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Un típico día en el Reino de Corazón

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Un típico día en el Reino de Corazón Empty Un típico día en el Reino de Corazón

Mensaje por Nero Vie Ene 13, 2012 3:00 am

Un día más o un día menos para el reino de rojo; y en lo que consternaba a muchos era realmente así: Una pelea más o una pelea menos para la historia de dicho país. Había momentos en donde muchos nos preguntábamos “¿Qué pasaría si el Reino de Corazón fuera tan pacifico como los de Tréboles y tan artístico como los de Espadas?” De seguro eso era un suelo utópico de algo totalmente imposible.

Por donde sea que vieras había una pelea, pero por muy extraño que parezca no era una pelea entra un pueblerino a otro, o de una raza diferente a otro, de hecho los pueblerinos eran personas sencillas, y las variadas razas convivían perfectamente en paz las una con las otras.

Eran los soldados de rojo. Esos tipos siempre se creen los más grandes y orgullosos de portar el símbolo real de la armada, solamente porque la mismísima reina los escogió a ellos como su ejército, como el apoyo para la armonía del reino en defensa de su pueblo y traer la gloria al Wonderland.

¿Armonía? ¿Apoyo? ¿Gloría? ¿Paz? ¡Pfffffffffffff…….! ¡Y de verga atrapaban a un simple ratón! Está armada no podía ser la peor de los cuatro reinos. Su mente solo se mantiene en envidiar a los de amarillo constantemente, usar suciamente su rango para aprovecharse de los demás y de la buena obra de sus habitantes. No por algo; no me esperaba que siempre hubieran riñas entre la armada y el mismo pueblo.

Más que todo porque su “Capitán” se lo ordena –Según ellos- Y porque su “General” dice ser que es alguien sumamente peligrosa, nunca la he visto pero muchos confirman que es una mujer.

En Rubine nada parecía cambiar. Las tiendas estaban abiertas pero los que más transitaban eran los bares de la ciudad. Eran bien conocidos por su mala muerte, una vez pongas un pie dentro de uno terminarás en un pleito, eso es seguro. Si logras salir vivo, será con alguna herida pequeña pero lo suficiente como para terminar todo acojonado contigo mismo.

-Otro día más en el averno –Murmuré para mi mismo en voz alta. Las personas llegaban al bar como si nada solamente para tomar en paz y conversar entre ellos además de disfrutar un poco de la función que siempre se realizaba a mediados de la noche.

-No te quejes mucho –Habló un hombre de cuerpo robusto y cabello negro, su ojo izquierdo estaba cubierto por un parche y tenía varios tatuajes en sus brazos. Mientras que yo estaba recargado en el lado de adentro de la barra, con los codos sobre la mesa y ambas manos sirviendo de soporte para mí barbilla.

Mi vista solo se dirigía a un simple lugar, una mesa lo bastante alejada que estaba llena de puros soldados de rojo regocijándose y emborrachándose ya a muy temprana hora y mientras lo hacían también insultaban o lanzaban cosas que todos los meseros debían esquivarlos.

-Odio a los soldados…… -Un poco más general- A todos y cada uno de ellos… No me importa que color tengan, son superficiales y tontos que solo gastan su vida para tratar mal a los demás…

-Estate tranquilo –Mencionó limpiando un vaso con un trapo blanco- Si comienzas un pleito a muy temprana hora ya sabes cuales son las consecuencias…

Rodé los ojos y gruñí. Sí las sabias, los guardias comenzaría pelear, se formaría un desastre, nuevamente volverían a quebrar casi todos los vidrios y el mesón del bar, entonces culparían a la mismas personas que NO iniciaron el pleito de allanamiento público, y que llamarían a la reina misma en persona para que se encargará de ellos y bla bla bla, entonces… ¿Qué queda al final? Los malditos le cobran al bar para “reparaciones” y los usan para comprar más licor en otro bar.

-Gastan su trabajo y el dinero de las buenas personas en cerveza……… ¿No saben hacer otra cosa que no sea simplemente fastidia? –Y con ambas manos cerradas golpee la mesa, aquel estruendo fue hueco así que no hizo eco en todo el lugar solamente se dieron cuenta los que estaban bebiendo en el mesón.

-No te sulfures por eso –Dejo el vaso de lado y coloco aquel trapo sobre mi hombro- Es tú turno

Y me dio un leve empujón pero de manera amigable. Suspiré volviendo a la misma posición de antes: Codos sobre la mesa y las manos bajo mi barbilla. Sabía y sentía que algo malo iba a pasar, cada vez que veía el símbolo de la armada de roja o el carmín de sus uniformes sabía que algo peligrosamente mal iba a pasar.

-¡A ellos!

Y comenzaba justo ahora. El mismo hombre que me dio el trapo reapareció poniendo una cara de fastidio y agarró una gran bocanada de aire colocándose ambas manos a los lados de su boca.

-¡A SUS LUGARES!

Y con lugares se refiere a bajos las mesas. Los meseros que iban por ahí doblaron las mesas y se escondieron tras ella, algunos otros lograban esconderse en las pequeñas esquinas de cada sección y en cuanto a mí y el robusto hombre siempre nos escondíamos bajo el mesón. Nada más al bajar se escuchó el estruendo y los gritos que formaban los pueblerinos contra los soldados en una batalla rutinaria por demostrar que los habitantes son quienes deben mandar en la democracia del reino y viceversa.

-¿Y qué has hecho todo este tiempo? –Preguntó tranquilo, de cualquier forma esas batallas se formaban casi todo los días, así que en su mayoría nadie estaba temeroso por lo que sucedía.

-No mucho –Dije mirando desinteresadamente mis garras sin inmutarme a las cosas que volaban sobre ambos- Ya sabes lo de siempre, ir de reino en reino a fastidiar a los guardias….

-Que vida la tuya –Me daba un codazo también de forma amistosa a el cual no respondí. Me incomodaba bastante las personas pero a este hombre lo conocia desde… Bueno el momento que decidí trabajar acá.

Nada más al escuchar el sonido de vidrio rompiéndose el otro puso una cara como de pesadez a la vez que llevaba su mano a su rostro.

-Comenzaré a sacar el dinero –Murmuró levantándose un poco y caminando agachado para que nada le dé en la cabeza como paso varias veces.

¿Quién diría que así son casi todos los días del reino de rojo? Todavía hay personas que se quejan y siguen viviendo aquí, lo que hace la costumbre.

O el miedo.

-Tu pueblo de nacimiento a cambiado mucho desde la última vez –Miré hacia arriba como si hubiera algo de entretenido en él- Que mejor que te quedes en Diamantes… ¿No, Credo?
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Mensaje por Credo Sáb Ene 14, 2012 3:05 am

Un magnifico dia soleado, sin nubes que representen una amenaza en el cielo. Un dia caluroso pero sin duda, perfecto al menos para tomar algo helado, por ejemplo, un buen tarro de cerveza.

Fue un largo recorrido hasta wonderland, al parecer no solo Capitan sino tambien mensajero (exagerando, pues ultimamente le traian en puros encargos similares mas por proteccion que por otra cosa) lo cual comenzaba a molestarle aunque no lo admitiera, no al menos tan abiertamente.

-No...-

Se escucho la gruesa voz del moreno. Los soldados que le acompañaban eran unos haraganes desde su punto de vista ¡Mira que pedirle permiso de ir a tomar algo aun sin haber terminado la entrega! Ya, que se relajaran lo que quisieran una vez llegando a Diamantes, no podian desviarse del camino.

