Si te preguntan: Tu no has visto nada. [Priv. Aloshka]

Día de encargo, Jazmín aprovechaba que ya supiera ir a algunos reinos, para de vez en cuando mandarme a hacer algunos encargos, sobre todo al reino amarillo, que según ella era el más seguro, entonces acumulaba algunos encargos para que yo los hiciera todos el mismo día, claro que yo nunca me negaba.

Fue por ese motivo que llegue al reino amarillo, llevaba un vestido azul claro de manga largas con detalles naranja pastel, zapatos bajos, mi cabello atado en dos colas altas, y ese día estaba especialmente ondulado y una mochilita de conejo-panda para guardar algunas cosas, tome la lista que me había dado la mujer mariposa y la leí...
-Ir a buscar un pago a..... [inserte dirección]
-Ir a dejar el pastel a la librería
-Volver a disculparte con el general de la armada
-Ir a la herrería por un juego de cuchillos, encargados a mi nombre.

-Aun insiste con las disculpas?.... si el señor Credo ya las acepto, acabara aburriéndose de tanta insistencia. Creo que omitiré esa parte.. hum... primero iré a dejar el pastel- murmure para mi guardando la lista en mi bolsillo y tomando la caja que tenia a un lado mientras veía la lista de deberes. Y cuidando la caja del pastel me dirigí a la dirección indicada...

...Paso gran parte de la tarde y ya había acabado con los dos primeros encargos, solo faltaba ir por el set de cuchillos y podría volver a casa, rápidamente llegue a la herrería.

-Disculpe, vengo por un encargo- dije alto para que me escuchara el herrero que se encontraba en la parte trasera de la tienda; a los instantes el hombre llego al mostrador parándose frente a mi y mirándome detenidamente -¿Cuál es tu nombre chiquilla?- me pregunto secamente, no parecía alguien agradable -Esto.. me llamo Aloshka, pero vengo por un encargo de la señorita Jazmín, un juego de cuchillos de cocina- me apresure a explicar la situación, el hombre de cuerpo grand y fornido y actuar algo tosco me ponía nerviosa, carraspeo y empezó a hablar -Los estoy terminando de afilar, espera un rato- dijo mientras volvía a la parte trasera, suspire.

Miraba la tienda con curiosidad pero sin moverme de donde estaba....

...Estaba tranquilamente esperando hasta que un joven rubio rogaba por que no dijera nada, lo mire confundida pero antes de responderle algo se había escondido y cuatro hombres con cara molesta se dirigían a la herrería.

Entraron y miraban por todas partes, estaban húmedos, por no decir mojados y empapados, observe su uniforme y pude notar que eran de la armada del reino amarillo, me puse algo nerviosa pero trate de actuar normal -Tiene que estar por acá- dijo uno alto. -Búscalo por allá- decía otro, parecía estar al mando pero no estaba segura y otro con cara de poco interés asintió y empezó a moverse por la tienda, pero no parecía buscar exactamente, finalmente el que parecía al mando se acerco a mi -Señorita, a visto a un joven rubio por acá?. Es alto y tiene los ojos de distinto color- me pregunto amablemente pero su mirada era dura y no dejaba de observarme, me podrecía bastantes nervios -Eh? no, solo eh estado yo, paso alguien corriendo hacia allá pero no se si es a quien buscan- dije mientras indicaba otro camino fuera de la herrería, camino que llevaba a quien sabe donde. -Esta segura señorita?- me dijo desconfiado, quizá sabia que mentía, peor trate de no ponerme aun más nerviosa, o por lo menos que no se notara -No realmente, solo sentí pasos apresurados de alguien, peor no alcance a fijarme muy bien de quien se trataba, pero acá solo estoy yo y el herrero... perdón... el herrero y yo- me corregí sonrojada, los hombres de la armada se miraron con fastidio y se fueron por distintos caminos, seguramente seguirían buscándolo, cuando ya estaba segura que no volverían hable en voz alta para que el rubio me escuchara -hum... ya se fueron....- dije tímidamente y espere a ver que hacia el "fugitivo"

Off: Perdona lo corto ksjdflksdf -se tira de un puente-
DESHONOR! Dx

El chico salio de su escondite, era un chico lindo, con su cabello rubio casi albino y sus ojos de colores distintos, además.. tenia algo que lo hacia lindo... me sonroje al darme cuenta de lo que pensaba -eh.. si fue intenso jeje...- respondí algo nerviosa pero antes de poder procesar mis palabras, el joven tomo mi mano arrodillándose y la beso delicadamente, como en los cuentos de hadas, mis mejillas se tornaron rosadas pero moví la cabeza de un lado a otro hasta que el efecto se esfumo un poco y escuche atentamente al joven.

