Tomando un breve descanso -Priv Zero-

Desde hacia un tiempo que empezo a vigilar de sus hermanastros, pues el rey se lo habia encargado. Realmente no tenia pudno cuidar de unos que nunca hacian algo peligroso, por lo que lo encontraba aburrido de vez en cuando. Ese dia, especialmente quiso vigilar a la hermana mayor, que no mucho habian coronado, sabia que los guardias la cuidarian pero esta vez cuidaria de ella a lo lejos.

Se encontraba en uno de los arboles del jardin pues la joven habia salido. A su parecer parecia estresada, y realmente lo era, una vez habia visto como el rey solucionaba problemas del reino y el se frustro de solo ver. La joven realmente se encontraba frustrada, todas sus acciones no mostraban accion contraria. Espero a que se calmara un poco para poder intervenir.

Aun viviendo en el castillo por muchos años, no conosia bien a sus hermanastros, realmente eran unos desconosidos para el, por lo que debia conoserlos mas, para que tuvieran mas confianza en el, aunque el no la tendria en ellos.

- Un lindo rostro lleno de lagrimas, no es una obra de arte. - Dijo aun en el arbol al aire para que la joven le escuchara.

No le gustaba dar la cara a nadie, ni menos en su estado. A pesar de empezar a tener control de si mismo, aun sus instintos se lograban a descontrolar y eso solo probocaria un desastre mas.

- Aunque no lo tomes como un cumplido, no soy de dar cumplidos - Bajo del arbol para mostrarse ante la joven serio como siempre.

[Disculpa muchisimo la tardanza, pero tengo unos problemas que bueno tienen que solucionarse]

La joven se sorprendió un poco cuando el bajo del árbol y era obvio, había bajado con esa intención. Después de haberse secado los ojos el se dirigió a el lugar donde había caído la corona, pues ella la había arrojado. Antes de agacharse a recogerla, escucho algo sobre unos ancianos. Por lo que veía ella se escondía de esos amargados que solo buscan poder. Ahora entendía bien porque el jamás quiso poder y lo cual se aliviaba por no ser hijo de sangre.

Aun así no podía creer que su hermanastra creyera que él estaba con esos estirados, era en contra de sus principios. Vio la actitud de la joven, parecía una niña que hacia berrinche para no ir a una parte, por lo que le causo algo de risa. Sonrió ligeramente antes de volver a ese rostro serio una vez más.

Con ambas manos tomo la bella corona que de un enojo se había arrancado la nueva reina. Camino lento y se coloco a un lado de la joven teniendo la corona tras él.

- Debo decir que no tengo nada que ver con esas personas - Saco la corona y la coloco con delicadeza en la cabeza de la joven - Aunque no me gustaría ver que aquella que acepto la responsabilidad de cuidar del reino perdiera su confianza -

Se dirigió a la sombra para poder estar tranquilo una vez más, si ella quería hablar con el eso sería otra cosa. Pero para que nadie le viese prefirió quedarse bajo la sombra del árbol.