No obstante, su paciencia no es la de buda, de manera que, al final, termino accediendo a la peticion de sus hombres, no sin antes claro esta mirar hacia arriba mientras negaba ligeramente. Momento, tenia un pequeño deja vu, aunque esta vez seguro no se encontraria con la nueva reina de rojo y tampoco charlarian, mejor, no queria disgustos de ninguna manera, ya de por si su estadia no es muy bien vista para los del ejercito rojo...

... Y le prometio a alguien que no iria a pararse ahi... Pero esa promesa era, de no irse a parar innecesariamente al Reino de Corazones, a menos que fuera obviamente por trabajo es decir, la milicia. Ya que, una vez atados los caballos, los soldados de diamantes se dispusieron a entrar en la primera taberna que vieron. A decir verdad, Credo no pensaba que el reino de rojo fuera tan pacifico como aparentaba ser, lo que el no sabia obviamente son las trifulcas que suelen armarse en ese lugar pues siempre iba "de paso" y nada mas. Sin darse importancia, sabia que estaba mal el simple hecho de estar ahi, recordo ese dia en el sanatorio no debio actuar tan imprudentemente.

Si ese maldito Capitan lo veia, seguramente le mandaria a arrestar y estando en corazones no habia mucho que hacer, simplemente, estaban en desventaja. Pero decidio dejar dichos pensamientos de lado ¿Para que negarlo? Hacia calor y un buen tarro de cerveza fria no caia mal. Sus canidas orejas se hicieron hacia atras, clara seña que estaba algo nefasto, en parte, se lo acreditaba al calante sol de medio dia.

A lo lejos podia percibirse el ruido de la taberna. No obstante los de "amarillo" jamas pensaron que habia alguna disputa dentro, es mas, tomaron el ruido como algo natural dada la clase del lugar al que estaban por adentrarse, desgraciadamente al introducirse el de mayor rango no fue bien recibido pues un tarro lleno de cerveza paso justamente a un lado de su rostro, unos cuantos milimetros mas y seguramente le hubiera golpeado. Sin embargo, lo que hizo molestar en sobre manera al canido (y cosa que era bastante raro) es que, el liquido que contenia dicho recipiente, ensucio su uniforme, a la altura del hombro. El gruñido asi como el crujir del cuero de sus guantes no se hicieron de esperarse, dos de los cuatro hombres que le acompañaban se alejaron del Capitan, el cual no se percato que el tercero de ellos habia sido golpeado por aquel proyectil hecho de vidrio, si, el soldado que se encontraba tras suyo... ¡Lo que ocasionaba su molestia!

-¡En nombre de la reina de Diamantes ¿Que demonio esta pasando aqui!?-

Ante tal nombre la gente como los soldados de rojo no tardaron en dirigir su mirada hacia los recien llegados.


...Y como siempre que se molestaba, lo impulsivo del moreno, no le permitio ver que todo estaba a punto de empeorar...
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Mensaje por Nero Sáb Ene 14, 2012 5:55 pm

Gritos, golpes, objetos volando por los aires, típico. Tantas revueltas ya eran calificadas como “normales” y de hecho ninguno de los trabajadores de este bar estaban alarmados o asustados. Las chicas bajo las mesas se limaban las uñas con desinterés mientras que otros conversaban alegremente sin prestarle mucho atención a lo que ocurrió a su alrededor. Como bien dije; ya esto era cuestión de todos los días. Aún me mantenía oculto bajo la barra, debía quedarme aquí por un buen tiempo hasta que la pelea termine, un largo tiempo ya que la última vez terminó a mediados de la madrugada.

Después de unos minutos aquel hombre de parche volvió a aparecer con lo que parecía una bolsa de dinero en su mano mientras carraspeaba un poco por tener que volver a pagarle a los guardias por los daños hechos.

-¿De qué me perdí? –Dijo tranquilamente mientras que sobre él paso velozmente un tarro de cerveza, solo se limitó a mirarme a mí.

-Rompieron otra ventana –Pude escuchar aquel alarido suspiro que daba el otro llevándose una mano a su rostro con demasiada decepción.

Ya sabía que esto iba a ir para rato pero de verdad aquellos soldados no podían pasar ni medio minuto sin sentirse imponentes sobre los aldeanos. Más gritos y más destrozos ocasionaban aquella pequeña disputa. Me recargué hacia atrás colocando mis manos tras mi nuca y la pierna derecha sobre la izquierda balanceándola un poco en total aburrimiento.

Quién diría que de un momento a otro, mi aburrimiento se volvería sorpresa.

-¡Los de amarillo! –Gritó uno de los soldados señalándolos como si fueran seres horrendos y malignos.

¿Qué hacían los de Diamantes acá? De seguro alguno de esas cosas muy formales que siempre hacen para los reyes; ser perros mensajeros. Bufé sin interés, pero una de mis orejas se mantenía arriba para escuchar lo que pasaba. Esa voz; se me hacía muy familiar, el robusto hombre se asomo con cuidado para ver quien había gritado.

-¡Es un perro! Como tú -¿Qué?

-¿Un perro? –Raro; también me asomé con cuidado, pero al ver esa imagen me levanté más rápido a la vez que golpeaba la mesa con ambas manos, no dejaba de ver anonadado lo que pasaba.

¡¿Qué mierda hace Credo aquí?! ¿Estaba acaso faltando con su promesa? Gruñí sin poder creérmelo llevándome la diestra a la cara y la siniestra a un lado de mi cintura. Se había formado un silencio sepulcral en el lugar.

Hasta que un soldado golpeo a uno de los guardias que estaban al lado del mayor y otra vez comenzó la riña, pero esta vez los aldeanos parecían querer ayudar a los de amarillo, preferían estar mil veces de el lado de estos que los de su propio reino.

-Aquí vamos de nuevo –Mencionó estando a mi lado. Rápidamente ambos esquivamos una mesa que venía en nuestra dirección.

Al parecer las cosas pasarán de malas a PEOR.
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Mensaje por Credo Dom Ene 15, 2012 5:55 am

¡Bravo!... Un aplauso para el ser de alto coeficiente intelectual que les señalaba al momento que gritaba... Era mas que obvio quienes eran, pues las insignias en el uniforme lo dejaban en claro.

El de mayor rango solamente fruncio mas el cejo. Estuvo a punto de hablar y pretender largarse de ahi mismo, ya sabia de antemano que entrar a la taberna no era una buena idea, y ahora se habia comprobado. Sin embargo, nunca falta el gracioso, un soldado de rojo se abalanzo sobre uno de sus hombres reanimando el fuego de la contienda. ¡Genial! Obviamente, su acompañante no se quedo atras, y continuo la agresion desatando asi, algo mucho mas grande.

¿Que explicaciones daria? Sinceramente jamas se habia visto en algo similar, es decir, una pelea sin fundamentos. Pero no iba a quedarse ahi parado como un idiota. Tomo de la solapa al soldado que habia retomado todo el borlote para lanzarlo contra el grupito de rojo. Para el fue facil pues al ser semi humano poseia fuerza mas alla de un humano normal. El unico de sus soldados que no habia sido golpeado, ayudo a levantarse al pobre que le habia tocado el tarro de cerveza.

Sabia que los de diamantes no eran bien recibidos en Corazones (especialmente siendo de la milicia) pero eso ya era exagerado. Cuando uno de los soldados de carmin pudo incorporarse se lanzo contra el Capitan el cual dio un simple paso hacia un lado evitando el golpe, y tener tiempo de asestarle uno de lleno en la quijada, ocasionando con ello que el soldado fuera a dar al piso.