Sonreí suavemente cuando acabo su explicación, era tranquilizante saber que no ayude a un ladrón o un asesino, aunque no parecía nada de eso, finalmente deje de divagar en mi mente cuando escuche su pregunta, estaba tan distraída que ni siquiera me sonroje por como pregunto mi nombre -Mucho gusto joven Arthur, me llamo Aloshka, realmente soy de la ciudad blanca, pero hacía unos encargos y por eso estoy acá- expliqué sonriendo dulcemente y mire hacía adentro de la tienda, se notaba que aun le faltaba un poco al herrero.

-Creo que ha tenido suerte, por que el herrero me ha tenido esperando un largo rato je. por eso sigo acá.. realmente se suponía que debí haber vuelto hace una hora más o menos a casa je- explicaba algo apenada bajando el rostro un poco sonrojada, pero por que lo explicaba? me coloque algo nerviosa y en mi mente todas las ideas se cruzaron y mezclaron. La idea original era decirle que fue suerte que lo pudiera ayudar, pero acabe explicándole algo que ni siquiera pregunto, suspire apenada.

-Y-yo.. yo.. muchas gracias joven Arthur- murmure mirando el suelo, mis mejillas estaban bastante rojas, aunque por lo menos no era el rostro completo. -Es usted muy amable- Trate de sonreír, aunque en mis labios solo surgió una sonrisa tímida y algo nerviosa. Miraba de reojo al rubio frente a mi, aunque apenas él lo notaba volvía a bajar el rostro bastante tímida.

Hubo un momento de silencio, aunque no fue tan incomodo como se podría esperar, se escuchaba un poco de movimiento atrás de unas especies de cortinas, por donde había desaparecido el herrero hace bastante rato. El rubio fue quien rompió el silencio con un comentario casual, al que asentí suavemente con la cabeza -Si, es apenas la segunda vez que vengo por acá- dije con una voz suave mirando al mayor y notando aun más sus ojos de distinto color, pero volviendo a bajar la mirada algo tímida, además no quería incomodarlo o algo.

Sonreí ante su comentario, aquel joven era bastante sincero y agradable. -Si, a resultado un atraso conveniente y una linda coincidencia- dije un poco más tranquila, pero sin pensar mucho mis palabras, ahora sonrojandome por lo de "linda coincidencia" -En alguna ocasión me traicionaron mis pies, y ahora son mis labios y mi voz los que me traicionan?- pensé un poco apenada, pero solo sonreí cuando el mayor volvió a hablar, tal parecía había pasado por alto mis palabras.

Él hablo del reino, y dio un comentario bastante similar al que daba la mayoría, pero... sus cejas empezaron a fruncirse... Acá venía otro regaño, ¿Por que todos acababan regañandome de una u otra forma? Suspire un poco apenada y sonrojada, que alguien que acababa de conocer me dijera aquello, era quizá mi record en regaños. -Si, se suponía que volvería hace unas horas, pero el herrero creo que se retraso un poco- dije algo apenada, quizá era una excusa barata pero era la verdad al fin y al cabo. -En cuanto me entregue el pedido tomare el tren para volver a la Ciudad Blanca, y tampoco es que viaje de reino en reino, únicamente vengo al reino amarillo, por una petición especial. . . y casi con horario controlado- agregue al final casi en un murmuro que esperaba el mayor no escuchara. De mi mochila con forma de conejo saque un pequeño reloj de bolsillo -que llevaba en el bolso por no tener bolsillos- era un reloj de color rosa con unas orejas de conejo adornandolo. -si, creo que si no vuelvo pronto me regañaran y preocupare a Jazmín- murmuré un poco más para mi, aunque aun así un poco alto.

Sonreí tímidamente, nuevamente el silencio se hacía presente y no sabía que agregar, pero desde la parte trasera empezaron a escucharse pasos que se acercaban, tal parecía que el herrero al fin había acabado de afilar los cuchillos.

Y como era de esperarse el herrero volvió a la parte delantera con el encargo, todo guardado en una pulcra caja de madera. Me quedo mirando de forma extraña, aunque realmente no me miraba a mi, miraba a quien velozmente se había escabullido a mis espaldas, al girarme  verlo, con una expresión curiosa cabe aclarar solo se acomodaba su cabello o algo así, alce un poco los hombros y me acerque al hombre para recibir la caja.

