Si, le faltaba más azúcar.

-Ya que estaremos aquí por un rato… -Coloque la cuchara sobre el helado y tomé una servilleta para limpiar la poca crema que quedo en mis labios- Podría contarnos algo, señor Badguy.

Tomé nuevamente la cuchara y con ella señale a Ky con toda la calma del mundo.

-No me molestaría escuchar alguna historia vergonzosa de él, para nada lo haría~

Y antes de que el mayor rubio se dignará a hacer alguna especie de reclamo o movimiento, le había respondido con una sonrisa entre dientes y de par en par.

Realmente estaba algo entretenida por lo que el mayor comentaba y las reacciones del rubio; era como ver a un par de hermanos peleándose por la ultima galleta del frasco o por quien tiene más monedas de cobre que el otro y estaba tan ensimismada en reírme un poco de todo eso hasta que… Pues sí, cuando el soberano escupió aquel té no se fijo de quien se trataría su objetivo.

En este caso mi rostro, que bueno que el té estaba tibio o si no él y yo tendríamos una seria conversación, muy seria.

-Oh, qué hermoso… -Mencione pero me vi ignorada por la conversación entre ambos hombres. Al menos iba a dejar que el mayor terminará de hablar de la supuesta gran noticia que tenía para ambos.

¡No, no me iba a limpiar el rostro! ¡Quería que Ky se diera cuenta de ello y sintiera vergüenza de eso! Que eso le sirva de lección de no escupirle a la reina de diamantes y esposa. Todo lo que ocurría en los cuatro reinos, todos estaban conectados con Joker; inclusive la magnitud en las cuales las rencillas habían crecido considerablemente.

Cuatro líderes, al menos ya teníamos algo de información sobre ellos; no era mucha pero lo necesario.

-Pero, se sabe algo sobre una ubicación, ¿Dónde se esconde? ¿Ese tipo de cosas? -¿Qué tantas personas están unidas a Joker? Eran tantas las preguntas que no sabía donde comenzar o si aquel hombre de cabellera larga castaña tenía todas las respuesta de ello.

¡Qué fastidio era el sentirse impotente! Joker conocía prácticamente todo acerca de todo, pero nosotros tan solo sabíamos que son 4, más 5 capitanes en la invasión del castillo y por supuesto, tenían armas nunca antes vista por ojos cualquiera, si tenían eso; ¿Qué más cargaría entre sus viles garras?

-Mejor terminemos esta pequeña merienda, antes de entrar a más profundidad en el asunto.