-Sabia que debiamos continuar de largo-

Menciono a manera de reprenda. Obviamente, sus hombres le vieron de mala gana ya que, no era un momento muy oportuno. Ironico ¿Quién iba a pensar que la gente apoyaría a los "visitantes"? Definitivamente, el reino de Corazones era bastante extraño, al menos a su parecer. De vez en cuando había uno que otro osado que lanzaba el mobiliario al aire, golpeando no solo al enemigo sino también “a los aliados”

Debido a la imprudencia del soldado rojo que retomo el problema, Credo no pudo percatarse de la presencia del canido albino en el lugar y ahora, estaba mas ocupado esquivando cuanto proyectil se dirigiera a el, asi como los golpes de los soldados que salian al desquite.
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Mensaje por Nero Mar Ene 17, 2012 6:24 pm

¡Oh vaya! Cualquiera que viera esto creería que es un golpe de estado: Habitantes de rojo ayudando a los de amarillo, no era raro, ya mencioné que ellos preferían estar mil veces con la armada enemiga que con la suya propia. Mientras más y más cosas volaban por los cielos –Los cuales ya no eran solo simples cosas como tarros de cerveza o mesas, al parecer algunos ya encontraron la forma de lanzar personas al aire- Los empleados del dichoso bar nos manteníamos tan indiferentes a ello, como si nada pasará y solo fuera un momento de paz y tranquilidad.

Pero no era para nada paz para mí. Cruzado de brazos me mantenía serio mirando todo el espectáculo que hacia el canido mayor golpeando a cualquier soldado que se le atravesará y esquivando desde sillas hasta quizás algún compañero suyo. Bufé ladeando la cabeza de lado a lado, por otra parte el hombre de parche a mi lado se la mantenía esquivando cada cosa que llegaba a la barra y escondiendo el dinero que recién había sacado, además de contar todos los daños causados por los soldados.

Con tantos problemas que trae el bar aun no pensaba que él; siendo el dueño no se le ocurra clausurarlo, a fin de cuentas aun quedan muchos bares alrededor del Reino de Corazón.

-Ya regresó –Dije cortante sin mirar al robusto hombre que solamente asintió casi llorando por su pobre bar. Usando mis manos y brazos salté la barra a la vez que me agachaba levemente para esquivar una mesa y seguir caminando con tranquilidad.

Caminaba sin darle mucha importancia a las cosas que volaban a mí alrededor y miraba solamente a los empleados bajo la mesa, a los cuales algunos me saludaban con la mano. Una espada paso velozmente a mi lado la cual quedo clavada en la pared y luego fue tomada por otro y blandiéndola contra un soldado. Rodé los ojos siguiendo mi camino, ya casi estaba cerca del mayor, cuando lo esté lo suficiente planeó sacarlo para sacarlo de este lugar y que él y yo tengamos una severa y muy seria conversación.

¡No todo sale bien como uno lo planea! Si no fuera por dos problemas: 1- Creo que uno de los tarros de cerveza voló sobre mi ya que todo ese liquido amarillento y de mar sabor –Para mi gusto- Cayó en mi cabeza, y claro poco de él entro a mis ojos. Intentando tallarme los ojos y a la vez moviéndome guiándome de mi oído fue cuando sucedió lo otro. 2- Alguien me golpeo, o codeo y quien lo haya hecho lo hizo lo bastante fuerte como para dejarme tendido en el suelo.

-¡Agh mierda! –Vociferé, lo suficientemente alto pero mi voz no llegaba al tanto del ruido que había en el lugar.
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Mensaje por Credo Miér Ene 18, 2012 3:21 am

Si lo veia desde un punto de vista chusco, aquello bien podia servir de entrenamiento... Nunca sabes cuando un borracho iniciara una pelea tabernera ¿Verdad? Ademas, suponia que alla, en Diamantes, algo asi no se iba a llevar al cabo, no al menos de igual magnitud que ahi, y menos ocasionado por la inconformidad por el abuso del poder mostrado en la milicia.

Una mesa que habia sido lanzada, fue destrozada al estrellarse contra una pared. Y en momentos asi, era que maldecia el rango que ahora poseia, pues si algun soldado de rojo lograba ganarle "al orgulloso Capitan de Diamantes" en una simple pelea tabernera ¿Que seria en una contienda mas seria? Obviamente, hubo quienes aprovecharon ese factor, y se le lanzaron a los golpes.

Recibiendo como merecido, otros mas, sin lograr su cometido. Sus orejas permanecian hacia atras denotando la molestia que desde hacia poco ya se habia hecho presente en su persona. No se media con los golpes, no tenia porque dejarse. De uno bien plantado y severo es como mando a uno de los soldados de rojo a estrellarse contra uno de los muros, dejando al pobre hombre fuera de combate. De un movimiento un tanto improvisado es como se hace hacia atras, logrando esquivar a duras penas una silla, que iba para otro de los de la armada roja. Ya nadie prestaba atencion exacta al momento de lanzar "sus proyectiles" pues no habia tiempo como para apuntar correctamente.

Se trono los nudillos izquierdos, apretandolos ligeramente y de un solo golpe con la derecha, miro hacia su izquierda, otro soldado se le lanzaba, al cual recibio con un rodillazo en el estomago y despues, un revez con su siniestra apartandolo asi de su camino. Pudo sentirlo, otro mas a su derecha, por la espalda, se notaba que aprovechaban cada minimo descuido. Apreto fuertemente su mano haciendo crujir el cuero de su guante, y fue como, descargo un codazo sin poder observar claramente a su enemigo, pero sabia, que el golpe habia sido algo fuerte.

Y para su sorpresa (y desgracia) el quejido sono bastante... Familiar. Con curiosidad y sorpresa notable, el de piel morena se giro sobre sus talones, observando asi, a la ultima persona que esperaba encontrar ahi.

-¡Nero!- Grito con ese tono voz que siempre utilizaba justo para lanzar un regaño.

Su hermano. ¿Como es que le escucho? Su buen oido le habia ayudado, ademas el cachorro tenia un tono "particular" para las altisonancias. Por distraerse con el menor, una charola de metal volo en direccion al canido de Dimantes, dandole de lleno en la quijada haciendole dar dos pasos hacia atras y llevarse la mano hasta la parte afectada. No lo penso dos veces, tomo al albino por la solapa, y sin importar lo demas, salio del lugar.

Ahora le podia mas el hecho de haberle golpeado, que preocuparse por los soldados que le acompañaban siguieran alla adentro en la contienda...
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Mensaje por Nero Jue Ene 19, 2012 9:56 pm

¡Maldito, maldito, maldito golpe! No había sido muy grave, pero me dejo casi todo la cara roja –Si, fue en ese lugar específicamente- Y yo seguía tallándome los ojos, la cerveza hacía que me ardieran pero no era nada comparado al ese golpe. Con solamente escuchar aquel tono de voz sabía que mi vida correría peligro… Un momento ¿Por qué la mía? ¡Fue él quien me golpeo!…. No, eso no, ¡Fue él quien vino a Corazones habiéndome prometido que NO lo haría! Obviamente tampoco tuve tiempo para reclamar porqué este otro se me adelantó y me tomo de la solapa para jalarme fuera de dicho establecimiento.

-¡Oye, oye, oye, espera! –Forcejeaba para tratar de liberarme y lo logré, girando sobre mi propio eje para mirar al mayor- Antes que comiences a reprenderme o algo, sea lo que haya hecho que hiciera explícame unas cuantas cosas…

Crucé de brazos a la vez que echaba las orejas hacia atrás, casi de la misma manera que lo hacía él cuando estaba serio y/o enojado. Mientras estábamos afuera se podían escuchar gritos y demases golpes que sucedían en dicha contienda dentro del recinto. Inclusive, una mesa salió de otra ventana, y sonoramente apareció el lamento del dueño del bar. Más gastos innecesarios.

-Uno –Alcé el dedo índice diestro especificando o apuntando lo que quería decir- ¿Por qué estabas peleando? Sé que son soldados de rojos… ¿Pero no crees que ya eso era innecesario?