-N-no, esta bien- Dije algo apenada, no podía negar que el hombre intimidaba su resto. -Gracias por el encargo- Dije mientras guardaba la caja en mi mochila, que mágicamente cabía a la perfección y ni si quiera la dejaba extraña, realmente la mochila de conejo era mágica.

-Hasta luego- Murmure haciendo una ligera inclinación y camine hacia la salida, donde espere al rubio. -Bueno, yo debo ir a la estación de trenes, a donde va usted joven Arthur?- le pregunte con una voz dulce sonriendo un poco más cómoda, ayudaba mucho el hecho de haber salido del encierro de la herrería.

OFF: Perdona lo corto uvu

Caminaba tranquilamente al lado del joven, claro que "tranquila" es algo subjetivo, iba un tanto nerviosa ante su presencia, tenia un "algo" que no sabía explicar, o quizá solo era mi timidez natural. Aunque realmente tenia un algo aquel joven. Mientras pasaba todos se inclinaban ligeramente y algunos murmuraban. -Realmente este es una de los reinos más amable y educado que conozco. Casi todos nos han saludado. Es un lindo gesto- mencione con una sonrisa más tranquila.

Y claro, escuche lo que explicaba el rubio. Seguramente no seria bueno estar en casa en una situación así. -Me sentiría honrada de que usted me escoltara hasta la estación de trenes- le respondí en el mismo tono y en la misma forma que el me hablo, para seguir con el teatro, y al finalizar me reí un poco, tímidamente.

Luego de avanzar unos cuadras tranquilas, con gente que seguía saludando por cierto, unas más exageradas que otra, cosa que ya se me hacía un poco incomodo, Llegamos a la estación, y con 30 minutos de sobra, que faltaban para que saliera el siguiente tren a ciudad blanca.

-Muchas gracias por acompañarme hasta aqui joven Arthur- dije con una sonrisa gentil y un tono timido.

Cuando me guiño el ojo me sonroje y baje el rostro, realmente me había puesto aun más nerviosa, saque el billete de tren que me había dado Jazmin y mire a todas partes intentando disimular lo sonrojada que estaba. Cuando vi a un guardia mire disimuladamente al joven -U-un segundo po-por favor. Co-confirmare que .. que... esto me sirva- Dije nerviosa acelerada, mostrando el ticket ya que no logre recordar como se llamaba aquel papelito. Rápidamente me acerque al guardia, le mostré el boleto y él me dijo para cual tren servio, que era el siguiente, el mismo que había pensado, pero ya con esa pequeña distracción estaba más tranquila para volver a hablar con el rubio.

-Si, este boleto es para el siguiente tren- dije cuando volví al cabo de un minuto, ya no tartamudeaba y mis mejillas estaban blancas con una pisca de rosa pálido, como era acostumbrado y no ese tono rojo incandescente que me avergonzaba.

-Joven Arthur muchas gracias por lo de hoy, y espero que los guardias hayan olvidado que lo buscaban- dije con una sonrisa. -Espero volverlo a ver cuando tenga que venir nuevamente al reino amarillo- finalice sonrosada y empezó a sonar un silbato, los guardias indicaban que saldría pronto el tren a la ciudad blanca, que los pasajeros ya abordaran.

-Bueno, ehmm... debo irme- dije un poco incomoda, no sabia como despedirme, y no tenia muchas ganas de irme, estaba pasando un tiempo agradable. Finalmente hice una ligera inclinación y cuando ya no quedaba más tiempo corrí hasta el tren, subí y desde una ventanilla me despedí con un gesto de mano mientras veía como el tren se alejaba de la estación, cuando ya no vi más al rubio deje de asomarme por la ventanilla.

El resto del viaje fue aburrido y monótono, sin ningún incidente, llegue a la ciudad Blanca y luego fui directamente a la residencial, cuando vi a la chica mariposa le entregue los encargos y todo lo correspondiente.
-Te ves distinta, habrás conocido a alguien de casualidad en el reino amarillo? quizá algún pretendiente.- Dijo divertida punzandome una mejilla, me sonroje completamente. -Que?.. yo-yo.. solo conocí a un chico, que luego me acompaño a tomar el tren... nada más, quizá no lo vuelva a ver- me apresure a decir y sonrojada me fui corriendo a mi habitación.

OFF: Ya, inicia el tema de la cita xDD al finnnn