El “Orgulloso Capitán de Diamantes” gastando su esfuerzo y su recién adquirido rango para pelearse con simples soldados o plebeyos de una reino bélico. En otras palabras, ¿Qué le pasaba por su cabeza? Aunque general no dejaba de ser un animal en parte, así que tal vez sus preciados –Y bien guardados- Instintos
salvajes le obligaron a “Defender territorio”.

-Dos –Dedo medio- ¿A qué se debe a que me golpearás?

Aunque de seguro ya me esperaba una respuesta como: “Te atravesaste” Y aun cargaba la zona roja donde dichamente el mayor me codeó. Pero en serio, ¿Estaba usando esa fuerza contra pobres humanos? Y lo digo porque entre tanta concurrencia solo noté que éramos los únicos semi-humanos ahí.

-Y tres –Dedo anular. Quizás esta sea la más importante de todas. Tomé una gran bocanada de aire antes de soltarle dichamente lo que tenía que decirle.

-¡¿QUÉ COJONES ESTÁS HACIENDO TÚ AQUÍ?!

Off: Perdona lo malo del post 8DU -Se lanza a un hoyo-


Última edición por Nero el Lun Feb 20, 2012 3:53 pm, editado 2 veces
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Un típico día en el Reino de Corazón Empty Re: Un típico día en el Reino de Corazón

Mensaje por Credo Vie Ene 20, 2012 9:20 pm

Tipico, a los enojos. Credo solamente le miro de manera seria, lo usual en el. Matuvo los brazos cruzados a la espera de las quejas y reclamos del pequeño albino frente suyo. De vez en cuando, una de sus orejas giraba en direccion de donde provenia todo el escandalo. ¡Ah, vamos! El no tenia porque regañarle. El castaño es quien deberia estar reprendiendo al menor por su sola presencia en un sitio que, se supone no deberian entrar menores de edad, a todo esto ¿Que estaba haciendo ahi?

Cerro los ojos tomando una pequeña bocanada de aire antes de comenzar a responderle todas las cuestiones que habia plantado, pues, no habia querido interrumpirle. Suspiro pesadamente.

-En primera. Respondiendo ironicamente a la ultima de tus preguntas (o reclamo) Vengo de paso. Se me encargo pasar a wonderland por un encargo. Vamos de regreso.-

Miro sobre su hombro por unos breves instantes hacia aquella taberna antes de masajearse la sien con pulgar e indice.

-No planeaba detenerme pero los vagos que me acompañaban querian un trago, apenas entramos y un soldado de rojo se le dejo ir a uno de los mios. Se lo saque de encima, pero como en pelea de taberna, siguen llegando, luego me atacaron a mi. Lo cual responde a tu primera pregunta. Respecto a la segunda. Ya tenia a dos de rojo frente y pensaba que venia otro por atras en una pelea asi no se sabe-

Si, y ¿Quien iba a esperar encontrarse a su hermano menor en medio de una pelea como esa? A lo cual recordo.

-¿Tu que rayos estabas haciendo ahi?-

La pregunta se revertia ¿Verdad? Fruncio ligeramente el cejo sin evitar llevarse la diestra hasta la quijada y sobarla ligeramente debido al golpe que le habían dado con la charola.
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Un típico día en el Reino de Corazón Empty Re: Un típico día en el Reino de Corazón

Mensaje por Nero Sáb Ene 21, 2012 2:54 am

Así que, ¿Un encargo? Pues eso resolvía la última pregunta, y la segunda también era prudente. Los de rojos tan conocidos por ser así, ya la mala fama no los ganamos todos, no más con mirar al bar una sabía que se metería en serios problemas. Y hablando de eso, la pelea parece haber aumentado, suponiendo eso porque al mirar de reojo, más soldados de rojos aparecían y entraban preparándose para todo, y otros cuantos salían disparados o rodando por las ventanas.

-¿No pudiste simplemente dejar eso atrás? Si te diste cuenta aquí suceden muchas peleas –Mantenía los brazos cruzados doblando un poco la cabeza hacia un lado.

Al momento volví a tallarme los ojos, ¡Ung! ¡Estúpida cerveza! Tuvo que haberme caído bastante como para que aún me ardan los ojos. Y de paso tenía que revisarme el golpe, de seguro se me pondría morado de un momento a otro, y lo peor es que al ser albino se notará, y mucho.

Mientras más personas entraban, más salían con varias heridas, y en una de eso noté uno de los empleados que había salido ileso, de hecho ni siquiera le importaba lo que pasaba, cargaba sus cosas y al momento de verme se despidió de mí moviendo su mano y caminando en dirección opuesta. Voltee a mirar a Credo y dar un alarido bufido a su pregunta.

-Imbécil, trabajo aquí –De seguro la palabra “Trabajo” no le procesaba bien en la cabeza.

O quizás el solo pensar en la palabra “Bar” más “Trabajar” más “Pelear” no le resultaba bien para él, y en cualquier momento me dirá su sobreprotector sermón sobre algo de la misma índole.

-Trabajo aquí desde hace un largo tiempo –Esto tal vez empeoraría las cosas- Y bien se que estas peleas se forman diarias y continuas, y como va esta de seguro durará hasta el anochecer….

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Mensaje por Credo Sáb Ene 21, 2012 3:42 am

-No, no podia, ni modo dejarme golpear y quedar mal ante los de rojo que luego harian burla-

Tambien debia cuidar bien su rango, no podia permitir simplemente que Soldados cualquiera trataran de lanzarse en su contra tan solo por lograr haberle dado un golpe en una simple contienda como esa. De vez en cuando miraba sobre su hombro... Si seguia asi, debia sacar a sus hombres de ahi, ya fuera por las buenas, o a la fuerza.

Suspiro pesadamente. Ahora con mas razon les pondria una reprenda llegando a Diamantes, y todos los de la armada amarilla sabian que los castigos de Credo no eran muy buenos, asi como estrictos, y todo lo habia aprendido del General, del cual ahora, el llevaba su apellido.

-¿Trabajo aqui?-

Molestia, fruncio ligeramente el cejo, sus orejas se hicieron hacia atras. ¿Desde hacia tiempo? El crujir de sus guantes no se hizo esperar al apretar sus brazos pues aun mantenia estos cruzados.

-¡Trabajas ahi! aun a sabiendas como es el ambiente. ¡Como se te ocurre!-


Llevo la diestra en direccion de donde provenia el ruido.

-¡Mira nada mas como estan las cosas, deberias re considerar los hechos y pensar primeramente en TU seguridad!-

Claro, hablaba quien le habia golpeado (por error pero a fin de cuentas golpe) Agarro aire para bufar ligeramente intentando calmarse.

-No digo que no trabajes, es solo que... ¡Agh!- Elevo la izquierda, para acomodarse el cabello en un ligero tic que mostraba de vez en cuando se molestaba, junto con el temblar de la ceja izquierda, el cual ya se habia hecho presente.

-No es un buen lugar y ahora me tendras mas preocupado sabiendo como se ponen ahi dentro las cosas-

Uno de los soldados rojos fue aventado hacia afuera de la taberna justo por donde se habia roto previamente una ventana.

-Genial, ahora seguro tendre que entrar a sacar a los mios, si siguen vivos-

Menciono con sarcasmo, mirando al soldado que se levantaba, como si aquello fuera cosa de todos los dias.
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Mensaje por Nero Lun Ene 23, 2012 4:36 pm

Aunque diferentes en varios aspectos, se notaba que teníamos algo en común: El orgullo; en ese caso hasta yo estaría golpeando sin piedad a esos soldados de rojo. Pensándolo bien, no necesitaba que estuvieran en un bar para hacerlo, con solo dar vuelta a una esquina ahí estaban disfrutando de su “gloria” como la armada de rojo y aprovechándose de los demás.

¡Como los odiaba!

¿Ah? ¿Qué tenia de malo trabajar ahí? Aunque es un bar, trabajo es trabajo con consecuencias y adversidades. Bufé ligeramente rodando los ojos, primero que nada no sé para que me reprendía si yo era el que debía hacerlo con solo el simple hecho de su presencia acá, pero como veo los papeles se invirtieron.

Otra vez.

-¿MI seguridad? –Llevé una mano a mi pecho y la otra a un lado de mi cintura- No soy un niño como para que alguien me este agarrando de la mano, quien se me eche encima le partiría los huevos de un solo golpe…

Otra vez, una nueva persona salía disparada del recinto, se levantaba y sacudía y volvía a adentrarse a ese lugar con todas las intenciones del mundo, no había nada más satisfactoria que mostrarle quienes verdaderamente mandan a la armada de rojo. Crucé nuevamente los brazos ladeando la cabeza hacia la derecha mientras suspiraba; en efecto aquella pelea se prolongaría hasta deshoras.

-Si no se los comieron vivos los de la armada de corazón –Mencioné sonriendo sarcásticamente, como solo eran cuatro soldados de amarillo quizás probablemente hayan pasado a mejor vida, claro la armada de Diamantes era bastante mejor comparados a los de rojo, así que sobrevivirán.

Pero a veces hay que tomarse eso de “comérselos vivos” de una forma literal, algunas que otras veces.

-Mira, tengo que volver ahí dentro –Apunte a lugar que ahora parecía ring de pelea- Aun con esas peleas ahí humanos que disfrutan de la desabrida cerveza… Toma a tus hombres y haz lo que quieras, de todas formas ya están en el Reino de Corazón…

Y nuevamente me encaminé a la entrada del bar, esquivando rápidamente un tarro de cerveza y luego una silla. ¡Wow! Se había vuelto salvaje la pelea.
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Mensaje por Credo Sáb Ene 28, 2012 5:36 am

Chasqueo la lengua ya claramente molesto,o mas, de lo que ya estaba. ¡Sabia que Nero ya no era un niño! Pero aun asi no puede evitar preocuparse, teniendo en cuenta la prepotencia del pasado por no poderle ayudar y estar a su lado cuando mas lo necesitaba.

Estuvo a punto de refutar cuando una nueva "victima" salio de manera nada ortodoxa del sitio. Para colmo, Nero seguia echando leña al fuego con sus comentarios. Credo no recordaba alguna vez haberse enojado a tal grado... Ah, espera, si, en su casa cuando el menor le dijo que era igual a los soldados de corazones.

-¡Ah, porfavor!-

Exclamo, mientras viraba la mirada y llevaba las manos hasta su cintura. ¡Y ahora le daba ordenes! Mocoso impertinente, como sentia ganas de reprenderlo peor que a uno de sus soldados y todo por el cinismo que se cargaba. Tranquilizandose un poco y pensando mejor las cosas, es cierto, no esta en "sus terrenos" lo mejor es no actuar imprundentemente. Aunque no se viera bien, lo mejor era tomar a sus hombres y largarse, pues fue lo que en un principio pretendia.

Ni hablar. Se adentro a largados pasos de nuevo al lugar de la contienda. Con la mirada busco a uno de sus soldados.

-Matthew, agarra al vago de Seth y sacalo de aca. ¡Nos largamos!-

Y por estar dando ordenes, no se percato que uno de los suyos fue aventado, haciendole tambalearse hacia atras y empujar a Nero causando que este a su vez, se tropezara con un ebrio en el suelo. El albino fue a dar de cabeza a un barril abierto que contenia cerveza oscura (de la mas fuerte), si el menor no tenia buena resistencia a las bebidas embriagantes...

Algunos rieron, otros mas se enfocaron en lo que estaban haciendo, obviamente: pelear. El canido sinceramente no se percato. Estaba mas ocupado impactando sus nudillos sobre la cara de uno de los soldados de rojo, desquitandose por la cerveza derramada en su pulcro uniforme.

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Mensaje por Nero Lun Ene 30, 2012 7:14 pm

Como lo dije, el lugar se había vuelto salvaje. Y la mayoría de los empleados se iban a sus casas por la puerta trasera, si ellos lo hacían ¿Por qué yo no? Bien que podía simplemente caminar, esquivar y en algún momento golpear a quien se me atravesará para buscar mis cosas y largarme. No, tenía que pasar algo como SIEMPRE me pasaba algo en estas situaciones, estoy comenzando a cuestionar eso que llaman “Karma”.

Un soldado de amarillo tropezó conmigo a espaldas, lo cual me hizo tambalearme hacia adelante y tropezar ahora con un ebrio que yacía en el suelo y caer de cara dentro de un barril con cerveza. ¡Horrible, asqueroso y grotesco sabor tenía la cerveza negra! Saqué la cabeza, todo mi pelo había quedado empapado y ahora mojaba mis hombros y lo peor es que los ojos comenzaban a arderme nuevamente y empecé a tallarlos caminando hacia atrás.

¡Asqueroso! Sacudía mi cabeza para sacarme el exceso de licor que tenía y de un simple momento a otro comenzaba a ponerme mareado y tambaleante, tanto que tuve que apoyarme del mesón para no caer. ¿Cuánto licor había tragado en ese momento? Era de la cerveza negra la más fuerte, horror.

Y otra cosas mil veces peor es que comenzaba a escuchar las voces distantes y borroso todo el lugar. ¡Maldición! Alcé la vista un poco para buscar a alguien más solo podía divisar manchas en cualquier lugar, claro una me llamó la atención así que suponía que era él. Tambaleante y tropezándome con absolutamente todo sin fijarme de lo que era, quizás mesas o sillas, hasta personas.

Hasta llegar a la “gran mancha amarilla y castaña” el cual comencé a empujarlo hasta fuera del bar como podía, tambaleando me costaba y la fuerza del mayor era más grande que la mía en estos momentos. Logré el tanto cometido que quería ahora me ponía frente a este. Cualquiera que me viera diría que a duras penas podría sostenerme.

-M-M-Mira -¡AAH! ¡Estoy hablando como borracho!- N-No s-se q-qu-que a-acaba d-de o-ocurrir… P-Pero m-mejor t-te v-vas d-de a-aquí m-mancha g-gigante c-con f-forma d-de C-Credo…

¡Y divagaba! Estaba peor de lo que creía.
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Mensaje por Credo Jue Feb 02, 2012 9:15 am

-¿Que, que?-

Si, que uno de los suyos habia sido golpeado con el tarro que le habia ensuciado el hombro, y el, en su molestia, apenas se enteraba. El tercero y el que estaba libre, de sus hombres ayudo a aquel que habia tropezado con el canido menor.

Momento ¿Que habia pasado con Nero? La respuesta llego inesperadamente a el, al verse empujado precisamente por la persona que habia estado buscando. La curiosidad no busco escondite en las morenas facciones del Capitan al tener que retroceder. Miro a sus hombres, para hacerle una seña con la cabeza, indicandoles que salieran. Y pronto, el mismo les secundo, aunque no de la misma manera.

Una vez fuera del revoltoso lugar exhalo aire tratando de calmarse, no necesitaba molestarse de nuevo de semejante manera.

-Adelantense, pero no se queden en el pueblo, los veo en unas horas en las afueras. Sirve que se atienden-

Y no, no era sugerencia, en parte era orden, otra mas reprenda. Miro entonces al albino frente suyo el cual a duras penas y podia hablar. El fino olfato del Capitan le hizo intuir a que se debia: Al alcohol. ¿Le dejaba cinco minutos y ya estaba ebrio? Llevo su indice y medio diestros a la frente del menor para empujarle ligeramente hacia atras.

-Obligame
- Fruncio el cejo -De aqui no me largo y menos ahora que estas en semejante estado.-

Sabia que era estupido ponerse a tratar de razonar con una persona con alto grado de alcoholismo, mas lo que habia dicho, era totalmente cierto, no se iba a ir de ahi sabiendo el estado en el que se encontraba el menor.
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Mensaje por Nero Sáb Feb 04, 2012 8:05 pm

Que horrendo era que todo te diera vueltas y que casi no puedas distinguir una cosa de la otra. Bien sabía que Credo era la persona –O mancha en este caso- que tenía en frente, quizás pueda ser alguien más, no podía decirlo con exactitud porqué: Quien sabe que tan alto nivel de alcoholismo tenía en el cuerpo además de que no podía reconocer el olor del otro porqué solamente reconocía el de la cerveza. Solo sentí un leve empujón en mi frente que hizo que alzará solo un poco la cabeza y luego llevará una mano a mi frente.

Si no escuché mal –Y de seguro escuché mal- Había dicho que lo obligará a irse, no iba a ser tan fácil. Otra vez me coloqué a su lado y lo tomé de un brazo jalándolo a donde creía yo que estaba el camino hacia la entrada/salida del reino de rojo y sí estaba equivocado de camino. ¡Vamos! ¡Estaba mareado! ¿Qué coño iba a saber yo por donde iba?

-¡Grrrr! –Un gruñido visible a la vez que soltaba al mayor y llevaba ambas manos a mi cabeza desordenando mi propio cabello. Otro gruñido y miraba nuevamente al mayor –Suponía- con ojos de irá y rabia.

¿Odio? ¡Neh! Muy lejos de ser eso.

-¡Es tú culpa! –Al fin decía algo normal, pero no lúcido lamentablemente- Me prometiste que no pondrías ni un solo pie en este miserable lugar –Con el dedo índice daba leves empujones en el pecho del mayor- Y ahora dices que te vas a quedar aquí…. ¡LÁR-GA-TE!

Y extendí el brazo indicando la salida, hasta sentir una punzada en todas mis sienes y otra vez tuve que llevar ambas manos a mi cabeza.

-¡Lárgate!
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Mensaje por Credo Mar Feb 07, 2012 7:52 am

Quiza por el alcohol el menor pensaba que movia al canido castaño. Pues es mas que obvio, en semejantes condiciones seguro y apenas era capaz de sostenerse en pie. Lo cierto era, que no habian avanzado ni un poco desde el punto de origen.

Sonreia divertido, en toda su vida jamas imagino sinceramente observar a Nero ebrio y la situacion era bastante chusca sin duda alguna. Finalmente, el albino le solto. Credo solamente se cruzo de nuevo de brazos a la espera de una nueva ocurrencia del de ojos azules. ¿Su culpa? Ladeo ligeramente la cabeza, como can desentendido. ¿El habia tenido la culpa de lo impulsivo que Nero habia actuado al adentrarse asi al sitio y tropezar con uno de los ebrios de la taberna?

Nah, accidente, y en medio de una pelea, no era de sorprenderse. Suspiro pesadamente.

-Te dije, que no vendria a este chiquero si no era solamente por trabajo. Aunque la verdad no tiene caso ponerme a razonar contigo, estas ebrio- Rodo la vista, como si no fuera eso mas que obvio.

–Ahora que, si te portas como un buen cachorro hare que estes sobrio en rato-

Claro, Nero portándose bien, según el Capitan de Diamantes, esas palabras solo podrían ser escuchadas con un No en medio dando por resultando: Nero no se porta bien.
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Mensaje por Nero Vie Feb 10, 2012 6:24 pm

Apretaba fuertemente mis sienes, estaba mareado, confundido, no entendía nada, tenía un horrible sabor en la boca y no se diga del olor que ahora impregnaba y lo único que me cuadraba era que estaba peleando con mi hermano mayor por… ¡Genial! Ya no sabía tampoco porque razón me encontraba peleando con él.

Escuchaba un poco lo que salía de la boca del caoba, más simplemente pude comprender unas palabras:

“No tiene caso ponerme a razonar contigo, estás ebrio” Cierto, ¡Estaba ebrio! ¿Y hasta ahora lo tenía en cuenta? Tal vez sí, tal vez no. Con esto no sabía ni siquiera si estaba de pie o tirado en el suelo, pero sentía mi cola colgada, así que estaba de pie. Se prolongó un minuto de largo silencio en donde yo no decía nada –Quizás el mayor hablaba pero no le prestaba atención- Y como si estuviera más loco de lo que habitualmente ya estaba comencé a reírme por lo bajo y dicha risa empezó a hacerse más y más fuerte hasta el punto de doblarme hacia delante y colocar mis brazos sobre mi estómago.

-¡E-Estoy e-ebrio! –Alcé los brazos esta vez sin dejar de reírme- L-La c-cosas q-que a-aparecen c-c-cuando d-d-decid-des n-no t-tomar… C-Creo q-que e-es el k-karma c-como m-muchos d-d-d-di-dicen…

Y mientras reía como idiota en el bar seguía la pelea y al parecer más cosas se estaban rompiendo y eso ponía más desesperado al dueño del lugar. Había dejado de reírme como maniaco y terminado de limpiar las lágrimas que se retenían en mis parpados. Un leve sonido salió de entre los callejones, ladee el rostro para ver a un lado del mayor quien me tapaba la vista y vi a un gato de gran tamaño, color café que se lamía la pata delantera con orgullo.

Una sonrisa juguetona y entre dientes a su vez di al ver tan enorme gato lamiéndose como si nada y sin preocuparse de lo que pasaba.

-Gatito… -Murmuré caminando en dirección al gato pasando de lado del mayor y lanzándome contra el gato. Esté claro fue más rápido y se movió hacia a un lado aludido y luego Salió corriendo- ¡V-Vuelve!

Me levanté lo más veloz que pude para perseguir al gato, mi lucidez de había ido bien lejos del lugar cuando me eche sobre el gato, pero solamente dar tres pasos cuando mucho me tropecé con un florero, me golpee el rostro con una puerta que justo en ese momento alguien la abría, con ambas manos en mi rostro di pasos hacia atrás y volví a tropezarme con el mismo florero y caer de espalda sobre un… ¿Charco de lodo? ¿De dónde había aparecido?

-Grrhmm… -Murmuré levantando solo el dorso y sobándome la cabeza. Me levanté como si nada –Al parecer el alcohol me daba más resistencia- Y miré a ambos lados, sin previo a nada volví a correr, reír y “ladrar” tras……… En realidad no perseguía nada.

¿Y a todo esto que paso con Credo? Minutos atrás estaba peleando con él, ¿O fue una simple alucinación?
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Mensaje por Credo Miér Feb 15, 2012 4:09 am

El mayor de los canidos simplemente miraba al albino mientras se mantenia cruzado de brazos con una expresion que denotaba muy claramente que aquello no era de su agrado.

¿Karma? ¿De que? o ¿Por que? Si algo considera estupido Credo southworth es que la gente se escude en algo como la buena o la mala suerte, o peor, el karma.

Bufo ligeramente escuchandole reir, sus canidas orejas se hicieron hacia atras y su mullida cola permanecia recta. Desvio por unos breves instantes la mirada hacia el ruido producido por la taberna. Que bueno que le habia ordenado al escuadron de vagos que le acompañaba retirarse.

Breve instante que, seguro Nero aprovecho. ¡Genial! Ahora tendria que ir tras de el. Maldita sea la hora en que el menor se embriago, aunque haya sido por error. De manera lenta y realmente molesto, siguio al can, tomandose su distancia, mientras que se repetia una y otra vez mentalmente "Sabia, sabia que debiamos seguir de largo".

Estiro entonces la enguantada diestra para pescar al menor por la gorra roja de su chaleco y tirar de este.

-¡¿Es que no puedes quedarte quieto ni cinco miseros minutos!?- Reprenda, no se esperaria menos de alguien estricto y austero como el.

Realmente, hizo un sobre esfuerzo por no gruñir, cosa que logro exitosamente. Mentalmente conto despacio hasta mil(?) tratando de serenarse.

-Tch, ¡Vas a venir conmigo quieras o no!- En el reino rojo, con uniforme e insignia de Diamantes, y molesto...

...Y arrastrando a un joven de semejante manera, no daba muy buena impresion que digamos. ¿Pero que hacerle? su deber como hermano mayor es ayudarle cuando esta en problemas, y corregirle cada que haga algo mal ¿No?

-Debe de haber algun lugar donde comprar un buen cafe cargado, solo asi se te bajara el alcohol de golpe
- Menciono jaloneandolo, justo como el dia que se reencontraron.
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Mensaje por Nero Miér Feb 15, 2012 5:52 pm

Y corría, y corría y corría. ¡Paró! Y todo me daba más vueltas, instintivamente volví a llevarme las manos a mi cabeza para intentar detener el mareo cosa que no funcionaba para nada. Apenas sentí el jalón por detrás a tropezones nuevamente intentaba caminar ahora hacía atrás. ¡Ah! Con que ahí estaba Credo, ¿En donde se había metido? ¿O ya llevaba ahí todo el tiempo?

¿Ir con él? ¿A dónde? Es más… ¿Dónde se supone que estábamos? Al mirar una bandera con la insignia del corazón fue como si un flash pasará por mi mente. ¡Ah! Estábamos en el Reino de Corazón. ¿Café decía? ¡Puaj! Eso sabía incluso peor que la cerveza, no iba a tomarme una taza ni aunque quisiera.

-N-No m-me g-gusta e-le c-café –Intentaba liberarme forcejando pero nada, simplemente el alcohol absorbió todas mis fuerzas- ¡No quiero café!

Replicaba como si fuera un niño pequeño, incluso solamente faltaba que empezará a patalear y todo. Simplemente no sabía a dónde me jaloneaba pero sé que me seguía tropezando con mis propias pisadas. ¿A dónde era que íbamos?

-¿E-Eh? Y-Ya n-no m-me a-acuerdo d-donde v-vivo -¿Acaso tenía hogar? Y nuevamente otra cosa flash apareció en mi mente- ¡C-Credo, C-Credo! ¿V-Vivo en e-el c-castillo de c-corazón?

Intentaba recapacitar un poco sacudiendo mi cabeza.

-¡A-Ah n-no! V-Vivía a-ahí –Movía la mano izquierda de arriba abajo como si no fuera la gran cosa- E-Entonces… ¿V-Vivo e-en e-el b-bosque? ¡N-No! Y-Ya d-deje d-de v-vivir a-ahí h-hace m-mucho a-años…

Era oficial, ya no tenía la menor idea de lo que estaba haciendo, diciendo o incluso del lugar en donde estaba.

-¿Y-Ya t-te d-dije q-que s-soy g-gay?

Off: ¡TENIA QUE HACERLO! XDDDDDDD
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Mensaje por Credo Mar Feb 28, 2012 3:35 am

-Te lo vas a tomar y punto-

Discutir con Nero, en semejante estado no servia realmente para nada, y si es que desea sacarlo de la briaguez entonces tiene que encontrar un lugar donde vendieran un mugroso cafe... Odiaba el reino de Corazones, tan belico tan...

-"Cambiado"...-

Trece años fuera de ese lugar y cuando iba simplemente era de paso, ya no reconocia las calles, ni nada de la indole. Y Nero tuvo que echar mas leña al fuego con dicha pregunta, aunque para su suerte antes que Credo le reprendiese, nuevamente, se corrigio. Suspiro pesadamente, tampoco debia tomarlo en serio, cualquier cosa que ahora decia eran puras estupideces, causadas por el alcohol.

Aunque tambien las estupideces hacen que la gente se moleste ¿No? Asi como las bromas pesadas... MUY pesadas ¿Cierto?.

-¡Deja de bromear en este mismo instante y de hablar tonterias semejantes, Nero!- Reprenda. como si uno de sus mejores hombres hubiese cometido una grave falta.

-No creas que me haras enojar con tus bromas de mal gusto, que no es momento para ello- Aja, molesto ya estaba desde que entro en esa taberna de mala muerte.

Con la mirada buscaba el lugar al cual estaba obligando a Nero a ir. ¡Bingo! Le solto de la capucha para tomarle ahora por la muñeca y encaminarle hasta el sitio: una cafeteria.

-Realmente te vuelves mas pesado en semejante estado- Que bueno que no bebia y eso solamente habia sido un accidente

... ¿Verdad?
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Mensaje por Nero Miér Feb 29, 2012 5:41 pm

Las cosas se veían tan extrañas, bueno más de lo normal. De paso que caminaba a tropezones mientras me jalaban por la gorra del chaleco y no sé por qué demonios veía mariposas revolotear a mí alrededor y sentir la vaga necesidad de perseguirlas…

… Y comerlas, no veía forma que se pusiera peor. Escuchaba lo que el mayor me decía, un regaño obviamente sin tener la culpa de algo. ¿Broma? ¿Qué broma? Es más….

-¿D-De q-que e-estamos h-hab-blando?

¡Ok! Sí debía quitarme rápidamente el alcohol del cuerpo o sí no, de seguro haré algo de lo que me arrepienta después. Sentía que el otro me soltaba y no evite perder un poco e equilibrio y casi caer hacia atrás, hasta que me tomó de la muñeca para encaminarme a un lugar. Por el olor que impregnaba e lugar, Credo debe haber llegado donde quería… Una cafetería.

-No quiero café –Otra vez la actitud de niño malcriado que se ponía a berrinchar cuando alguien no cumple su capricho. A la vez que el mayor me obligaba a ir a tal sitio yo intentaba liberarme de su ahora nuevo agarre usando mi mano contraria para quitar la suya.

-¡S-Suéltame! –Paré en seco poniéndole más presión a mi mano para quitarme la contraria- ¡Suéltame, suéltame, suéltame, suéltame!

Y ese tonto berrinche trajo a vista de muchas personas que ahora miraba a ambos como si fuera a pasar algo malo y miraban aún más extrañado al menor porqué era de la armada amarilla. ¡Como si estuviera en condición para fijarme en lo que pasa!

-¡Q-Que me sueltes! –Ahora jalaba para tratar zafarme, me mantenía bien preso y eso que no parecía usar su fuerza en su totalidad- S-Si n-no m-me s-sueltas y-y-y-yo…

¿Yo qué? ¿Qué se me podía ocurrir en tal estado? Lo único que se me ocurrió creo que cabe en “Instinto”. Me vi “obligado” a morder el brazo de Credo para que me soltará por impulso, aunque algo me decía que me iba a ir muy mal por haber hecho eso.

Muy, muy mal.

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Mensaje por Credo Vie Mar 02, 2012 4:12 am

Credo suspiro pesadamente al escuchar la pregunta de su hermano menor. No debia tomarse en serio todo lo que el dijera, en ese estado no era probable que dijese algo coherente y logico.

Echo nuevamente hacia atras sus mullidas orejas... no supo porque, se vio a si mismo unos cuantos años mas joven (trece, para ser exactos) y de la misma manera a Nero, cuando su madre le mandaba a por el y le regresaba a casa, de mala gana... Tecnicamente casi a rastras asi como le llevaba.

Pero ahora no eran unos niños y Credo ya no pertenecia al Reino de Corazones, de hecho, era muy mal visto que estuviese llevando de esa manera a Nero, a ojos ajenos aquello pareceria mas un arresto (extraño, claro por como le llevaba) o algo peor, y todo por la insignia de su uniforme.

Igual, ni que no estuviese acostumbrado a cosas similares, sabia que la muchedumbre en esos aspectos era curiosa, por no decir, amarillista.

-¡No!- Sentencio, dando paso a un malentendido peor, pero credo southworth no iba a parar a detenerse por algo asi, ya habia dicho que le iba a quitar lo ebrio a su hermano, y eso haria.

¿El que? Acostumbrado a situaciones de la indole, el de cabello castaño no se intimido en lo absoluto. Fue cuando sintio los filosos colmillos del can menor incrustados en su piel. A lo cual el capitan de Diamantes lo unico que pudo hacer fue resoplar y ahogar un quejido de dolor.

-¡Nero!- Cerro el puño y entonces...

Le dio un coscorron. ¡Jamas llego a pensar que el menor fuese a morderle! Obviamente esto no se habia visto en antaño, ni cuando se molestaban por cosas absurdas en la niñez.

-¡Me vas a pegar la rabia! No tengo idea de donde te haz metido-
Media broma. -Maldita sea, se un buen perro, acompañame para quitarte lo ebrio y poder largarme de este apestoso reino-

Con la libre se masajeo la sien intentando calmarse, mientras sacudia el brazo donde el albino le habia mordido, con afan de sacarselo en dado caso que el coscorron no haya sido suficiente como para hacerle entender. Claro, hizo dicha accion pues principalmente, no pretendia golpearle, segundo, si hacia algo mas, podria meterse en problemas con la armada al dejar en claro los malentendidos y tendria que dar explicaciones del porque el "maltrato" al joven y no queria dejar al descubierto la similitud que hay entre ambos.
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Un típico día en el Reino de Corazón Empty Re: Un típico día en el Reino de Corazón

Mensaje por Nero Lun Mar 05, 2012 5:30 pm

Por más presión que ejercía el otro yo apretaba más la mandíbula para aferrarme más al brazo del mayor. Aún cuando sentí aquel pequeño pero fuerte golpe en mi cabeza el estar mordiendo la extremidad ajena hizo que callará un leve quejido y siguiera en lo mio hasta que comenzó a agitar el brazo para soltarlo. Por el grado de ebriedad de mi cuerpo ese golpe casi ni lo sentí al igual que cuando agitaba su brazo, si ya de todas formas estaba mareado.... ¿Que tanta cerveza pude ingerir en ese momento para llegar a ser esto?

"Se un buen perro" Uhmmm.... ¿Donde había escuchado eso antes? Por inercia -Sí era lo que se podría decir- Ya había soltado su brazo y alejado unos cuantos centímetros de él. ¿Ahora qué? Aún no quería tomar ese apestoso café pero quería quitarme la borrachera de encima, todo un dilema y ya tenía la cabeza ocupado en otra cosa.

-¡T-Tsk! -Musitaba ligeramente cruzándome de brazos y sentándome en el suelo. Después de un minuto apoyaba mi rostro en mi nudillos de la mano derecha y el codo en mi pierna- ¿Y-Y t-tú p-porqué e-estas a-a-aquí?

Me levanté de golpe cosa que me hizo marearme aún más y por no encontrar con que sostenerme caí de golpe al suelo.

-¡He-Hey! N-No l-lo s-sentí..... -Mencioné entre una risa juguetona. Nuevamente me levanté de golpe pero sí logré mantener el equilibrio, o al menos algo. Miré al mayor que a simple vista no parecía tan agusto con nada ni siquiera con estar en su..... ¡Ooooh! Esté ya no era su hogar, cierto.

-¡O-Oye! C-Credo, ¿T-Te p-puedo c-confesar a-algo? -Le dije con un ligero rubor en las mejillas que fácilmente podría pasar por el exceso de alcohol de mi cuerpo- H-Hay a-alg-guien q-que m-me g-gusta, p-pero n-no s-se s-si y-yo l-le g-gusto...

Off: lfringutgt xD Pongamos que cronológicamente -Se pone unos lentes (?)- Este es el punto donde Nero recién empieza a conocer a Dante y Credog aún no ha hechado carrera tras él xDDDD Me dices si quieres que lo re-edite D:
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Un típico día en el Reino de Corazón Empty Re: Un típico día en el Reino de Corazón

Mensaje por Credo Sáb Mar 31, 2012 9:42 am

Con el cejo fruncido, el capitán de diamantes se tomaba con la mano libre la parte donde su hermano menor le había mordido. ¿Otra vez con eso? Maldita situación repetitiva, inconscientemente echo las orejas hacia atrás, mirándole con desapruebo.

...En serio, maldita la hora en que Nero se embriago, aunque fuese por accidente.

-Vine a que mi "adorable" hermanito me mordiera- Bromeó, aunque en voz apenas audible, no necesitaba que la guardia roja se enterase de la similitud entre ambos.

Rodo los ojos, mirando como el can albino caia de semejante forma al suelo... Había visto ebrios... y a Nero. Resultaba curioso como en ocasiones lograba huir corriendo de él y ahora no podía ni siquiera levantarse sin perder el equilibrio.

-¿Ahora qué?- Mencionó cruzando los brazos a la altura del pecho

Ya le había quedado claro que todo lo que hiciera, o dijera, en ese estado, no debía tomárselo enserio ¡Estaba ebrio! Era lógico y coherente que no razonara de forma correcta (lo cual suena irónico siendo wonderland) ¡Lo que le faltaba! ¿¡Ahora se iba a poner sentimental como algunos de sus soldados cuando estaban borrachos!? Suspiró lentamente, tratando de calmarse. ¡Ya hasta estaban armando un numerito!

-Venga, me cuentas luego, cuando estés en tus cinco sentidos… por ahora no te voy a creer nada. Así de simple-

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Mensaje por Nero Dom Abr 01, 2012 7:33 pm

¿Adorable? ¡Aaaah! ¿Por qué siempre era adorable? Eso era humillante, me hacía sentir como un niño chiquito y no como un adolescente de 17 años que era. Inútilmente, donde me había golpeado cuando me caí estaba comenzando a dolerme, así que mientras miraba al mayor acariciaba mi barbilla a la vez que de vez en vez me tambaleaba por no poder mantener el equilibrio en un ciento por ciento.

¿Como que contarselo luego? ¡Pero necesitaba decírselo ahorita! -O por lo menos el estado de ebriedad que tenía en ese momento me hacía sobre exagerar más las cosas- La cuestión era que parte de mí necesitaba decirle eso.

-¡P-Pero..! -¡Ah vamos! ¿Por qué no quería creerme ahora?- B-Bueno... ¿H-Hay u-una f-forma d-de q-que m-me c-creas?

Rápidamente dirigí mi vista al pequeño restaurante que teníamos cerca, el cual desde hace rato un ligero aroma de café emanaba de dicho establecimiento. Chasqueé con la lengua para volver a mirar a Credo a los ojos.

-S-Si m-me t-tomo a-aquella p-porquería q-que l-llamas b-bebida.... ¿M-Me c-creer-rias?

Algo de mi decía a gritos que no me creyera... ¡Que no, que no, que no, que no! Y con decir aquellas palabras supongo que cabe mi tumba.

-¿Y-Y b-b-bien?
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